La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto más duro sobre la capacidad de pagar el alquiler y en la inseguridad en la provisión de alimentos de las familias inmigrantes, según un estudio publicado a finales del mes de abril del año en curso.

El estudio, publicado en la revista JAMA Health Forum, fue realizado por investigadores de la Escuela Dornsife de Salud Pública de la Universidad Drexel, en Pensilvania, que encuestaron a 1.396 personas responsables de familias con niños que tenían menos de cuatro años antes de la pandemia.

Las encuestas efectuadas en Filadelfia, Boston, Baltimore, Minneapolis, y Little Rock se realizaron entre enero de 2018 y marzo de 2020, antes de ser declarada pandemia, y entre septiembre de 2020 y junio de 2021.

Los datos indican que las familias con madres inmigrantes experimentaron tasas más altas que otros grupos de inseguridad alimentaria e incapacidad de pagar el alquiler, y al mismo tiempo dieron cuenta de una menor participación en dos programas de asistencia.

Los programas son el de Pagos por Impacto Económico (EIP), que distribuyó cheques a familias necesitadas, y el Programa de Asistencia para la Nutrición Suplementaria (SNAP).

Entre las familias con ingresos bajos, aquellas con madres inmigrantes fueron un 63 % más propensas a experimentar inseguridad alimentaria y un 21 % más propensas a reportar atrasos en el pago del alquiler o la hipoteca, en comparación con los hogares con madres nacidas en Estados Unidos.

Y mientras un 96 % de las familias con madres nacidas en EE. UU. usaron SNAP o EIP, solo el 74 % de los hogares con madres inmigrantes participó en al menos uno de los dos programas, señaló el estudio.

«Nuestros resultados muestran que SNAP y los cheques de estímulo del Gobierno federal desempeñaron un gran papel en la reducción de las tribulaciones hogareñas como la inseguridad alimenticia y la incapacidad de pagar el alquiler durante la pandemia», dijo Félice Lê-Scherban, autora principal del informe.

«Pero demasiadas familias inmigrantes se vieron restringidas o no fueron capaces de usar esos programas», añadió. «Muchos inmigrantes legales quedaron excluidos de los beneficios, y al mismo tiempo muchos de quienes calificaban para recibirlos tuvieron miedo de participar debido a la retórica antiinmigrante en relación con los beneficios».

Lê-Scherban señaló que los resultados constituyen “un llamado a la acción en favor de políticas más equitativas que aseguren que los beneficios lleguen a todas las familias que los necesitan, en particular los afroamericanos, los latinos, los inmigrantes y otros grupos marginados».

«Especialmente en tiempos de crisis, el diseño de políticas inclusivas es tan importante como la distribución rápida de las ayudas. De otra manera perdemos la oportunidad de reducir las desigualdades y, en cambio, las hacemos más grandes», acotó.

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