Yahaira Galarza es una joven de origen puertorriqueño que, preocupada por lo que sucede en Kensington, su barrio, decidió involucrarse en la American Civil Liberties Union (ACLU por sus siglas en inglés) para ser una embajadora comunitaria.

Sheila Quintana Aguilar es asesora de comunicaciones y está enfocada en alcanzar a las comunidades latinas en el estado de Pennsylvania, para que sepan lo que ACLU hace por los derechos civiles para todos; desde médicos hasta políticos.

De reciente nos informaron la expansión de un programa piloto de la policía con la intención de cambiar cómo manejan las ofensas menores. En vez de parar y registrar a las personas, ahora la policía tiene que pedir que se disperse primero y darle la oportunidad de parar el comportamiento y retirarse. La intención es prevenir altercados innecesarios con la policía, con la esperanza de disminuir el índice de personas de color encarceladas por ofensas menores, lo cual contribuye a la encarcelación masiva que afecta particularmente a las comunidades de negra y morena. 

“Yo personalmente vivo en uno de los distritos que son más afectados, el distrito 24, aquí pasan muchas cosas”, dice Yahaira, quien agrega que es injusto que veces sean detenidos sin motivo. “La gente están hablando, socializando con uno al otro, no están haciendo nada malo, pero si es hispano o de color, los cuestionan… Muchos regresan después de 10 hrs. de trabajo y pasan por una cerveza. No están haciendo nada de malo, se mataron trabajando, tienen que descansar”. La embajadora comunitaria considera que la policía debería de estar deteniendo a quien vende droga, o usa violencia, pero que les es más cómodo voltear a otros lados.

(Foto: Cortesía/Yahaira Galarza)

El programa comenzó el año pasado en el distrito policial 14, después de casi 10 años de abogacía y litigio por parte de la ACLU de PA. Este año se ha expandido a cubrir los siguientes distritos policiales:

2 (noreste)

12 (suroeste)

14 (noroeste)

17 (sur)

22 (norte)

24 (noreste – área de Kensington)

Casi la mitad de las detenciones hechas por la policía de Filadelfia son por “delitos” menores. La gente que no es regularmente parada por la policía puede pensar que una detención y cateo es una inconveniencia menor, pero suele ser una escena humillante, además según los récords de la policía, la detención dura 13 minutos, retrasando a donde vaya la persona, y eso en caso de que la situación no escale.

Abogados de derechos civiles demandaron a la ciudad hace una década, afirmando que la policía de Filadelfia estaba deteniendo a la gente sin razón legal, señalando más a la gente negra que a la blanca. La ciudad firmó un acuerdo prometiendo el cambio, y durante la última década, la policía ha reducido el número de personas que detiene y ha instruido a la mayoría de los oficiales sobre qué y que no constituye una razón legal para una detención.

(Foto: Cortesía/Yahaira Galarza)
 

Pero las disparidades raciales en cuanto a quién es y quien no es detenido no han cambiado. Aún con menos detenciones, aun con mejor entrenamiento policial en los requisitos legales para una detención, especialmente los hombres negros, son detenidos con índices mucho más altos que los blancos.

Hace un año, por primera vez, el juez federal que supervisa la demanda Bailey ordenó que la ciudad tome pasos diseñados para reducir las disparidades raciales.

Police unlawful harassment and racial profiling 9/27/13 Philly,Pa – YouTube

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