Óscar Ruggeri

Pittsburgh, PA. La vida es llena de emociones, momentos alegres y tristes; para mí de los más alegres en mi vida, fue ver a Colombia jugando en Italia 90; y el gol que más grite en mi vida, fue el gol de Rincón contra Alemania ese 19 de junio de 1990 en el Giuseppe Meaza de Milán.

Pero hablemos de esta década, Italia 90 fue la venganza alemana, USA 94 con la tragedia que opaco el campeonato de Brasil y finalmente Francia 98, cuando La Marsellesa se cantó en el mundo por primera vez.

Empecemos con Italia 90, la gran favorita era la local por supuesto, pero llegaba Argentina la de Diego Maradona, el cual no llegaba en óptimas condiciones y se hablaba mucho de sus problemas. ¡Pero por otro lado había otra selección que estaba lista para esta copa, esta selección era la Teutona! Alemania quería desquite, llevaba dos subcampeonatos seguidos y no podían esperar más. Beckembauer era el técnico, y quería emular al Lobo Zagalo, el único campeón del mundo como técnico y jugador. El Kaiser llevaría una locomotora al mundial, era un equipo rápido, técnico, fuerte y con definición. Andreas Brehme era el capitán, Lothar Matthaws, el cerebro, Littbarski un lateral rápido desequilibrante y en el ataque dos tanques, Voller y Klinsmann.

Alemania gano cinco de sus seis juegos, en la final tendría la revancha contra Argentina, la albiceleste tenía la misma base del 86, pero Diego no estaba en su mundial, los Gauchos llegarían menguados. Los Teutones se lanzaron encima y Argentina solo tuvo que aguantar atrás, pero al final, un penal al minuto 85 le dio la oportunidad a Brehme de ser héroe en el Estadio Olímpico de Roma ese 8 de julio de 1990. Alemania se convertía en tricampeón y el Kaiser haría historia ahora como técnico.

USA 94, era una fiesta, el mundo estaba esperando mucho de este mundial, los americanos habían hecho todo bien para asegurar el espectáculo, se tenían favoritos a Brasil y Alemania, los mismos de siempre; pero llego el futbol diferente de Colombia. Los Cafeteros habían derrotado a Argentina en el Monumental de River por eliminatorias 5-0, llegaban fuertes, con rotulo de campeón y el mundo esperaba verlos en el campo de juego. Sin embargo, los cafeteros fueron eliminados en primera ronda y la tragedia después de su eliminación merece un capítulo aparte.

El Brasil de Romario fue campeón en la final contra la Italia de Baggio, una final sin mucho brillo, no se jugó el mejor futbol, se irían a tiros desde el punto penal y Brasil resolvió mejor que Italia. Al final La Auriverde se llevaría la copa, sería el tetracampeonato, pero con sabor agridulce.

En 1998, Francia realizaría su primer mundial en la historia. Participarían mas equipos, de 24 se pasaría a 32. Brasil era el campeón de la edición anterior, pero Les Bleus llegarían con un jugador mágico, Zidanne. El nuevo ídolo mundial, lideraba esta Francia que jugaría la final contra el scratch brasilero, en el Stade de France de Saint-Denis. Brasil fue arrollado por Zizou y su corte que sacaron todo su repertorio y derrotarían sin objeción 3-0 a la auriverde y cantarían la Marsellesa para el mundo.

En esta década la gran sorpresa fue la selección Colombia, los Cafeteros volvían a un mundial después de 28 años, Italia se dejaba seducir por su futbol. Nadie olvida a esta selección dirigida por “Pacho” Maturana y liderada por “El Pibe” Valderrama, Andrés Escobar y Rene “El Loco” Higuita. Llegaban a mostrar el avance del futbol suramericano; su juego era vistoso de toque preciso. Jugaban con posesión del balón, Valderrama pasaba balones a espacios vacíos, sus pases eran milimétricos. Desafortunadamente el mundial del 94 tuvo un lunar, la muerte de Andrés Escobar el 2 de julio del 94, y esto opacaría el espectáculo.

Los 90’s fue una transición, tres diferentes estilos de campeones. Alemania estaba pidiendo recambio, su generación se estaba envejeciendo. Brasil con Romario y Dunga fue la antítesis del Jogo Bonito, mucha marca en la mitad del campo, menos posesión del balón, más verticalidad y delanteros rápidos. Francia haría un futbol practico, aunque no era vistoso tenia resultado. Su líder Zidanne, era un jugador diferente, Zizou fue mágico con el balón, un cerebro que maquinaba cada jugada perfecta. Esta transición cerro un siglo con un futbol diferente.

Nuestra próxima edición los 2000’s que nos recordara que nunca hay que subestimar a nadie y que en el futbol no se necesita tener un rey para ser campeón. Mientras tanto “quédese en casa”

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