El presidente de los Estados Unidos Donald J. Trump sale de la Casa Blanca en Washington, DC, el 26 de octubre de 2020, en dirección a eventos políticos en Pensilvania. (Estados Unidos) EFE/EPA/Chris Kleponis / PISCINA
Nueva York. – El diario The New York Post, el mayor diario sensacionalista de la ciudad homónima, anunció este lunes su apoyo a la candidatura de Donald Trump como presidente en las elecciones del 3 de noviembre para «Hacer América grande de nuevo, otra vez».
En un editorial, el diario pide el voto para el republicano porque considera que con Trump la recuperación económica tras la pandemia será más fuerte y rápida, al igual que lo fue antes de la crisis del coronavirus, que aún parece lejos de amainar.
«Podemos regresar a la creación de empleo explosiva, el aumento de los salarios y la prosperidad general que teníamos antes de la pandemia», indica el diario, que confía en que el presidente dejará atrás «el annus horribilis 2020».
Al igual que hace Trump, el Post se basa en los datos de la mejora económica durante la presidencia del republicano antes de que llegara la pandemia gracias a la desregulación, menor burocracia y con «el rechazo del axioma globalista de que los acuerdos comerciales y la inmigración descontrolada es mejor para los estadounidenses».
En ese sentido, el diario asegura que si el candidato demócrata, Joe Biden, gana las elecciones «abrirá las compuertas de las fronteras de nuevo y regresará, como parece, a la ‘normalización’ con China, que equivale a que nos quiten el almuerzo».
Del mismo modo, celebra las acciones que Trump ha tomado frente a las protestas en todo el país por la brutalidad policial y considera que ha hecho bien al oponerse «a la permisividad de políticos en ciudades como Portland y a la falta de ley en nuestras calles».
El diario considera que es positivo que Trump culmine el dominio conservador del Tribunal Supremo con la esperada confirmación en el Senado de la jueza Amy Coney Barrett.
«Una administración de Joe Biden estará sometida a la izquierda socialista que ve una oportunidad para rehacer el país a su imagen, una que es más dependiente de la deuda del Estado», añade el editorial.
El Post considera que Trump ha gestionado bien la pandemia de la covid-19, que ha dejado más de 225.000 muertos en todo el país, y que está experimentando una nueva subida de casos.
Asimismo, el diario prefiere enfocar sus críticas en el gobernador del estado de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, al que critica por sacar pecho por su gestión, pese a ser durante la pasada primavera el centro mundial del coronavirus.
Trump agradeció esta mañana en un tuit el apoyo del Post, uno de los pocos diarios del noreste de Estados Unidos que ha apoyado al republicano.
El cantante puertorriqueño de trap Bad Bunny posa para Efe en la ciudad de Hialleah, en el condado Miami-Dade, Florida (EE.UU.). EFE/ Antoni Belchi/Archivo
San Juan. – El artista urbano puertorriqueño Bad Bunny expresó anoche su apoyo a Manuel Natal, aspirante a la alcaldía de San Juan por Movimiento Victoria Ciudadana, uno de los dos nuevos partidos en las elecciones generales del 3 de noviembre próximo.
«San Juan pega con Manuel Natal», escribió Bad Bunny en su cuenta de Twitter, minutos después de que se llevara a cabo «El Gran Debate de San Juan» entre los candidatos a la alcaldía por la capital puertorriqueña.
Además de Natal, los otros aspirantes a San Juan son el senador Miguel Romero, del gobernante Partido Nuevo Progresista; la senadora Rossana López, del Partido Popular Democrático (PPD); Adrián González, del Partido Independentista Puertorriqueño, y Nelson Rosario, del Proyecto Dignidad, otra de las nuevas formaciones.
Actualmente, la capital es dirigida por Carmen Yulín Cruz, del PPD.
Bad Bunny comenzó a expresarse públicamente sobre política en Puerto Rico cuando se unió, junto a otros destacados artistas, como Ricky Martin, Residente, Tommy Torres y Sie7e, entre otros, a las manifestaciones del verano de 2019 para exigir la salida del entonces gobernador de Puerto Rico Ricardo Rosselló.
Estas manifestaciones, a su vez, provocaron que los artistas reclamaran «un cambio» en la dirección de la isla.
Ante ello, el 20 de agosto pasado, Bad Bunny acudió a la sede central de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) de Puerto Rico en Hato Rey (San Juan) a inscribirse y obtener su tarjeta electoral, promoviendo que los jóvenes hicieran lo propio y exigieran su derecho al voto en las elecciones de noviembre.
«Saqué el día para sacar la tarjeta electoral, porque siento que es muy importante el momento por el que está atravesando el país. Quiero ser parte de la fuerza de la juventud, que va a hacer el cambio en el país», afirmó el artista a los medios a su salida de la CEE.
Al culminar el proceso de obtener la tarjeta electoral y atender a los medios de comunicación, el artista invitó a los jóvenes que aún no habían obtenido su tarjeta electoral a que lo hicieran.
En aquel momento, Bad Bunny dijo que aún no se había decidido por quién votar para el puesto de gobernador, pero admitió que tiene «claro» que no será por el candidato del PNP ni del PPD.
«En eso estoy claro, porque Puerto Rico necesita un cambio, y de eso se trata y por eso saqué la tarjeta hoy», enfatizó.
Los aspirantes a gobernador por el PNP y PPD son Pedro Pierluisi y Charlie Delgado, respectivamente.
«El pueblo está cansado del abuso, del atropello, del secuestro del país», añadió Benito Martínez, nombre verdadero del reconocido artista y ganador del premio al Mejor Compositor del Año 2020 por la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores.
Los chilenos esperan su turno para votar durante un referéndum para decidir si el país debe reemplazar su constitución de 40 años, redactada durante la última dictadura militar, en Santiago, Chile, el domingo 25 de octubre de 2020.[Foto: AP]
SANTIAGO DE CHILE – Más de dos tercios de los chilenos votaron el domingo por reemplazar la Constitución instaurada hace 40 años por la dictadura militar, reveló la autoridad electoral al tener contabilizadas el 99,4% de las mesas en un histórico plebiscito al que fueron convocados 15 millones de ciudadanos.
El proceso ocurre en un contexto en el que la mayoría muestra cansancio por lo que catalogan como desigualdades sociales y económicas en la nación sudamericana.
El Servicio Electoral precisó que con 7,4 millones de votos escrutados, el 78,2% —equivalente a 5,8 millones de sufragios— favoreció la opción apoyada por la oposición de centroizquierda de reemplazar la Carta Magna del dictador Augusto Pinochet (1973-1990) y un 21,7% —1,6 millones— optó por la propuesta de la mayoría del oficialismo derechista de mantenerla.
Los primeros resultados también revelaron que un 79% de los sufragios favoreció que la Ley Fundamental sea redactada por 155 ciudadanos electos, opción planteada por la disidencia, frente a un 20,76% que votó porque sea escrita por 172 personas, la mitad electos y la otra mitad de diputados y senadores en ejercicio.
Los chilenos que votaron en el extranjero también dijeron que quieren una nueva Carta Magna. Más de un 86% votó por el reemplazo. Unos 60.000 chilenos sufragaron en 219 mesas de votación en 65 países.
El resultado del referéndum es vinculante, es decir, debe ser acatado.
Lucía Damerth, licenciada en historia de la Universidad Católica y académica de la Universidad de Santiago, señaló a AP que “nadie, absolutamente nadie, salvo los sectores ultraricos han estado efectivamente vinculados al mantenimiento de la Constitución”, que es vista por la ciudadanía como “un elemento de mayores niveles de desigualdad y una herramienta obsoleta”.
Desde el mundo de los ambientalistas, Matías Asún, director nacional de Greenpeace Chile, felicitó el proceso de “participación democrática” de los chilenos y agregó que “el camino que iniciamos para construir una nueva Constitución es una oportunidad histórica para revertir las profundas inequidades e injusticias sociales y ambientales existentes en el país (…) para reconocer nuestro carácter plurinacional y priorizar la protección de la naturaleza”.
Poco antes, en un discurso al país, el presidente Sebastián Piñera, que se oponía a una nueva Carta Magna, dijo que “este plebiscito no es el fin. Es el comienzo de un camino, que juntos deberemos recorrer para acordar una nueva Constitución para Chile”.
Mientras Piñera hablaba, miles de chilenos se lanzaron a celebrar el resultado del referéndum en una céntrica plaza que suele ser sede de festejos y protestas. Similares celebraciones tuvieron lugar en plazoletas de la periferia de la ciudad.
Paulina León, de 30 años, dijo que “lo que pasó en el estallido social ahora se ve reflejado en el resultado del plebiscito. Yo fui parte de las marchas de hace un año y tengo que hacerme cargo de mi decisión y ayudar a que se construya una Constitución digna”, dijo feliz a The Associated Press mientras celebraba en la calle.
Felipe Caviedes, de 32 años, fue otro de los miles que salió a celebrar “porque soy parte de la diversidad social que estuvo marginada 30 años en este país y ahora, por fin, lo podemos crear nosotros. Ahora se vienen cambios de verdad”.
La presidenta de la conservadora Unión Demócrata Independiente, Jacqueline van Rysselberghe, que favorecía mantener la Carta Magna actual, dijo a la prensa que su colectividad fue la única de la alianza gobiernista “que representó con una posición única al Rechazo y si nosotros representamos al 20% de Chile, la verdad es que creo que es una buena representación”.
Van Rysselberghe encabeza el único partido oficialista que cerró filas con el rechazo al cambio constitucional. En los otros tres partidos oficialistas hubo militantes que favorecían su cambio, incluso algunos ministros.
El plebiscito, que se desarrolló en un ambiente de tranquilidad durante casi toda la jornada, tiene lugar a un año del violento estallido social y las gigantescas protestas subsiguientes contra las profundas desigualdades sociales en Chile que empujaron a un acuerdo político que convocó al referéndum, que se vivió en medio de estrictas medidas sanitarias debido a la pandemia que tiene a Chile con 500.000 contagiados y 13.800 fallecidos.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, en el centro, habla en el palacio presidencial de La Moneda el día en que los chilenos votaron en un referéndum.
Al atardecer unos 200 encapuchados se enfrentaban a la policía en la céntrica Plaza Italia. Los manifestantes eran dispersados con gases lacrimógenos y gruesos chorros de agua, pero se volvían a reagrupar. Más tarde, miles de personas empezaron a congregarse con ánimo festivo en la misma plazoleta, escenario de las manifestaciones en la capital chilena.
El arrollador triunfo del “Apruebo” marcará el inicio de un proceso constituyente que culminaría con un nuevo plebiscito a mediados de 2022 en que los chilenos votarán si aceptan el texto propuesto.
La decisión democrática de escribir una nueva Constitución pondría en el debate temas como cuál debe ser el papel del Estado en derechos como la salud y la educación. La Ley Fundamental vigente desde 1981 marca diferencias entre la salud pública y privada. Lo mismo sucede en la enseñanza. Además, permitió la privatización del sistema de pensiones, que entrega jubilaciones muy bajas para los que tienen menos dinero.
El modelo económico y social de libre mercado fue mantenido por la oposición de centroizquierda que llegó al poder tras la restauración de la democracia en 1990.
Las principales demandas expresadas en las protestas que siguieron al estallido de hace un año expresaron el descontento de una mayoría con las jubilaciones, la salud y la educación, entre muchas otras. Hasta ese momento Chile era considerado como uno de los países más modernos y prósperos de la región, cuando se desconocía la magnitud del descontento social.
También hace un año era impensable reformar la Constitución legada por la época de Pinochet porque exige 2/3 de los votos (66%) de diputados y senadores, porcentaje que no tienen ni el oficialismo ni la oposición.
La exigencia de la gran mayoría se extiende a otras leyes muy importantes. En Chile, el agua puede ser usada por los dueños de los derechos de uso y un intento opositor por transformarla en un bien de uso público fracasó a comienzos de este año porque la oposición no tuvo los 2/3 de los votos. Sí está asegurado el consumo humano.
La oposición buscará enfrentar unida la elección de los constituyentes el 11 de abril de 2021, lo que no logró en la campaña electoral previa al plebiscito. El mismo objetivo perseguirá el oficialismo, que al interior de tres de los cuatro partidos de la alianza gobiernista tuvo sectores que favorecieron cambiar la Constitución.
La nueva Ley Fundamental propuesta por la convención que la redactará deberá ser aprobada o rechazada en un plebiscito con voto obligatorio que será convocado el segundo semestre de 2022.
Si gana el rechazo en el plebiscito del 2022 seguirá vigente la Constitución de la dictadura militar.
Más de 59,1 millones de estadounidenses ya han votado presencialmente o por correo, un ritmo que de mantenerse podría llevar a la participación más alta en más de un siglo, según datos del U.S. Elections Project de la Universidad de Florida.
La campaña presidencial para ocupar la Casa Blanca en los próximos cuatro años entra en su última semana previo a las elecciones del 3 de noviembre, donde se definirá si el presidente Donald Trump consigue su reelección o si será reemplazado por su rival demócrata, Joe Biden.
El aumento en los casos de coronavirus y el brote detectado en el equipo del vicepresidente Mike Pence ha ocupado la atención de la campaña en las últimas horas. Más de 8,5 millones de personas, incluido el presidente Trump, han sido infectadas con COVID-19 en Estados Unidos, y alrededor de 225.000 de ellas han muerto a causa de la enfermedad.
Consultado por periodistas el sábado en el aeropuerto de Columbus, Ohio, acerca del aumento de los casos de coronavirus Trump dijo: “Usas la palabra ‘caso’ porque estás tratando de asustar a la gente. No asustes a la gente. No asustes a la gente».
Biden acusó al presidente de rendirse ante la pandemia, la cual ha provocado ya la muerte de unas 225.000 personas en Estados Unidos. Trump «no está haciendo nada», dijo recientemente Biden en un acto de campaña el sábado.
Cuando faltan ocho días para los comicios, más de 59,1 millones de estadounidenses ya han votado presencialmente o por correo, un ritmo que de mantenerse podría llevar a la participación más alta en más de un siglo, según datos del U.S. Elections Project de la Universidad de Florida.
La agenda del lunes
El lunes, Trump se dirigirá a Pensilvania, donde tiene previsto acudir a mítines en Allentown, Lititz y Martinsburg. Pensilvania es uno de los estados pendulares en el que han puesto especial interés ambos candidatos. El presidente viajará también a Michigan y Wisconsin, así como a Nebraska, Arizona y Nevada.
Se prevé que Biden se quede el lunes en su estado natal, Delaware. Está previsto que viaje a Georgia el martes, con paradas en Atlanta y en Warm Springs, una ciudad con una población de unos 400 habitantes donde murió en 1945 el presidente demócrata Franklin D. Roosevelt.
La carrera por este estado sureño, que acabó optando por Trump en 2016 por un margen de unos 5 puntos porcentuales y que no ha dado su respaldo a un candidato presidencial demócrata desde 1992, refleja el esfuerzo de Biden por expandir el alcance de su partido mientras las encuestas muestran que se puede volver a producir una reñida contienda en el estado.
A pesar de la sólida ventaja de Biden en las encuestas de opinión a nivel nacional, la carrera presidencial en los estados pendulares o bisagra como Florida y Pensilvania podrían acabar decidiendo el resultado final.
El coronavirus al acecho
En los dos últimos días Estados Unidos ha registrado el mayor número de nuevos contagios de COVID-19, lo que ha profundizado las diferencias entre ambos candidatos sobre cómo afrontar la crisis.
La campaña de Biden sigue exhortando a que se cumplan los lineamientos de los expertos, como el uso de las mascarillas y mantener el distanciamiento social.
Trump por su lado insistió el domingo en un mitin en Nuevo Hampshire en que «no hay ninguna nación en el mundo que se haya recuperado como nosotros”. Muchos de sus partidarios en el evento no llevaban mascarillas.
El jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, dijo incluso el domingo que el gobierno estadounidense «no iba a controlar la pandemia», y que en su lugar se estaban centrando en las vacunas y la terapéutica.
Biden, que ha criticado la gestión de Trump ante el virus a lo largo de la campaña, calificó los comentarios de Meadows como una aceptación de que «han renunciado a su deber básico de proteger al pueblo americano».
Pese al brote de coronavirus en su equipo, el vicepresidente Pence estará en Minnesota el lunes.
El brote entre el personal del vicepresidente se suma a otros casos de COVID-19 en la Casa Blanca, entre ellos los de Trump, la primera dama Melania Trump, su hijo Barron y numerosos asistentes y colaboradores.
El candidato demócrata a la Casa Blanca Joe Biden hará campaña el jueves en Florida, uno de los «campos de batalla» de estas elecciones presidenciales, donde, según una encuesta publicada este lunes, está empatado con el presidente republicano Donald Trump.
Esta semana previa a la del 3 de noviembre, el día de las elecciones, pasarán también por Florida el expresidente Barack Obama, que pide el voto para Biden, que fue su vicepresidente durante sus dos mandatos, e Ivanka Trump, la hija y asesora del presidente.
Pero seguramente se van a anunciar otros «visitantes electorales» de peso en el curso de la semana, especialmente el fin de semana.
A medida que el 3 de noviembre se acerca, los equipos de campaña de los dos partidos mayoritarios anuncian los actos de Trump, Biden, y los candidatos a la Vicepresidencia Mike Pence, republicano, y Kamala Harris, demócrata, con menos adelanto y se multiplican los mítines y otros actos proselitistas en Florida, Carolina del Norte, Georgia y otros «campos de batalla».
Las encuestas indican que Biden lleva la delantera a Trump a nivel nacional, pero en Florida la diferencia que le separa del presidente es más estrecha.
Una encuesta publicada este lunes por CBS indica que el 50 % de los probables votantes en este estado han escogido a Biden como su candidato y un 48 % a Trump, una diferencia que entra dentro del margen de error de la encuesta.
Con datos como este, estos ocho días que faltan para el 3 de noviembre van a ser intensos en Florida.
Según datos oficiales, el 40 % de los registrados para votar en Florida ya han emitido su voto, bien por correo o votando anticipadamente en las urnas, lo que significa que ya no pueden cambiar su voto.
La encuesta de CBS indica que Biden es el líder entre los que ya han votado, mientras que Trump está por delante entre los que no lo han hecho todavía, eso obliga a intensificar los esfuerzos demócratas.
Biden participará el jueves 29 en un mitin en Tampa (oeste de Florida) y en otro en el condado de Broward, vecino a Miami-Dade.
Obama, que ya estuvo el sábado 24 en Miami, estará el martes en Orlando, una ciudad con un componente importante de puertorriqueños que en su mayoría favorecen a los demócratas.
El mismo martes Ivanka Trump estará en Sarasota (costa oeste de Florida).
En las elecciones de 2016 Trump fue el candidato más votado en Florida por una diferencia de solo un punto porcentual sobre la demócrata Hillary Clinton, pero en 2012 y 2008 los floridanos se inclinaron por Obama.
Florida otorga al candidato más votado en su territorio 29 votos en el Colegio Electoral, que es donde se decide al ganador de las elecciones presidenciales en EE,UU.
Nuevo brote de covid-19 en la Casa Blanca afecta ya al menos a cinco personas del entorno del vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, pero él planea mantener intactos sus planes de viaje para hacer campaña electoral, una decisión que ha generado polémica en el país.
La Casa Blanca admitió este domingo que Estados Unidos no podrá «controlar la pandemia» por lo «contagiosa» que es la covid-19, en un cambio respecto a su tradicional postura de minimizar la gravedad de la crisis, que llega justo cuando hay un nuevo récord de contagios en el país.
«No vamos a controlar la pandemia, vamos a controlar el hecho de que consigamos vacunas, terapias y otras formas de mitigarla», dijo Mark Meadows, el jefe de gabinete del presidente estadounidense Donald Trump, durante una entrevista con la cadena CNN.
Preguntado por qué afirma que no se puede controlar la pandemia, Meadows respondió: «Porque es un virus contagioso, igual que la gripe», y añadió que la Casa Blanca está intentando contenerlo.
Sus comentarios llegan un día después de que Trump insistiera en que Estados Unidos está «pasando página» a lo peor de la pandemia y que los datos sobre la incidencia en su país son «increíbles», al opinar que un repunte en los casos no es algo por lo que alarmarse.
Estados Unidos alcanzó el viernes un récord diario de nuevos contagios de covid-19, con más de 85.000 en apenas 24 horas, y el sábado rozó esa marca con 83.178, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Casi 8,6 millones de estadounidenses se han contagiado de la enfermedad desde que comenzó la pandemia, y se espera que este domingo se supere la barrera de 225.000 muertos por esa causa, más que en ningún otro país.
El nuevo repunte de casos en Estados Unidos afecta sobre todo al medio oeste y a los estados que atraviesan las Montañas Rocosas, incluidos algunos territorios que serán clave en las elecciones del 3 de noviembre, como Wisconsin u Ohio.
El vicepresidente de EE.UU., Mike Pence (i), junto a su esposa Karen Pence (d). EFE/Justin Lane
Trump atribuyó este sábado ese auge al número de pruebas que se hacen en su país, y consideró «estúpido» que se sigan haciendo tantos tests de covid-19, porque eso «da algo de qué hablar a los medios de comunicación» antes de las elecciones.
Los expertos no están de acuerdo con el argumento de Trump de que los casos suben simplemente porque se hacen más tests: esa lógica no tiene en cuenta el hecho de que el porcentaje de pruebas que dan positivo ha subido más de un punto porcentual desde comienzos de octubre, hasta el 5,8 % actual.
El repunte de casos ha coincidido con un nuevo brote de covid-19 en la Casa Blanca, donde el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, se niega a hacer cuarentena y planea seguir con sus actos de campaña después de revelarse que al menos cinco personas de su entorno han dado positivo en los últimos días.
Un autobús nombrado «La libertad», que recorre Estados Unidos con inmigrantes despojados del Estatus de Protección Temporal (TPS), arribó a Miami este sábado con una campaña que exige la residencia permanente para quienes perdieron el amparo de este programa y para pedir a los que puedan votar que lo hagan.
La gira nacional del autobús, que partió el 21 de septiembre de Los Ángeles (California) y hasta el momento ha llegado a al menos 11 estados, incluyendo a Florida, es una iniciativa «en respuesta a la decisión de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito sobre las demandas Ramos v. Nielsen».
Así lo indicaron los organizadores del viaje en una conferencia de prensa que tuvo lugar hoy al aire libre en una biblioteca de Little Haití, un barrio de inmigrantes de Miami.
En septiembre pasado, la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito revirtió una decisión de 2018 de un juez federal que bloqueó la suspensión del TPS para los beneficiarios de El Salvador, Haití, Nicaragua y Sudán.
Esta decisión permite a la Administración Trump seguir adelante «con su esfuerzo por desgarrar y separar a más de 400.000 familias y potencialmente deportar a más de 250.000 niños ciudadanos», indicó un comunicado de Alianza Nacional TPS.
El comunicado recuerda que la mayoría de los beneficiarios del TPS, un programa federal de ayuda a migrantes de países en conflictos armados o perjudicados por un desastres naturales, tienen hasta el 5 de marzo de 2021 para comenzar la repatriación, con la excepción de los salvadoreños que tienen hasta noviembre de 2021.
MÁS DE VEINTE AÑOS VIVIENDO EN ESTADOS UNIDOS
«Tenemos casi 22 años amparados al programa de TPS, desde 1998 en que el huracán Mitch devastó el país», dijo a EFE el hondureño Mardoel Hernández, miembro del comité ejecutivo de la Alianza Nacional TPS, que organiza la gira.
De acuerdo con datos de la Fundación 15 de Septiembre de inmigrantes hondureños, en Estados Unidos hay más de 40.000 personas de ese país beneficiarios del TPS que pueden ser deportados.
Según Hernández, un especialista en bienes raíces que también ha sido camarero y vive en Maryland, el TPS «se ha venido renovando periódicamente hasta 2017 que Trump lo canceló».
«Actualmente el programa está cancelado, nos estamos preparando legalmente para interponer una apelación a toda la Corte el Noveno Circuito», que tiene su sede en California.
«Está a punto de hacerse, probablemente la próxima semana presentaremos la apelación», adelantó.
Uno de los objetivos del viaje es instar a las personas con derecho al voto que lo ejerzan en las elecciones del 3 de noviembre próximo.
«No podemos votar, no tenemos ese privilegio, pero le estamos diciendo a la comunidad que pueda hacerlo que salga a votar. Hay muchos ‘tepsianos’ -como se les conoce a los beneficiarios del TPS- cuyos hijos (nacidos en Estados Unidos) pueden votar», alentó Hernández.
«No pedimos que voten por un candidato específico, pero sí que lo hagan de una manera responsable, pensando en contra del odio, del racismo y de la separación de familias», añadió.
LA PANDEMIA ES COSA SERIA
Otro de los objetivos es insistir en «la seriedad de la pandemia».
«Nuestra comunidad inmigrante ha sido de las más afectadas. Muchos hacen trabajos esenciales y no tienen opción a veces ni de hacer cuarentena», expuso el activista.
Hernández indicó que ahora solo viajan 18 de los 21 de la Alianza que salieron de Los Ángeles, con la idea de recorrer 32 estados y 54 ciudades, buscando apoyo entre votantes para presionar al Congreso por la residencia permanente.
En el autobús, que parte mañana hacia Carolina del Norte y en el que viajan personas de varias nacionalidades, mantienen el distanciamiento social, dice Hernández.
«Es un autobús muy decorado», resalta el hondureño a punto de partir hacia Fort Lauderdale, donde la tarde de este sábado realizan un encuentro con la comunidad local, 48 kilómetros al norte de Miami.
En medio de una protesta pacífica con el apoyo de la comunidad haitiana de Miami, el activista insistió en «la necesidad» de salir a levantar la voz: «Nuestros países no están en condiciones de recibirnos de vuelta», aseguró.
El expresidente estadounindense Barack Obama fue registrado este sábado, durante su intervención en un acto de campaña a favor del binomio demócrata conformado por Joe Biden y Kamala Harris, en el campus de la Universidad Internacional de Florida (FIU), en Miami (Florida, EE.UU.). EFE/Giorgio Viera
El expresidente Barack Obama, el mejor «refuerzo» del Partido Demócrata en la recta final de la campaña para las elecciones del 3 de noviembre, pidió este sábado en Miami a los estadounidenses «votar como nunca antes» para que Joe Biden y Kamala Harris puedan sacar al país de los «tiempos oscuros».
«Lo que votemos ahora va a importar en las décadas venideras», dijo Obama en un discurso intenso y entusiasta en el que aseguró que es posible una «América buena y decente» liderada por su «amigo» Biden, alguien que, según sus palabras, le hizo ser «mejor presidente».
Obama participó en un acto en apoyo del candidato demócrata, horas después de que el presidente Donald Trump votase por adelantado en West Palm Beach, ciudad cercana a su mansión Mar-a-Lago, en el sur de Florida, donde está empadronado.
Hace cuatro años Trump, entonces candidato republicano a la Casa Blanca, votó el día de las elecciones en Manhattan, Nueva York, donde tenía su domicilio particular, pero en 2019 cambió su residencia a Florida, un estado con una carga fiscal más baja.
Trump votó por adelantado, algo que Obama recomendó hacer en el mitin celebrado en el estacionamiento de una universidad de la ciudad Miami Norte y con los asistentes dentro de sus vehículos o fuera pero a una distancia que les permita tocarlos para evitar contagios de covid-19.
La manera de mostrar aprobación y apoyo en este mitin era tocar la bocina de los autos, pero aún así los habituales aplausos, gritos y vítores se escuchaban.
TRUMP: «RESPONSABILIDAD CERO»
En medio de bocinazos el expresidente no paró de lanzar dardos al actual inquilino de la Casa Blanca, al que acusó de atribuirse los logros económicos de su Presidencia y asumir «responsabilidad cero» en la pandemia de covid-19 que ha dejado más de 200.000 muertos y afectado a millones de personas en este país.
Trump no tiene un plan para «sacarnos de este embrollo», «ni siquiera reconoce que es un problema», «no solo no ha hecho nada sino que lo ha estropeado todo», subrayó Obama apuntando directo a una de las mayores debilidades del presidente en esta campaña.
Se preguntó cómo es que los muertos por covid-19 en Corea del Sur equivalen a un 1,3 % de los de Estados Unidos y los de Canadá, un país vecino que ha tenido «serias dificultades», un 39 %.
Asimismo mencionó que ha habido trabajadores sanitarios en primera línea de la batalla contra la pandemia sin los equipos protectores necesarios que han tenido que pedir ayuda a otros países para ilustrar los «tiempos oscuros» que vive Estados Unidos.
Obama no dejó títere con cabeza al hacer un repaso de la Administración Trump y señaló que el presidente actual no se preocupa por la gente y además no tiene una conducta «normal».
A su juicio a los únicos que les ha ido mejor en estos cuatro años de Trump es a los «multimillonarios que se han beneficiado de sus recortes fiscales».
FIN DE LA COMPLACENCIA
También se preguntó por qué los estadounidenses han aceptado cosas de Trump, como haber pagado solo 750 dólares de impuestos en su primer año en la Casa Blanca -«menos que una secretaria o un albañil»- que no tolerarían ni a un miembro de sus propias familias y les instó a no ser «complacientes» y cumplir con su cometido de votar para «cambiar la dirección del país».
En su discurso habló elogiosamente de Biden y pidió a la gente que no crea «mentiras» de Trump como la «basura» de presentarlo como «más comunista que los Castro» en Cuba y sí en «verdades» como la de que el ex vicepresidente está «con los trabajadores» y va a luchar contra la desigualdad y el racismo.
También afirmó que la Ley de Cuidado Asequible de la Salud conocida como «Obamare», corre peligro si Trump sigue cuatro años más en la Casa Blanca.
Biden garantizará que los que tienen condiciones preexistentes de salud estén cubiertos por los seguros médicos y que cuando haya una vacuna contra la covid-19 se distribuya «gratuitamente» a los estadounidenses, aseveró.
Por último pidió a los floridanos que imaginen que podría pasar si todos los estadounidenses votasen y les instó a participar en esas elecciones como «nunca antes».
Antes de Obama hablaron distintas figuras femeninas del Partido Demócrata de Florida, como la congresista nacida en Ecuador Debbie Mucarsel-Powell, primera mujer de origen sudamericano en llegar al Congreso de EE.UU.
La congresista definió la presidencia de Trump como una «administración que le ha fallado a la gente».
Antes de dirigirse a los participantes en el mitin, Obama hizo una visita por sorpresa a un centro de apoyo de la campaña del Partido Demócrata en Miami Springs, una ciudad de población mayoritariamente latina en la misma zona norte del condado de Miami-Dade.
Allí dirigió unas palabras a los voluntarios para agradecerles su trabajo.
VOTAR PARA QUE FLORIDA «VUELVA A CASA»
«Si hacéis que Florida vuelva a casa (el Partido Demócrata), esto se acaba», dijo Obama, quien hizo votos para que los resultados de estas elecciones se conozcan pronto y todos puedan irse a dormir «sabiendo que va a haber un presidente que lucha por nosotros».
Florida es un estado codiciado en las elecciones presidenciales de EE.UU. por ser un de los más poblados el país y por tanto con más votantes, pero también por los 29 votos del Colegio Electoral que recibe el más votado en este territorio.
En el Colegio Electoral es donde se decide el ganador de las elecciones presidenciales en EE.UU., que puede ser un candidato con menos votos en las urnas que su rival pero con más votos electorales, como ocurrió con Trump y Hillary Clinton en 2016.
A la vez es un estado sin patrón de voto fijo. En 2016 Trump ganó en Florida, aunque por solo unos 100.000 votos, pero en las dos elecciones en las que participó Obama el más votado fue el hoy expresidente.
orky Gonzalez, Jose Angel Gutiérrez y Reies López Tijerina
En los años 60, los chicanos y mexicoamericanos, frustrados por la mínima aceptación del Partido Demócrata y la exclusión del Partido Republicano, decidieron formar un tercer partido llamado “La Raza Unida”.
Durante el activismo de la década de 1960, el pueblo chicano y mexicoamericano se dio cuenta de que el proceso político dominante sólo había servido para abusar y manipularnos. Después de mucho examen de conciencia, finalmente llegamos a la conclusión de que la única solución a nuestra condición política, social y económica era crear nuestra propia organización política independiente.
En 1969, el concepto detrás de La Raza Unida se extendió por todo el suroeste. Otras organizaciones políticas chicanas independientes también surgieron durante ese tiempo. José Ángel Gutiérrez y el liderazgo de MAYO (Organización Juvenil Mexicana Estadounidense), lideraron las primeras victorias de Raza Unida en Crystal City, Texas, donde se hicieron cargo de la junta de educación de la ciudad y el consejo municipal.
En California, el Partido La Raza Unida se organizó por primera vez en el área de la Bahía. Tomó una línea más militante, se organizó en torno a temas de la clase trabajadora y enfatizó el desarrollo de un enfoque ideológico chicano/mexicano. En Colorado, La Raza Unida fue producto del trabajo realizado por “The Crusade for Justice”. La Cruzada por La Justicia, bajo el liderazgo de Rudolfo Corky Gonzales, se centró en el nacionalismo y la juventud chicana. El espíritu y la fuerza de La Raza Unida se encarnaron realmente en Texas, bajo el liderazgo de José Ángel Gutiérrez, un estudiante y presidente de MAYO.
Los jóvenes de MAYO
Ellos y otros en todo el país, organizaron cientos de huelgas estudiantiles. Pronto los hispanos centristas y los políticos blancos redibujamos este movimiento estudiantil y abrimos una brecha entre los jóvenes y los padres. Muchos de los jóvenes de MAYO habían servido en Vietnam o ROTC, y se llevaron su historia patriótica cuando fueron a organizar a los padres para apoyar el movimiento estudiantil. Pronto descubrieron que tenían que hacerse cargo de las juntas escolares y los consejos municipales, pero, en algunas papeletas, tenían que ser un partido político oficial. Así, se formó el partido La Raza Unida. En su primera elección, 15 o 16 candidatos fueron elegidos a través de una buena y cuidadosa organización de base.
El concepto de La Raza Unida, que comenzó en Texas, pronto se extendió a muchas regiones y a otros estados. Colorado y California encendieron una llama que se extendió rápidamente, como un fuego salvaje en todo el suroeste y otras áreas pobladas por chicanos. Para 1970, el partido La Raza Unida ya existía en muchos estados. En California, los capítulos estaban desde San Francisco a San Diego. Solo en el condado de Los Ángeles había treinta capítulos. En el Valle de San Fernando, La Raza Unida surgió del MECHA (Movimiento Estudiantil Chicano de Aztlán), un comité político de la Universidad de Northridge. Cientos de chicanos/mexicanos fueron registrados en San Fernando por Pueblo Unido.
La Convención debía haber dividido sus reuniones entre Juárez y El Paso, pero después de la muerte de Falcón y otro asistente de la Convención que fue asesinado en Juárez, se decidió celebrar todas las reuniones en El Paso.
La “Primera Convención Nacional del Partido La Raza Unida” tuvo lugar en El Paso, en 1972. Ricardo Falcón, un joven organizador de la comunidad de Colorado, que se dirigía a la Convención, fue asesinado en una estación de servicio en Oro Grande, Nuevo México, por Perry Brunson, un anciano blanco que operaba la gasolinera. Brunson agredió verbalmente a Falcón con insultos raciales y luego le disparó cuatro veces y tardó en llamar a una ambulancia.
Corky Gonzalez
Después de la convención, dirigí la procesión y el funeral de Ricardo. Fue una marcha de 2 millas y media hasta su tumba en Fort. Lupton, Colorado, a la que asistieron miles de simpatizantes.
Mi compadre Falcón, fue parte de un esfuerzo por registrar votantes latinos en el norte de Colorado. Fui parte del mismo esfuerzo, junto con el Dr. José Calderón, quien ahora es profesor de sociología en California y todavía sigue enseñando y organizando.
La Convención fue un evento enérgico y disputado, con muchas propuestas filosóficas y estratégicas diferentes y difíciles. José Ángel fue elegido presidente del partido y su oposición fue Corky. Los participantes en la Convención se fueron con un cambio electoral en sus corazones, pero con un sabor amargo, como resultado de los enfrentamientos entre los líderes chicanos.
Una de las figuras que surgió allí fue el reverendo Reies López Tijerina, líder en Nuevo México del Movimiento Land Grant, que estaba organizando su propio Partido Constitucional en Nuevo México, que finalmente no tuvo éxito. El Reverendo Reies fue uno de nuestros grandes oradores y nos hizo creer que podíamos lograr lo imposible.
A la reunión se invitó a César Chávez (Unión de Trabajadores Agrícolas Unidos), Ralph Abernathy (SCLC, o Conferencia de Liderazgo Cristiano del Sur), SDS (Estudiantes para una Sociedad Democrática), AIM (Movimiento Indígena Americano), SNCC (Comité de Coordinación Estudiantil No Violento), el Obispo Católico Flores y muchos otros. Aunque Chávez no asistió, participó en las campañas de registro de votantes en Texas, y Ralph Abernathy mantuvo una relación de trabajo con La Raza Unida.
Este importante esfuerzo para alcanzar e incluir otros movimientos sociales y de derechos civiles fue organizado por José Ángel, el fundador del partido La Raza Unida.
El Partido finalmente tuvo capítulos activos en 17 estados. Fue un momento emocionante para los chicanos y su esperanza de un futuro mejor.
En Colorado, muchos de nosotros aprovechamos la oportunidad para formar parte de este movimiento nuevo y emocionante, cuando gritamos “¡CHICANO POWER!, ¡BROWN POWER! Y ¡VIVA LA RAZA!”.
Corky Gonzalez, Cesar Chávez y Dolores Huerta
Corky era un líder carismático y todos queríamos trabajar con él y el nuevo partido.
Nuestros esfuerzos para organizar este nuevo partido no fueron bien recibidos por muchos hispanos, que no aceptaron ser identificados como chicanos, mientras intentaban subir las resbaladizas escalas de oportunidades democráticas y republicanas.
Estaba considerando postularme para la junta de regentes de la Universidad de Colorado, cuando el partido La Raza Unida me nombró para el cargo de Secretario de Estado.
En ese entonces organizaba a trabajadores agrícolas y, aunque dejé que se votara mi nombre, no hice campaña. Obtuve alrededor de 42,000 votos, lo que me convirtió en uno de los principales generadores de votos para el partido. Tuve un buen reconocimiento del nombre, debido a la exposición en los medios, que obtuve a través de mi trabajo con “United Farmworkers Union”.
Aunque La Raza Unida en Texas y Colorado no pudo ganar elecciones en todo el estado, generó el miedo a los mexicoamericanos en el corazón y la mente de muchos líderes de los establecimientos republicano y demócrata. Pronto, ambos partidos, pero en especial el Demócrata, comenzaron a buscar y a proponer candidatos latinos para tener más éxito.
Las partes vieron que nuestros votos podrían marcar la diferencia en una competencia apretada. Sin mencionar que nuestros números estaban creciendo.
Al igual que nuestros hermanos y hermanas negros, los latinos no queremos que nuestro voto se dé por sentado. Queremos estar en la mesa como socios plenos y respetados, como votantes con las necesidades expuestas de nuestras comunidades. Hemos aprendido que no solo se necesita encontrar buenos candidatos, sino que debemos trabajar dentro del llamado “sistema de partidos”; registrar a nuestra gente para votar y estar dispuestos a protestar, marchar, sentarnos a dialogar y hacer lo que sea necesario para que los derechos de nuestra comunidad sean respetados y las necesidades de nuestra comunidad satisfechas.
Con los años, me han invitado a las conversaciones iniciales para formar otros dos partidos nacionales; el Partido Nacional de Mujeres y un Partido de la Coalición Progresista Nacional, que incluiría tanto a republicanos como a demócratas. La organización para el último partido se disolvió cuando vimos que Obama iba a postularse como un candidato creíble.
Al principio de mis años como activista político, el presidente del Partido Demócrata del Estado de Colorado me dijo que no era bienvenido en el partido porque me estaba oponiendo al sistema. Le respondí diciendo que no era miembro del partido, y que estaba feliz de representar a los pobres sin importar a quién enojara.
José Ángel Gutiérrez
Más tarde me pidieron que gestionara la campaña del Congreso para Polly Baca Barragán, que luego fue seleccionada como vicepresidenta del Comité Nacional Demócrata. Esto llevó a una oferta para ser Director de Registro de Votantes Hispanos para el Partido Demócrata. Pronto me convertí en asistente especial del presidente del partido. Como podrán imaginar, el Partido Demócrata de Colorado ya no me excluía.
José Ángel, Corky y todos los líderes chicanos que trabajaron para hacer crecer el partido “LA RAZA UNIDA” son nuestros héroes sociales y culturales. Se pusieron a sí mismos, a sus familias y a varias organizaciones, todos en línea, cuando se enfrentaron a los dos poderosos partidos políticos históricamente dominados por los caucásicos.
Durante estos primeros esfuerzos para tener una voz latina en el escenario político, muchos puertorriqueños y cubanos socialmente activos se unieron a nuestros esfuerzos.
A medida que pasaron los años organizando campañas, pero finalmente perdiendo elecciones, el partido Raza Unida, como tantos otros movimientos, comenzó a desmoronarse y se disolvió oficialmente en 1980. Aunque el Partido no continuó, construyó parte de la base de la identidad de nuestra comunidad y ayudó a lanzar el movimiento para crear una voz política latina. El partido Raza Unida fue un “doctorado” en política electoral y de partidos para muchos de nosotros. Fue tan emocionante como desafiante, ya que aprendimos a construir alianzas, a definir nuestras necesidades y expectativas compartidas y a trasladar la realidad de nuestra comunidad latina a la agenda política, más dominada por los anglos, en los Estados Unidos.
Hoy, mientras nos organizamos para que más y más ciudadanos no blancos se registren y voten, todavía estamos trabajando arduamente para que los partidos políticos nos reconozcan plenamente como socios igualitarios.
Es importante que nos mantengamos comprometidos a encontrar candidatos calificados, que estén enraizados en la comunidad, para postularse para un cargo de elección. En el proceso, debemos procurar desarrollar candidatos, especialmente mujeres, que puedan ser viables y elegibles.
Nunca deberíamos tener miedo de enfrentarnos al “Sistema establecido”, si es por defender el nombre de nuestras comunidades, muchas aún no reconocidas ni respetadas.
Las elecciones del próximo 3 de noviembre en Puerto Rico han de superar en el camino obstáculos como la gestión del voto adelantado, previsibles demandas contra la autoridad electoral y confusión entre votantes sobre las papeletas para elegir gobernador y la Asamblea Legislativa y la consulta sobre la relación de la isla con Estados Unidos.
Analistas consultados por Efe apuntan que la cita electoral enfrenta retos de gran envergadura derivados, principalmente, de la aprobación de un nuevo Código Electoral por parte del gobernante Partido Nuevo Progresista (PNP) sin consultar con otras formaciones, además de augurar que los resultados no se conocerán el día de los comicios.
El nuevo Código Electoral, aprobado recientemente, abrió la posibilidad del voto adelantado para prácticamente cualquier elector -finalmente ejercerán su derecho a través de esta modalidad 221.207 personas-, pero sin tener en cuenta que la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) no estaba lista para hacer frente a un reto de esa magnitud.
Jorge Schmidt, catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Puerto Rico (UPR), señaló a Efe que la primera consecuencia que se va a producir tras la aprobación del nuevo Código es que, directamente, no se podrán conocer los resultados el 3 de noviembre. Sostuvo que la CEE no tiene medios suficientes para contabilizar los votos esa jornada, pero que en vez de reconocer ese hecho mantiene el compromiso de divulgar los resultados ese día, lo que supondrá frustración para la ciudadanía.
FALTA DE PLANIFICACIÓN
A partir de este sábado comenzará el voto adelantado, que puede ser a domicilio, por correo o bien presencial en lugares habilitados para tal fin. Algunos analistas temen que ya desde esa fecha se comiencen a encontrar problemas con papeletas derivados de falta de planificación y organización, que provocarán reclamaciones y denuncias de todo tipo.
Antes de la aprobación del nuevo Código Electoral el voto adelantado existía, pero no estaba disponible para cientos de miles de personas como ahora.
En los comicios de 2016 solamente votaron por correo de forma adelantada 16.000 personas y la CEE ya presentó dificultades, lo que hace prever que la situación ahora será mucho más complicada.
El problema reside en que el voto adelantado puede ejercerse hasta el mismo día de los comicios, por lo que no se espera que la CEE cuente con la capacidad de hacer frente al voto presencial de esa jornada y además sumar los que lleguen por esa modalidad.
«Habrá atraso», sostuvo Schmidt, además de subrayar que «se debe preparar al electorado, porque ese día no se van a conocer los resultados».
ERROR APROBAR EL NUEVO CÓDIGO ELECTORAL SIN CONSENSO
El politólogo y analista indicó que, sin duda, la aprobación del nuevo Código Electoral sin consenso fue un error del PNP, que se permitió hacerlo a su medida ya que cuenta con la mayoría en el Ejecutivo y las dos cámaras legislativas.
Schmidt consideró que sería un error, tal y como se ha establecido, contabilizar el voto adelantado que se vaya recibiendo, ya que eso provocaría filtraciones, con el consiguiente caos y reclamaciones. «Lo mejor sería explicarle a la gente que no se van a tener los resultados el día de las elecciones para evitar una decepción en las expectativas», abundó.
La profesora de Ciencias Sociales y analista Martha Quiñones dijo a Efe que el primer problema que observa es que los resultados no se van a conocer el día de los comicios.
Coincidió asimismo en que la aprobación del nuevo Código Electoral por parte del gobernante PNP sin consulta provocó recelo.
ERRORES CON LAS PAPELETAS
Respecto al voto adelantado, señaló que ya se conocen casos de personas que a pesar de haberlo solicitado no les ha llegado la papeleta o casos contrarios de quienes han recibido más de una.
Sostuvo además que la incertidumbre está ya presente desde el momento en que el voto adelantado ha permitido votar a gente que no reside en la isla, aunque no hay certeza de que algunas personas traten de repetir en el día de los comicios de forma presencial.
Las sospechas de fraude y denuncias ya son una realidad, como muestra el que la delegación legislativa del Partido Popular Democrático (PPD) presentara una querella por un aparente esquema de fraude electoral por parte de una empleada y representante del PNP.
El comisionado electoral del PPD, Nicolás Gautier, ya adelantó que no sabe de dónde se obtendrán los funcionarios suficientes para escrutar los votos por correo y a domicilio.
La Junta Administrativa de Voto Ausente y Adelantado (JAVA) de la CEE dio a conocer que empezará a contar estos sufragios a partir del próximo día 26.
El consenso generalizado es que la JAVA no cuenta con los medios para la gestión del voto adelantado, que empezará a contarse sin que los resultados sean divulgados.
La totalidad de las papeletas que se utilizarán en las elecciones de Puerto Rico el 3 de noviembre fueron entregadas el pasado día 15 a la CEE, con suficiente antelación para evitar los problemas registrados en las primarias, que tuvieron que prolongarse durante dos fines de semana ante falta de papeletas, lo que ocurrió por vez primera en la historia de Puerto Rico.