La majestuosa ciudad de Machu Picchu. (Foto: Patburdubc0/Pixabay)

Con el tema “Inti Raymi del Bicentenario: La fiesta del sol brilla en todo el mundo”, durante el año del bicentenario de la independencia peruana, el pasado 24 de junio se celebró el solsticio de invierno desde el ombligo del mundo: Qosqo (Cusco), Perú, con una transmisión en vivo, y para todo el mundo, desde la fortaleza de Saqsaywaman a través de TV Perú. Los peruanos residentes, en el exterior, pudimos apreciar la majestuosidad de la ceremonia inca a través de Facebook Live.

La ceremonia protocolar empezó con los saludos virtuales de los presidentes vecinos que limitan la frontera con el Perú. Luego, el presidente peruano Francisco Sagasti se dirigió a los compatriotas haciendo un llamado de unión a todo el pueblo. En su discurso resaltó la necesidad de construir un país mejor a base de la diversidad cultural y de la convivencia armónica con la naturaleza. Además, entregó al alcalde Provincial del Cusco, Victor Boluarte, el “Escudo del Cusco” que fue devuelto por el Museo Nacional Smithsonian al Perú.

La grandiosa fortaleza de Saqsaywaman. (Foto: Kolibri5/Pixabay)

Se recalcó que, durante este imperio, el Qhapaq Ñan (El gran camino Inca),fue un sistema vial andino que integraba a todos los pueblos tendidos a lo largo y ancho de esta ruta; resaltando no solo el trabajo comunitario, sino, también, la integración de los destinos de los pobladores.

Después del protocolo oficial, los más de 410 artistas de puesta en escena, iniciaron la emblemática ceremonia inca, en el idioma quechua, con el sonido de las conchas de caracol augurando la llegada de los miembros de la realeza; y así de esta manera, dar gracias al Taita Inti (Dios Sol), por un año venidero de una buena cosecha de la Pachamama (Madre Tierra).

En seguida de hacer su aparición el Emperador Inca Pachacuti (cuya traducción es “el que cambia el rumbo de la tierra”), quien saluda a todo su séquito y a los pobladores. Después aparecen las delegaciones de los cuatro suyos: Chincaysuyo (noroeste), Antisuyo (noreste), Collasuyo (sudeste) y Contisuyo (oeste), depositando ofrendas y danzas típicas de esos pueblos del Tawantinsuyu (que significa, el conjunto de los cuatro suyos).

La belleza de la diversidad cultural y étnica del Perú. (Foto: Kolibri5/Pixabay)

Luego de que el emperador bebe la chicha (cerveza de maíz) ceremonial, en un vaso de oro, le ofrece levantando sus manos al Taita Inti toda su veneración y respeto. Acto siguiente, se enciende el fuego sagrado y estalla la alegría que será enviada a todos los confines del Tawantinsuyu. En esos momentos una llama es sacrificada. El corazón y los pulmones son sacados vivos y palpitantes, augurio de un buen año de siembra y cosecha de la Pachamama. Estos órganos son quemados como el símbolo de un buen presagio para el año que se inicia con bienestar, progreso y unidad para gobernar; en seguida a este acto, el emperador y sus sacerdotes comen el Sanqu (harina de maíz con que se hace el pan) para agradecer la cosecha de la tierra. Finalmente, el pueblo estalla en alegría y júbilo mostrando todo su esplendor con las danzas ancestrales.

Pachacuti Inca Yupanqui, “el que cambia el rumbo de la tierra”. (Foto: LoggaWiggler/Pixabay)

Muchos de los comentarios en vivo, a través Facebook Live, abogaban para que el quechua sea incluido en el currículo escolar a nivel nacional. También los asistentes estaban pidiendo que se declare la Fiesta del Inti Raymi, como un día nacional en el Perú.

Cómo peruana me sentí muy orgullosa de mis raíces ancestrales y de mi identidad cultural milenaria. Compatriotas, con una sola voz: ¡Haylli (Feliz día) Cosqo!  ¡Feliz Fiesta del Inti Raymi!

Contacto: LinkedIn @maryluzmarques, Twitter @maryluz_marques

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