Ana, después de emitir su voto, demostrando su compromiso y agradecimiento con este país. (Cortesía)

Norristown, PA – Hace poco más de un año conocí a Ana, una de las personas que más me han hecho sentir como en casa desde que llegué a Pensilvania. El otro día, caminando con ella por el parque, le pregunté lo qué para ella como inmigrante significaba votar, y por quién lo había hecho; y más que una respuesta recibí una grata enseñanza, y se las comparto.

“Mira Rosalba, yo nací en la ciudad de Guatemala; decidí emigrar a los Estados Unidos cuando tenía 18 años, obligada por la situación de mi país: pobreza, inseguridad, escasez de trabajo, falta de oportunidades. Yo tenía la corazonada de que me iba a ir bien, y estaba dispuesta a pagar el precio para lograr ser feliz. Al llegar aquí, me enamoré inmediatamente del lugar. Me pareció maravilloso poder caminar por la calle sin el temor de ser asaltada o secuestrada. En ese momento me dije, yo quiero vivir siempre así, sintiendo esta libertad y tranquilidad”.

Recuerda que fue su primo el que la ayudo a adaptarse y que aprendió inglés escuchando TV, radio, y relacionándose con los angloparlantes. Su primer trabajo fue como cajera en un supermercado. Ana reconoce que, “Nunca sufrí problemas de discriminación, por el contrario, la gente me ayudó mucho y obtuve la residencia permanente. Me casé y, al poco tiempo, obtuve la nacionalidad americana. Mi esposo y yo compramos una casa y tuvimos a nuestro hijo, y me sentí orgullosa de mí. Había cumplido mi sueño, a pesar de que sentía mi corazón partido por tener al resto de mi familia lejos. Aprendí a vivir con la mitad de mi ser en el cielo y la otra en el infierno. En realidad, nosotros los que emigramos somos los que realmente nos sacrificamos al estar sin ellos. El decidir vivir aquí fue la elección más difícil e importante de mi vida. Esta nación me dio la oportunidad de ser feliz, y una forma de demostrar mi compromiso y agradecimiento ha sido votando”.

Ana dice que la primera vez que voto fue en el año 2004, cuando el presidente George W. Bush fue reelegido. Fue un acto especial para ella, porque consideraba que tenía en sus manos la oportunidad de ayudar a crecer este país. Igual que en 2008, cuando el candidato Barak Obama fue electo como presidente, “me emocionó saber que tendríamos al primer mandatario afroamericano; para mí significaba que la sociedad estadounidense daba un paso adelante e importante en el tema de eliminar el racismo y la discriminación; sin embargo, percibí que empezó a haber una división entre la gente. En 2016, recuerdo que las elecciones fueron especiales porque contendía una mujer, así que había la posibilidad de tener la primera mujer presidente, y por otro lado estaba Donald Trump, un candidato que hablaba de construir un muro, que más que confianza inspiraba temor y endurecía esa división. Ya no sentía esa unión y cooperación mutua entre la gente y los partidos políticos de años atrás”.

Ana recuerda que lastimosamente, este año al votar le resultó muy difícil tomar una decisión, pues por primera vez vio a la gente totalmente polarizada. “Todos respetábamos nuestras preferencias políticas, pero ahora era triste ver en las noticias que había vecinos que se enemistaban por no coincidir políticamente. Ya no había esa sensación de comunión, de trabajo en equipo, de trabajar para el mismo fin. Todo era no respetar las reglas e insultar al otro. La guerra se sentía entre la gente. Yo no nací en esta tierra, pero soy parte de ella y lucho para hacer de este un lugar mejor. Estas elecciones me dejaron ver que no debemos dejar que los demás nos dividan. No podemos arriesgarnos a perder nuestra nación y nuestra identidad por el comportamiento de los gobernantes. La unión viene de nosotros, no de los políticos. Inmigrantes o no, nosotros somos los que debemos levantar este país. Yo voté por el bienestar de todos y de este lugar que me ha dado tanto, voté por mi hijo, por los inmigrantes, por los residentes, y por la gente como tú, quienes trabajan por engrandecer esta nación, pero que no tienen la oportunidad de votar”.

Ana concluyó diciendo que espera que Biden mantenga fuerte la economía, y que nos ayude a encontrar una salida a esta pandemia; también que nos ayude a confiar, y a demostrar que sabemos hacer bien las cosas. Respetar el espacio propio y usar mascarilla, también demuestra nuestro amor por este país”. Por esta lección y elección le doy las ¡Gracias! a todos los que votaron pensando en los demás.

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