College Building, Thomas Jefferson University, Philadelphia, PA. (Photo: Perla Lara)

Para la mayoría de los pacientes, un diagnóstico de cáncer es un momento aterrador que les cambia la vida. Tener el tratamiento médico y el apoyo adecuado juegan un papel en lo que resulte. Recientemente tuve la oportunidad de sentarme con Perla Lara, editora de Impacto, Marla Vega de Morivivi Cancer Support Group y la Dra. Ana María López de Jefferson para hablar sobre el cuidado de pacientes con cáncer.

La Dra. Ana María López es profesora y vicepresidenta de Oncología Médica en la facultad de medicina, y jefe de Servicios de Cáncer, así como directora de Oncología Integrada. (Foto: Cortesía/AML)
La Dra. Ana María López es profesora y vicepresidenta de Oncología Médica en la facultad de medicina, y jefe de Servicios de Cáncer, así como directora de Oncología Integrada. (Foto: Cortesía/AML)

La Dra. López nació en Bolivia y se mudó a los Estados Unidos cuando tenía seis años. Vivió en Chicago y Arizona antes de mudarse al área de Filadelfia, donde asistió a Bryn Mawr College y luego continuó su educación en la Escuela de Medicina Thomas Jefferson. Regresó a Arizona para estar cerca de sus padres para sus programas de residencia y becas. Después de desarrollar su carrera en Arizona y pasar algunos años en Utah como vicepresidenta asociada de Equidad en Salud en la Universidad de Utah, regresó a Filadelfia y Jefferson, donde se desempeña como Profesora y vicepresidenta de Oncología Médica en la facultad de medicina. y jefe de Servicios de Cáncer, así como directora de Oncología Integrada.

La cultura latina ha sido una fuente de fortaleza para ella. Recién recibida como médica, estaba tratando a una paciente de habla hispana y se dio cuenta de la importancia de hablar dos idiomas. Pudo ayudar a la paciente en parte porque pudo comunicarse completamente con ella.

Ser mujer y latina es un honor para ella, quien cree que estaba destinada a convertirse en doctora. Sus padres son médicos y su madre recibió su diploma pocas horas después del nacimiento de Ana María. Su fuerza motriz es ayudar a los demás. De niña, atendía a sus compañeros de clase que se habían caído en el patio de recreo. Ese espíritu solidario se convirtió en una pasión por ayudar a otros a adquirir o mantener una buena salud. Ella explica que “la buena salud disminuye las posibilidades de desarrollar cáncer. La buena alimentación, el ejercicio y no fumar disminuyen el riesgo de desarrollar cáncer”.

Se convirtió en oncóloga para ayudar a aquellos cuyas vidas se han visto afectadas por el cáncer: los pacientes, los familiares y la comunidad.

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Ana María es médica desde 1988 y afirma que aún le admira el milagro de cómo funciona el cuerpo. Hay un ciclo para la mayoría de las cosas; el cáncer es diferente. Ella explica que “las células cancerosas olvidan cómo morir y no siguen el patrón o ciclo que tienen las células normales donde se forman, crecen y mueren”. Continúan multiplicándose sin control y eventualmente comienzan a invadir otros tejidos. Bajo el microscopio, observa, «las células normales se ven hermosas, pero las células cancerosas se ven anormales y se agrupan».

College Building, Thomas Jefferson University, Philadelphia, PA.  (Photo: Perla Lara)

Cuando a un paciente se le diagnostica cáncer, trata de tranquilizarlo y recordarle que la única diferencia entre el diagnóstico anterior y el actual es que ahora lo sabe y puede hacer algo al respecto. Ella enfatiza la importancia del diagnóstico temprano, lo que facilita el tratamiento. Por lo tanto, es importante que las personas se evalúen siguiendo las recomendaciones. Las pruebas de detección, como la mamografía, la colonoscopia, el papanicolaou y la prueba del VPH, deben realizarse según lo recomendado, ya que realmente pueden salvar vidas.

Para los fumadores, obtener una tomografía computarizada de los pulmones también es una prueba importante; pero indica que “es mejor no fumar nunca”. Dejar de fumar es difícil y celebra cada vez que alguien lo hace.

Ana María también aconseja reducir la inflamación como una forma de mejorar el pronóstico y disminuir el riesgo de recurrencias. Factores como la falta de sueño, el estrés y una dieta rica en grasas no saludables suelen aumentar los niveles de inflamación en el cuerpo. Para disminuir la inflamación, “receta” a sus pacientes que disfruten de su vida y se rían. Se ha demostrado que una risa profunda, que viene del estómago, ayuda. Nuestra comunidad latina es una comunidad feliz y eso es un factor contribuyente. Abrazar y sentirse amado también ayuda.

El cáncer es una enfermedad que ataca no sólo al cuerpo sino también al alma. Ana María apoya al paciente para que pueda vivir su vida al máximo. La fe y la oración son útiles en el proceso de curación. La oración permite que el cuerpo se calme y sana el alma. Ella dice que “no siempre se puede curar, pero siempre se puede sanar”.

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Desde principios de este siglo, ha aumentado la comprensión del cáncer a nivel molecular. Los científicos y médicos ahora pueden observar cambios en el ADN de las células normales que pueden conducir a células cancerosas. Esto brinda la oportunidad de desarrollar agentes terapéuticos para tratar estos cambios y evitar que las células se conviertan en cáncer. Una variedad de causas puede generar cambios en el ADN de la célula, incluidos los ambientales (como la contaminación del aire, el agua y el suelo). Por ejemplo, ahora sabemos que la carne carbonizada es tóxica para el cuerpo. Por lo general, estos agentes agresores vienen a nuestros cuerpos y nuestros cuerpos los enfrentan y sanan. Sin embargo, en algunas ocasiones, son demasiados, y el cuerpo pierde su capacidad de curarse a sí mismo provocando cáncer.

La Dra. López siente que la parte más difícil de su trabajo es no tener suficiente tiempo. “La vida es corta y el trabajo es largo”, dice. “Hoy puedo ayudar a mis pacientes actuales, pero igual de importante es ayudar a otros para que puedan ser médicos en el futuro”. Su mensaje para los jóvenes es que “sí se puede”. La medicina es una carrera larga, pero pensar en ella por etapas y dar un paso a la vez ayuda. Con cada paso, se aprende.

Un diagnóstico de cáncer es difícil y cambia la vida. Los pacientes con un buen sistema de apoyo generalmente pueden lidiar mejor con la enfermedad y todos los cambios que trae consigo. Tener una buena atención médica y poder diagnosticar temprano es fundamental, pero la Dra. Ana Maria nos recuerda que prevenir es aún mejor. Un ambiente limpio, reducir el estrés y estar en comunidad para promover la salud son formas importantes de prevenir el cáncer.

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