En la imagen, el epidemiólogo jefe de Estados Unidos, el doctor Anthony Fauci. EFE/Kevin Dietsch/Archivo

El fuerte aumento del COVID-10 incrementa la presión sobre el presidente, Donald Trump, para que admita su derrota electoral e inicie una transición que permita al presidente electo, Joe Biden, coordinar conjuntamente un plan contra la pandemia, que sigue aumentando a niveles récord y está comenzando a ocasionar una fuerte presión en hospitales de todo el país.

El director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), Anthony Fauci, reiteró en una entrevista publicada hoy por el diario The New York Times la importancia de coordinar una transición entre administraciones especialmente en un momento tan crítico como el que vive actualmente el país, que ha sumado un millón de casos en sólo una semana.

«He pasado por cinco transiciones y les puedo decir que las transiciones son extremadamente importantes para la continuidad sin fricciones de lo que sea que se esté haciendo. Necesitamos una transición a un equipo que lo haga de manera similar a como lo estamos haciendo», apuntó el epidemiólogo más importante en la lucha contra la pandemia de EE. UU. y al que Trump y sus acólitos han criticado.

Biden, que sigue sin recibir la aprobación para que su equipo trabaje de cerca con las agencias que deberá supervisar desde el 20 de enero, día de la toma de posesión de la nueva administración, se reunió con expertos externos en materia de defensa, diplomacia e inteligencia en un intento por avanzar su agenda pese la resistencia de Trump de reconocer su victoria electoral o facilitar la transición.

El presidente electo criticó fuertemente este lunes a Trump por no iniciar la transición lo antes posible y advirtió de que «más personas morirán si no nos coordinamos», algo a lo que se sumó Fauci, sin entrar en cálculos mórbidos.

«Tenemos que dejar los temas de salud pública fuera del terreno de la división política. Tenemos que hacer todo lo posible para unirnos como nación», pidió Fauci en su entrevista.

AUMENTA LA PRESIÓN A TRUMP

Trump, que sigue aireando acusaciones infundadas de fraude electoral y cuyas demandas en el estado clave de Pensilvania siguen cayéndose ante la falta de bases, está ignorando la crisis de una pandemia fuera de control en la mayor parte del país, que añade más de unos 150.000 casos diarios desde hace una semana y donde las hospitalizaciones batieron a inicios de semana un récord de 73.000.

«Para los grandes historiadores, recuerden por favor que estos descubrimientos que acabarán con la plaga china ocurrieron durante mi mandato», dijo Trump poco antes de criticar a los medios por no informar de que el coronavirus está «golpeando» a Europa, donde parece haberse alcanzado el pico de infecciones.

El presidente saliente criticó además al gobernador de Ohio, el republicano Mike DeWine, después de que ordenara un toque de queda a partir de las 10 de la noche debido al aumento de casos.

Este lunes, el vicepresidente, Mike Pence, mantuvo una reunión con gobernadores para coordinar una respuesta a la pandemia de cara al período vacacional que se inicia con el Día de Acción de Gracias la semana próxima, pero Fauci criticó la estrategia «inconexa» que se está dejando a los estados sin un mayor rol del Gobierno federal.

La crisis por el COVID-19 parece ser la única que podría forzar la mano de la Casa Blanca para facilitar la transición, que Emily Murphy, la administradora de la agencia de la función pública, GSA por sus siglas en inglés, debe facilitar en su apartado más práctico, pero que hasta el momento se ha resistido a llevar a cabo.

BIDEN SIGUE AVANZANDO

El 14 de diciembre está previsto que se reúna el Colegio Electoral, donde se formalizan los votos asignados a cada candidato por los compromisarios de cada estado, y en ese momento Murphy podría verse forzada a facilitar el acceso al equipo de Biden.

«No estoy siendo crítico, sólo estoy evidenciando lo obvio, no puedo recibir informes (de inteligencia) que en una situación normal ya recibiría (…) No hay responsabilidad mayor que proteger a los estadounidenses», indicó Biden.

Joe Biden habló con Sebastián Piñera y prometió ayudar a que Latinoamérica se recupere de las crisis causadas por la pandemia. El mandatario chileno es el primer líder regional en comunicarse con el presidente electo de Estados Unidos por su triunfo en las elecciones.

Biden aseguró este martes que ya ha hablado con 13 dirigentes de todo el mundo, a los que va devolviendo poco a poco las llamadas que le hicieron para felicitarle una vez que las proyecciones de los medios confirmaron su victoria frente al actual mandatario, Donald Trump.

“Esto se trata menos de mí que de las circunstancias. Hay tal grado de entusiasmo y de expectativas (en el mundo) que vamos a tener dificultades en ajustarnos a él. Pero mi principal mensaje es que Estados Unidos ha vuelto, y esto ya no es ‘Estados Unidos solo’”, dijo Biden durante una reunión con sus asesores en política exterior y en un juego de palabras referido al slogan “America First” (EEUU primero) usado por Trump.

El primer líder con el que habló por teléfono Biden fue el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, el pasado día 9. Ha estado también en contacto con los dirigentes de Francia, Alemania, Reino Unido, Irlanda, Japón, Australia y Corea del Sur, además de con el papa Francisco.

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