Este año ha sido bien difícil para muchas personas, incluyendo a los jóvenes como yo. Primero, el azote del coronavirus, luego el cierre de las universidades y ahora las elecciones. Yo nací en la República Dominicana y, como muchos otros, emigré a los Estados Unidos para buscar un mejor futuro. Cuando era pequeño escuchaba sobre la importancia de votar, pero nunca le di importancia.

Pero este 2020 muchas cosas me hicieron cambiar de opinión. Todo empezó cuando perdí mi trabajo, igual que muchos otros inmigrantes. Y cuando te das cuenta de que no tienes empleo y no tienes manera de conseguir otro a causa del virus, muchas prioridades cambian. Eso me pasó a mí, y entonces entendí lo importante que era ser parte de un cambio y hacer oír mi voz.

Como latinos inmigrantes y ya ciudadanos, tenemos el gran deber de ser un ejemplo para las siguientes generaciones. Muchos latinos tienen la dicha de haber nacido aquí y ser la segunda generación, o sea que sus padres trabajaron mucho por ellos. Pero yo soy inmigrante de primera generación, y por ser hijo único tuve que luchar mucho más fuerte, y a muy corta edad, para poder sostener a mi madre y luego traerla aquí. 

Como latinos, tenemos la oportunidad de renovarnos, luchar y no darnos por vencidos. Ahora me preguntarás, ¿y por qué no votabas antes? y tienes mucha razón. Pero muchas veces, la lucha del día a día es tan fuerte, que olvidamos que las cosas más simples pueden ser igual de importantes. Como un simple voto. Votar puede impactar muy fuerte la manera en que queremos que nuestro país siga adelante, para mi generación y las que vienen. 

Esto es lo que hace el sueño americano posible, la libertad económica que nos brinda, la posibilidad de que un joven pueda trabajar y sostener una familia en su país de origen, y como hice yo, graduarte de la universidad y cumplir el sueño de traerte a tu familia. Pero todo eso comienza con un simple voto. Recuerda que nuestro voto no siempre fue contado. Fue John Kennedy, quien en 1960 reconoció nuestros votos después de haber sido ignorados por muchos años, por otros candidatos.

Así que, si fuiste uno de los afortunados en votar y ser parte del cambio, te felicito, y si eres de los que no pudo o no lo quiso hacer, espero que mi historia te ayude a cambiar de visión. Un simple voto puede significar una diferencia radical en el futuro. Mi orgullo será siempre haber nacido latino, y ser parte de esta comunidad tan hermosa que lucha por un mejor futuro para todos. ¡Que viva el voto latino!

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