Harry Tapia, director de operaciones (Foto cortesía de HACE)

La pandemia y la orden de quedarse en casa contribuyeron a que 2020 fuera el peor año en muertes por envenenamiento de drogas, según datos del gobierno de la ciudad. Las sobredosis fatales tuvieron un aumento de 11% durante tres trimestres. En 2019 se perdieron 850 vidas y 950 el año pasado. Casi todos esos fallecimientos fueron en las poblaciones negras y latinas de la ciudad, en particular en el vecindario de Kensington.

Esta semana el alcalde James Kenney anunció el lanzamiento del Fondo de Resiliencia Comunitaria de Kensington (KCR Fund). Es una colaboración de los sectores público y privado entre miembros de la comunidad, el gobierno de la ciudad y financiadores regionales. Con ello se espera aminorar el impacto de la crisis de opioides en la comunidad.

Concejal María Quiñones Sánchez (Foto cortesía)

Una de sus características principales consiste en el proceso participativo de los miembros de la comunidad para ser parte de las decisiones de la asignación de los fondos para las prioridades que ellos determinen. “Estoy convencido de que este Fondo será un paso importante para mejorar la calidad de vida en Kensington mientras combatimos el flagelo de los opioides”, afirmó el alcalde.

Las subvenciones al Fondo KCR brindarán apoyo flexible a las operaciones generales en la cantidad de $10,000 por subvención, permitiendo una compensación justa para quienes realizarán el trabajo.
“Sabemos que las organizaciones comunitarias se han visto forzadas a cargar al hombre el lastre de la crisis de los opioides durante demasiado tiempo y con muy pocos recursos”, precisó Joanna Otero Cruz, vicedirectora administrativa de servicios comunitarios del gobierno municipal. Opina que el Fondo KCR cambia de manera fundamental la dinámica de poder entre el financiador y el beneficiario de los fondos de manera que personifica el tipo de equidad y justicia social que se necesita para lograr el cambio sistémico duradero.

Madre Jessie, Quetcy Lozada y Joanna Otero- Cruz, de izq. a der. (Foto cortesía de David Cruz)

Al hablar de su participación en el Fondo, Harry Tapia, residente de Kensington y Director de Operaciones de HACE ahondó que la colaboración entre residentes, los sectores públicos y privados “me dan esperanza de un mejor mañana”. Anticipa trabajar con el panel comunitario de concesión de subvenciones comunitario y darles a los residentes verdadero poder para activar el cambio. Cree que el cambio verdadero se logra cuando los residentes se enfocan y participan en el proceso de tomas de decisiones. “La gente de Kensington es resiliente y juntos podemos superar los retos de crisis de opioides”, concluyó.

En la actualidad, el Fondo ha asegurado compromisos de cerca de $200,000 que serán destinados a las comunidades mediante subvenciones y estipendios para los participantes de la comunidad durante la primera ronda de financiamiento.  Entre los principales otorgadores de fondos están The DoutyFoundation, Scattergood Foundation, K10 Kids Foundation, Patricia Kind Family Foundation, y la Ciudad de Filadelfia. El Fondo continúa buscando apoyo adicional para alcanzar su meta de $500,000 para fines de 2021.

     Limpieza para Kensington (Foto cortesía de HACE)

Este Fondo acepta donaciones individuales y de organizaciones que pueden entregarse al Fondo Bread and Roses. Habrá una sesión virtual informativa el jueves 6 de mayo en breadrosesfund.org/kcrf y las solicitudes tienen un plazo hasta el 26 de mayo.

Se espera que el primer grupo de beneficiarios sea anunciado en julio, con una segunda ronda de subvenciones para el otoño.

El Fondo KCR trabajará para avanzar en las metas siguientes: promover el bienestar, fomentar la resiliencia, mejorar la calidad de vida de la comunidad de Kensington. Aumentar equidad y justicia racial al tener colaboradores y residentes de la comunidad que dirigirán las decisiones de financiación. Otra meta es tener cohesión y conectividad entre los proveedores comunitarios, los residentes y agencias para apoyar la colaboración. Servir como catalizador para edificar la infraestructura para apoyar una inversión sustentable a largo plazo en la comunidad de Kensington.

LA LUCHA HA SIDO LARGA

La concejal María Quiñones Sánchez del Distrito 7, residente de Kensington, ha luchado por años para que se destinen fondos para esta zona de la ciudad. El 23 de abril el comité de salud pública y servicios humanos del gobierno municipal llevó a cabo una audiencia coordinada por la oficina del director administrativo y los departamentos de servicios humanos para prevenir y tratar el abuso, adicción y enfermedades relacionadas al uso de opioides. En esa audiencia también se evaluó la respuesta de la ciudad al Plan de Inversión Restaurativa de 2020 para los residentes de Kensington. Participaron representantes de la oficina administrativa de la ciudad, el Departamento de Salud Conductual y Servicios para Discapacidad Intelectual, el Departamento de Policía, de Parques y Recreación, SEPTA y la Biblioteca Pública de Filadelfia. Como dijo el concejal Mark Squilla, los problemas de este vecindario no son solo de los residentes, es un asunto que concierne a toda la ciudad.

La concejal Quiñones Sánchez concluyó diciendo lo que lleva clamando durante años, “necesitamos restaurar a Kensington”.

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