Niña indígena se alimenta con la ayuda de un programa de la FAO. (Foto: FAO)

Norristown, PA – Al estallar la cuarentena, como muchos, me dirigí al supermercado para dotarme de lo suficiente para “sobrevivir” al encierro. Al paso de los días, más que por la pandemia, mi preocupación era por no tener qué comer. Las tiendas empezaron a estar en desabasto. Había muchos que queríamos comprar, pero poco qué comprar. La gente peleaba hasta por un paquete de papel higiénico, ¡increíble! Entonces, me pregunté: ¿Qué pasaría si realmente ya no hubiera alimento suficiente para todos los que vivimos aquí? ¿Tendría que cultivar o cazar la cena yo misma?

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), actualmente somos 7 700 millones de personas en el planeta; en 2030 seremos más de 8 500 millones, la mayoría viviendo en los países más pobres, y todos con la misma necesidad y derecho a comer. Sin embargo, el área destinada para la producción de alimentos no crecerá al mismo ritmo. Según datos del Banco Mundial, para producir la comida de una sola persona, en promedio se destinan 0.47 acres de área cultivable, es decir, ¡un cuarto de campo de futbol soccer! Así, para dar de comer a más individuos, tendríamos que usar el espacio de más bosques, selvas, lagos, playas, etc. Y todos sabemos qué pasaría si redujéramos o contamináramos aún más las áreas naturales del mundo: calentamiento global, surgimiento de nuevas enfermedades, extinción de especies, migración, pobreza, etc.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es la instancia encargada de acabar con el hambre y garantizar que las personas de todo el mundo reciban alimentos nutritivos. Sin duda, una tarea difícil de llevar a cabo, porque cada vez necesitamos de más insumos para satisfacer nuestras necesidades básicas.

El 25 de septiembre de 2015, 193 países miembros de las Naciones Unidas firmaron el documento titulado “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo sostenible”, cuyo objetivo es poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia, y hacer frente al cambio climático sin que nadie se quede atrás en el 2030 (ONU). En este sentido, resulta imperativo que, en la agenda de los gobiernos, en curso y por iniciar, se prioricen las estrategias a seguir para cumplir con dichas demandas. Asimismo, nosotros como sociedad podemos contribuir difundiendo los huertos familiares, los jardines sostenibles, el uso de compostas, o apoyando los bancos de alimentos.

Este año, para celebrar el Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre), la FAO ha invitado a todos los niños del mundo entre 5 y 19 años, a elaborar un cartel que reconozca la función de los “Héroes de la alimentación”; trabajadores encargados de cultivar, procesar y llevar hasta tu localidad los alimentos necesarios para que tengas una vida activa y saludable. Consulta sobre las bases en www.fao.org/WFD2019/contest.

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