
Eagles superaron el domingo pasado 40-22 a los Chiefs en el Super Bowl LIX, pero el marcador pudo haber sido aún más abrumador para los Jefes de Kansas.
El viernes 14 de febrero festejaron con los aficionados en un desfile con gran pompa, encabezado por Jeffrey Lurie –propietario del equipo–, que arrancó en Broad Street y concluyó en la explanada del Museo de Arte, frente a la popular estatua de Rocky Balboa, el histórico personaje de la saga de Hollywood que inmortalizó Sylvester Stallone.
Los Birds terminaron allí su “vuelo” de 4,6 millas desde el sur de Filadelfia, donde miles de sus fans los esperaron por horas, pasadas incluso bajo temperaturas congelantes, contrarrestadas solo por el calor humano y al ritmo de buena música.
Porque había poco que decir ante un micrófono, cuando los Eagles ya lo habían dicho todo el 9 de febrero en el campo.
Dieciséis ejecutivos y jugadores tomaron turnos con el micrófono; el gerente general, Howie Roseman se presentó con una herida en la frente provocada por una lata de cerveza que un fanático le arrojó, por lo que empezó su breve discurso diciendo: «¡Sangro por esta ciudad!». Pero en general, la multitud se comportó bien, a pesar de que dos mujeres recibieron disparos en las piernas cerca de la ruta del desfile, en medio de una disputa por una fila para entrar a un baño portátil. Fueron pronto hospitalizadas y están fuera de peligro.
Durante el desfile, algunos jugadores recorrieron a pie varios metros de vallas para palmear las manos de los fans, tomándose fotos y hasta brindando con la fanaticada
Al menos un millón de personas, según cifras preliminares, se unieron en una fiesta colectiva en donde el verde se sobrepuso al tradicional rojo de San Valentín.
Los titanes, en varias ocasiones bajaron de los camiones descapotables, que en sus costados lucían la orgullosa leyenda: ‘World Champions’.
La afición de los Eagles se confirmó como una de las más apasionadas y extremas. Algunos seguidores llegaron desde la noche anterior al desfile. Hasta hubo quien preparó un cerdo asado al que le simularon una cabellera y el número 15 de Patrick Mahomes, ‘quarterback’ de los Chiefs.
Jeffrey Lurie agradeció a los aficionados por el apoyo, y prometió que la próxima temporada su franquicia intentará volver con otro trofeo Lombardi para la ciudad.
Lurie llamó a su equipo “humilde”, “sin egoísmos” y “un modelo para todos nosotros”, se dio una palmadita en la espalda por ganar dos títulos y terminó con un prometedor “vamos a por los tres”.
«No hay palabras para describir esto. Es surrealista; es increíble. No hay palabras para describir la entrega de un campeonato mundial a nuestra gran base de fanáticos», afirmó.
El mismo entusiasmo lo compartió Nick Sirianni, entrenador del equipo. «Se lo dije a estos muchachos en diciembre pasado: ‘vamos a ir al Super Bowl para ganarlo y vamos a salir a festejarlo con los mejores fanáticos del mundo’».
Hurts se sumó a los halagos: «En nombre de mis compañeros de equipo queremos agradecerles. Gracias por el apoyo de este año, por toda la pasión, por cada gramo de ella. La defensa ganó este campeonato».
Hurts fue el primer jugador en hablar; al acercarse al estrado levantó la Lombardi y comenzó diciendo: “¡Philly!”, recordando la jugada característica del Super Bowl LII, el “Philly Special”, que fue adorablemente maltratada cuando Foles y Pederson la comentaron al margen. Hurts reconoció que “¡la defensa gana campeonatos! De hecho, la defensa número uno de la NFL ganó este partido”.
También reconoció a su entrenador: “Quiero agradecer a Nick por su determinación, su lucha y su pasión por llevar esto adelante”, y al dueño del equipo: “por último, pero no menor, a Mister Lurie, por tener fe en mí, por seleccionarme y traerme a esta ciudad”.
Durante la larga espera, además de música, los fanáticos pudieron revivir el Super Bowl en pantallas gigantes
Saquon Barkley intervino diciendo: «Este es el día más importante. Nuestra voluntad y energía se centraron en ganar el campeonato y ya ven que pudimos hacerlo. ¡Es extraordinario!», señaló, mientras abrazaba el trofeo Lombardi. Barkley, que se perfila como el mejor agente libre en la historia de Filadelfia, terminó diciendo: «una cosa que he aprendido es que ustedes son duros, resistentes, ¡y saben cómo pelear!».

A.J. Brown, el mejor receptor en la historia del equipo, agradeció a los fanáticos y luego tuvo este mensaje para sus críticos: “dijeron que yo era una diva… ¡Pero soy un f@k#%^ campeón!”
El tackle izquierdo, el australiano Jordan Mailata, después de agradecer al liderazgo del equipo cantó «We are the Champions». El guardia izquierdo, de Carolina del Norte, Landon Dickerson, se aseguró de agradecer a los fans de los condados y ciudades circunvecinos.
Johnson, al igual que Hurts, agradeció a Kelce por enseñarle persistencia, a Sirianni por enseñarle a luchar con “coraje de animal”, a Nick Foles por enseñarle “fuerza con voz suave” y a Hurts por enseñarle a silenciar a los críticos con una búsqueda persistente de la excelencia.
El veterano Brandon Graham, con 15 años vistiendo el uniforme de las Aguilas, fue el que concluyó los discursos; iniciando por agradecer a Dios y a sus familias, habló del proceso por el que pasaron y de la importancia del amor con firmeza o «tough love”, y añadió: «El único problema que tuve (con 2024) fue que se terminó, ¡nos estamos preparando para el próximo!, ¡vamos a seguir siendo valientes!». Con esta declaración dejó abierta la especulación de si decidirá retirase o continuar.
El linebacker All-Pro Zack Baun, fue uno de los últimos en retirarse de la escalinata del Museo de Arte, tomándose fotos con los fans, y al igual que sus compañeros, se mostró agradecido y accesible ante el derroche de amor y compañerismo de los fans, en un día memorable para todos los participantes, que confían en poder repetir triunfo muy pronto.
El ambiente festivo alcanzó a los integrantes del Departamento de Policía de la Ciudad. Frente a la multitud, cinco de ellos tomaron un balón, planearon una jugada, formaron tres como linieros, uno como ‘quarterback’ y uno como corredor para realizar el característico ‘Tush Push’, jugada de empuje de la ofensiva de los Eagles, que les mereció los aplausos de la afición