Varios miles de menores centroamericanos separados aún buscan a sus familias. (Foto: EFE)

Washington. – El Gobierno del presidente Donald Trump, que hizo una prueba en 2017 de un programa para separar a las familias de inmigrantes indocumentados, sabía que los menores de 12 años no serían capaces, en su mayoría, de reunirse con sus padres y madres, informó la cadena NBC de noticias.

NBC indicó que obtuvo un documento según el cual los fiscales federales que supervisaron el experimento en El Paso, Texas, determinaron que los niños y niñas más jóvenes no serían capaces, por sí mismos, de retornar a sus familias.

En 2018 el Gobierno de Trump inició la aplicación del programa que separó a más de 3.000 menores de sus padres y sus madres detenidos en la frontera. Dos años más tarde, un número no determinado de esos menores siguen bajo custodia del Gobierno, y sus padres y madres que han sido deportados no saben cómo recuperarlos.

El documento, preparado para John Barr, el fiscal federal del Distrito del Oeste de Texas, jamás se envió al Departamento de Justicia en Washington DC, indicó NBC.

El borrador del documento señala que Rod Rosenstein, quien era entonces subsecretario de Justicia, respondió a los fiscales federales en una conferencia telefónica que ningún menor era tan joven como para que sus padres no fueran separados para ser enjuiciados bajo la política de «tolerencia cero» de Trump.

La práctica normal por años, en el caso de inmigrantes indocumentados detenidos, había sido la liberación temporal a la espera de una audiencia en un tribunal de inmigración, en la cual se decidía si eran deportados o no.

Trump, en el marco de una política más amplia contra los inmigrantes, instituyó la llamada «tolerancia cero» bajo la cual más de 40.000 personas en cierto momento estuvieron recluidas en centros de detención. Actualmente permanecen detenidas casi 20.000.

Pero como la ley estadounidense prohíbe la detención de menores de edad por más de 20 días, en lugar de dejar en libertad a los menores y sus familias, el Gobierno de Trump procedió en 2018 a la separación de familias, y los menores fueron distribuidos en otros sitios bajo custodia gubernamental.

La prueba piloto del programa se llevó a cabo entre abril y diciembre de 2017 y condujo a la separación de 303 familias, incluidos 11 menores de un año de edad, 22 que tenían un año cumplido y 28 que tenían dos años de edad, según el documento citado por NBC.

«A mediados de agosto de 2017 los fiscales se dieron cuenta de que algunos de los niños eran demasiado jóvenes como para ser separados”, indicó el informe.

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