Un puesto afuera del palacio presidencial, que vende recuerdos del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, en la Ciudad de México, el viernes 15 de marzo de 2024. (Foto: VOA)

La posición de México ante el mundo será uno de los retos más grandes a los que se enfrentará la próxima administración que será elegida este año. Entre las crisis de relaciones diplomáticas y las complejidades económicas, los expertos anticipan un rol histórico de la política exterior. 

La persona que gane la presidencia en México el próximo 2 de junio heredará una compleja situación de política exterior en la que tendrá que decidir la posición del país norteamericano en la esfera global, en medio de retos diplomáticos y económicos, según expertos.

“Lo que ocurre en el mundo tiene un profundo impacto para el futuro, la seguridad, la prosperidad de los mexicanos, y como pocas veces, la política exterior debiera estar en el centro, en el corazón de las propuestas de política pública de las campañas”, dijo el exembajador de México ante EE. UU. Arturo Sarukhán durante un evento organizado el jueves por el Wilson Center en Washington.

A pesar de la importancia de las relaciones exteriores de México, los expertos admiten que los asuntos internacionales “no ganan elecciones”, pues históricamente no han sido prioridad para los votantes, y por lo tanto, no ha sido foco de las campañas de Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez o Jorge Álvarez.

Una encuesta reciente de la agencia Enkoll reflejó que la inseguridad, la corrupción y los problemas económicos son las tres prioridades de los votantes mexicanos de cara a las elecciones.

“No hay una visión de política exterior de estado, sino que hay una visión electoral. Al no dar votos reales, pierde importancia en ese sentido”, agregó Nathan Wolf, director general del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales.

Wolf detalló que México tiene un “gran peso internacional” del que debe tomar ventaja por el tamaño de su economía, de su población, y por la interacción con EE. UU.

Sin embargo, según Sarukhán, “en ningún ciclo electoral, había sido tan importante la política exterior como en este momento”. La “fluidez” en el ambiente internacional entre la agresión de Rusia a Ucrania, el conflicto en el Oriente Medio y la creciente rivalidad entre China y EE. UU., obligan a México a adoptar una nueva “brújula geopolítica”, según los expertos.

“México es un socio más efectivo en la medida en que tiene una política exterior propia, vigorosa e interesante, en la que su presencia en el mundo no es testimonial, sino real”, agregó Brenda Estefan, profesora de política internacional en la escuela de negocios IPADE de México.

EE. UU. y México, una relación histórica

Una vez cada 12 años coinciden las elecciones en EE. UU. y México. Esta es una de esas ocasiones en las que ambos países decidirán su futuro con apenas cinco meses de diferencia.

Esa realidad, según los expertos, obliga a la próxima presidenta de México a plantearse qué influencia tendrá el país en la relación bilateral donde la migración, el fentanilo y el tráfico de armas ha sido eje principal.

“Falta una visión de traer a la mesa otros temas que puedan darle un poco de aire a la relación. Temas que sean de más fácil entendimiento”, agregó Estefan al detallar que fortalecer la relación con Centroamérica y Suramérica, pueden darle “mayor peso” al rol de México como conexión entre el continente.

Sarukhan, por su parte, apuntó que el resultado de las elecciones estadounidenses tendrá un impacto “inmediato” en el tono de la relación con México. “Todos los caminos de las campañas presidenciales pasan por la frontera con México en materia de migración, crimen organizado y fentanilo”, dijo.

México ante los ojos del mundo

Los expertos concordaron durante el evento que México ha tenido “ambivalencias” en su política exterior. Por un lado, la que ejercen los profesionales del servicio exterior, y por otro lado, la que ejerce desde el atril presidencial Andrés Manuel López Obrador al arremeter contra otros mandatarios de la región, a pesar de expresar una visión de “América unida”.

El ejemplo más reciente fue la crítica de López Obrador a la mención sobre México en el informe anual sobre derechos humanos de EEUU, asegurando que era una violación de la soberanía.

“¿Por qué no atiende a los jóvenes de Estados Unidos que fallecen por adición de las drogas, al fentanilo? ¿Por qué reprimes, maltratas a los migrantes?”, se preguntó el gobernante al exigir respeto a Estados Unidos el martes.

En conflictos más recientes, el cese de relaciones diplomáticas con Ecuador por la irrupción en su embajada de Quito, así como la declaración como persona non grata del embajador mexicano en Perú en 2022, y la expulsión de la embajadora mexicana en Bolivia en 2019, por la concesión de asilo político a Evo Morales.

“En un sexenio ya nos expulsaron tres embajadores mexicanos de tres naciones latinoamericanas, la región del mundo que se supone que le importa más al presidente pues muestra estas brutales contradicciones”, dijo Sarukhan.

Así entonces, los expertos llamaron a la próxima administración que tome posesión el 1 de octubre de este año, a mostrar “consistencia” en política exterior para hacer de México un socio confiable.

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