El 23 de febrero, el Hospital para Niños de Filadelfia (CHOP) junto con la Ciudad inició el programa “Educación y Vacunación contra el COVID-19 para el Personal que Cuida a Niños”. Ese programa, que durará de varias semanas, incluye la vacunación a maestros, directores y personal no docente de todas las escuelas de Filadelfia, centros de cuidado infantil y a proveedores de preescolar. La primera clínica para la vacunación está en el Centro de Investigación Pediátrica Roberts en el CHOP.
El lanzamiento de este programa se suma al trabajo extensivo del Distrito Escolar, las escuelas particulares subvencionadas y a los proveedores de cuidado infantil que se comprometieron abrir las escuelas de manera segura en toda Filadelfia. ¨Mientras nos aproximamos al primer aniversario de la enseñanza virtual de nuestras escuelas públicas, el regreso a clases en persona es algo primordial”, afirmó el alcalde James Kenney durante una conferencia de prensa reciente.
Por su parte el superintendente, William R. Hite, Jr., añadió que las vacunas contra el COVID-19 son una medida más de seguridad junto con el distanciamiento social, el uso de cubrebocas, lavarse las manos y usar desinfectante de manera regular; además de la prueba rápida para los estudiantes y el personal. Estas son medidas que el Distrito Escolar ha implementado para el regreso a clases. “Esperamos que nuestros empleados decidan vacunarse para crear un ambiente seguro y saludable para ellos, sus familias, nuestros estudiantes y nuestros colegas” expresó el superintendente.
A su vez, Ron Karen, vicepresidente senior y jefe médico del Hospital para Niños de Filadelfia reiteró su compromiso de apoyar las necesidades de todos aquéllos que cuidan a los niños y a ayudar al gobierno de la Ciudad en este importante esfuerzo.
Cabe destacar que muchos distritos escolares de los suburbios de Filadelfia, ya están trabajando de manera hibrida desde hace varios meses y esto no se ha visto que haya afectado al pico de contagios.
Para más información acerca de este programa de vacunación, por favor visite: chop.edu/covid-19-vaccine-program/school-personnel.
Una adulta mayor junto a un trapo rojo en su ventana para indicar que no tiene dinero ni comida en el sur de Bogotá (Colombia). (Foto: EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda)
La ONG Acción contra el Hambre, advierte que “sin redes de protección sólidas en forma de subsidios, la enfermedad supone una condena al hambre para quienes vivían al día en la economía informal, han perdido su empleo o encuentran alimentos cada vez más caros en los mercados».
De acuerdo con el informe de la ONG que se presentó en una conferencia virtual, América Latina registró el año pasado el mayor aumento relativo de inseguridad alimentaria del mundo.
En concreto, la pandemia creó 45 millones de nuevos pobres en la región, que concentra casi una tercera parte de contagios en el mundo pese a tener menos del 10 % de la población mundial, y llevó a diez millones de personas a situación de inseguridad alimentaria severa, casi triplicando la cifra de 2019 cuando, según Naciones Unidas, eran 3,4 millones.
CENTROAMÉRICA
La encuesta realizada por la ONG a 3.700 familias de las comunidades rurales del Corredor Seco Centroamericano, el área que se expande desde Nicaragua hasta Guatemala, reveló que al menos 3,9 millones de personas están teniendo dificultades para alimentarse de acuerdo a los estándares mínimos de cantidad y calidad, pues sólo una de cada diez familias encuestadas reportó contar con una seguridad alimentaria adecuada.
Además, el estudio constató un aumento de los ingresos destinados a la compra de alimentos, llegando a representar el 80 % del presupuesto familiar.
Los prejuicios socioeconómicos derivados de la pandemia se suman a la pérdida de cosechas provocada por los huracanes Eta e Iota que golpearon amplias zonas de Nicaragua, Guatemala y Honduras en noviembre.
PERÚ Y LAS OLLAS COMUNES
En Perú, Acción contra el Hambre identificó que el 80 % de los encuestados habían perdido sus empleos o reducido sus ingresos un promedio del 33 %.
De acuerdo con América Arias, directora de la ONG en Perú, el país andino es «uno de los más afectados socialmente» por la pandemia porque «nunca llegó a salir de la primera ola» de contagios y, antes de pandemia ya contaba con un 20 % de su población pobre o muy pobre.
Ahora, tres cuartas partes de la población se encuentra en situación de inseguridad alimentaria, una realidad que afecta «especialmente a familias venezolanas» y que implica buscar alternativas como «reducir los recursos destinados a la educación, a la salud y recurrir a las ollas comunes».
Esas cocinas comunitarias y autogestionadas en su mayoría por mujeres resurgieron de forma improvisada como una suerte de expresión vecinal de emergencia en las zonas más vulnerables del Perú ante la falta de alimentos, trabajo y dinero. Según Arias, sólo Lima Metropolitana pasó de tener registradas 337 ollas comunes a más de 1.300. «Las ollas dependen de las donaciones, que se han visto reducidas» en los últimos meses, lamentó la directora de Acción Contra el Hambre en Perú, quien también destacó la «preocupante reducción de hierro en la dieta, algo fundamental para combatir la anemia».
COLOMBIA EN HACINAMIENTO
La encuesta realizada en 34.000 hogares de Colombia desveló que el 80 % de las familias, en su mayoría venezolanas, no cubrían todas sus necesidades básicas de alimentación y vivienda y el 20 % no tenían una fuente de ingresos estable.
Además, según explicó el director de Acción contra el Hambre en Colombia, John Orlando, más del 58 % de los encuestados «declaró vivir en condiciones de hacinamiento: 2,5 personas viven por habitación y en el 13 % de los casos se identificó hasta cinco personas por dormitorio».
Carissa Etienne. Directora general de la OPS. (Foto: EFE/ERIK S. LESSER)
Con más de 50 millones de contagiados es manifiesta la preocupación y descontento por la lentitud y trabas de las farmacéuticas, así como del organismo Covax, de la Organización Mundial de la Salud, para entregar las vacunas.
El temor se ha visto reforzado con la advertencia de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que destacó en un encuentro virtual que la región no está «fuera de peligro».
BOLSONARO RECLAMA
Una voz que se alzó con fuerza para reclamar fue la del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. El mandatario mostró su malestar al decir que entre las condiciones de Pfizer existe una «cláusula» que la exime de «toda responsabilidad» ante «posibles efectos colaterales» de su inmunizante.
Por su parte, el ministro de Salud, el general del Ejército Eduardo Pazuello, subrayó que su despacho converso con Pfizer desde «hace seis meses», así como con Johnson & Johnson, que también ha fabricado su propia vacuna anticovid.
«Hemos sido muy duros y ellos han sido más duros que nosotros. No cambian ni una coma. El Gobierno está tratando eso junto con el Congreso y se está discutiendo en términos de una flexibilización de ley», apuntó.
Brasil es el segundo país con más muertes asociadas al COVID-19, después Estados Unidos, y el tercero con más contagiados, tras EE.UU. e India, al contabilizar cerca de 250.000 fallecidos y 10,2 millones de infectados.
GUATEMALA CRITICA A COVAX
A su vez, el Gobierno de Guatemala expresó a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) su descontento por el retraso en la entrega de la vacuna de AstraZeneka-SKbio a través de Covax.
El país centroamericano adquirió en 2020 mediante ese organismo 800.000 dosis para inmunizar a 400.000 personas y esperaba su arribo para esta semana, pero debido a los problemas que tiene la empresa para producirla no hay fecha de entrega confirmada.
APLAUSOS PARA CHILE
En contraste, Chile superó los 3 millones de vacunados, todo una «hazaña» que confirma que está a la vanguardia del proceso de inoculación en América Latina.
En concreto, son 3.037.063 las personas que se han vacunado en Chile desde el inicio de la campaña en diciembre del año pasado, lo que representa el 16 % de los 19 millones de habitantes que tiene el país, alcanzando a inocular con una primera dosis al 70 % de la población objetivo mayor de 65 años.
A esta noticia se sumaron otras positivas como la llegada del primer cargamento de la vacuna rusa Sputnik V a Nicaragua, con la que el Gobierno dijo iniciará la vacunación con las poblaciones vulnerables.
Seguimos en el confinamiento, resultado de una prolongada pandemia que nos ha venido modificar nuestra “normalidad”. No es fácil vivir con restricciones, pero la mejor manera de escapar es concentrarse en lo que realmente importa.
Para estas alturas ya hemos renunciado a algunos objetivos del año nuevo, pero en el 2021 más que resoluciones de dietas y ejercicios, estoy haciendo algunos acuerdos.
Recurro a la antigua sabiduría tolteca en busca de la orientación descrita por Don Miguel Ruiz, un maestro espiritual que nos da una guía hacia la iluminación y la libertad mental. Ruiz es un reconocido autor, escritor y orador mexicano que ha vendido millones de libros, y su obra principal es la que enumera 4 claves para vivir en armonía interna y con los demás.
Los Cuatro Acuerdos son:
Sé impecable con tus palabras.
No tomes nada personalmente.
No hagas suposiciones.
Haz siempre tu máximo esfuerzo.
• Sé impecable con tus palabras: ya conoces el viejo dicho, «piensa antes de hablar». No te apresures a responder a un comentario o pregunta. Toma unos minutos para procesar la información. Las palabras pueden ser más dañinas que una herida física. Piensa en el impacto que tendrán tus palabras para la persona con la que estás hablando. Utilizas siempre palabras positivas llenas de amor. Las palabras llevan energía. Y atraes esa energía hacia ti.
• No tomes nada personalmente: todos los que caminan por esta tierra están en su propio viaje, aprendiendo lecciones. Esas lecciones dan forma a cómo un individuo ve el mundo. Entonces, lo que otros dicen o hacen es un reflejo de dónde se encuentran en su vida. Y nada de eso tiene nada que ver contigo. Sí, esto es un desafío, especialmente cuando tienes a alguien que dirige sus frustraciones hacia ti, ¡pero déjalo ir!
• No hagas suposiciones: lo peor que hacemos es inventarnos una historia en la cabeza basada en lo que otra persona nos cuenta en lugar de tener una conversación directa con la persona real. Se pueden arreglar muchas cosas comunicándose y haciendo preguntas directas.
•¡Hazlo siempre lo mejor que puedas! -Recuerda que todos estamos en nuestro propio viaje aprendiendo en diferentes momentos. Lo que una persona considera lo mejor, otra podría percibirlo como si no lo intentara en absoluto. Mantente alejado de esas creencias limitadas autoimpuestas e ignora las opiniones de la gente sobre tus esfuerzos. Concéntrate en hacer tu lo mejor, y caminar con integridad.
No es una tarea fácil cambiar lo que hemos aprendido durante toda nuestra vida. Pero tan pronto como decidamos confiar en nuestra propia guía interior, ¡pueden suceder cosas mágicas!
It was the middle of a very cold night and the moonlight shined brightly as Esperanza College alumnus Anderson Uribe worked diligently, clearing the snow and ice from his car to get to work. His mind drifted back to a few years ago when he was doing the same thing, but then he was going to work at a factory, putting in long hours. Now, he works in the newsroom at NBC Telemundo in the Comcast Technology Center in Center City.
Anderson immigrated from the Dominican Republic to Philadelphia in 2015 after a short stay in Florida. His dream was to be a television reporter, but at the time it seemed to be just a wish. He did not have any family here and was just learning English. Like most immigrants, he was no stranger to hard work and trying to make ends meet. A friend and graduate of Esperanza College of Eastern University recommended he consider going to college to study business to get ahead in life. He was skeptical since he thought he could not afford it, and there was no way he could fit going to college into his busy work schedule.
When the admissions counselor told Anderson about a new program in digital communication, he got very excited, as hope grew in his heart that his dreams might be within reach after all. Thanks to a generous Esperanza scholarship, a class schedule for working adults, and support from his professors, Anderson graduated. A few months later as a bilingual media professional the doors opened for him work in the news department at NBC Universal, where he works on their Spanish and English newscasts, their website, and social media.
Anderson loves that he is making a positive difference by telling the stories of his community, especially during the COVID-19 pandemic. He says, “It’s not easy. It is hard work. But it is exciting, worth it, and I’m learning a lot.” He loves the fact that he is part of something special. He adds “once upon a time, not long ago, I thought that reaching my dream was so far out. I would say ‘I wish I was working for this company’, and now I’m right there. I still have a way to go to reach my dreams, but I feel like I am getting closer and closer”. He believes that having the proper motivation, focus, opportunity, and persistence is vital to success. “Don’t do it because you think you will be famous, do it because you love it, and make a difference”. For his courage and perseverance, Anderson Uribe is an emerging “Héroe de impacto y esperanza”.
Era la mitad de una noche muy fría y la luz de la luna brillaba intensamente; el ex alumno de Esperanza College, Anderson Uribe, trabajaba diligentemente limpiando la nieve y el hielo de su automóvil para ir al trabajo. Su mente se remontó a algunos años atrás, cuando se hallaba haciendo lo mismo, pero para irse a trabajar a una fábrica, dedicando muchas horas. Ahora trabaja en la sala de redacción de NBC Telemundo, en el Comcast Technology Center en Center City.
Anderson emigró de República Dominicana a Filadelfia en 2015 después de una corta estadía en Florida. Su sueño era ser reportero de televisión, pero en ese momento parecía solo un deseo. No tenía familia aquí y estaba aprendiendo inglés. Como la mayoría de los inmigrantes, no era ajeno al trabajo duro para ganarse la vida. Un amigo y graduado del Esperanza College of Eastern University le recomendó que considerara ir a la universidad para estudiar negocios, y así poder aspirar a un mejor futuro. Estaba escéptico porque pensaba que no podría pagarlo, y no había forma de que pudiera incluir la universidad en su apretada agenda de trabajo.
Cuando el consejero de admisiones de Esperanza le contó a Anderson sobre un nuevo programa de comunicación digital, se emocionó mucho, y sintió renacer en su corazón la esperanza de que sus sueños, después de todo, sí podrían estar a su alcance. Gracias a la inesperada beca de Esperanza, un horario de clases para adultos que trabajan y el apoyo de sus profesores, Anderson se graduó. Unos meses después, como profesional de medios bilingüe, se le abrieron las puertas para ingresar en el departamento de noticias de NBC Universal, donde ahora trabaja en sus noticieros en español e inglés, en el sitio web y las redes sociales.
Anderson se siente feliz de poder marcar una diferencia positiva cuando puede contar las historias de su comunidad, especialmente durante la pandemia del COVID-19. «No es fácil”, dice, “es un trabajo duro. Pero es emocionante, vale la pena y estoy aprendiendo mucho». Le satisface mucho sentirse parte de algo especial, y agrega “todavía no hace mucho cuando pensaba que estaba muy lejos de alcanzar mis sueños. Recuerdo que me decía, ‘cómo me gustaría trabajar para una empresa como esta’, y ahora estoy justo aquí. Todavía me queda mucho camino por recorrer para conquistar todo lo que quiero; pero siento que me estoy acercando a esa meta cada vez más».
Anderson está convencido de que tener la motivación, el enfoque, la persistencia, y saber aprovechar las oportunidades cuando se presentan, es vital para alcanzar el éxito. «No lo hagas porque crees que vas a ser famoso, hazlo porque te encanta, porque lo amas, y marcas la diferencia”. Por su valor y su constancia, Anderson Uribe es un emergente “Héroe de impacto y esperanza”.
Karla Cornejo, inmigrante ecuatoriana indocumentada y escritora. (Foto: Cortesía)
EFE/Impacto – Karla Cornejo Villavicencio jamás quiso hacer algo tan trillado como escribir acerca de la inmigración. Cuando estaba en su último año de estudios en la Universidad de Harvard, escribió un ensayo anónimo para “The Daily Beast” sobre ser indocumentada. Pronto algunos agentes literarios le pidieron escribir un libro de memorias. “Eso me ofendió”, dijo Karla, ahora en sus treintas, “porque sabía que la razón para buscarme no era por mi escritura”.
Fue solo el día después de las elecciones de 2016, tras quedar conmocionada por los resultados, que se sintió preparada. Tenía que hacer algo, pensó, para dar voz a los millones de personas que viven en el país ilegalmente y que, como ella, temían lo que podría pasarles durante la presidencia de Donald Trump.
El resultado fue “The Undocumented Americans”, publicado en la primavera del 2020, en el que Karla hace una crónica de su propia historia y describe el drama de los inmigrantes sin estatus legal Estados Unidos. Su libro fue finalista para el Premio Nacional del Libro en la categoría de no ficción, y con ello Karla se convirtió en la primera escritora indocumentada en haber sido nominada al premio, según la Fundación Nacional del Libro.
Karla nació en Ecuador en 1989, y fue traída a Estados Unidos para reunirse con sus padres unos años más tarde. Creció en Brooklyn y Queens, y después se mudó a New Haven, Connecticut, donde está terminando un doctorado en Estudios Estadounidenses en la Universidad de Yale.
Durante un tiempo, Karla pensó que iba camino a obtener la legalización. Consiguió un permiso de trabajo a través del DACA y una green card temporal cuando se casó con Zemach-Bersin. Sin embargo, esta expiró y las leyes del nuevo gobierno hicieron el proceso de renovación incierto. “Poco a poco empezaba a sentirme segura, y de repente todo volvió a empeorar”. Karla, según reporta EFE, cuando se anunció su nominación dio estas declaraciones respecto a su “complicada” relación con el sueño americano.
Pregunta: ¿Por qué decidiste escribir este libro?
Respuesta: Era mi trabajo volver a ese lugar, al “barrio”. Es muy gracioso porque, cuando eres un inmigrante no blanco y creces en el barrio, sueñas con salir de ahí. Y en ese momento, pensaba: “No, tienes que volver allá”.
P: En el libro hablas de tus propios problemas de salud mental. ¿Por qué incluir ese tema?
R: Creo que el sentido de mi vida es hacer que otras personas sufran menos. Cuando era más joven solo pensaba en aliviar el sufrimiento de mis padres. Ahora sé que no puedo resolverle todo a mis padres ni quitarles sus traumas, pero puedo influir en los jóvenes que me admiran y disminuir su dolor.
P: Has hablado de cómo apoyas con tu dinero a tu familia. ¿Qué piensas del dinero? ¿Y cómo concilias esta necesidad con el desarrollo de tu carrera y tus sueños?
R: Todavía lo hago. Siento que es mi deber cuidar de mis padres hasta que mueran y muchos comparten esa idea. La mayor parte de mi dinero, aparte de los impuestos, la he destinado a mi familia, a las chicas que cuido y a la comunidad inmigrante.
P: Fácilmente podrías ser el ejemplo del “sueño americano”, pero tú cuestionas eso en el libro. ¿Por qué quieres cambiar esa narrativa?
R: Creo que cada persona debería tener su propia relación con el sueño americano y no debería ser un “cliché”. Creo que muchos inmigrantes que lo han “hecho bien”, que son inmigrantes modelo, tienen una visión muy estrecha del sueño americano. Creo que el sueño americano tiene que significar algo diferente para cada inmigrante.
P: En “This American Life” comentaste que cuando la gente te pregunta si sentiste un choque cultural al llegar a Harvard les dices: “no. Sentí como si fuera mi derecho de nacimiento”. Me pareció muy gracioso. ¿De dónde te viene ese sentimiento?
R: En parte dije eso solo para molestar a los blancos. Pero no, no tenía síndrome de impostora. Cuando entré a esas aulas en Harvard, vi a chicos que eran muy ricos; algunos eran hijos de celebridades y otros, de políticos. Y lo que noté fue que podía sostener una conversación con ellos y que yo había llegado ahí por cuenta propia, mientras que ellos no.
Yo comencé desde abajo. Creé todo este mundo yo misma, al igual que mis padres que, como inmigrantes, crearon un mundo ellos mismos. Para ser honesta, habría sido extraño que esos chicos no hubieran sido aceptados en Harvard. Los apellidos de algunos de ellos estaban plasmados en los edificios.
¿Pero yo? Yo era una anomalía estadística. Me sentía como un bicho raro, y a menudo me deprimía y me lastimaba a mí misma, pero en los salones de clases o en los entornos relacionados con mi escritura nunca me ha faltado seguridad.
P: ¿Cómo esperas que este libro sea recibido en el mundo?
R: Espero que los inmigrantes de todos los orígenes puedan verse reflejados en él. Espero que la gente que ha sido considerada como forastera, indeseable o rara, sea capaz de ver algo de sí misma en él. Quiero que este libro también exista como una ilustración de este periodo en el tiempo, en el que hay gente que es diferente, que es imperfecta, que es rara, que es trabajadora, que simplemente es gente.
“The Undocumented Americans” (‘Los estadounidenses indocumentados’), el primer y aclamado libro de la autora Karla Cornejo Villavicencio, publicado el marzo del 2020.
El título, que ya había sido destacado como de lo mejor del año en Estados Unidos por publicaciones especializadas, recibió todavía más visibilidad al ser reconocido en el listado de 17 favoritos del expresidente, Barack Obama.
Karla es la primera persona indocumentada en ser finalista del prestigioso Premio Nacional del Libro.
“The Undocumented Americans” (‘Los estadounidenses indocumentados’), el primer y aclamado libro de la autora Karla Cornejo Villavicencio, publicado el marzo del 2020.
Con su esposo Orlando han logrado una sorprendente mezcla de jazz, samba y ritmos sicilianos. (Foto-Cortesía)
Patricia Haddad es una talentosa artista que le ha dado vida a una sorprendente fusión entre rock, música brasileña y siciliana. Cuenta que creció en un hogar que tocaba todo tipo de música, desde clásica, ópera italiana, melodías de espectáculos, hasta Beatles, Brazil 66, Burt Bacharach y Soul. “Mi madre era una reconocida pianista clásica y mis abuelos veneraban la ópera. A los 6 años comencé a escribir melodías y no podía pasar junto a un piano sin ponerle las manos encima; buscaba pianos en todas partes, a menudo entraba en iglesias y me sentaba sola a tocar”, afirma la creadora.
En su juventud cantó en coros y en teatro musical. Más tarde se especializó en voz, en la Escuela de Artes de Carolina del Norte, pero no llegó a cantar ópera. En cambio, pasaba las noches en las salas de práctica tocando con músicos e improvisando jazz. “La música brasileña fue mi primer amor: la armonía, la melodía, el ritmo y las influencias del jazz eran muy poderosos, las letras eran poéticas y conmovedoras. Cuando conocí a mi futuro esposo, Orlando Haddad creo que ya estaba preparada para lanzarme de cabeza en la música brasileña”.
Con su esposo Orlando -quien es brasileño- suelen hablar de una colaboración entre América del Norte y del Sur como yin-yang, hombre-mujer, norte-sur. “Yo vengo del blues, el jazz y el teatro musical, mientras que Orlando proviene de las tradiciones de samba, bossa nova y rock”, puntualiza Patricia. “Cuando crecía, escuchaba música brasileña en Estados Unidos, mientras que él escuchaba rock estadounidense en Brasil. Ambos estábamos abiertos a varios estilos de música que se fusionaban armoniosamente y sin dificultad cuando tocábamos juntos”.
Con su grupo Minas, está trabajando en su octavo álbum de larga duración, Beatles in Bossa; o Los Beatles reinventados con aromas rítmicos brasileños (afoxe, frevo, choro, samba), usando percusión brasileña, arreglos de trompeta e improvisación. Orlando está terminando una obra de cámara de 7 piezas para el concierto de Orquesta de Esperanza, (14 de abril de 2021), y ella está trabajando con algunas de sus piezas de piano-jazz para convertirlas en un ciclo de canciones.
Su proyecto más apasionante es La Giara (La jarra de agua), un libro y una obra de teatro musical basado en la emigración de su familia de Sicilia a Filadelfia. “En mis dos identidades culturales, la siciliana y la brasileña, descubrí sorprendentes paralelismos en los instrumentos y géneros populares, que se entrelazaban a la perfección al componer la música de La Giara”.
Minas interpreta La Giara con vocalistas clásicos, acompañada de instrumentos italianos (acordeón & mandolina), guitarra y percusión brasileña, con Patricia en el piano. La historia está narrada por la competente narradora Charlotte Blake Alston, y están explorando agregar títeres de sombras, muy populares en la cultura siciliana. “Mi sueño es producir una versión escenificada profesionalmente de La Giara y una grabación musical del espectáculo”, concluye.
Alberto Juantorena, campeón mundial y medallista olímpico. (Foto: olympic.org)
Uno de los grupos que ha marcado con más fuerza la historia y la cultura cubana, enriqueciéndola de tradiciones ancestrales y de ritmos, son sus negros, traídos a la isla durante la colonia por los traficantes de humanos, para ser vendidos como esclavos. A pesar de la cultura europea, española y católica que imperaba, los hijos de África fueron capaces de conservar su cultura, mitos, música y hasta su religión; a veces mimetizándola entre la de los blancos. Esto les permitió conservar una gran cantidad de expresiones de su tierra que transmitieron a sus descendientes, y que con el tiempo se han integrado en el Patrimonio Cultural Inmaterial de Cuba.
En la actualidad, la herencia africana se advierte en muchas de las manifestaciones artísticas, desde la música, rica de instrumentos de percusión, la danza, la literatura, las artes plásticas y el mismo modo de ser cubano. La fuerza de los esclavos que sobrevivían a la larga travesía encadenados en las bodegas de los barcos negreros, y su creencia en los espíritus, fue transformándose hasta dar origen a las expresiones religiosas afrocubanas más conocidas, como la Regla de Ocha o santería, de origen yoruba; la Regla Conga o palo monte, de raíz bantú y otras más.
Regla Torres, una de las máximas voleibolistas a nivel mundial. (Foto: Volleywood.net)
Quien llega a Cuba nota rápidamente la huella de los negros en su cultura y en su historia. El pueblo cubano heredó la música que venía en las venas de los esclavos, y por eso venera a figuras como Benny Moré, “El Bárbaro del Ritmo”, descendiente directo de la nobleza de una tribu del Congo. Desde muy joven, Benny se fue a La Habana a probar suerte, tocó y cantó en bares y cafés, a veces lo echaron a la calle por molestar a los clientes, pero en los años cuarenta, tras cantar en un concurso de radio su voz empezó a tomar vuelo, iniciando la carrera que lo llevó a convertirse en un gigante. Hoy es recordado por temas como “Bonito y sabroso”, “Que bueno baila usted”, “Maracaibo Oriental”.
El olimpo musical de Cuba también incluye a Máximo Francisco Repilado Muñoz, alias “Compay Segundo”. Natal de Siboney y educado por su abuela negra, desde muy pequeño empezó tocar de oído la guitarra y el tres cubano. Con quince años entró como clarinetista en la Banda Municipal de Santiago. Después entró al cuarteto Cubanacán y luego al quinteto Cuban Stars, de Ñico Saquito, pasando por otras bandas hasta alcanzar fama internacional con el reconocido disco “Buena Vista Social Club”, que le mereció un Grammy en 1998. Es autor de clásicos como “Chan Chan”, “Guajira guantanamera”, “Lágrimas negras” y “La negra Tomasa”.
No se puede olvidar al rey del jazz cubano, Dionisio Emilio Valdés, más recordado como Bebo Valdés. Nacido en Quivicán, se formó como pianista en la orquesta de Julio Cueva, hasta llegar a ser director musical del mítico cabaret “Tropicana”, de la Habana. En su orquesta cantó el gran Benny Moré, y creó el ritmo “batanga”, nacido en los años dorados del mambo. Pionero de la fusión del jazz con los ritmos afrocubanos, entre sus clásicos se encuentran “Se me olvidó que te olvidé”, “Habana”, “El Manisero” y “Pan con timba”.
Mujer afrocubana acompaña un ritual con su tambor. (Foto: Terry DellaVecchia, Pixabay)
Un lugar especial merece no solo en Cuba, sino en la música latina del siglo XX “la Reina de la salsa”, la inolvidable Celia Cruz. Nacida en La Habana, desde muy niña quiso ser cantante, mientras su padre quería que fuera maestra. Ingresó al Conservatorio Nacional, cantó en las orquestas Gloria Matancera y Sonora Caracas, integró el elenco del cabaret “Tropicana” en 1950, y se convirtió luego en el alma de la popular “Sonora Matancera” hasta 1961, cuando emigró a los Estados Unidos y se vinculó a la Fania All-Stars. Se hizo inmortal con temas como “Quimbara”, “La negra tiene tumbao”, “Bemba colorá” y“La vida es un carnaval”.
Este recuento no estaría completo sin mencionar a los deportistas de renombre mundial que ha dado Cuba, entre ellos, Javier Sotomayor, “el príncipe de las alturas”, considerado uno de los máximos exponentes del salto alto en la historia, Alberto Juantorena, el único velocista que ha obtenido las medallas en 400 y 800 metros en la misma olimpiada; Martín Dihigo, considerado el mejor pelotero cubano de todos los tiempos, y Regla Torres, multimedallista olímpica y considerada una de las mejores voleibolistas a nivel mundial.
En estos tiempos de comunicación por las redes sociales, de mensajes cortos, incluso de solo 280 caracteres como se usa en Twitter, seguimos conservando las conexiones con nuestros amigos, aunque sea con mensajes cortos. Muchos usuarios están acostumbrados a insertar emojis, videos y dibujos animados que sustituyen de manera constante a las palabras. La comunicación instantánea ha sustituido en muchas ocasiones al arte de escribir cartas a lugares remotos.
En este mes en el que además del amor se celebra la amistad, y recordando que el pasado 21 de febrero se celebró el Día Internacional de la lengua materna, aprovechamos para resaltar algunas grandes amistades entre escritores famosos, que compartían el idioma de Cervantes.
El escritor Carlos Fuentes, enviaba correspondencia a los grandes literatos latinoamericanos como Octavio Paz, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Guillermo Cabrera Infante, José Donoso, María Ramírez y Roberto Fernández Retamar.
Fuentes mantuvo una larga correspondencia con ellos desde los años cincuenta hasta los ochenta. El testimonio de esa amistad a través de su ejercicio epistolar quedó resguardado durante diecinueve años en dos cajas (las 305 y 306), de la Biblioteca Firestone de la Universidad Princeton en Nueva Jersey. La casa de estudios adquirió en 1995 las cartas de Carlos Fuentes y, a petición del escritor, permanecieron selladas hasta que fueron abiertas el 15 de mayo de 2014.
En este tesoro literario quedó al descubierto el sentido del humor, su preocupación por el bienestar de sus amigos literatos, así como sus cualidades de promover la literatura latinoamericana y estar bien informado de lo que sucedía en la vida de los escritores. Destaca la relación con el poeta Octavio Paz desde que se conocieron en París en 1950, y al cual le envió sesenta y un cartas, además de seis decenas de misivas, telegramas y postales de 1965 a 1982, a diferentes ciudades como México, Delhi, París, Londres y Estados Unidos.
El también dramaturgo le narra a Paz con lujo de detalles los encuentros con los amigos mutuos que veía sobre todo en París, como Cortázar, Buñuel, Tomás Segovia, Mario Vargas Llosa o Alberto Gironella, y cómo, al final de sus conversaciones, se acuerdan de él y lo extrañan. Sin embargo, la amistad entre el escritor y el poeta se truncó en 1988 debido a un artículo que demeritaba a Carlos Fuentes y a su obra, publicado en la revista Vuelta, que dirigía Octavio Paz.
En el archivo también destaca una carta enviada al escritor argentino Julio Cortázar el 16 de noviembre de 1955, desde la Ciudad de México a París. En ella, Fuentes lo invitó a colaborar en la Revista Mexicana de Literatura, a lo que el autor argentino le mandó un cuento y los felicitó por el relato “Chac Mool”, el cual venía publicado en la revista que el literato mexicano le hizo llegar.
El acervo, llamado Carlos Fuentes’ Papers, de la Universidad de Princeton, que incluye documentos que van de 1940 a 1990; reúne además los manuscritos de algunas de sus novelas, cuadernos de apuntes, los dibujos y caricaturas que evidenciaban su permanente buen humor, sus fotografías, sus discos, las películas que le fascinaban y hasta sus papeles contables. Según el investigador Fernando Acosta-Rodríguez, bibliotecario para estudios latinoamericanos de la Biblioteca Firestone, el archivo del novelista y ensayista “está entre los más destacados y consultados en la División de Manuscritos, y es también uno de los más extensos”.
Carlos Fuentes Macías (1928-2012) nació en Panamá, de padres mexicanos. Fue uno de los autores más destacados de México y de las letras hispanoamericanas. Entre sus novelas se encuentran La región más transparente, La muerte de Artemio Cruz, Aura, Cambio de piel y Terra nostra. Recibió numerosos reconocimientos y doctorados honorarios por diversas universidades, entre ellas Harvard, Cambridge y la Universidad Nacional Autónoma de México.