Varias personas hacen fila en San Juan (Puerto Rico). (Foto: EFE/Thais Llorca/Archivo)
El Censo de Estados Unidos de 2020 reveló cambios profundos en el aspecto racial en Puerto Rico respecto al de hace una década, destacando el gran descenso de quienes se identificaron solamente como blancos, de 75,8 % hace 10 años al 17,1 % actualmente.
José Caraballo-Cueto, economista y antiguo director del Centro de Información Censal (CIC) de la Universidad de Puerto Rico en el campus del municipio de Cayey, señaló a Efe sobre estos sorprendentes cambios -difíciles de entender si se toma en cuenta que solamente transcurrió una década- que lo primero que hay que considerar es que la raza es un concepto social.
Sostuvo que en cada sociedad se determina lo que es una determinada “raza” y que una persona en un país, por ejemplo, puede considerarse negra y en otro no, lo que contribuye a entender este sorprendente cambio en la composición racial en Puerto Rico.
Sobre este asunto, el Instituto de Investigaciones Interdisciplinarias de la Universidad de Puerto Rico en Cayey (UPR-Cayey) reveló el 17 de agosto los resultados de un estudio realizado por la antropóloga Isar Godreau, investigadora de la entidad, y la doctora Yarimar Bonilla, del Centro de Estudios Puertorriqueños de Hunter College-CUNY.
«La investigación reflejó tendencias muy similares a las del Censo, pues solo 20 % de los encuestados dijeron ser blancos», explicó Godreau.
El estudio parte de una encuesta realizada a más de 1.000 personas en nueve municipios de Puerto Rico.
A diferencia del Censo, esta investigación incluyó una pregunta abierta que permitía a los encuestados contestar libremente cuál es su identidad racial.
El censo realizado en Puerto Rico reportó que la cantidad de personas que se identificaron como solamente blancas bajó de 75,8 % en 2010 a 17,1 % en 2020. Además, hubo un aumento significativo de personas que escogieron más de una raza, de 3 % en el conteo anterior a 50 % el año pasado.
En 2000, la cantidad de personas que se identificaron como blancas fue de 80,5 %, lo cual hace aún más sorprendente la reducción a 17,1 % en sólo dos décadas.
Bonilla, quien recientemente fue nombrada directora del Centro de Estudios Puertorriqueños en Hunter College-CUNY, indicó que la poca cantidad de personas que dijeron ser blancas en el estudio universitario se puede explicar a través de dos factores importantes: el recrudecimiento del estatus colonial en Puerto Rico y la bancarrota del Estado Libre Asociado.
Por su parte, Godreau señaló que «casi la mitad de los participantes del estudio que se identificaron como blancos le ponían un ‘apellido’ al término, indicando que eran blancos hispanos, blancos latinos o blancos puertorriqueños”.
“Esto sugiere un deseo de distinguirse de una blancura normativa estadounidense», sostuvo.
Caraballo-Cueto dijo que, a causa del mestizaje, el tema racial en Puerto Rico siempre ha sido delicado y que el resultado del último censo, en su opinión, debe hacer pesar en la necesidad de que en el futuro se introduzca la tonalidad de piel como forma de clasificación.
El demógrafo Raúl Figueroa señaló por su parte que nadie esperaba un giro tan dramático para Puerto Rico en el aspecto racial y que, sin duda, en este cambio han influido valores antropológicos.
«La gente antiguamente tenía miedo a definirse como negro por salir perjudicado», indicó el experto, además de subrayar que ha influido en el resultado de la clasificación racial la puesta en marcha de una campaña a nivel local para que la gente se identificara sin miedo tal y como es su raza.
Figueroa dijo además que el cuestionario del último censo era más fácil de entender para los puertorriqueños.
Los datos del último censo revelaron que se identificó como negros, solamente o en combinación con otra, un 17,5 % de los puertorriqueños frente al 14,8 % de 2010.
Falsely I have imagined myself to be that Good Samaritan by the deeds I do by handing out some cash or food to the homeless or helping individuals with troubled minds and hearts. It has felt good being able to give something to someone else in need and never expecting anything in return.
I have chanted on occasion my mantra of “con los pobres quiero echar mi suerte” I will put my future with the poor. Although I am neither poor nor am I rich I remember my roots and my struggle to make a living and to move from farmworker to community activist.
Over the years I have seen students, workers, the unemployed, gang members, and others respond by helping me in my projects and often just thanking me or giving me moral support. This support was not expected but it was most inspiring to receive it.
Then on February 3rd, I was involved in a most difficult but the most amazing event.
La parábola del buen samaritano, relatada en el Evangelio de Lucas, ilustra que la caridad y la misericordia son virtudes que guían a los hombres a la piedad y a la santidad.
It was early morning, I had stopped at my favorite gas station in Claremont, California on my way from Redlands to a meeting in Hawthorne which is just below Los Angeles. This is a good gas station because it has clean bathrooms that are always available. Many gas stations since COVID have closed their bathrooms. Plus, there is a Mcdonald’s and Starbucks there also.
I was on my way to the restroom as I was approaching the side door to the building when I felt my left foot slipping on a slick piece of trash. probably a food wrapper. The next thing I know is my face is bouncing off the cement. My first thought is wanting to know how serious this fall would be. I did not have the chance to break the fall with my hands.
Dazed and bleeding from multiple cuts on my face. it scared me to see so much of my blood making puddles right in front of me.
Leno Rose-Avila
Then I felt two firm hands lifting by my shoulders and onto my knees with this man asking about my condition and how she might help.
He said that he wanted to make sure I was okay.
Soon he was off to the gasoline pump islands to get paper towels to stem the flow of the blood. He asked if he should call 911 and I said no. Probably that was a mistake. He made several trips to get more towels for blood flowing from my face.
He let me know he was not allowed in the gas station so he could not get the towels wet for me. Giving me the impression that he was homeless.
With his strong arms and hands, he helped me get upright. I was limp and my legs were useless. I thanked him and gave him the few dollars in my pocket and stumbled into the gas station bathroom where I saw the serious damage to my face and tried to clean it up as best I could. Much later I would find bruising and pain to both knees and my ribs. I looked like I had been beaten up in a gang fight or by the police.
I was still dazed when I got out of the bathroom and could not find the man who helped me. I don’t remember his face, ethnicity, or anything about him and I forgot to give him my name and phone number. To this day I cannot find his face in my memory banks, but I know it is there somewhere. I went back two days later in search of this man who had helped me. And one day I hope to find him.
No one else came to check on me at this busy gas station. Perhaps they thought I might have been on drugs or alcohol or perhaps just another homeless man lying there bleeding. Later I would notice that no blood had gotten on my shirt that day.
Leno Rose-Avila
I got in my van and thought about the biblical tale of the Good Samaritan. Who was this man who had helped me? who did not judge me, a man who just wanted to be of assistance. He was just a man with a good heart. There are many more out there who may not be wearing the finest of clothes but who have a good heart and will do the right thing and help others.
Later I went to an Urgent Care Clinic and then to an Emergency Hospital Room in Redlands. I had done serious damage to my face and body. We all have a chance every day to perform an act of kindness for someone somewhere.
Imagínese a un adolescente que creció en la pobreza, es expulsado de la escuela la mayor parte de su vida vende drogas y luego es enviado a la cárcel. Ahora imagine que ese mismo adolescente sale de la cárcel, se gradúa de la escuela secundaria, obtiene un título universitario y desarrolla una organización sin fines de lucro que ayuda a los jóvenes en riesgo. Recuperarse después de una situación trágica no es fácil, pero es posible si tiene fe. Una forma de fortalecer su fe es buscar inspiración. José Ferrán es un joven de tremenda fe y su historia está garantizada para inspirarte.
(Foto: Cortesía/José Ferrán)
José Ferran creció en Filadelfia, Pensilvania, con una rutina típica de ir a la escuela, hacer la tarea y practicar deportes. Soñaba con ser futbolista. Sin embargo, una serie de malas decisiones hicieron añicos ese sueño cuando solo tenía trece años. “Tenía trece años, estaba en octavo grado. Me echaron de la escuela … No estaba consciente de mi futuro. Me importaba más mi estado actual”, en ese momento estaba ganando dinero, sin importar el costo. La vida de José siguió cayendo en espiral. Luchó con el trauma de la violencia armada y luchó con las consecuencias de asistir a una escuela disciplinaria durante seis años consecutivos. Sin embargo, un rayo de esperanza atravesó la oscuridad mientras tomaba una decisión que finalmente cambiaría su vida. “Me convertí en un creyente en Jesucristo cuando ingresé a la Escuela Secundaria Frankford en 2012. A través de Frankford, conocí Timoteo Sports, un programa de mentores para jóvenes en el que me di cuenta de mi llamado a trabajar con los jóvenes”. Timoteo también «me presentó a Esperanza College of Eastern University».
“Cuando fui a Esperanza College of Eastern University, la experiencia fue única porque nunca he estado en un espacio dedicado al aprendizaje. Las clases eran pequeñas y brindaban un espacio para dialogar sobre lo que estás leyendo en lugar de simplemente transcribirlo en un ensayo «. Los cursos también “te hacen reflexionar sobre cómo la fe, la razón y la justicia se conectan para ti. La biblioteca era espaciosa con zonas de estudio habilitadas para los estudiantes. ¡Realmente lo aprecio! Ahora, tengo sed de aprender, y lo cultivé en Esperanza College of Eastern University. Estoy agradecido por eso «.
José se recuperó después de un comienzo trágico. Se graduó de Esperanza College of Eastern University con un título de asociado en Servicios Humanos. Luego, fue a la Universidad de Temple y obtuvo una licenciatura en Trabajo Social. Actualmente, José es trabajador social en Turning Points for Children. Apoya a los adultos jóvenes que están recién creciendo fuera del sistema de cuidado de crianza. Joe también está trabajando en cómo reducir el estigma sobre la salud mental y creando oportunidades evaluables y equitativas para la comunidad de habla hispana en Filadelfia, Pensilvania. José es un testimonio vivo de que “para Dios todo es posible” (Mateo 19:26).
Actualmente, hay alrededor de 1.800 millones de personas (más del 20% de la población mundial) que carece de un alojamiento adecuado, cifra que se prevé aumente hasta los 3.000 millones en 2030, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En Estados Unidos de acuerdo con información de Efe, 2021, por cuarto año consecutivo, la población de personas sin hogar aumentó y la cifra se acercó a 600 mil. Del total de 580.466 de personas sin vivienda, las minorías raciales continúan siendo mayoría entre desamparados, con los negros en el primer lugar al constituir el 39% del total. En el segundo puesto figuran los latinos, que constituyen el 23% entre los “sin techo”, que representan el 16% de la población en general, según las estadísticas del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano.
Filadelfia ha sido la metrópoli más pobre del país durante años, según una investigación de Pew Charitable Trusts, debido a la pandemia, las tasas de desempleo y pobreza en Filadelfia aumentan y seguirán siendo las más altas del país en el futuro. En esta ciudad cerca del 40% de los latinos son pobres, la mayoría de ellos puertorriqueños, y cuentan con servicios médicos, sin embargo, hay cada vez más hispanos que no tienen a donde acudir, en especial por su estatus migratorio; pero hay una organización sin fines de lucro Project HOME, que ha venido trabajando durante más de 30 años para acabar con la falta de vivienda en las calles de Filadelfia, para ayudar a aliviar la pobreza, y para proveer atención médica a quien lo necesite. Esta organización proporciona diferentes servicios que conforman la parte integral de su trabajo, como lo es la concientización sobre las problemáticas de las personas sin hogar, sus causas y consecuencias. En un contexto donde la pobreza emerge aún más, HOME no dejó de laborar pese a la pandemia.
Alcanzar el máximo potencial de los miembros de la sociedad en general, porque el bien común es el bienestar individual.
Dra. Mary Kasenchak.
“En tiempos extraordinarios como esta pandemia, estamos aprendiendo a imaginar formas nuevas y creativas de asegurar la conexión humana que es vital para nuestra integridad como personas y como sociedad”, expresó en su boletín la hermana Mary Scullion, una de las cofundadoras de Project HOME, organización de base católica.
Y es que durante la pandemia Project HOME en vez de replegarse se potencializó, y si bien hay áreas donde no han podido regresar al 100, hay otras en las que se han desplegado. Por ejemplo, lanzó Grocery LifeLine como una respuesta inmediata y directa a las necesidades de alimentos de los miembros vulnerables de la comunidad durante la pandemia del COVID-19. También se implementó la iniciativa Project HOME Books, donde se donaron cientos de libros que se recolectaron de las escuelas de la comunidad.
Project HOME.
La misión de Project HOME ha sido capacitar a adultos, niños y familias para romper el ciclo de la pobreza como la falta de vivienda, y con ello permitir, a quienes lo necesitan, alcanzar su máximo potencial como individuos y como miembros de la sociedad en general.
“Ninguno de nosotros está en casa hasta que todos estemos en casa”
ORGANIZACIÓN DE IMPACTO 360
Alojamiento – Ofrece viviendas subsidiadas permanentemente para personas y familias que han estado sin hogar. Actualmente se cuenta con 936 unidades de vivienda asequible con servicios de apoyo. También proporciona servicios especializados para adultos jóvenes (18 a 24 años) en riesgo de caer en la indigencia. Asimismo, su programa de “Exalumnos” está destinado a crear un espacio para que los antiguos residentes se conecten, se reúnan y creen una comunidad.
Aprendizaje y Empleo para adultos mayores – Ayuda a aquellos habitantes de la ciudad que, se están recuperando de la falta de vivienda o que viven en la pobreza, a lograr trabajos satisfactorios con salarios dignos. El programa “Aprendizaje de adultos” está diseñado para aumentar su capacidad de ser empleados y el potencial de ingresos. El servicio de “Empleo” ayuda a la comunidad a superar la pobreza y la falta de vivienda accediendo a empleos de alta calidad y recursos para la planificación profesional; y, mediante el programa “Empresa Social”, diseñado para residentes con poca experiencia laboral, enfatiza rutinas de trabajo y habilidades de comunicación.
Educación – Los programas educativos en el Honickman Learning Center Comcast Technology Labs brindan a los niños y adolescentes vulnerables, desde jardín de infantes hasta el grado 12, un lugar seguro para aprender y crecer, con acceso a programación académica, artística y tecnológica de alta calidad, y de baja barrera, así como asesorar el camino al éxito universitario. El programa “Después de la escuela K8” brinda a los estudiantes la programación necesaria de matemáticas, alfabetización, ciencia y tecnología en un ambiente seguro y enriquecedor. En el programa de “Acceso a la universidad” se prepara a los adolescentes y las familias en áreas desatendidas para lograr el éxito universitario; además, los apoyan durante la universidad.
Cuidado de la salud – Se cuenta con un centro calificado federalmente que brinda atención de salud y bienestar de alta calidad, accesible para las poblaciones médicamente desatendidas en la ciudad, en particular las personas que han experimentado la falta de vivienda y las personas de bajos ingresos en riesgo de quedarse sin hogar en la comunidad del bajo norte de Filadelfia, e incluye servicio dental, de salud reproductiva, pediátrica, y de bienestar integral, armonizando los servicios de salud física y mental.
Defensa y participación comunitaria – El programa está comprometido a fomentar un espíritu de comunidad entre personas de todos los ámbitos de la vida, todos los cuales tienen un papel que desempeñar para hacer de esta una sociedad justa y compasiva. En el programa “Tomar acción” los invitan a unirse en defensa de las necesidades de los habitantes de Filadelfia que viven en situación de indigencia y pobreza, en “Mesa de oradores” se comparten historias de experiencias personales de personas sin hogar y el trabajo de Project HOME para ponerle fin; en “Coalición Vote for Homes” promueve la movilización a votar, en un esfuerzo de defensa no partidista, el cual ha registrado a más de 16 mil votantes desde 1999.
El decimotercer evento anual Bring Philly de Project HOME se realizará del 23 al 29 de septiembre de 2021, el cual contará con eventos más pequeños y actividades virtuales.
El derecho universal a una vivienda digna y adecuada aparece en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU de 1948.
Hermana Mary Scullion.
“Vivir sin hogar puede conducir a la pobreza, a problemas de salud física y mental, al abuso sexual y a la violencia física, y todo ello dificulta aún más la búsqueda de un nuevo hogar”, Libres e Iguales de Naciones Unidas (UNFE).
Al respecto a este círculo vicioso, Monica Medina McCurdy, PA-C, vicepresidenta de servicios de atención médica en Project HOME publicó una opinión sobre «la vivienda como cuidado de la salud», que apela a los profesionales de la salud y al liderazgo de la Ciudad.
La pandemia ha resaltado aún más las claras consecuencias del racismo sistémico. La hermana Mary, ha hecho de su vida un combate continuo en contra de la injusticia social que parte de la discriminación.
Su vida ha impactado a un sin número de personas que han recibido ayuda en HOME, pero también a muchas de quienes forman parte del equipo de voluntarios y trabajadores, que movidos por la compasión han optado por brindar con excelencia sus servicios profesionales.
Dos ejemplos que se destacan son la Dra. Mary Kasenchak, del departamento de odontología, y el Dr. Patrick Doggeta a cargo del departamento médico en el Stephen Klein Wellness Center. Ambos no ven a expedientes, ven a personas, sin juicio y con gran amor por servir. Con su gran liderazgo inspiran a sus compañeros a encarnar el espíritu de Project HOME.
La línea directa de ayuda para personas sin hogar de Filadelfia es 215-232-1984. Para más información consulte https://projecthome.org/
Falsamente me he imaginado a mí mismo como un buen samaritano por las obras que he hecho, como repartir algo de dinero en efectivo o comida a los desamparados, o por ayudar a las personas con mentes y corazones atribulados. Me he sentido bien por poder dar algo a alguien que lo ha necesitado y nunca esperar nada a cambio.
He tarareado en alguna ocasión mi mantra “Con los pobres quiero yo mi suerte echar”; aunque no me considero ni pobre ni rico, recuerdo mis raíces y mi lucha por ganarme la vida, y pasar de trabajador agrícola a activista comunitario.
La parábola del buen samaritano, relatada en el Evangelio de Lucas, ilustra que la caridad y la misericordia son virtudes que guían a los hombres a la piedad y a la santidad.
A lo largo de los años, he visto a estudiantes, trabajadores, desempleados, pandilleros y otros responder, ayudándome en mis proyectos y, a menudo, simplemente agradeciéndome o dándome apoyo moral; como ocurrió el pasado 3 de agosto, donde estuve involucrado en un evento muy difícil pero asombroso. El apoyo que recibí no lo esperaba, pero fue muy inspirador recibirlo.
Era temprano por la mañana, me detuve en mi gasolinera favorita en la ciudad de Claremont, California, como parte de mi camino desde West Redlands hasta mi reunión en Hawthorne, al sur de Los Ángeles. Esta es una buena estación de servicio porque tiene sanitarios limpios y a menudo disponibles. Muchas estaciones de servicio han cerrado sus sanitarios desde la pandemia del COVID. Además, también hay un McDonalds y un Starbucks.
Me dirigí al sanitario, y cuando me acerqué a la puerta lateral del edificio, sentí que mi pie izquierdo resbalaba sobre un pedazo de basura resbaladizo; mi cara rebotó en el cemento. No tuve la oportunidad de frenar la caída con mis manos. Mi pensamiento inmediato fue el saber qué tan grave sería.
Leno Rose-Avila.
Quedé aturdido y sangrando por múltiples cortes en mi cara. Me asustó ver tanta sangre haciendo charcos justo frente de mí. Entonces, sentí dos manos firmes sostenerme por mis hombros, y un hombre arrodillado frente a mí me preguntó sobre mi condición y cómo me podía ayudar. Me dijo que quería asegurarse de que estuviera bien. En seguida fue a las islas de las bombas de gasolina a buscar toallas de papel para detener el flujo de sangre, y me preguntó si debía llamar al 911, y le dije que no –probablemente fue un error–. Hizo varios viajes para conseguir más toallas para limpiar la sangre que aún fluía de mi cara.
Me hizo saber que no le estaba permitido estar en la estación de servicio como para que pudiera mojar las toallas. Lo que me dio la impresión de que no tenía hogar. Con sus fuertes brazos y manos me ayudó a ponerme de pie. Yo estaba flácido y mis piernas inútiles. Le di las gracias y los pocos dólares que tenía en el bolsillo.
Caminé y pronto me topé con el sanitario de la gasolinera, me miré al espejo y pude ver el grave daño en mi cara; traté de limpiarme lo mejor que pude. Mucho después me encontraría moretones, dolor en ambas rodillas y en mis costillas. Parecía que me habían golpeado en una pelea de pandillas o por la policía.
Todavía estaba aturdido cuando salí del sanitario, quería ver al hombre que me ayudó, pero no lo pude encontrar. No recuerdo su rostro, etnia, nada sobre él; olvidé darle mi nombre y número de teléfono. Dos días después regresé en busca de ese hombre que me había ayudado, pero no lo hallé. Hasta el día de hoy, no encuentro su rostro en mi banco de memoria, pero sé que está ahí en alguna parte. Espero algún día encontrarlo.
Nadie más vino a ver cómo estaba en esa concurrida estación de servicio, tal vez pensaron que había consumido drogas o alcohol, o tal vez solo era otro vagabundo tirado por ahí, sangrando. Más tarde me di cuenta de que, ese día no había manchado de sangre mi camiseta. Subí a mi camioneta y pensé en la parábola bíblica del buen samaritano. ¿Quién era ese hombre que me había ayudado?, que no me juzgó. Un hombre que solo quería ser de ayuda. Era solo un hombre de buen corazón. Hay muchos más que no usan ropa fina, pero que tienen un buen corazón, que hacen lo correcto y ayudan a los demás.
Leno Rose-Avila
Más tarde, fui a una clínica de atención de urgencias, y luego a la sala de emergencias de un hospital en la ciudad de West Redlands. Me había hecho un daño grave en mi cara y en mi cuerpo.
Todos tenemos la oportunidad todos los días de realizar un acto de bondad para alguien en algún lugar, ¿Qué nos lo impide?
El uso de mascarilla y la vacunación son la mejor forma de luchar contra el COVID-19. (Foto: Ilustrativa/Pexels)
Filadelfia, PA– El 25 de marzo de 2020 la Ciudad de anunciaba la primera muerte de un ciudadano enfermo por COVID-19, una persona de unos 50 años que sufría de condiciones médicas preexistentes. Hasta ese momento se tenían solo 342 casos de contagio confirmados y ninguna muerte. Sin embargo, a medida que transcurrieron los días, la ciudad sufrió un aumento en el número de casos diarios y de defunciones. Hasta el 18 de agosto del 2021, la ciudad había reportado 145.704 casos de contagios, y un total, desde que inició la pandemia de 3.802 muertes por esta enfermedad.
El número de casos de contagio diarios y muertes habían descendido drásticamente después de la segunda semana del mes de abril. Durante los meses de mayo, junio y julio se contabilizaron, en promedio, alrededor de 50 casos y 7 muertes, pero con la aparición de la variante Delta, el inicio del verano y las vacaciones, los contagios aumentaron exponencialmente durante agosto, no así el número de defunciones, las cuales se han mantenido entre 15 y 0 desde el mes de mayo, situación que se presume como resultado de la vacunación y de la intervención tempestiva de tratamiento. Sin embargo, por el repunte en el número de casos de contagio, las autoridades de Salud piden a la población de la ciudad usar doble mascarilla en especial en lugares cerrados y conglomerados.
En varios estudios se ha demostrado que las vacunas aprobadas por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, siglas en inglés) para combatir al coronavirus (Pfizer, Moderna, Johnson & Johnson) son eficaces frente a la variante Delta. La gran mayoría de los que están luchando por sus vidas en este momento, son personas que no habían recibido la vacuna.
Los adultos jóvenes son la población con la tasa de vacunación más baja y la tasa más alta de infección por COVID-19.
PERDIDAS IRREPARABLES
La enfermedad por el virus SARS-CoV-2 ha cobrado también vidas de niños y jóvenes, como los lamentables casos de los estudiantes de la Universidad Penn State, Juan García, estudiante de origen dominicano de 21 años, del Colegio de Ciencias de la Tierra y Minerales, murió el 30 de junio, a causa de una insuficiencia respiratoria y otras complicaciones asociadas al COVID-19; y de Neil Chetan Patel, estudiante de actuación teatral, quien murió de COVID-19, el 1 de agosto a los 20 años. Patel había estado trabajando en dos trabajos de primera línea para ayudar a pagar sus estudios universitarios.
Hasta el 18 de agosto de 2021, en el mundo se registraban casi 5 mil millones de personas completamente vacunadas.
EN FILADELFIA
De acuerdo con datos de opendataphilly.org el mapa de los códigos postales que más han reportado muertes por COVID-19 son el 19115 (211), 19152 (202), 19144 (175), 19131 (171), seguidos del 19111 (155), 19116 (152), 19148 (151) y el 19119 (144). Como se observa, cinco de las ocho localidades con más decesos se reportan al norte de la ciudad.
La población más afectada por el virus ha sido la negra con un total de 1755 muertes, la gente blanca no hispana 1249, y 377 de hispanos. Según reportes del gobierno de Filadelfia, el mayor número de víctimas han sido mujeres y hombres mayores de 75 años (1068 y 919, respectivamente).
EN PENSILVANIA
El Departamento de Salud informa que sea han aplicado más de 11,9 millones de vacunas hasta el 18 de agosto, el 64,5% de los residentes de Pensilvania de 18 años o más están completamente vacunados, es decir unas 5.840.707 personas.
Para mitad de la semana había unos 2.332 nuevos casos, 1.275 pacientes hospitalizados y 332 pacientes en la unidad de cuidados intensivos. Durante la pandemia el total estatal es de 1,256,324 de casos positivos registrados.
El porcentaje de positividad en todo el estado para la semana del 6 al 12 de agosto fue de 6.0%.
Según los CDC, para el martes 17 de agosto, Pensilvania ocupaba el quinto lugar entre los 50 estados en cuanto a dosis totales administradas.
Una guía de vacunación contra el COVID-19 de la mancomunidad explica el proceso actual para obtener una. Los residentes de Pensilvania que tengan preguntas sobre el proceso de vacunación pueden llamar a la línea directa del Departamento de Salud al 1-877-724-3258.
Residentes de Kensington luchan por mejores condiciones de vida en su barrio. (Foto: Cortesía de la Asociación de Vecinos de Kensington/Archivo)
Residentes de Kensington realizaron una protesta el 11 de agosto por las condiciones intolerables en su vecindario.“Estuve muy emocionada de ver a tantos residentes que fueron a la protesta y a la audiencia del Comité de Salud Pública y Servicios Humanos del Concejo de Filadelfia esa noche”, informó la concejal María Quiñones-Sánchez del distrito 7 para Impacto.
Durante la audiencia se escucharon testimonios acerca de la inaguantable situación que viven en Kensington y la estrategia de contención fallida, adoptada por la administración del alcalde Kenney. “Su enfoque ha creado condiciones inhumanas para los residentes, así como para los que no tienen hogar y para las personas que están batallando contra la adicción”, especificó la concejal.
El narcotráfico al aire libre ha atrapado a la comunidad trabajadora, y ha forzado a los residentes a abordar la creciente violencia por armas de fuego. “Por todas esas razones, apoyo que se despejen los campamentos, así como ocurrió en el aeropuerto, y en el centro de la ciudad el verano pasado”, afirmó contundente. También apoya a que los indigentes sean ingresados en programas de tratamiento y de vivienda apoyados por el gobierno de Filadelfia. “Estoy observando muy de cerca como la administración de Kenney ejecutará el plan durante las semanas siguientes”, finalizó.
La concejal Quiñones-Sánchez, de ascendencia puertorriqueña, elaboró el plan de inversión restaurativa para residentes de Kensington en junio del año pasado. Ahí establece que los residentes de este vecindario han vivido por años en una crisis ambiental de salud y seguridad púbica que inflige trauma diario a los niños y las familias. Asegura que las inversiones restaurativas son necesarias para ganar de nuevo la confianza de la comunidad, y restaurar el orden público y la calidad de vida.
El miércoles 11 de agosto docenas de residentes de la comunidad de este vecindario marcharon por las calles D y Clearfield hacia la audiencia pública nocturna en la escuela primaria Lewis Elkin con una pregunta clara, ¿dónde está el alcalde? De acuerdo con un artículo en KensingtonVoice, Eduardo Esquivel, presidente de la Asociación de Vecinos de Kensington se dirigió a los marchistas y les dijo que Jim Kenney es el capitán de este barco y tiene que navegar el barco o retirarse. La Asociación está formada por vecinos que se han organizado para tener una comunidad sana y próspera en su vecindario bordeado por las avenidas Lehigh, Alleghenny, Front y Kensington.
Los residentes que asistieron a la audiencia manifestaron que se necesita más recursos a largo plazo, así como tratamiento de salud mental para los que no tienen un hogar y viven en las calles. Los miembros del Concejo que estuvieron ahí fueron María Quiñones-Sánchez, Derek S. Green, Helen Gym, Kendra Brooks, Mark Squilla, David Oh, así como el director administrativo Tumar Alexander y el personal del alcalde. La presidenta del Comité es Cindy Bass y Bobby Henon, el vicepresidente.
Al final de la audiencia que duró tres horas, los miembros del Concejo acordaron realizar otra audiencia pública en un futuro no lejano.
LOS VECINOS NO CREEN QUE DURE MUCHO
Aunque la Ciudad reveló que, a partir del miércoles 18 de agosto, estará prohibido vivir en las aceras del vecindario, los vecinos desconfían de que las decenas de desalojados no vuelvan, ellos u otros, ya que esa área de Kensington suele tener muchos desamparados en sus calles y en estaciones de tren, cosa que ha generado protestas y hasta cierres de estaciones de SEPTA. Pero según la Ciudad, en vez de desalojarlos para luego ponerlos en otras calles, esta vez buscarán que trabajadores sociales les den seguimiento con más recursos para sacarlos de su situación de calle. La nueva estrategia incluye la colaboración con la policía para desalojar a los indigentes en las calles en Kensington, Lehigh y Allegheny.
El jefe del Estado Mayor de la Defensa de Estados Unidos, general Mark Milley. (Foto: EFE/CAROLINE BREHMAN/Archivo)
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se enfrenta a uno de los momentos más delicados desde su llegada a la Casa Blanca, tras el caótico repliegue de Afganistán y el rápido ascenso de los talibanes, pese al apoyo mayoritario de sus conciudadanos a la retirada de las tropas estadounidenses del país asiático tras 20 años de guerra.
Si bien la salida de Afganistán cuenta con el respaldo de siete de cada diez estadounidenses, según la última encuesta del laboratorio de ideas Chicago Council on Global Affairs, las imágenes de centenares de afganos agolpados en el aeropuerto de Kabul tratando de acceder de forma desesperada a los aviones estadounidenses arrojan sombras sobre la capacidad de liderazgo mundial de Washington.
Con estas escenas, el mandatario ha perdido «mucho respeto y credibilidad», según Steffen Schmidt, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Iowa, en declaraciones a Efe.
«Creo que después de esta semana a Estados Unidos le va a costar más conseguir aliados. ¿Quién va a confiar en Estados Unidos ahora?», opinó Schmidt, quien subrayó el «enfado» entre el sector más progresista del Partido Demócrata por haber «abandonado» a las mujeres afganas a merced de los fundamentalistas.
MALOS PRESAGIOS
Biden, quien llegó a la Casa Blanca prometiendo el regreso de Washington a la esfera internacional tras el aislacionismo de su predecesor Donald Trump (2017-2021), ofreció a inicios de esta semana un discurso en el que se reafirmó en su decisión de salir de Afganistán ya que el objetivo, dijo, «nunca» había sido crear una democracia en ese país”.
Además, culpó de lo sucedido a las fuerzas y al Gobierno de Afganistán y, sin atisbo de autocrítica, remarcó que ya no estaba en los intereses de Estados Unidos mantener la presencia en esa nación, donde Washington invirtió más de dos billones de dólares y más de 2.300 estadounidenses perdieron la vida en las dos décadas de guerra.
«No ofrece buenos presagios para el resto de su Presidencia. El mundo ha visto cómo un presidente ha retratado la rendición como un acto de valentía política, y la retirada como sabiduría estratégica», subrayó el diario conservador The Wall Street Journal en su duro editorial del martes.
Por su parte, Trump, quien negoció el pacto de retirada con los talibanes, cargó contra Biden y aseguró que la salida de Afganistán es el «resultado militar más vergonzoso en la historia de Estados Unidos».
Afganos, incluidos los que trabajaron para los EE. UU., la OTAN, la Unión Europea y las Naciones Unidas en Afganistán, esperan frente al aeropuerto internacional Hamid Karzai para huir del país, después de que los talibanes tomaron el control de Kabul, Afganistán. (Foto: EFE/STRINGER)
HARTAZGO DE LA GUERRA EN EE. UU.
Consciente del cansancio y hartazgo entre la población estadounidense, Biden parece dispuesto a asumir las críticas y buscar centrarse en su ambiciosa agenda de reestructuración de la economía nacional.
«El discurso del presidente sobre Afganistán fue efectivo porque remarcó que la guerra más larga de la historia de Estados Unidos debe terminar y que nunca será un buen momento para hacerlo. Esto conectó con la mayoría de las personas, de las que 70 % quieren acabarla ya», indicó Larry Sabato, director del Centro de Política de la Universidad de Virginia, en su cuenta de Twitter.
El respaldo es, además, bipartidista, con más de 70 % de los demócratas e independientes en favor de la salida, y 56 % de los republicanos de acuerdo, indica el sondeo del Chicago Council on Global Affairs.
Kyle Kondik, analista del Centro de Política de la Universidad de Virginia, pronosticó que a medio plazo «el público pasará página» y recalcó que el» foco» de la Administración de Biden siempre ha sido la política interna.
«El evento más comparable es la caída de Saigón en 1975, que no tuvo una presencia prominente en las elecciones de 1976. Y el compromiso militar en Vietnam entonces -y como consecuencia el interés público- era mucho mayor en su momento álgido que el compromiso en Afganistán», acotó.
NO HABÍA NADA QUE INDICARA LA VELOCIDAD DE LA CAÍDA
El jefe del Estado Mayor de la Defensa de Estados Unidos, general Mark Milley, acompañado por el secretario de Defensa Lloyd Austin, dijo el pasado miércoles que no había nada que indicara el colapso del Ejército o del Gobierno afganos en 11 días, ante el avance de los talibanes.
No obstante, el general subrayó que EE. UU. había trabajado con varios escenarios posibles tras su repliegue de Afganistán a la hora de elaborar sus planes de retirada, y que uno de dichos escenarios era el actual.
Agregó que otros escenarios posibles contemplaban una guerra civil y un acuerdo negociado.
Austin aseguró que «no ha habido interacciones hostiles con los talibanes» en los últimos días y que las líneas de comunicación siguen abiertas con los insurgentes.
Afirmó que su principal prioridad es evacuar a todos los estadounidenses y a los colaboradores afganos a través del aeropuerto internacional Hamid Karzai de Kabul; por lo que las fuerzas de EE. UU., en colaboración con fuerzas aliadas, han establecido posiciones de defensa en los alrededores del aeropuerto.
Milley puntualizó que, pese a que han enviado refuerzos a Afganistán para garantizar la seguridad del aeropuerto y las evacuaciones, «la situación todavía es muy peligrosa», y subrayó que si hay alguna amenaza EE. UU. «adoptará una acción militar de inmediato y sin dudar».
Asegurar la salud y el bienestar de aquellos confiados al cuidado pastoral y temporal de nuestra Iglesia, especialmente mientras navegamos por una pandemia global, es una prioridad primordial como arzobispo de Filadelfia. Durante este tiempo de graves dificultades y luchas, he trabajado en conjunto con los obispos católicos de Pensilvania y la administración superior de la Arquidiócesis de Filadelfia para implementar las mejores prácticas destinadas a mitigar la propagación del COVID-19 y proteger a los más vulnerables.
A medida que evolucionó el panorama de COVID-19, reevaluamos continuamente esos esfuerzos en consulta con los funcionarios de salud pública y en base a los datos.
Como su Pastor, estoy llamado a brindar la Eucaristía en un ambiente seguro. Con ese fin, les pido que den prioridad a su propia salud y la salud de sus vecinos y comunidades religiosas.
Reverendísimo Nelson J. Pérez
Reverendísimo Nelson J. Pérez
Como se anunció anteriormente, los obispos católicos de la Commonwealth de Pensilvania están restableciendo el asistir a misa en persona los domingos y días santos a partir del domingo 15 de agosto de 2021. Sin embargo, según la ley de la Iglesia de larga data, esta obligación no se aplica a quienes:
están enfermos;
tiene un riesgo grave para la salud;
vivir en un hogar con personas en riesgo;
servir como cuidadores primarios de las personas en riesgo;
tiene ansiedad o preocupaciones graves por estar en un entorno de grupo grande debido al COVID-19; o
no pueden asistir a misa en persona.
Como acto de caridad, todos los que puedan deben vacunarse por completo. Cualquiera que crea que podría tener COVID-19 o una de sus variantes debe buscar pruebas y tomar todas las precauciones para la preservación de la salud pública. Como pueblo de esperanza, oremos para que se ponga fin a esta crisis de salud.
El papa Francisco. (Foto: EFE/MAURIZIO BRAMBATTI)
Estoy profundamente agradecido con los científicos de investigación, los profesionales médicos y las agencias de salud que han ayudado en el desarrollo, producción y distribución de las vacunas COVID-19 en nuestra región y la nación.
Estas vacunas son un regalo que ayuda a mantener el regalo más preciado de Dios: la vida. Recibir una vacuna es verdaderamente un acto de preocupación por nuestra propia salud y bienestar y caridad para nuestros hermanos y hermanas. Con este espíritu, me uno a nuestro Santo Padre para animar encarecidamente a todos aquellos que puedan vacunarse contra el COVID-19.
Por cerca ya de un siglo, Estados Unidos ha sido considerada la nación más creativa, influyente, desarrollada y rica de todo el planeta, por lo menos en los indicadores generales. Durante las grandes guerras ha demostrado ser una nación trabajadora, organizada y determinada; y se ha presentado al mundo como el más fuerte bastión de la democracia y las libertades individuales, motivos por los cuales el “sueño americano” atrajo y sigue atrayendo a tantos a este país.
Sin embargo, algo que golpea el ojo de quien visita sus grandes ciudades por primera vez, aparte de su orden, belleza, espacios y señorío, es el alto número de habitantes sin techo que se ven tendidos frente a las estaciones de trenes y buses, en los parques y en las aceras enfrente de edificios y viviendas. Entonces el foráneo se llega a cuestionar por qué una nación tan espléndida, y que bien podría disponer de suficientes refugios para estos pobres, permite esta triste realidad.
En un apasionante thriller de John Grisham llamado “El abogado de la calle”, el jurista Michael Brock abandona una gran firma de abogados de Washington tras presenciar el asesinato de un sintecho, que había irrumpido violentamente en las oficinas del bufete exigiendo información clasificada. Brock descubrirá después la triste historia de un veterano que fue dejado sin su casa en un injusto desalojo y, a lo largo de la novela, se interna con profunda sensibilidad en la dolorosa y complicada realidad de los habitantes de la calle.
Porque, aunque es fácil pensar que el gobierno puede poner fácilmente a todos los vagabundos en un buen refugio, la realidad que lleva a un hombre a cortar todos los hilos que lo unen a su sociedad y a vivir como un “disenfranchised”, –palabra de difícil traducción, que puede entenderse como un “descolgado”, un “sin derechos”, un “destituido social”–, es una cosa muy difícil de entender y aún más de solucionar.
Esto porque, cuando una persona ha quedado desmontada de su sociedad, de su grupo familiar, de su red de amigos y conocidos, su drama no es solamente no tener un techo; su dolor más profundo es “no ser parte de nada ni de nadie”; creer no tener en el mundo nadie a quien le importe lo suficiente su existencia, quien sepa su nombre e historia, –excepto, quizás, alguna oficina pública–; pensar que nadie le necesite ni le echa de menos; y que no esté nadie que cierre con ternura sus pupilas o moje con lágrimas su féretro si un día amanece muerto de frío, hambre, infección o soledad en cualquier esquina anónima; mientras probablemente exista alguien que le haya buscado, extrañado y llorado.
Las enfermedades mentales no tratadas también están a la raíz de tantos hombres y mujeres sintecho; este flagelo es una de las grandes heridas de nuestra sociedad, y uno de los gritos más estridentes que ella lanza a la conciencia de cada ciudadano. No basta la solidaridad básica de recoger ropa, cobijas o alimentos para remediar su drama. Se necesita una tarea de amor social titánico, que quizás empieza por aprender y llamarlo por su nombre, conocer algo de su historia, y así ofrecer un primer “hilo” de apoyo y amistad que le haga sentir de nuevo persona, y que quizás un día lo reconecte a aquella sociedad y a la vida que sin miramientos lo dejó atrás.