
El presidente de EE. UU., Joe Biden, cerró la semana con emotivos discursos de despedida ante el cuerpo diplomático, los líderes militares e, incluso, un mensaje televisado a la nación. Sin embargo, sus palabras, reflejaron una realidad ineludible: gran parte de su legado será desmantelado por Donald Trump en cuanto asuma el cargo el lunes.
Este lunes cuando Trump ya haya asumido la Presidencia, Biden subirá a un helicóptero y dejará atrás Washington, la ciudad a la que llegó en 1973 con solo 30 años como el senador más joven del país y de la que ahora se marcha con cierto pesar.
Esta no es la forma en la que Biden había imaginado el final de medio siglo de carrera política. El mandatario deseaba que los libros de Historia recordaran sus cuatro años en la Casa Blanca como un gran capítulo, pero ahora su Presidencia podría quedar reducida a un simple pie de página, un paréntesis en la era Trump.
En las últimas semanas, Biden, quien a sus 82 años es el presidente de mayor edad en la Historia del país, ha dejado claro que abandona el poder a regañadientes, convencido de que tenía mucho más que aportar, aunque también ha reconocido que su salud podría haberse resentido con otros cuatro años en el poder.
En una entrevista con USA Today publicada el 8 de enero, Biden llegó a decir que, aunque sonara «presuntuoso», creía que habría podido vencer a Trump en las elecciones de noviembre, en las que este derrotó a la vicepresidenta y candidata demócrata Kamala Harris.
Sin embargo, admitió que no estaba seguro de tener el vigor necesario para completar otro mandato. «De momento, estoy bien», afirmó. «Pero, ¿quién sabe cómo estaré cuando tenga 86 años?».
Joe Biden pasó su último día completo como presidente el domingo en Carolina del Sur, instando a los estadounidenses a “mantener la fe en un día mejor por venir” y reflexionando sobre el impacto del movimiento de derechos civiles en su decisión de entrar en la política.
En la víspera de la toma de posesión del republicano Donald Trump, Biden ofreció un último adiós desde un estado que tiene un significado especial después de que su contundente victoria en las primarias demócratas de 2020 lo posicionara para alcanzar el objetivo de su vida de ser elegido presidente de Estados Unidos.
Biden habló a la congregación de la iglesia en la Royal Missionary Baptist Church sobre por qué entró en el servicio público — Martin Luther King Jr. y Robert F. Kennedy Jr. eran sus héroes políticos, dijo — y agradeció a Carolina del Sur por su apoyo
“Sabemos que la lucha por redimir el alma de esta nación es difícil y continua”, proclamó Biden. “Debemos aferrarnos a la esperanza. Debemos permanecer comprometidos. Siempre debemos mantener la fe en el día mejor que vendrá”.
Añadió: “No me voy a ninguna parte” — y la congregación aplaudió.
Antes del servicio, mientras el grupo palestino Hamás en la Franja Gaza comenzaba a liberar a rehenes israelíes bajo un alto el fuego que Estados Unidos ayudó a negociar, Biden expresó que “las armas en Gaza han enmudecido”. El acuerdo para detener los combates entre Israel y Hamás fue uno que había delineado en mayo.
“Ahora le corresponde a la próxima administración ayudar a implementar este acuerdo. Me complació que nuestro equipo hablara con una sola voz en los últimos días”, afirmó Biden.
Señaló que las tres rehenes liberadas el domingo “parecen estar en buen estado de salud” y ofreció algunos consejos a Trump sobre cómo mantener el acuerdo.
“El éxito va a requerir persistencia y continuar apoyando a nuestros amigos en la región y la creencia en la diplomacia respaldada por la disuasión”, aseveró Biden.
Después de hablar sobre el alto el fuego, Biden y la primera dama Jill Biden tomaron asiento en el primer banco de la iglesia. Al menos varios cientos de congregantes cantaron canciones de gospel, levantándose de sus asientos y balanceándose y aplaudiendo. Un coro dirigió las selecciones musicales desde detrás del púlpito antes de que el programa se centrara más tarde en King.

Biden fue presentado por el representante demócrata Jim Clyburn, un aliado clave que se refirió al presidente como su “amigo de mucho tiempo”. Clyburn citó a varios presidentes que fueron subestimados durante su tiempo en el cargo pero que ahora son vistos con más cariño con el paso del tiempo. Añadió a Biden a esa lista.
“Así que quiero decirte, buen amigo, que recientemente se te ha mostrado muy poco aprecio, pero no desmayes. La historia será muy bondadosa contigo”, expresó Clyburn.
Los Biden también visitaron el Museo Internacional Afroamericano en Carolina del Sur. Fue construido en un sitio frente al mar donde decenas de miles de africanos esclavizados fueron traídos a Estados Unidos desde finales de la década de 1760 hasta 1808, según el sitio web del museo.
En 2020, la campaña de Biden flaqueó después de perder los primeros concursos en Nueva Hampshire, Iowa y Nevada. Pero en la cuarta parada, Carolina del Sur — donde los votantes negros constituyen la mayoría del electorado demócrata — fue llevado a la victoria después del respaldo de Clyburn.
“Conozco a Joe. Nosotros conocemos a Joe. Pero lo más importante, Joe nos conoce”, dijo Clyburn en ese momento.

Según fuentes cercanas al mandatario consultadas por EFE, Biden ya no mantiene contacto con algunos de sus aliados más cercanos, con quienes su relación se deterioró después de que buena parte del Partido Demócrata le presionara para abandonar la candidatura y ceder el testigo a Harris tras un carente debate con Trump.
Aunque Biden se hizo a un lado, algunos demócratas le culpan del regreso de Trump y creen que se aferró demasiado tiempo a la candidatura, dejando a Harris con solo 107 días para construir una campaña que no logró imponerse.
Su esperanza, sin embargo, es que la Historia lo recuerde como un presidente honesto que tomó decisiones clave para transformar el país y restaurar el liderazgo de EE. UU. en el mundo.
«Se necesitará tiempo para sentir el impacto completo de todo lo que hemos hecho juntos. Pero las semillas están plantadas y crecerán y florecerán durante décadas», dijo el pasado miércoles en su discurso de despedida desde el Despacho Oval.
Ese discurso sorprendió a muchos, ya que no fue, como es usual un listado de logros para ensalzar su legado, sino una advertencia sobre el rumbo de la nación.
Biden alertó de que EE. UU. está «convirtiéndose en una oligarquía» dominada por multimillonarios tecnológicos, algo que quedará reflejado en la investidura de Trump, donde Elon Musk, uno de los hombres más ricos del mundo, estará cerca del nuevo presidente.
Más allá de los discursos, Biden ha aprovechado sus últimos días en la Casa Blanca para intentar blindar su legado antes de la llegada de Trump, enviando a Ucrania más ayuda militar y firmado órdenes ejecutivas para proteger áreas de Alaska de la explotación petrolera y para sacar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo.
Indulta póstumamente al nacionalista negro Marcus Garvey
El domingo anunció un indulto póstumo al nacionalista negro Marcus Garvey, quien influyó en Malcolm X y otros líderes de derechos civiles y fue condenado por fraude postal en la década de 1920. También recibieron indultos un destacado legislador de Virginia y defensores de los derechos de los inmigrantes, la reforma de la justicia penal y la prevención de la violencia armada.
Líderes del Congreso habían presionado a Biden para que indultara a Garvey, argumentando que su condena fue motivada políticamente y no era más que un esfuerzo por silenciar al líder que hablaba del orgullo racial. Después de ser condenado, Garvey fue deportado a Jamaica, donde nació. Falleció en 1940.

El reverendo Martin Luther King Jr. expresó sobre Garvey: “Fue el primer hombre, a gran escala y nivel” en dar a millones de personas negras “un sentido de dignidad y destino”.
No está claro si Biden, quien deja el cargo el lunes, indultará a personas que han sido criticadas o amenazadas por el presidente electo Donald Trump.
Emitir indultos preventivos —por delitos reales o imaginarios de críticos de Trump que podrían ser investigados o procesados por la administración entrante— extendería los poderes de la presidencia de maneras no probadas.
Biden ha establecido el récord presidencial de más indultos y conmutaciones individuales emitidos. Anunció el viernes que estaba conmutando las sentencias de casi 2.500 personas condenadas por delitos de drogas no violentos. También otorgó un indulto amplio para su hijo Hunter, quien fue procesado por delitos de armas y fiscales.
El presidente ha anunciado que estaba conmutando las sentencias de 37 de los 40 condenados a muerte a nivel federal, convirtiendo sus castigos en cadena perpetua justo cuando Trump, un defensor abierto de la expansión de la pena capital, asume el cargo. En su primer mandato, Trump presidió un número sin precedentes de ejecuciones, 13, en un cronograma prolongado durante la pandemia de coronavirus.
Un indulto libera a una persona de culpa y castigo. Una conmutación reduce o elimina el castigo pero no exonera el delito.
Entre los indultados el domingo están:
— Don Scott, quien es el presidente de la Cámara de Delegados de Virginia controlada por poco margen por los demócratas. Fue condenado por un delito de drogas en 1994 y cumplió ocho años de prisión. Fue elegido para la legislatura de Virginia en 2019 y más tarde se convirtió en el primer director negro de esa instancia.
“Estoy profundamente honrado de compartir que he recibido un indulto presidencial del presidente Joe Biden por un error que cometí en 1994, uno que cambió el curso de mi vida y me enseñó el verdadero poder de la redención”, expresó Scott en un comunicado.
— El activista de derechos de los inmigrantes Ravi Ragbir, quien fue condenado por un delito no violento en 2001 y fue sentenciado a dos años de prisión y enfrentaba la deportación a Trinidad y Tobago.
— Kemba Smith Pradia, quien fue condenada por un delito de drogas en 1994 y sentenciada a 24 años de prisión. Desde entonces se ha convertido en activista de la reforma penitenciaria. El presidente Bill Clinton conmutó su sentencia en 2000.
— Darryl Chambers de Wilmington, Delaware, un defensor de la prevención de la violencia armada que fue condenado por un delito de drogas y sentenciado a 17 años de prisión. Estudia y escribe sobre la prevención de la violencia armada.
Biden conmutó las sentencias de dos personas:
— Michelle West, quien cumplía cadena perpetua por su papel en un caso de conspiración de drogas a principios de la década de 1990. West tiene una hija que ha escrito públicamente sobre la lucha de crecer con una madre tras las rejas.
— Robin Peoples, quien fue condenado por robar bancos en el noroeste de Indiana a finales de la década de 1990 y fue sentenciado a 111 años de prisión. La Casa Blanca dijo en un comunicado que Peoples habría enfrentado sentencias significativamente menores hoy bajo las leyes actuales.

Para la Historia quedarán sus medidas para sacar a EE. UU. de la pandemia, su apuesta por la energía limpia y la producción nacional de microchips para reducir la dependencia de China, así como la eliminación de algunas de las políticas migratorias más duras de Trump.
En política exterior, su legado tendrá luces y sombras. Fortaleció las alianzas de EE. UU. y unió a Occidente en defensa de Ucrania, pero también protagonizó la desastrosa salida de Afganistán y dejó que Israel librara una guerra en Gaza que se ha cobrado más de 46.000 vidas.
A pesar de sus intentos, Biden se marcha sin haber podido cumplir su promesa de sanar el «alma» del país ni de unir a una sociedad profundamente dividida, y que, frustrada por el alto coste de la vida, ha optado nuevamente por la disrupción que encarna Trump.