El mes pasado, cientos de manifestantes se reunieron en San Juan cargando neveras, televisores y otros electrodomésticos que se han dañado debido a los constantes cambios en el voltaje, para expresar su descontento con LUMA, empresa estadounidense-canadiense responsable del suministro eléctrico en la Isla. LUMA asumió el control de la electricidad en Puerto Rico en junio del año pasado, después de que esta se privatizara como respuesta a la inestabilidad energética que dejó el mortal Huracán María en el 2017. 

No obstante, los problemas han continuado bajo la tutela de LUMA, con cortes eléctricos constantes y un apagón masivo que dejó a toda la Isla a oscuras el pasado abril. Hoy, el 97% de la electricidad de Puerto Rico se produce con combustibles fósiles importados, lo que deja a su red eléctrica particularmente vulnerable durante eventos de clima extremo como huracanes. En lugar de abogar por la transición a fuentes de energía limpias y estables, LUMA ha declarado que continuará la dependencia en los costosos combustibles fósiles que tanto afectan el bolsillo de los puertorriqueños, quienes gastan alrededor del 8% de sus ingresos en electricidad, mientras que la persona promedio en Estados Unidos gasta sólo alrededor del 2%

En Puerto Rico, tan sólo la energía solar en los techos podría potencialmente proporcionar cuatro veces las necesidades de electricidad residencial de la isla. Los puertorriqueños cuentan ya con una riqueza en recursos naturales que les permitirá estabilizar su suministro energético e incrementar su resiliencia climática, y es hora de que imperen los intereses del pueblo y no los intereses de la industria del gas y el petróleo

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí