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Si no yo, ¿quién?

Juan Lopez, sosteniendo el trofeo “Eagles”. (Foto: Cortesía)

Encontrar tu propósito en la vida es todo un desafío, pero una vez que lo encuentras, el impacto que puedes llegar a tener en tu entorno será un gran gozo. Juan Lopez lo encontró hace tiempo, y va dejando huella a su paso.

ORIGEN Y DESTINO

Sus abuelos llegaron de Puerto Rico, y sus padres Juan y Rosita López, vinieron aquí cuando eran niños. Juan dice que ellos le inculcaron su ética del trabajo y decían: “‘Nadie te debe ganar en tu capacidad de trabajo’; y eso yo lo aplicaba desde niño a los deportes, luego a la escuela y al final en toda mi carrera. Mi abuela siempre me repetía: ‘haz que tu trabajo hable por ti’”.

Juan ha ido escalando hasta llegar a una cumbre influyente, desde la que planea impactar aún más, esta vez con una onda expansiva, donde el dinero que es poder asuma su responsabilidad y ayude a generar los cambios necesarios, en un tiempo histórico tan desafiante como el presente. Aquí parte de su historia en sus propias palabras.

Antigua imagen de los días de infancia de Juan. (Foto: Cortesía)

INTEGRIDAD

Cuando su padre salió del ejército se convirtió en cartero. Trabajó para la oficina de correos de EE. UU. durante toda su vida. Su mamá hizo muchos trabajos diferentes, pero finalmente fue asistente administrativa, siempre muy íntegra.

Subiendo la escalera corporativa, sus padres lo mantienen con los pies en la tierra, “no dejes que los ascensos o los puestos de importancia cambien tu modo de ser”, le recuerdan.

En una de las múltiples campañas comunitarias de United Way. (Foto: Cortesía)

“Cuando yo era niño, vivimos por un tiempo en Camden; y allí mi tío José tenía una pequeña empresa. Él sabía un poco de impuestos y ayudaba mucho a la gente con sus negocios, les daba consejos y asesoría; yo lo veía como un hermano mayor para mí; cierto, él no les cobraba a las personas, solo a veces decía: ‘tú tienes una pizzería, mándame alguna pizza’; y yo pensaba que no llevaría mi negocio como él; pero siempre me encantó la forma en que retribuyó en la comunidad”. Su tío José fue una influencia muy positiva en su juventud, por su espíritu comprometido y generoso, pues siempre trataba de retribuir lo que recibía.

Juan López apoyó desde United Way la gran campaña de recolecta de alimentos de South Jersey en 2017. (Foto: Cortesía)

Juan considera que también ha aprendido mucho de las organizaciones latinas, en especial de las organizaciones sin fines de lucro de las que es parte de la junta directiva, como Esperanza y Providence Center: “Allí la única constante es la ética del trabajo; una ética que viene con la humildad, pero también con la pasión. Es decir, siempre tengo en mi mente la palabra ‘integridad’”.

El contador público certificado por CPA recuerda que cuando estaba en la universidad LaSalle, colaboró con el IRS, como agente de impuestos. “Esa experiencia significó mucho para mí y siempre he abordado este trabajo de la misma manera y con la misma integridad. Si sabes ser recto y transparente, entonces todo lo demás debe encajar. Es mi mejor descripción de integridad”.

Juan durante la campaña de United Way “sé un MVP” en tu comunidad, en 2018. (Foto: Cortesía)

Ahora es miembro de la junta de American Heritage, de Federal Credit Union y trabaja mucho con Independence Blue, compañía donde ha recibido un nuevo nombramiento como directivo. “Independence tiene una filosofía muy fuerte sobre el servicio a la comunidad. Y eso fue lo interesante para mí; porque he trabajado en varias grandes empresas y corporaciones durante mi carrera, pero no fue hasta que llegué a esta que realmente me sentí como en casa”.

Independence es más una empresa impulsada por una misión centrada en trabajar para la gente y en retribuir, ya sea a través de horas de servicio a la comunidad o por medio de donaciones corporativas a través de la fundación IBC, y con el trabajo de filantropía corporativa que realizan.

Juan López vicepresidente ejecutivo, director financiero y tesorero de Independence Health Group, la empresa matriz de Independence Blue Cross. (Foto: Cortesía)

Asegura que finalmente podía poner todo su ser y sus talentos en ese trabajo, teniendo mucho éxito y a la vez ayudar a lograr una misión más grande. “Mi papá solía decir: ‘Si trabajas en algo que amas, entonces es como si no tuvieras que trabajar.

Yo no tengo mucho tiempo libre, pero siempre encuentras el tiempo para las cosas que realmente quieres hacer. Por eso Esperanza, Providence Center, tienen lugares muy especiales en mi corazón, precisamente por lo que hacen en la comunidad y lo que significan para la comunidad. El trabajo de ayudar a cada joven, cada persona a dar ese nuevo gran paso”.

Juan Lopez con parte de su familia. (Foto: Cortesía)
 

ESFUERZOS SINÉRGICOS

Juan ingresó a Independence Blue Cross hace 11 años y cuando entró, dice que notó en sus líderes que esa no era una corporación más, ya que la mayoría de las ganancias que generan son para cumplir con la misión de propagar salud física y mental para un bienestar integral a sus miembros. Y lo comprobé cuando trabajé en Tesorería, y pude ver la cantidad de dinero que la compañía estaba tomando de sus ganancias y pasándola a la fundación IBC”.

Juan dice que cuando empezó la pandemia, vio lo que la fundación apoyó al Consorcio de Médicos Negros en su esfuerzo de vacunación; aportó dinero para mascarillas, y ayudó al hospital St. Christopher’s para evitar su quiebra. Y agrega que, a sabiendas de la gran necesidad de servicios de salud mental, inclusive antes de la pandemia, han incrementado significativamente los servicios.

Juan en el evento “ama tu parque”, de Providence. (Foto: Cortesía)

Juan resalta que hace dos años, la Asociación Blue Cross Blue Shield tomó datos de miles de sus clientes dentro los millones de miembros en los Estados Unidos, e hizo un estudio que se centró en las diferencias generacionales en lo que respecta a la salud mental. Y el estudio destacó el hecho de que los millennials experimentan problemas de salud mental en un porcentaje más alto que cualquier generación anterior a ellos. “Nosotros lanzamos ese estudio en Filadelfia. Yo fui parte de su campaña inicial. Fue básicamente una sesión de dos días para revisar realmente todas las estadísticas y publicar todas los resultados que la Asociación Blue Cross Blue Shield había identificado. Estábamos avanzando mucho y luego llego la pandemia”.

Juan habla a la audiencia durante un evento del Providence Center. (Foto: Cortesía)

Según sus estadísticas, tan solo en Independence, se experimentó un aumento del 14.000 por ciento en el uso de telemedicina para la salud mental en el 2020, en comparación con 2019. Afirma que parte de eso se debió al aislamiento y el estrés que creó la pandemia, que tuvo que enfrentarse además a la escasez de profesionales de la salud mental, y a sabiendas de que se obtienen mejores resultados en la salud física cuando se trata la mental, a través de la telemedicina ofrecen los recursos para un tratamiento integral.

Participando en una de las galas de beneficencia de la Cruz Roja. (Foto: Cortesía)

Reconoce que la necesidad es grande y hay mucho por hacer, y resalta también que hay fuertes diferencias generacionales; pero también influyen los antecedentes étnicos, el impacto de la sociedad del lugar en donde vives, y tu posición económica, por lo que muchas de nuestras comunidades, sobre todo al norte de Filadelfia, son vulnerables y están enfrentando el trauma de la crisis de opioides y la violencia.

“Hacemos entrenamiento en prevención de trauma como parte del programa extracurricular”.

Juan López en uno de los memorables juegos entre US Army y US Navy. (Foto: Cortesía)

“Yo fui testigo de primera mano de lo difícil que es ese vecindario, en el norte en la calle 5 estábamos haciendo la limpieza del parque y llenamos bolsas de jeringuillas rodeados de traficantes de drogas. Entonces, a través de Independence, hice un proyecto con Shepherd School, en el norte de Philly. Es una escuela primaria; y al llegar, recuerdo pasar por puertas de hierro hacia un patio de juegos de piso de concreto. Y detrás de las puertas había otra esquina con todos estos traficantes de drogas y los niños tenían que agacharse debajo de las ventanas debido a los tiroteos. También fui a una entrega de las menciones honorificas de la escuela del Providence Center, y tuve que pasar por un detector de metales para entrar. Nunca tuve que hacer ninguna de esas cosas donde crecí”.

La idea es ayudar a lidiar con su realidad en especial a los niños de padres migrantes. “Cuando piensas que algunos de estos niños, sus familias acaban de venir aquí desde Honduras, desde Puerto Rico y otros países. A veces el niño es el único que puede hablar inglés, por lo que no solo tienen que lidiar con las presiones de crecer en una tierra extranjera, sino que también tienen que ser el traductor de su mamá y su papá. Y todo esto me trae de vuelta a la misión y a lo indispensable de hacer bien este trabajo, que puede cambiar la trayectoria de la vida de una persona”.

Considera que cuando hablas de salud mental, lo que necesitas es llegar a un buen lugar para ser tú mismo plenamente. “Ahí es donde todo lo que hago adquiere esta gran importancia”, dijo.

LOS RETOS DE LA IDENTIDAD LATINA

Además de provenir de una familia modesta, su camino al lugar que ocupa pasó por otros retos que requirieron entereza y perseverancia. “Nuestros jóvenes latinos, además, tienen que luchar contra diversos modos de discriminación; lo pasé también yo. Una vez cuando solicité por primera vez un trabajo después de la universidad, alguien me preguntó: ‘¿Tienes una green card?’, y yo: ‘¿A qué te refieres? ¡Yo nací aquí!’”.

Es por ello por lo que para Juan, la pared del Providence Center en donde hay un mural pintado por el Programa de Arte de la Ciudad de Filadelfia, con una mujer con los brazos extendidos y personas pasando por entre las vallas, tiene una gran relevancia. “Ese es el tipo de sueño de EE. UU. que todavía, creo, está tomando forma. ¿Cómo crees que realmente nos convertimos en este tipo de país acogedor?”.

Juan cree que si bien en el gobierno anterior había mucho enfrentamiento político que dividió al país, de algún modo la pandemia trajo un cierto rayo de luz, que hizo que tal vez nos volviéramos a unir para luchar contra un enemigo diferente en lugar de luchar entre nosotros. Pero advierte que es necesario que haya un cambio desde esa perspectiva, aunque sea pequeño, y agrega: “Hay una organización sin fines de lucro que admiro mucho, la Fundación Travis Mannion; al joven militar durante un juego de los Eagles lo llamaron a servicio; y entonces su cuñado le dijo: ‘bueno, te puedo empujar por las escaleras y podrías lastimarte y así no tendrías que ir’. Siempre me conmuevo al recordar esta historia. Travis le respondió: ‘Pero si no voy yo, ¿entonces quién? Si no soy yo, alguien más tendrá que ir, y quizás no esté tan preparado como yo’. Y esa es la forma en que veo mi vida: si no soy yo, entonces ¿quién?”.

HUMILDAD Y ORGULLO

Juan López reconoce que ha titubeado con sentirse a la altura de la escalada profesional, y ahora que ha llegado a ocupar esta cima, se reafirma a sí mismo de lo que es capaz: “Vengo de un espacio humilde… Cuando llegué allí, sentí que es algo que me hace aún más humilde; y me sentí muy honrado por algunos de los correos electrónicos que recibí… ‘Oye, Juan, eres un ejemplo para mí’. Tal vez yo no me veía así, pero ahora me doy cuenta de que sí, que tal vez lo soy para muchos, y eso es una responsabilidad, y por eso es algo que me tomo muy en serio, y me repito: si no soy yo, entonces ¿quién?”.

Dice que si al principio de su carrera le hubieran preguntado qué quería ser, habría dicho que un director financiero, pero nunca hubiera pensado que sería realmente capaz. “Y ahora estoy aquí, y pienso que es porque hice lo que tenía que hacer, y que desde aquí puedo marcar la diferencia”.

Juan está rodeado por mujeres, tiene dos hijas, Natalie y Gabriella, de su primer matrimonio; y actualmente está casado con Melanie López. Él es uno de los latinos que han sobresalido en cargos de envergadura, y reconoce el talento de muchas latinas que ocupan puestos directivos en Filadelfia, donde el liderazgo latino suele tener rostro femenino.

Reconoce que su mamá y abuela han sido enormes influencias en su vida: “Las mujeres en mi vida siempre me han ayudado a coronarme y a ser quien soy”. Durante nuestra conversación, Juan dejó aflorar sus sentimientos con facilidad, y se emocionó, signo que, acepta, se debe a un gran corazón.

Focalizado en el presente, considera: “Necesito dar todo lo que tengo para dar en este puesto y en esta empresa que se encuentra en un punto realmente crucial”. Se siente orgullo de trabajar en un entorno que se empeña por la diversidad, la equidad y la inclusión.

PROPÓSITO BIEN TRAZADO

Algo de lo que se muestra apasionado es el programa de desarrollo equitativo Philadelphia Anchors for Growth and Equity, una iniciativa que ha surgido de la liga económica de la ciudad, que trata de desafiar a todas las grandes empresas de la ciudad a comprar local y diverso. Cree en el poder de las corporaciones y las grandes empresas para cambiar realmente la dinámica y la historia.

“Lo que sucedió a partir del asesinato de George Floyd resaltó el hecho de que el racismo y la discriminación todavía existen en este país… y el sueño de EE. UU. podemos hacerlo realidad”. Juan cree firmemente que el dinero de las grandes corporaciones habla y que el verdadero cambio comienza cuando las grandes empresas hacen cambios significativos sobre cómo van a hacer negocios, cómo van a contratar personas, y él quiere servir de ejemplo desde su puesto y lugar de influencia, para generar una onda expansiva, “y así ayudar a impulsar a otros a mi nivel, entonces estaré haciendo mi trabajo”, concluye con la gran sonrisa que lo identifica.

Semblanza

Juan López es vicepresidente ejecutivo, director financiero y tesorero de Independence Health Group, la empresa matriz de Independence Blue Cross, LLC. Es responsable de todas las funciones financieras de Independence Blue Cross y otras subsidiarias de Independence Health Group. También juega un papel clave en la planificación estratégica de la organización.

Antes ocupó el cargo de vicepresidente senior de Servicios Compartidos Financieros, donde dirigió Contabilidad Corporativa, Inversiones, Tesorería, Adquisiciones y Servicios de Construcción, e identificó oportunidades para la innovación empresarial y mejoras de procesos. Se incorporó a Independence en 2010 como interventor corporativo y luego se convirtió en director de Inversiones y Servicios de Tesorería. Apoya activamente los esfuerzos de diversidad e inclusión de la compañía como patrocinador ejecutivo del Grupo de Recursos para Asociados Latinos, Latinos con Propósito.

Es miembro del Consejo Asesor de Desarrollo de Liderazgo de la compañía, enfocado en desarrollar el talento de la próxima generación. López también dirigió una campaña de donaciones para empleados en toda la empresa desde 2017 hasta 2019.

Cuenta con más de 30 años de experiencia en finanzas, contabilidad y auditoría en las industrias de atención médica, servicios financieros y banca. Antes de unirse a Independence en 2010, tenía 13 años de experiencia en varios puestos de Finanzas en CIGNA Corporation, AMARK,GE Capital y CoreStates Financial Corp.

Información adicional

Juan’s bio and photo

Independence mental health initiatives

A look at our COVID-19 support during the first year of the pandemic (including the stat related to a rise in telemedicine mental health visits)

The Millennial health study and Philadelphia kick-off that Juan mentioned

Independence Associate Resource Groups

Independence Blue Crew volunteer organization

Cierran Centro de Vacunación en Esperanza

El reverendo Luis Cortés

Hay 300 lugares donde vacunarse en la ciudad

Con unos 25.000 vacunados, el Centro Comunitario de Vacunación de Esperanza operado por FEMA, cerró sus puertas el pasado martes y solo permanece una carpa donde podrá encontrarse información sobre los lugares donde se podrán inmunizar contra el COVID-19.

A pesar de que hay 300 puntos de vacunación a lo largo de la ciudad, existen una gran disparidad en el número de vacunados en las poblaciones negras e hispanas.

Tras varias semanas de inmunización para la comunidad, los centros de vacunación masiva operados por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) en Filadelfia, en el Centro de Convenciones y en Esperanza, colocaron las últimas vacunas el pasado martes, en el que se ubicaba en el norte de la ciudad. La vacuna contra el COVID-19 seguirá disponible en sitios operados por el Departamento de Salud y la alianza de farmacias. Todo el que haya recibido la primera dosis en las clínicas de FEMA y necesite la segunda podrá programar una cita a través del portal https://philadelphia.cdn.prod.prepmodapp.com/.

Ambos sitios pusieron más de 350.000 vacunas en Filadelfia, lo que representa casi el 25% de todas las dosis administradas en la ciudad. Si bien el apoyo federal a la vacunación cumple su misión de apoyo a Filadelfia esta semana, continúan operando varios sitios de vacunación administrados por la Ciudad y alberga cientos de lugares para recibir una vacuna.

“Ya trabajamos con la Ciudad lo que es la vacunación masiva”, dijo Rossyveth Rey, portavoz de FEMA a Telemundo 62, y como el objetivo de vacunar a miles de personas en el norte de Filadelfia, lo cual se ha alcanzado, la agencia federal consideró que llegó la hora de cerrar el Centro de Vacunación de Esperanza. En este se logró vacunar a 25.000 personas en una de las comunidades menos vacunadas de la ciudad durante su misión de ocho semanas, según FEMA. Sin embargo, en las últimas cuatro semanas, solo entre 100 y 300 personas por día llegaban a vacunarse, aunque el centro estaba preparado para vacunar a 2.000 personas diariamente.

Fueron vacunadas unas 25.000 personas en el Centro Comunitario de Vacunación de Esperanza. (Foto: Staff Sgt. Ross Whitley, JFHQ, PA National Guard)


MUY POCOS LATINOS

Aproximadamente el 73% de las personas que han recibido al menos una dosis de la vacuna COVID-19 en el estado, – con excepción de Filadelfia- son blancas, mientras que el 4% son negras y el 4% son hispanas, de acuerdo con lo informado por el medio independiente Spotlight PA.

Si bien es imposible comparar con precisión las cifras de población con los datos estatales de vacunas (se incluyen 398.000 no residentes en el recuento), un análisis de Spotlight PA muestra que una brecha de equidad significativa en las vacunas persiste seis meses después de la implementación. Filadelfia, en tanto, está experimentando una disparidad similar para sus poblaciones negras e hispanas. Según las cifras de la ciudad, en Filadelfia el 16 % de los hispanos se han vacunado.

(Foto: Cortesía/Sargento: Ross Whitley/JFHQ.Guardia Nacional de PA)

Los latinos no están acudiendo a centros de vacunación en Pensilvania

Gobernador Tom Wolf. (Foto: EFE/Archivo).

La comunidad latina en Pensilvania no se está vacunando contra el COVID-19, lo que grupos comunitarios lo atribuyen a que no se realizó una campaña educativa efectiva para llegar a este grupo, a problemas del idioma y a falta de recursos, lo que les coloca en riesgo de contagio tras levantarse restricciones como el uso de la mascarilla.

De acuerdo con el Philadelphia Inquirer, aproximadamente 73 % de quienes han recibido al menos una dosis de la vacuna en el estado -fuera de Filadelfia, que lleva sus propios datos- son blancos, 4 % latinos y 4 % negros.

En Filadelfia, donde el departamento de salud local está manejando el esfuerzo de vacunación, se está viendo una disparidad similar para sus comunidades racializadas.

Al 24 de mayo, 46 % de las casi 880.000 personas que habían recibido al menos una dosis era blanca, según el Inquirer, que cita datos del departamento de salud. Un 40 % de los residentes de Filadelfia son blancos.

Aproximadamente 25 % de los vacunados se identificaron como afroamericanos y casi 10 % como hispanos. Los primeros represetan el 42 % de la población de la ciudad, mientras los hispanos constituyen aproximadamente el 14 %.

El diario también destaca que desde que empezó la pandemia la Administración del gobernador demócrata Tom Wolf ha enfrentado críticas por no dar prioridad a las comunidades de color y de aquellos que no hablan inglés.

Recuerda que el estado no incluyó inicialmente traducciones al español para las actualizaciones diarias de la pandemia y para recursos como asistencia para el alquiler.

También que persisten lagunas en la recopilación de datos raciales y étnicos sobre infecciones y vacunas administradas, que «probablemente nunca se corregirán por completo».

No fue hasta abril pasado que la Administración Wolf reconoció la disparidad en las cifras de vacunación y contrató a Latino Connection, una agencia de mercadotecnia, a un costo de 1,8 millones de dólares para tratar de cerrar esa brecha.

Esa agencia de asoció con grupos comunitarios para establecer clínicas móviles en lugares de fácil acceso como un centro comercial, una iglesia o un evento comunitario, para informar sobre las vacunas y que las personas se registraran para inocularse.

Para el director ejecutivo de Latino Connection, George Fernández, la iniciativa fue como «empezar de cero».

La jefa de salud interina de Pensilvania, Alison Beam, señaló la semana pasada que el estado se estaba apoyando en organizaciones comunitarias para llegar a más personas de color.

«Creo que todos sabemos que todavía tenemos trabajo por hacer para asegurarnos de que más residentes de Pensilvania sean vacunados en todas nuestras comunidades, pero particularmente en aquellas que podrían tener menos acceso a la tradición de la atención médica», indicó Beam.

El diario destaca además que, sin recursos sustanciales enfocados en mejorar la equidad de las vacunas, Latino Connection y organizaciones comunitarias se han esforzado por llenar el vacío mientras satisfacen otras necesidades exacerbadas por la pandemia.

Desde el lanzamiento de su asociación con el estado, Latino Connection había realizado 25 clínicas hasta el 19 de mayo en las que distribuyó 4.507 vacunas. Fernández estima que la mitad de los vacunados son hispanos y alrededor del 30 % negros.

Indicó además que las personas racializadas no se apresuran a ir a las clínicas porque persiste una falta de recursos y educación en torno a las vacunas.

Muchas organizaciones que trabajan con estas comunidades han indicado que cuentan con limitados recursos y una gran demanda como resultado de otras dificultades relacionadas con la pandemia, como el desempleo, la asistencia para la vivienda y el cuidado infantil.

La confusión sobre el uso de los cubrebocas: ¿sí o no?

¡La pandemia todavía no ha terminado: a seguir cuidándose! (Foto: Gerd Altmann/Pixabay)

Después de que el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) anunciara las nuevas medidas sobre el uso del tapabocas, una ola de confusión se generó en la población en esta fase de desconfinamiento progresiva. Según las nuevas recomendaciones del CDC –que se puede encontrar en su página oficial–, hay ciertos cambios en el uso de mascarillas para mitigar la propagación del coronavirus. Estos cambios de reglas llegan a la comunidad con sorpresa y con una serie de dudas sobre su interpretación y aplicación.

De acuerdo con el reciente aviso, los individuos que se encuentren totalmente vacunados contra el COVID-19 pueden dejar de usar el cubrebocas; siempre y cuando, se hallen con otras personas que reúnan los mismos requisitos. ¡He aquí la confusión! ¿Cómo sabemos quién está vacunado y quién no? Las personas no andan por las calles con su tarjeta de vacunación a simple vista, como una prueba fidedigna de su acto cívico con la humanidad.

Esta responsabilidad social de interpretación sobre su uso o no, queda a merced no solo de cada persona; sino, también, de las administraciones de las compañías comerciales –grandes o pequeñas– de cada estado en la unión americana. Esta es una fase de interpretación individual, colectivo y de contexto; esto significa que cada caso, será analizado dependiendo de su propia singularidad y características. ¿Cómo podemos ejecutar una nueva ordenanza pública cuando existen diferentes niveles de apreciación? Esta combinación de opciones genera una nube de ambigüedad sobre su efectividad al momento de hacerla cumplir. Por ejemplo, algunos que no se sientan en la obligación cívica de usarlos, desde su ángulo individualista, pueden crear un conflicto en un ambiente colectivo en donde el uso de cubrebocas sea obligatorio –tales como, las entidades gubernamentales–.

Con esta fase progresiva de un regreso a una normalidad que se añora, sin el uso de tapabocas y sin haber alcanzado la inmunidad de rebaño en su totalidad, me pregunto: ¿se habrá tomado la decisión más acertada? Nadie quisiera volver atrás a los brotes pandémicos e incontrolables, en los cuales hemos vivido por más de un año. Me pongo a pensar en los miles de trabajadores esenciales que arriesgaron su vida durante los momentos difíciles de contagio para proveer servicios básicos a la comunidad. ¿Estaremos pidiendo implícitamente un nuevo sacrificio a los trabajadores esenciales en esta etapa de reapertura?

Pienso, que este círculo vicioso evoca la misma forma en que comenzamos la pandemia, el uso polémico del tapabocas. Lo único que está claro para mí, en este momento, es que vacunarse contra COVID-19 es un acto de civismo y de solidaridad con mi familia, comunidad y humanidad. ¡La decisión final de vacunarse, y de usar el tapabocas, es solo suya!

Contacto: LinkedIn @maryluzmarques, Twitter @maryluz_marques

El arte fílmico

(Foto: Ilustrativa/Pexels)

El Festival de Cine Latino de Filadelfia (PHLAFF) en su décima edición anual se realizará del 30 de mayo al 6 de junio. Este año la programación se enfoca en celebrar y contar las historias de las mujeres.

La directora del evento, Marángeli Mejía-Rabell, nos informa que el Festival contará con 150 filmes, entre ellos 26 estrenos mundiales, 11 en los Estados Unidos, 27 en la Costa Este y 59 en Filadelfia.

Marángeli Mejía-Rabell (Foto: Cortesía)

En esta ocasión, habrá 25 países representados lo que significa una propuesta más extensiva para el público. Países que incluyen al continente americano y a los europeos como España y Portugal, entre otros.

Este es el segundo año que debido a la pandemia se realizará de forma virtual.

“El año pasado fue gratuito todo el festival, pusimos las ganas y empuje como regalo para la comunidad debido a la pandemia y lo que pasó con George Floyd”, explicó.

Ahora este año el PHLAFF contará con 72 horas de duración con los bloques opcionales y también a través de aplicaciones. Lo que permitirá al público ver los filmes de cualquier lugar.

Cortometrajes gratuitos y añadidos con largometrajes a $10. El único largometraje de $20 es acerca de Rita Moreno que estará disponible por un día el 6 de junio. Toda la cartelera la puede encontrar en el sitio web phlaff.org también para la compra de boletos.

Marángeli considera que el Festival ha evolucionado en estos 10 años en que en 2021 tendrá una duración de ocho días y en que “Los documentales son claves para compartir nuestras historias y celebrar nuestro legado, y para los movimientos y las expresiones que están surgiendo”, afirmó.

Añade que cada año es un año de aprendizaje y es un año de apertura para nuevas oportunidades.

Beatriz Viera y David Acosta fueron los codirectores de este evento por dos años. A partir del 2015 Marángeli se convirtió en la directora y en 2017 inició el concepto del equipo creativo que ahora integra a Laiza Montañez, Kristal Sotomayor y ella.

DESDE FILADELFIA

Aunque el Festival es una ventana al mundo fílmico latino internacional, es una oportunidad para que los cineastas locales presenten sus documentales. Así, se presentará el cortometraje de Gabriela Watson-Burkett titulado “La Receta de Alma” que muestra a la activista Alma Romero, promotora de salud ayudando a la comunidad latina durante la pandemia.

También se presenta el documental “La Casa de Mama Icha” que muestra el regreso heroico a Colombia de Maria Donisia Navarro, de 93 años. Este es un filme que explora los legados de la migración.

“El PHLAFF es una plataforma para compartir su trabajo así como para desarrollar y fomentar el sentido de creatividad con otros cineastas”, finalizó Marángeli Mejía-Rabell.

Los 150 filmes de este año cubren una gama de temas que reflejan las diversas experiencias de los cineastas en inmigración, justicia, tradiciones, racismo, género, entre otros. Sin duda, el Festival presenta las historias personales con las que muchas veces nos identificamos como latinos.

Salud mental: una crisis nacional

(Foto: Ilustrativa/Pexels)

Termina el Mes de la Concientización de la Salud Mental, con la alerta de que los problemas de salud mental ya eran un tema de preocupación nacional desde antes de la pandemia. Sus graves consecuencias se evidenciaban en hechos tan dramáticos como las incontables muertes por la crisis de opioides, la violencia intrafamiliar y en las calles, e inclusive su correlación con algunas de las masacres en centros educativos, recreativos, en supermercados, etc.… que han dejado un rastro de muerte y de dolor, que ha enlutado a cientos de familias en todo el país.

La pandemia ha tenido un tremendo impacto negativo sobre la salud mental de muchos. Las razones son claras: el prolongado confinamiento y la limitación para la interacción directa con nuestros semejantes, ha incrementado los niveles de ansiedad en muchas personas. Muchos jóvenes que quizás venían superando con esfuerzo la adicción a diversas sustancias, se han sentido empujados a regresar a ellas.

Por otra parte, miles de trabajadores de la “primera línea” han asumido el peso de tener que trabajar sin importar los riesgos, sin poder confinarse como los demás, dado lo crucial de sus funciones, y disparando en ellos los niveles de estrés. La crisis, además, ha forzado el cierre de muchas empresas, con la consiguiente pérdida de empleos y el inevitable factor de ansiedad que trae aparejado este coletazo.

Los estudios médicos hablan de un aumento en el deterioro de la salud mental. Mientras en 2019 los reportes de desórdenes psicológicos eran de 1 por cada 10 habitantes, en 2020 esta cifra ascendió a 4 por cada 10. A estos síntomas también se suman un mayor consumo de alcohol, deterioro de la salud en personas con condiciones permanentes y mayor incidencia de pensamientos y actos suicidas.

Por todo esto el nuevo gobierno y todas las organizaciones involucradas en el tema de salud física y mental, enfrentan un desafío descomunal, que en realidad compartimos todos, y que nos obliga a trabajar y a desarrollar mayores niveles de empatía, solidaridad social y responsabilidad individual.

Las galopantes muertes de menores en ciudades como Filadelfia, los tiroteos, los ataques de xenofobia y el irrespeto flagrante a las instituciones más sagradas, tal como la bochornosa toma del capitolio en enero, hablan de un deterioro alarmante del sentido social, quizás valga la pena preguntarse, –en el debido respeto a quien no cree en la trascendencia–, si el alejamiento en masa de la sociedad de los valores predicados por la fe y la religión ¿no está dejando sin sostén ni raíz la idea de que somos todos “hijos de un mismo padre y, por tanto, hermanos entre nosotros”?

El gran escritor y humanista G. K. Chesterton escribió alguna vez, con su fina ironía, que “cuando el hombre deja de creer en Dios, enseguida empieza a creer en cualquier cosa”. ¿Es posible que este prolongado ‘invierno’ de la fe que atraviesa la humanidad, nos esté despojando de todo sentido de fraternidad, de responsabilidad grupal, y de la necesidad de cuidarnos los unos a los otros? Es un interrogante al que vale la pena dedicarle unos minutos de reflexión en este tiempo. Como seres integrales que somos, cuidar de nuestra salud espiritual, se refleja en nuestra salud física y mental, y viceversa. Nadie hará por nosotros lo que nosotros no hagamos por nosotros mismos.

La fe en perspectiva, la certeza de lo que no se ve

Estatua de Don Quijote. (Foto: Ilustrativa/ Nicolas Postiglioni/Pexels)

Vivimos en los Estados Unidos de América. Una nación con 245 años de historia republicana y más de 400 años de tradición religiosa. Aunque esta nación no tiene una religión oficial, la mayoría piensa que es un país cristiano. Aunque el cristianismo y sus diferentes vertientes es la religión mayoritaria, también el islam, el judaísmo, el budismo, entre otras, son religiones activas en el diario vivir de la nación, incluso varios de nuestros congresistas practican estas religiones. De la misma manera, la gran mayoría de los ciudadanos estadounidenses practica algún tipo de religión, lo que nos lleva a concluir que esta tiene una participación muy activa en todos los aspectos de nuestra sociedad.

Por la gracia de Dios y la sabiduría de los fundadores de esta nación, se decidió desde inicios de fundada la república, separar la iglesia del Estado, o como reza la Primera Enmienda a la Constitución de Estados Unidos que dice, “El Congreso no hará ninguna ley respecto al establecimiento de una religión, o prohibirá la práctica libre de las mismas…”. Sin embargo, la práctica religiosa de los últimos 50 años se ha enfocado en su gran mayoría en lo sobrenatural. Este movimiento se distinguió por un alejamiento del cristianismo institucionalizado. Los predicadores llamaban al ministerio universal, lo que implicaba que todo creyente podría ejercer algún ministerio eclesial y podrían sanar y profetizar en el nombre de Jesús. Su pasaje favorito de la Biblia era Juan 14:12, “Todo el que cree en mí podrá hacer las obras que yo hago.” Así, se lanzaron millares de cristianos por todas las ciudades haciendo caminatas de oración, exorcizando personas y echando demonios fuera de las ciudades.

El Centro de Investigación Pew hizo un estudio entre estas nuevas iglesias “carismáticas” y encontró que la gran mayoría de ellas eran de tendencia conservadora (Pew 2006). Esto se corroboró en las pasadas elecciones presidenciales donde la mayoría de estas mismas iglesias profetizaron que Donald J. Trump sería reelecto. Estaban tan seguros de la profecía que la afirmaban y manifestaban hasta el éxtasis. Cuando Joe Biden juró como presidente de la nación, muchos de los creyentes quedaron atónitos ante la sorpresa. Para muchos de estos creyentes era insólito que Biden estuviera juramentando como presidente. Aun sigue siendo muy perturbador para muchos creyentes que la profecía no se haya cumplido.

Cuando la profecía no concuerda con la realidad vivida, implicaría que fue una falsa profecía, lo que involucraría la falsedad del profeta, poniendo de manifiesto que su mensaje no proviene de Dios, y que el “profeta” está profetizando para sus propios deseos y expectativas. El apóstol Pedro en su segunda carta a la iglesia dice, “Así también, entre ustedes, habrá quienes se crean maestros enviados por Dios, sin serlo. Ellos les darán enseñanzas falsas y peligrosas, sin que ustedes se den cuenta (…). Por eso, cuando ellos menos lo esperen, serán destruidos por completo.Mucha gente vivirá como esos falsos maestros, haciendo todo lo malo que se les antoje. Por culpa de ellos, la gente hablará mal de los cristianos y de su modo de vivir.Esos falsos maestros desearán tener más y más dinero, y lo ganarán enseñando mentiras” (2 Pedro 2).

Muchos cristianos aún se mantienen anclados en la profecía de la victoria de Trump, mientras que otros como Kris Vallotton, se disculparon públicamente por haber malentendido la palabra de Dios en cuanto a quién iba a ser electo. Esta experiencia que todos hemos vivido nos debe servir como una clara lección para poner nuestra fe en perspectiva. Primero la fe no se trata de lo que yo o usted cree sobre Dios o el universo. La fe es la enseñanza, valores, propósitos que recibimos del texto sagrado. La fe es Dios hablándonos, no nosotros hablando sobre Dios. Independientemente de mi fe, hay un mundo que lleva su propio curso y funciona así. Muchos creyentes van por el mundo pensando que nada los detendrá. Miran al mundo que quieren, pero ignoran al mundo real. En esas quijotescas andadas ven demonios donde hay gente en necesidad de un abrazo, de una asistencia emocional. Igual le pasaba al insigne Don Quijote que veía gigantes en los molinos de viento y su acompañante Sancho Panza le profetizaba, “…aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino”. Don Quijote tenía a Sancho Panza que le recordaba al mundo real en que vivía. Los creyentes tienen al Espíritu Santo que les dice, “No son demonios, son personas y los desórdenes que ves en ellas es la ausencia de la paz que necesitan para funcionar en el mundo en que viven”.

La fe no es un instrumento de miedo, ni cohesión, ni acorralamiento. Por el contrario, la fe respeta y acepta el mundo tal y cual es y a la vez libera a la persona de los miedos y culpas que heredó o que le quieran imponer. El Dr. Reinhold Niebuhr, teólogo de Union Theological School de la ciudad de Nueva York, dejó un legado que ha impactado a muchos y me ha ayudado a entender la fe. Es una simple oración: “Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia”. Simplemente, pongamos la fe en perspectiva.

Karenina Wolff Sánchez

Karenina tiene lazos familiares fuertes con sus padres y hermanas (Foto: Cortesía)

Tras cuatro años de separación forzada de sus hijos por la orden ejecutiva “Tolerancia Cero”, del expresidente Trump, Keldy Mabel González Brebe de Zúñiga se reunió con sus tres hijos en el norte de Filadelfia. Su historia, como la de muchos inmigrantes centroamericanos que buscan asilo en los Estados Unidos, se convirtió en una larga pesadilla, sin embargo, la intervención de sus abogados fue clave para que la familia se reuniera nuevamente.

EL CASO

Keldy Mabel fue testigo del asesinato de cuatro de sus hermanos por pandilleros. Desde el momento en que ella denunció los actos, los criminales la buscaron para hacerle daño, así que se vio forzada a mudarse continuamente junto con sus hijos, y finalmente migró a los Estados Unidos.

En otoño de 2017, Keldy Mabel llegó al estado de Nuevo México. Se entregó de inmediato a las autoridades de inmigración y fue enviada a un centro de detención donde permaneció por dos años y medio, hasta que fue deportada a Honduras. Alex, su hijo mayor de 18 años en ese entonces, viajó por su cuenta a la ciudad de Filadelfia, donde vivió con su tía. En ese año, sus hermanos, Mino y Erick, pasaron ocho meses recluidos en un centro de detención hasta que pudieron reunirse con él.

Tras ser deportada, Keldy Mabel regresó a México en 2019, donde estuvo ayudando a otras familias inmigrantes en la zona fronteriza. Gracias a esa labor comunitaria, sus abogados consiguieron un permiso humanitario para que ella lograra reunirse con sus hijos, lo cual ocurrió el 4 de mayo de este año.

LA JOVEN ABOGADA INTERVIENE

Años antes de la reunificación, la activista hondureña María Turcios se comunicó con la abogada Karenina Wolff Sánchez para que tramitara la patria potestad de Alex, quien es el guardián de sus dos hermanos. Ella no estuvo presente en la reunificación de los muchachos con su madre. Más tarde en su muro de Facebook escribió “en 2019 representé a tres jóvenes cuya madre fue separada de ellos en la frontera de Estados Unidos y México. Ayer se reunieron con su madre…”

Así se refirió la abogada ante la buena noticia, aunque ella no estuvo presente cuando los muchachos se reunieron con su madre.

Gracias a un ajuste de estatus migratorio especial para menores de edad, ayudó a Mino y a Erick ya que Alex no calificaba para ese permiso. Este tipo de residencia se otorga a niños que están huyendo de su país, que han sido maltratados o abandonados por uno o ambos de sus progenitores.

TRAYECTORIA DE SERVICIO

Karenina, de madre mexicana y padre estadounidense, nació en el pueblo de Milford en Pensilvania. Su padre, médico comunitario, se jubiló el año pasado. Su madre ayudaba en la administración del consultorio. “Mis hermanas y yo crecimos en la oficina ya que mi padre daba consultas de noche. A los 10 años ayudaba limpiando la calle, los baños, organizando los archivos, entre otras tareas”, nos cuenta.

La abogada tiene licencia para Pensilvania y Nueva Jersey (Foto: Cortesía)
Karenina tiene lazos familiares fuertes con sus padres y hermanas (Foto: Cortesía)

Decidió estudiar la carrera de Psicología, y mientras estudiaba, al mismo tiempo trabajaba en un preescolar para niños con autismo. Al graduarse en 2008, el país pasaba por una recesión, por lo que no encontró trabajo de tiempo completo ni prestaciones para ella. Entonces trabajó en Servicios Legales Comunitarios donde llegó a ser asistente legal, manejando asuntos vitales como protección contra abuso para sobrevivientes de violencia doméstica. Debido a la falta de recursos para atenderlas, el 3% de estas mujeres tenían que representarse a sí mismas en los tribunales.

Aquí en la Universidad McNeese donde brindó una plática (Foto: Cortesía)

“Sentí que no estaba haciendo lo suficiente para ayudarlas y quería hacer cambios en las políticas, por lo tanto, decidí estudiar Derecho”, nos explicó. En 2013, se graduó de la Universidad Temple con la especialidad en derecho de familia y de inmigración. Pronto se dio cuenta que no había suficientes servicios legales para inmigrantes en la ciudad, así que, en enero de 2015, esta abogada comunitaria abrió su propia práctica de leyes en el sur de Filadelfia, y cofundó la Asociación de Empresarios Mexicanos (South Philly Latino Business Community, en inglés), una organización que busca conectar a los dueños de negocios locales con los recursos esenciales necesarios para su éxito.

Karenina Wolff Sánchez sirve a las comunidades de inmigrantes (Foto: LRN)

Karenina trabaja duro para conectar a la población local inmigrante con los recursos que necesitan, representando a clientes sin importar su estatus migratorio. Lo que aprendió de sus padres, Daniel y María, lo manifiesta en su trabajo diario con su clientela, creando un ambiente de apoyo que los ayuda en varias áreas de sus vidas. Esta dedicada a ayudar a las personas a lograr sus sueños, a ayudar a las familias a permanecer juntas, y a conectar a las personas con los servicios que necesitan. Karenina tiene muchas historias de éxito que contar, y es de las pocas firmas que posee la certificación para llevar casos de familia y migratorios.

NJ también levanta obligación de llevar mascarillas en interiores

Personas caminan en un sitio de vacunación contra el COVID-19 en el gimnasio de Essex County College en Newark, Nueva Jersey, el 3 de febrero de 2021. (Foto: EFE/JUSTIN LANE/Archivo)

El estado de Nueva Jersey ya no exigirá a partir de este viernes que las personas vacunadas usen mascarillas cuando se encuentren en lugares cerrados, uniéndose a sus vecinos, Pensilvania y Nueva York, que ya aplicó esa medida la semana pasada.

El gobernador Phil Murray, que anunció la nueva iniciativa, advirtió de que los negocios pueden seguir exigiendo a sus empleados y a sus clientes el uso de mascarillas en sus instalaciones.

«Sin embargo, a pesar de esta decisión, las empresas individuales y otras entidades que supervisan los espacios interiores pueden seguir exigiendo que sus empleados y clientes o invitados usen mascarillas», dijo Murphy.

Según las nuevas recomendaciones, las personas totalmente vacunadas pueden prescindir del uso de las mascarillas en la mayoría de los lugares, aunque seguirá siendo obligatoria en medios de transporte, colegios, hospitales y geriátricos, entre otras instalaciones.

“Las pequeñas empresas nos necesitan”

(Foto: Ilustrativa/Efe/Archivo)

El Instituto de Liderazgo Empresarial (IFEL, siglas en inglés) y la Cámara de Comercio Hispana del área metropolitana de Filadelfia (GPHHCC, siglas en inglés), anunciaron el pasado 14 de mayo una asociación para ayudar a las pequeñas empresas de Filadelfia y área conurbada, a través de la iniciativa “Las pequeñas empresas nos necesitan”. La asociación prestará servicios a las empresas y negocios miembros del GPHCC de toda la región que luchan por sobrevivir a los efectos devastadores de la pandemia por COVID-19 y las interrupciones comerciales relacionadas.

La encuesta anual Biz2Credit de 2021 realizada por la Cámara muestra que las empresas latinas que solicitaron el Programa de Protección de Cheques de Pago vieron una caída del 21% en los ingresos de febrero a septiembre, mientras que sus costos de PPE y otras medidas de seguridad aumentaron, y continúan aumentando. Además, la modernización que se vieron obligados a hacer como resultado de la pandemia resultó en gastos significativos que excedieron sus ingresos en el verano. Los negocios gastaron enormemente para permanecer abiertos y terminaron con un margen negativo del 11%. Ahora tienen un flujo de caja negativo y están a punto de cerrar.

La iniciativa “Las pequeñas empresas nos necesitan” une a los propietarios de pequeñas empresas con profesionales experimentados que están dispuestos a ofrecer voluntariamente su experiencia para ayudar a los negocios a abordar sus problemas más urgentes. Los profesionales están involucrados en una amplia gama de áreas que incluyen: legal, financiera, tecnología, marketing, operaciones, planificación comercial y más. Todo el trabajo se realiza virtualmente por teléfono y videoconferencia. No hay ningún costo para la empresa por estos recursos.

“La mayoría de las pequeñas empresas están mal equipadas para soportar durante una crisis con la magnitud de la pandemia por COVID-19. Las ayudas y subvenciones gubernamentales no son suficientes”, dijo Jill Johnson, directora ejecutiva de IFEL. Por otro lado, Jennifer Rodríguez, presidenta y directora ejecutiva de GPHCC, declaró “Las empresas propiedad de Latinx se han visto afectadas de manera desproporcionada por COVID-19, ya que la mayoría opera en industrias esenciales como el comercio minorista y la hostelería. Los propietarios han trabajado todas las horas de día para mantener su negocio a flote”.

Para obtener más información sobre la iniciativa “Las pequeñas empresas de Filadelfia nos necesitan” o para postularse como propietario de una empresa, visite https://www.weareifel.org/gphcc

El Instituto de Liderazgo Emprendedor es una organización independiente sin fines de lucro, fundada en 2002, que apoya el desarrollo económico a través del espíritu empresarial. Visite https://www.weareifel.org

La Cámara de Comercio Hispana de la Gran Filadelfia es una organización sin fines de lucro dedicada a promover el avance y el crecimiento económico de las empresas y profesionales hispanos en la región de la Gran Filadelfia. Visite htpps://philahispanicchamner.org/