Alberto Juantorena, campeón mundial y medallista olímpico. (Foto: olympic.org)

Uno de los grupos que ha marcado con más fuerza la historia y la cultura cubana, enriqueciéndola de tradiciones ancestrales y de ritmos, son sus negros, traídos a la isla durante la colonia por los traficantes de humanos, para ser vendidos como esclavos. A pesar de la cultura europea, española y católica que imperaba, los hijos de África fueron capaces de conservar su cultura, mitos, música y hasta su religión; a veces mimetizándola entre la de los blancos. Esto les permitió conservar una gran cantidad de expresiones de su tierra que transmitieron a sus descendientes, y que con el tiempo se han integrado en el Patrimonio Cultural Inmaterial de Cuba.

En la actualidad, la herencia africana se advierte en muchas de las manifestaciones artísticas, desde la música, rica de instrumentos de percusión, la danza, la literatura, las artes plásticas y el mismo modo de ser cubano. La fuerza de los esclavos que sobrevivían a la larga travesía encadenados en las bodegas de los barcos negreros, y su creencia en los espíritus, fue transformándose hasta dar origen a las expresiones religiosas afrocubanas más conocidas, como la Regla de Ocha o santería, de origen yoruba; la Regla Conga o palo monte, de raíz bantú y otras más.

Regla Torres, una de las máximas voleibolistas a nivel mundial. (Foto: Volleywood.net)

Quien llega a Cuba nota rápidamente la huella de los negros en su cultura y en su historia. El pueblo cubano heredó la música que venía en las venas de los esclavos, y por eso venera a figuras como Benny Moré, “El Bárbaro del Ritmo”, descendiente directo de la nobleza de una tribu del Congo. Desde muy joven, Benny se fue a La Habana a probar suerte, tocó y cantó en bares y cafés, a veces lo echaron a la calle por molestar a los clientes, pero en los años cuarenta, tras cantar en un concurso de radio su voz empezó a tomar vuelo, iniciando la carrera que lo llevó a convertirse en un gigante. Hoy es recordado por temas como “Bonito y sabroso”, “Que bueno baila usted”, “Maracaibo Oriental”.

El olimpo musical de Cuba también incluye a Máximo Francisco Repilado Muñoz, alias “Compay Segundo”. Natal de Siboney y educado por su abuela negra, desde muy pequeño empezó tocar de oído la guitarra y el tres cubano. Con quince años entró como clarinetista en la Banda Municipal de Santiago. Después entró al cuarteto Cubanacán y luego al quinteto Cuban Stars, de Ñico Saquito, pasando por otras bandas hasta alcanzar fama internacional con el reconocido disco “Buena Vista Social Club”, que le mereció un Grammy en 1998. Es autor de clásicos como “Chan Chan”, “Guajira guantanamera”, “Lágrimas negras” y “La negra Tomasa”.

No se puede olvidar al rey del jazz cubano, Dionisio Emilio Valdés, más recordado como Bebo Valdés. Nacido en Quivicán, se formó como pianista en la orquesta de Julio Cueva, hasta llegar a ser director musical del mítico cabaret “Tropicana”, de la Habana. En su orquesta cantó el gran Benny Moré, y creó el ritmo “batanga”, nacido en los años dorados del mambo. Pionero de la fusión del jazz con los ritmos afrocubanos, entre sus clásicos se encuentran “Se me olvidó que te olvidé”, “Habana”, “El Manisero” y “Pan con timba”.

Mujer afrocubana acompaña un ritual con su tambor. (Foto: Terry DellaVecchia, Pixabay)

Un lugar especial merece no solo en Cuba, sino en la música latina del siglo XX “la Reina de la salsa”, la inolvidable Celia Cruz. Nacida en La Habana, desde muy niña quiso ser cantante, mientras su padre quería que fuera maestra. Ingresó al Conservatorio Nacional, cantó en las orquestas Gloria Matancera y Sonora Caracas, integró el elenco del cabaret “Tropicana” en 1950, y se convirtió luego en el alma de la popular “Sonora Matancera” hasta 1961, cuando emigró a los Estados Unidos y se vinculó a la Fania All-Stars. Se hizo inmortal con temas como “Quimbara”, “La negra tiene tumbao”, “Bemba colorá” y “La vida es un carnaval”.

Este recuento no estaría completo sin mencionar a los deportistas de renombre mundial que ha dado Cuba, entre ellos, Javier Sotomayor, “el príncipe de las alturas”, considerado uno de los máximos exponentes del salto alto en la historia, Alberto Juantorena, el único velocista que ha obtenido las medallas en 400 y 800 metros en la misma olimpiada; Martín Dihigo, considerado el mejor pelotero cubano de todos los tiempos, y Regla Torres, multimedallista olímpica y considerada una de las mejores voleibolistas a nivel mundial.

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Reinaldo Herrera
Nacido en Cuba. Graduado como Instructor de Arte en la Especialidad de Música por la Escuela de Instructores de Arte de Camagüey, Cuba. Tiene una Licenciatura en Comunicación Social por la Universidad de Camagüey, Cuba y una Especialización en Comunicación Corporativa por el Politécnico Grancolombiano de Bogotá, Colombia. Se desempeñó como profesor de música durante 6 años en una escuela secundaria de la provincia de Camagüey, Cuba. Actualmente colabora como redactor para la revista “Ciudad Nueva Andina y Caribeña” del Grupo Editorial Ciudad Nueva, formando parte además del Consejo de Redacción. También colabora en programas para Radio María Colombia desde la propia revista.

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