Newark, NJ – Después de su propia recuperación de la COVID-19, la enfermera Priscilla Maranon, continúa trabajando los siete días de la semana para cuidar a sus pacientes. Y este es el motivo.

Para Priscilla Maranon, una enfermera titulada de Elizabeth ahora en las primeras líneas de batalla contra la pandemia de la COVID-19, la palabra “detenerse” no parece estar en su diccionario.

Después de trabajar una semana de cuatro jornadas completas como enfermera para Horizon Blue Cross Blue Shield of New Jersey (BCBSNJ), Priscilla viaja hasta Meadowlands Exposition Center Field Hospital —un centro “de cuidados intermedios” creado para añadir capacidad de camas de hospital durante la pandemia— donde cuida a pacientes que se están recuperando de la COVID-19, en turnos de 12 horas los viernes, sábados y domingos.

Su energía inquebrantable proviene de su amor y responsabilidad por su profesión, dice Priscilla, y el deber que siente de apoyar a sus colegas en la primera línea de la lucha contra el coronavirus. “Es el juramento que hacemos como enfermeros, cuidar a otras personas” dijo.

Y no ha permitido que la COVID-19 la detenga tampoco. La misma Priscilla contrajo y se recuperó de un caso leve de COVID-19, al igual que su esposo, Antonio, quien también trabaja en el campo médico como ecografista en la ciudad de Nueva York.

Y un día antes de que empezara su trabajo de enfermera de fin de semana, se enteró de que su madre también había dado positivo en la prueba de la COVID-19. Así que, en la víspera de su inicio programado en Meadowlands, Priscilla estaba corriendo con su madre, Margarita, hacia otro hospital, donde permaneció durante 13 días antes de regresar a su hogar para recuperarse. “Fue increíble. Estaban sucediendo todas estas cosas juntas, al mismo tiempo”.

Su madre fue su inspiración para dedicarse a la enfermería.

“Juntas” es en realidad la palabra perfecta para describir la relación entre Priscilla y su madre, quien se dedicó a trabajar como auxiliar médica para un consultorio compartido en el condado de Hudson. A la edad de 18 años, Priscilla se sintió tan inspirada por su madre que se ofreció a trabajar allí también, como voluntaria. Comenzó recibiendo y registrando a los pacientes en la recepción, y en al cabo de un año, aceptó un puesto de tiempo completo como auxiliar médica, igual que su madre.

“Me enamoré del trabajo. Es algo que simplemente me surge naturalmente, cuidar de los demás. Me siento feliz cuando doy”, dice Priscilla.

Permaneció en el grupo durante unos siete años y ascendió hasta llegar a dirigir la oficina comercial. “Disfrutaba del trabajo, pero sentía que podía hacer más, así que decidí estudiar enfermería” dice. Mientras trabajaba, obtuvo su título de enfermera asistiendo a la escuela a tiempo parcial.

Después de obtener su título, Priscilla se convirtió en una enfermera de campo, brindando cuidados a los pacientes en el ámbito domiciliario. La experiencia llevó a Priscilla hasta Horizon BCBSNJ hace tres años cuando fue contratada como enfermera de campo para asistencia de cuidado personal/cuidado médico diurno como parte del programa de Ayudas y Servicios Administrados a Largo Plazo.

Un regreso a sus raíces para cuidar a los pacientes con COVID-19

En el Meadowlands Field Hospital, Priscilla ha tenido que apoyarse en su experiencia de campo y en los fundamentos básicos de la enfermería.

Muchas de las funciones de pie de cama que realiza ahora son manuales. “Estamos empleando muchas de las habilidades que aprendimos como enfermeros en la escuela y las estamos aplicando de forma manual, como por ejemplo tomar la presión sanguínea, administrar medicamentos y monitorear los signos vitales de los pacientes. Estamos haciendo lo mejor que podemos con lo que tenemos”, dice Priscilla.  Además de usar sus habilidades clínicas, Priscilla también ayuda haciendo de traductora. “Como persona bilingüe, puedo comunicarme con muchos pacientes en español y ayudar a los equipos médicos con la traducción. Creo que los pacientes se sienten cómodos cuando alguien del equipo médico puede hablarles en su lengua materna, especialmente en momentos como estos cuando todo es tan incierto”, dice.

Dedicación incansable para detener la COVID-19

Después de escuchar la convocatoria que hizo el gobernador Murphy al personal voluntario para ayudar en los hospitales que experimentan un incremento de pacientes con COVID-19, Priscilla se unió a más de 90 miembros del personal clínico de Horizon BCBSNJ para ofrecer sus servicios.

Con el fin de alentar a los empleados con formación médica a responder a esta convocatoria al servicio, le ampliaron la licencia con goce de salario para proporcionarles 40 horas de tiempo de trabajo voluntario remunerado. Priscilla fue contactada recientemente por el Estado para una asignación adicional, por lo que se está preparando para añadir turnos de trabajo voluntario en días laborables a su ya cargada agenda.

Entonces, ¿qué la mantiene trabajando interminablemente durante días? Es en parte el entusiasmo por ayudar a los pacientes, lo que le deja poco tiempo para la vida fuera del hospital. “Me aseguro de dormir y comer bien, y estoy lista para seguir” dice.

Pero también es la motivación que sintió después de ver a su madre en la agonía de la COVID-19. “Esta enfermedad aparece sin avisar. Mi madre y muchas otras personas que la tienen empiezan con síntomas mínimos, luego, de repente, sus niveles de oxígeno empiezan a bajar y su condición empeora drásticamente. Es una locura cómo ataca los pulmones”.

Con cada turno, cada paciente y cada minuto, ella arremete contra la enfermedad.

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