Protesta por la reforma inmigratoria, el 14 de febrero del 2022 en Filadelfia. (Foto: Carmen Marcet)

El pasado lunes 14 de febrero, Día de San Valentín, inmigrantes y líderes comunitarios de Filadelfia, realizaron una marcha pacífica para retomar la lucha por la reforma inmigratoria en la ciudad, a 36 años que presidente Ronald Regan aprobara la Ley de Reforma y Control de la Inmigración en 1986.

El Día del Amor y la Amistad guarda un gran significado para la comunidad inmigrante de Filadelfia, en especial para todos aquellos que el 14 de febrero del 2006 se reunieron en el parque del Independence Hall, convocados por el movimiento EL PARO, un Día Sin Inmigrantes, en la histórica protesta que impidió se aprobara la ley HR 4437 Sensenbrenner Bill, que criminalizaba a los inmigrantes y a quien los ayudaba, por ejemplo rentandoles. Desde entonces, se ha utilizado en diversas ocasiones este nombre para hacer referencia a las acciones de la lucha proinmigrante a nivel nacional.

Amy Eusebio, directora ejecutiva de la Oficina para Asuntos de los Inmigrantes en la Ciudad de Filadelfia. (Foto: Carmen Marcet)

Este año el joven Carlos Espina, tomó el liderazgo usando las redes sociales, y logró en pocas semanas movilizar protestas en más de 24 ciudades de la Unión Americana. El mensaje fue dirigido a la administración Biden, que después de un año en el poder, aún no ha se han cumplido sus promesas de campaña.

Llamar a sus senadores es otra forma de participar. (Foto: Carmen Marcet)

A pesar de haber sido un día extremadamente frío, los manifestantes se congregaron en Love Park, caminaron alrededor de la alcaldía, para luego finalizar su recorrido a los pies del edificio de servicios municipales. Aunque fueron unas decenas, mostraron su compromiso con una causa que ya tiene larga data. “Hay un sentimiento de frustración y descontento en la comunidad … aquí estamos de nuevo pidiendo una reforma”, dijo María Serna, una activista que junto con otros líderes comunitarios realizó la convocatoria en nuestra ciudad. “Nuestras comunidades pagan muchos millones de dólares en ventas todos los días”, dijo María. Según muestran las cifras del censo 2020, el 14% de los 1,6 millones de residentes de Filadelfia son inmigrantes. Han impulsado el crecimiento de la población de la ciudad después de medio siglo de caídas y han contribuido a la economía con la creación de nuevos negocios.

Los inmigrantes son trabajadores esenciales. (Foto: Carmen Marcet)

Los asistentes traían pancartas y banderolas en las que se leían mensajes como “Somos valiosos”, “No más corazones rotos, no separen familias” y “Biden cumple tu promesa, ¡reforma migratoria ya!”.

Los inmigrantes lo dan todo, arriesgan hasta su propia vida, como se ha evidenciado durante la pandemia, y a cambio han recibido muy poco. Han estado al frente, como trabajadores esenciales, pero sin paz interior. Viviendo la angustia de evitar contagiarse, con el estrés del recorte de horas por la pandemia, la falta de dinero para mantener a sus familias aquí, y a los que dejaron allá, en su país de origen. Haciendo hasta lo imposible para sacar fuerzas y coraje, porque los inmigrantes viven físicamente aquí; pero sus corazones, pensamientos y sus afectos, están divididos en dos. Es difícil imaginar lo que significa vivir de esta manera, pero para el inmigrante, es una realidad.

Biden, no olvides tus promesas de campaña.  (Foto: Carmen Marcet)

No pueden regresar a su patria, para ver y abrazar a sus seres queridos. Este es el caso de Ivonne Pinto-Garcia, una inmigrante mexicana que en un testimonio conmovedor y entre lágrimas dijo “hace 10 años que no veo a mi mamá… Biden escucha, somos 11 millones que estamos en la lucha”. La directora ejecutiva de la Oficina para Asuntos de los Inmigrantes en la Ciudad, Amy Eusebio, al dirigirse a los asistentes dijo que recordaba haber participado en la protesta del 2006, siendo aun estudiante, “somos inmigrantes y somos parte de este país, trabajamos y lo hacemos fuerte; sé lo que esto significa estamos aquí para contribuir y buscar una mejor calidad de vida”. Les recalcó la importancia de participar y manifestarse, ahora que existe nuevamente una oportunidad para pasar una reforma migratoria, “somos trabajadores esenciales, nuestros hijos son los líderes del mañana, así como yo que soy hija de inmigrantes”. Y terminó diciendo que la Ciudad tiene un compromiso con los inmigrantes, “sin importar su estatus legal usted es bienvenido, es abrazado y tienes los mismos derechos que los demás.” Eréndira Zamacona Solano, llegó hace 17 años, y habló en representación de los trabajadores esenciales “estoy aquí porque ya no queremos vivir ocultos como fantasmas … ni sufrir discriminación, ni abuso laboral, ni señalamientos por nuestro estatus migratorio”, haciendo referencia a la pandemia agregó “no quiero seguir enterrando a mis familiares desde lejos … por eso pedimos una reforma migratoria”.

Inmigrantes en marcha pacífica en los alrededores de la alcaldía de Filadelfia.  (Foto: Carmen Marcet)

Uno de los oradores recordó la importancia de llamar a los representantes y a los senadores del lugar donde se vive, pues es otra manera de participar en esta lucha, cada llamada es contabilizada “llame, puede dejar su mensaje en español, pidiéndoles que pasen la reforma inmigratoria”. Y terminó diciendo “esto es solo el comienzo, ¡nos vemos el 1 de mayo!”.

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