Roberto Sierra nació en 1953 en Puerto Rico, y su identidad ha sido un punto focal de su trabajo y experiencias a lo largo de su vida.

Rodeada de agua, la conversación rápidamente se divulga al medio ambiente. Para demostrar dónde están las prioridades de Roberto, me describe que en su juventud se podía “ver cómo la costa menguaba”, y “las olas rompiendo en la orilla se hacían más altas”

Mostrando un profundo amor por su Puerto Rico y con el deseo de preservar sus ricas bellezas y hábitats naturales, los orígenes de Roberto se expanden desde ahí a un mundo imaginado.

En la juventud de Roberto la música estaba en todas partes, pero la capacidad de captar esa habilidad y llevarla a otro nivel no estaba establecida en Puerto Rico.

A finales de la década de 1950, el músico español Pablo Casals visitó a su isla y se casó con la nativa Marta Montañez. En 1956 Puerto Rico acogió el primer Festival Casals para homenajear los acontecimientos culturales entre los habitantes de la isla.

1960 fue el año que marcó la joven carrera musical de Roberto Sierra, cuando Pablo Casals fundó el Conservatorio de Música de Puerto Rico, que se acercó al joven talento de la isla y ayudó a proyectar ese talento al escenario mundial.

En el Conservatorio estudió la sinfonía y el ritmo de la música familiar para el oído latino, así como música de otras partes del mundo. Roberto aprendió piano y composición y obtendría una licenciatura en la Universidad de Puerto Rico. Con este nuevo conocimiento de la composición de obras, migró a Alemania. Continuó sus estudios en la Hochschule für Musik de Hamburgo, Alemania y permaneció en Europa durante seis años.

Ser un compositor latino siempre fue parte de la combinación que le ha dado una identidad particular. Roberto profundiza en temas filosóficos, y menciona obras del autor argentino Jorge Luis Borges y sus complejas visiones del mundo, pero también se refiere a los éxitos de artistas contemporáneos como Bad Bunny en la música convencional.

Roberto tiene una cita interesante sobre sus viajes: “Nunca entendí lo que significaba ser minoría hasta que viví en Estados Unidos”.

Su inspiración viene de dentro; “soy puertorriqueño, soy latino”. Roberto comparte esta idea cuando se le pregunta sobre las fuentes de su inspiración y si toma una mirada introspectiva a sus antecedentes al crear sus obras.

«América Latina se parece más a Europa que a Estados Unidos», y cree que se está produciendo un cambio, que el mundo se está volviendo más homogéneo, pero esta homogeneización requerirá un cambio de perspectiva por parte de la generación de futuros líderes.

Considera que el cambio cultural debe ser orgánico y que hay cosas que han cambiado mucho. Roberto cree que en Estados Unidos debe haber más subsidios e instituciones para ayudar a construir una industria musical orgánica. Roberto cree que la obra de un compositor es como la de un autor en su concepción; ambos miran fijamente una página en blanco y tienen una idea de lo que van a escribir, sin embargo, queda en la imaginación de cada uno llenar esa página de contenido.

El artista tiene una especie de “inspiración divina” cuando se trata de su trabajo y cree que existe un concepto de infinito que mantiene al mundo en marcha e inspira a las personas a vivir una vida plena. Roberto comparte que “la fe existe donde hay duda”.

Al reflexionar sobre Estados Unidos, Roberto cree que “este país es más abierto que nunca” y que el cambio orgánico y de base entre las generaciones más jóvenes creará las bases para una sociedad diversa, multicultural y abierta en los próximos años.

Esperanza presentará el estreno mundial de una nueva obra del compositor puertorriqueño ganador del Grammy Latino Roberto Sierra con la Orquesta 2001 el 27 de octubre como parte del evento anual ¡Conexiones! Puerto Rico – Esperanza Arts Center

Más información sobre Roberto está disponible aquí: https://www.robertosierra.com

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