Fotos Archivo personal Aleida Garcia

Filadelfia, PA – Las mujeres al frente del movimiento de prevención y respuesta a la violencia armada en Filadelfia han convertido su dolor en compasión, su ira en acción y la muerte de sus queridos hijos en una misión para salvar vidas. Las mujeres relacionadas con víctimas de asesinato están en todas partes. Nuestro número es grande y estamos activas. Somos las mujeres que lideramos la búsqueda de sanación, clamamos por la justicia y oramos por la paz.

Imagínese un barco lleno de sobrevivientes mientras navegamos hacia la curación, deteniéndose en el camino para recordar el amor que compartimos con nuestros seres queridos, buscando justicia y trabajando incansablemente para evitar que se agreguen más pasajeros a la lista de homicidios de Filadelfia en este barco.

El 24 de enero de 2015, mi hijo Alex fue asesinado tras salir de un club en la cuadra 4200 de la calle Macalester. Cuando escuché la noticia, caí al suelo gritando. Me sentí aturdida, desesperada, perdida. La negación fue mi consuelo y sobreviví esos primeros días en una especie de zona «fuera del cuerpo», sin poder creer que mi hijo estaba muerto. Mi único hijo, el niño al que pasé tantos años amando, se fue para siempre y no hay nada que yo pueda hacer para traerlo de regreso. Se merece justicia y se merece ser recordado. Nuestros hijos merecen un futuro y un ambiente de paz. A medida que pasaban los días, comencé a afligirme de nuevo, pero lo que más sentía era rabia. Rápidamente me di cuenta de que tenía que canalizar esa rabia o ser capaz de metabolizarla. Fue entonces cuando comencé este viaje y formé la “National Homicide Justice Alliance”, tras conocer a otras mujeres valientes y poderosas que me guiaron y apoyaron en el camino.

Fotos Archivo personal Aleida Garcia

El grupo de mujeres que me abrazó por primera vez fue el de Madres al timón”. En 2001, un individuo ya buscado por el asesinato de Justin Donnelly, el hijo de Ruth Dolley’s asesinó al hijo de Dorothy, Khaaliq Johnson, tras una discusión por un lugar de aparcamiento. Estas dos mujeres unieron fuerzas y fundaron “Mothers-in-Charge” (MIC). La Dra. Dorothy Johnson Speight es una persona increíble. Es una defensora de las víctimas con una gran visión de lo que es la sanación. Siempre me refiero a la Dra. Johnson-Speight como un ser humano muy evolucionado. Puede ver el panorama general y, sin embargo, concentrarse en el dolor de un individuo. Mothers-in-Charge es una organización nacional con filiales en numerosos estados. Desde la muerte de mi hijo, he tenido el privilegio de trabajar con la Dra. Johnson-Speight. La veo como una líder, una mentora y una visionaria. Mi primera llamada después de la muerte de mi hijo fue de la Dra. Dorothy Johnson-Speight, y ella llamó a Rosalind Pichardo y le pidió que me visitara.

Al día siguiente Roz me visitó, nos sentamos en mi sofá y hablamos sobre Alex y los próximos pasos del camino. Siempre estaré agradecida con Roz Pichardo porque nadie le pagó para que viniera a ayudarme o consolarme. Ella estaba allí porque entendía lo que se sentía al perder a una persona amada en un asesinato. El 10 de enero de 2012, su hermano Alexander Martínez recibió un disparo por proteger a su sobrino de un robo y ataque. El caso sigue sin resolverse. Increíblemente, con todo este dolor y sufrimiento, habría sido comprensible que Roz Pichardo se hubiera mantenido alejada de los factores desencadenantes involucrados en trabajar con el trauma, para curarse y protegerse ella misma. Aun así, enfrentó a los demonios y fundó “Operation Save Our City”. Todos los días se dedican a ayudar a los demás. Algunos días lidera manifestaciones contra la violencia armada y consuela a familias en duelo, mientras que otros días está en las calles de Kensington, ayudando a personas en situaciones desesperadas. «Casi pierdo la vida. Tengo una segunda oportunidad de vivir y quiero que cuente. No puedo quedarme sentada, así que comencé a trabajar con las familias de los sobrevivientes», dijo Roz. Su organización ayuda a generar atención sobre los casos no resueltos y las dificultades que tienen las co-víctimas con el sistema de justicia penal. 

Mi viaje acababa de comenzar y había muchas otras mujeres compasivas que conocer.

Victoria Greene fundó el “Emir Healing Center” en el área de Germantown, Filadelfia, después de la trágica muerte de su único hijo, Emir Greene. Emir fue asesinado el 26 de marzo de 1997, a la edad de 20 años. La Sra. Greene trabajaba para el sistema penitenciario de Filadelfia como consejera de drogas y alcohol mientras criaba a sus cuatro hijas y su hijo. «Tenía una pasión por ayudar a los residentes a creer que pueden llevar una vida productiva, pero no pude salvar a mi único hijo de la violencia que se vive en nuestras calles», comentó la Sra. Greene. En la actualidad, la hermana de Emir, Chanytay Love, una apasionada defensora de las víctimas, dirige el centro. Después de un tiroteo o un incidente violento, los representantes del Emir Healing Center visitan los vecindarios, las escuelas y las personas para ofrecer recursos y ayudas de sanación.

Conocí a mujeres que nunca pensaron que se enfrentarían a la muerte de un niño, ni cómo reaccionarían. Nunca pensaron que estarían haciendo este trabajo o serían capaces de convertir el mal en bien. Conocí a Felicia Pendleton, madre de Jayvon Faheem Mitchell Pendleton, quien fue asesinado a tiros el 2 de marzo de 2016, cuando tenía 20 años. Felicia es una mujer auténtica y llena de energía. Dice lo que piensa y abre con facilidad su corazón. Su amor por su hijo adolescente no terminó cuando él murió. Después de su muerte, redirigió toda su pasión a ayudar a los jóvenes en riesgo a través de la Fundación NOMO, y aún le queda suficiente amor para participar cada año en la “Mother’s United by Angels Dinner”, una cena para madres de víctimas de asesinato.

No muy lejos de donde fue asesinado el hijo de Felicia se encuentra Terez Mcleary, un ex oficial de correccionales cuya hija de 21 años, Tamara Johnson, fue asesinada en 2009, y Diane Williams, madre de Howard Williams, quien fue asesinado en 2010 frente a su casa, durante una fiesta en la calle, en la cuadra 1800 de Hoffman Street. El homicida fue el cuñado de Williams, un oficial de policía fuera de servicio.

«No estuvo bien, no estuvo bien. Él lo tomó así. No tiene sentido; sabes que no tenía sentido por qué hizo lo que hizo», lloraba Diane Williams. La Sra. Mcleary y Diane comenzaron a realizar reuniones semanales para madres cuyos hijos fueron víctimas de perpetradores de violencia armada.

El grupo “Mothers Bonded By Grief” ha crecido y se ha convertido en una parte importante de la comunidad del sur de Filadelfia.

Los sobrevivientes pueden sobreponerse y educar a otros. Kim Kamara es ejemplo de una madre afligida que canalizó su tragedia en un libro titulado «¿Dónde está mi papá?», que está orientado a cómo explicar una pérdida trágica a los niños.

Hay innumerables mujeres detrás de escena que hacen todo lo posible para apoyar a las y los sobrevivientes, y ayudar a aprobar leyes y políticas para que estos se empoderen. Muchas de estas mujeres son madres que, por fortuna, no han perdido a un ser querido a causa de la violencia; aun así, su conocimiento de los problemas que enfrentamos las ha motivado. Mujeres como Mary Schwingen de “Moms Demand Action”, asesoran a las sobrevivientes en la difícil tarea de escribir sus historias, o Pam Yaller, de “Mothers-in-Charge”, o MaryPat Scorzetti, que ayuda a planificar eventos de recaudación de fondos, dona decoraciones y brinda asesoría para que los eventos sean exitosos.

Fotos Archivo personal Aleida Garcia

Cuando escucho ese refrán popular de que “lastimar a la gente lastima a la gente”, no puedo evitar pensar en estas mujeres valientes, que han sufrido el dolor más profundo y, sin embargo, no solo no lastiman a los demás, sino que pasan su nueva normalidad como sanadoras, consejeras, educadoras y guías. No queremos que más miembros se unan al club de mujeres que han perdido a un hijo u otro ser querido. Todos queremos sanar y detener la violencia. Estoy eternamente agradecida por su visión y modelo ejemplar de lo que es el coraje. Algunas otras grandes mujeres no han sido aquí mencionadas, pero están ahí afuera todos los días, dedicando sus vidas a salvar a otros.

Por favor apóyanos dejando las armas y poniendo tu odio a un lado

Visítanos cuando nos reunamos. Pasa un tiempo con estas organizaciones y enriquece tu propia vida.

En el movimiento de prevención y respuesta a la violencia armada de Filadelfia, las mujeres están al mando. Junto con hombres fuertes y cariñosos, estas valientes mujeres están liderando el camino. Elegí buscar a estas mujeres y unirme a sus filas como la primera línea de defensa de nuestros hijos y de todas las víctimas de asesinato. Estas valerosas mujeres trabajan incansablemente para evitar que otras personas sufran esta tragedia. No queremos que otros pasen por la devastación de perder a un ser querido, y menos a un joven hijo por causa de una balacera o un asesinato.

Aleida Garcia, M.Ed. C.P.C., es co-fundadora de JusticeforALEXnow.com y co-fundadora y presidente de la National Homicide Justice Alliance, 215-815-0506.

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