Estados Unidos alcanzó el 27 de octubre la cifra de 8.773.407 casos confirmados del coronavirus SARS-CoV-2 y la de 226.604 fallecidos por la enfermedad de la covid-19, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins. EFE/EPA/MICHAEL REYNOLDS

Nuestro lado espiritual necesita un vehículo para expresar nuestro dolor y amor de manera pública. Creo que la celebración de los altares del Día de los Muertos podría ser lo que necesitamos desarrollar para llenar un vacío que es más grande que el gran cañón del Colorado.

Necesitamos un mes de sanación espiritual para este período tan difícil de nuestras vidas, por lo que empecé desde hace varias semanas, como una especie de reconocimiento a nuestros muertos.

Debemos recordar no solo la pérdida de vidas de años pasados, sino reconocer y honrar a todos aquellos que perdieron la vida en el 2020, muchos como resultado de la pandemia.

Además de los Altares, hay muchas otras formas de celebrar a los que han fallecido.

Las Américas: Belice

En Belice, el pueblo maya yucateco festeja el Día de los Muertos. La celebración se conoce como Hanal Pixan, que significa «comida para las almas» en su idioma. Los altares se construyen y decoran con comida, bebidas, dulces y se les colocan velas.

Bolivia

El Día de las Ñatitas («Día de las Calaveras») es un festival que se celebra en La Paz, Bolivia, el 5 de mayo.

Brasil

El día festivo brasileño de los Finados (Día de los Muertos) se celebra el 2 de noviembre. Al igual que otras celebraciones del Día de los Muertos, la gente va a los cementerios e iglesias con flores y velas y ofrece oraciones. La celebración está pensada como un edificante homenaje a los muertos. La conmemoración de los muertos proviene de orígenes católicos, indígenas, africanos y europeos.

Costa Rica

Costa Rica celebra el Día de los Muertos el 2 de noviembre. El día también se llama Día de Todos Santos, o también Día de Todos Almas. Se celebran misas católicas y la gente visita las tumbas de sus seres queridos para decorarlas con flores y velas.

Guatemala

Las celebraciones guatemaltecas del Día de los Muertos, que se realizan el 1 de noviembre, se destacan por la construcción y el vuelo de cometas gigantes. Los guatemaltecos vuelan cometas con la creencia de que las cometas ayudan a los espíritus a encontrar el camino de regreso a la Tierra. Algunas cometas tienen notas para los muertos atadas a sus colas o a sus cuerdas. Los guatemaltecos también proporcionan una capa de pintura fresca y colorida a sus cementerios.

Perú

En el pasado, la gente visitaba el cementerio y traía flores para decorar las tumbas de los familiares muertos. A veces, la gente tocaba música en el cementerio.

Mi introducción de niño

Hoy invito a todos a considerar adoptar la tradición del Día de los Muertos y construir altares en nuestros hogares, organizaciones y lugares públicos. Solo en EE. UU. son alrededor de los 227,000 muertos por COVID-19.  Los miembros de la familia no podrán estar al lado de la cama, ni tener los servicios normales de responso, velatorio y funeral que es parte de nuestra historia. Estas muertes también han tenido un costo económico y emocional para muchas familias. Además, tenemos a todos esos jóvenes negros asesinados por policías y vigilantes. Y las vidas de los negros sí importan.

Cuando era niño, recuerdo ir al cementerio local y buscar las lápidas de nuestros seres queridos. No había hombres de mantenimiento pagados, por lo que los sitios de las tumbas solían estar cubiertos de maleza o de basura arrastrada por los vientos. Limpiábamos la tumba y colocábamos o plantábamos flores. Hoy recordamos a los muertos y actualizamos su historia para aquellos de nosotros que necesitamos reconocer nuestra herencia cultural. En nuestra celebración debemos encontrar la manera de estructurar una parte especial para los niños. La historia nos muestra que a ellos les encanta la pintura facial, las actividades culturales y el sentido de comunidad que crea.

Se suele llevar comida, bebidas, fotos y artículos favoritos del difunto. El Pan de Muertos es un tipo de panecillo dulce, con forma de bollo, cubierto con azúcar y, a menudo, decorado con piezas del esqueleto que simulan huesos. Un niño puede ser recordado por los dulces, galletas, refrescos y juguetes que eran parte de sus vidas. Estos artículos se pueden consumir junto a la tumba y luego se habla sobre los juguetes y artículos que trajeron. Cuando finalmente me coloquen en un altar, espero que ese día pongan suficientes jalapeños para todos. Y se los aviso de antemano, que, si no hay jalapeños o chiles verdes suficientes, regresaré, hasta que los hayan plantado en el Jardín del Amor, allá arriba entre las nubes.

Como sociedad viajera en la que nos hemos convertido, pronto descubriremos que no siempre es fácil acceder a los lugares para entierros. Por lo tanto, debemos ampliar los altares domésticos y comunitarios.

Recuerdo que cuando fui Director Fundador de la Fundación Cesar E. Chavez, en 1994, comenzamos la tradición de tener un altar público. Con la imagen de César Chávez y nuestros seres queridos, colocamos un gran altar con velas y mantas mexicanas, y sobre la parte superior del altar colocábamos nuestros muchos artículos de recuerdo.

También hoy, decoramos el altar con imágenes de calaveras e imágenes en camisetas y pancartas que muestran esqueletos bailando, trabajando y amando. Estos artículos no se consideran tan atemorizantes como se podrían ver si fueran parte de Halloween. En cambio, son símbolos de nuestra historia y cobran vida para nosotros acercándonos a aquellos a quienes hemos amado y queremos recordar.

En la Fundación Cesar Chávez, invitábamos a muchos de todas partes de California a estar con nosotros, personas de todas las religiones y estilos de vida.

Comenzábamos con una bendición indígena, una “limpieza” con humo de salvia y tal vez oraciones, y la lectura de la oración del campesino. Había un espacio para las personas que quisieran hablar sobre las fotos, los artículos y las flores de cempasúchil (caléndula) que habían traído. Lo llevábamos a cabo a primera hora de la noche y las velas nos daban la atmósfera adecuada para conectarnos con los fallecidos y los presentes.

Luego íbamos al comedor de la UFW (United Farm Workers) llamado PAN Y VINO, para continuar nuestra celebración con panes dulces mexicanos y Champurrado, el típico Chocolate Mexicano.

En los últimos años en el sur de California, he visto muchos altares que eran maravillosos ejemplos de amor y arte. En una universidad vi 20 altares en una celebración comunitaria.

Si bien, en algunos lugares el espacio no es adecuado para un altar, pude ver ventanas pintadas con mensajes de reconocimiento y celebraciones por las muchas vidas perdidas. La gente exhibía pancartas, tenía ceremonias de oración o meditación. Al final, se trata de encontrar formas diferentes y coloridas de levantar a los que han muerto y especialmente a todos aquellos que han estado en la primera línea de la crisis de salud de este año. Algunas ciudades ya han tenido marchas y eventos en honor a todos los que han muerto.

Venezuela comenzó una semana de cuarentena total tras siete días de flexibilización parcial de la economía en un sistema que el Gobierno denomina 7+7. EFE/Johnny Parra/Archivo

NO PODEMOS ESPERAR LA COMPASIÓN DE LÍDERES NACIONALES

Nuestra espera por una respuesta nacional de compasión ha sido demasiado larga y debemos asumir nosotros esta tarea de crear un espacio para el duelo, la celebración y la sanación.

Mientras lamentamos la pérdida de todas y cada una de estas vidas, también debemos tomarnos el tiempo para celebrar todo lo que ellos fueron para nosotros.

Estamos en un momento difícil, que parece no tener un final rápido. No, no habrá una rendición por parte del virus y un tratado de paz firmado como si esto fuera igual a las guerras que recordamos. Este virus vivirá con nosotros y por ahora debemos encontrar formas de controlar y minimizar su propagación. Eventualmente habrá una cura, pero no será una varita mágica ondeando sobre la tierra haciéndonos inmunes a todos. Estamos a muchos días de algún tipo de normalización de la vida y el trabajo.

Vamos a abrazarnos y aferrarnos a los recuerdos de nuestros seres queridos que han fallecido.

Construyamos altares de colores, monumentos e imágenes a los seres queridos en nuestro círculo de amor… que sepan que no serán olvidados… nunca.

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