Un hombre acomoda un diario que cuelga junto a otros que en sus portadas registran el triunfo de Joe Biden en la presidencia de Estados Unidos, en un kiosko hoy, en Ciudad de México (México). EFE/Mario Guzmán

 Mexicanos y demócratas se muestran dispuestos a cerrar el capítulo de Donald Trump y comenzar una nueva era con el presidente electo de EE.UU., Joe Biden, pese a la negativa del mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador, de reconocer aún los resultados de las elecciones estadounidenses.

«¿Qué va a cambiar con Biden? Va a ser una relación profesional, una relación que va a darle a México, ofrecerle al menos, la dignidad que merece como un socio comercial importante y un vecino igualitario», expresa a Efe el representante del Partido Demócrata en México, Gricha Raether.

POLÉMICA BILATERAL

Mientras migrantes y ciudadanos en México celebran el fin de la era Trump, López Obrador aún rechaza reconocer a Biden como presidente electo al citar el presunto fraude que él padeció en 2006 y la molestia que le causó que otros líderes, en particular de España, felicitaran a su rival.

«Yo no puedo decir: ‘felicito a un candidato’, ‘felicito al otro’ porque quiero esperar a que termine el proceso electoral. Nosotros padecimos mucho de las ‘cargadas’, de cuando nos robaron, una de las veces, la presidencia», declaró este sábado desde Tabasco, en el sureste de México.

La postura de López Obrador desata indignación entre congresistas del Caucus Hispano de Estados Unidos y políticos de oposición, que acusan al presidente de apoyar la reelección de Trump desde su visita a Washington en julio pasado, el único viaje al extranjero del mandatario mexicano.

«Es un error que no se haya felicitado hasta ahora por parte del Gobierno mexicano, diversos mandatarios ya lo han hecho», apunta Emerson Segura, investigador del Centro de Estudios Internacionales (CEI) Gilberto Bosques del Senado de México.

El internacionalista indica que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) tendrá un nuevo reto en Washington, pero confía en una relación más institucional y menos volátil.

«La impresión puede ser que el Gobierno de López Obrador apostó en Trump, pero no creo que eso se traduzca en una confrontación, por lo menos no vamos a ser una prioridad en la agenda estadounidense por ahora», argumenta.

Pese a las críticas, es «falsa la noción» de que Trump y López Obrador «son cercanos o amigos», asegura el representante del Partido Demócrata en México.

Raether descarta represalias de la futura Administración de Biden al señalar que no es «un niño berrinchudo como Trump».

«Estamos tratando con un adulto y con un adulto con mucha experiencia internacional que conoce bien a México, obviamente un presidente Biden no va a tomar una actitud de revancha de alguna manera porque eso es algo que haría Trump, no algo que haría un presidente Biden», asevera.

TEMAS PRIORITARIOS

A diferencia del Gobierno federal, los gobernadores de los estados fronterizos y la oposición mexicana confían en abrir la agenda con la llegada de Biden y el «fin de la pesadilla Trump».

«Manifestamos la necesidad de fortalecer una relación bilateral que nos permita abordar los temas de mayor prioridad para ambas naciones como lo es la migración, el medioambiente, la transición energética, la seguridad y, por supuesto, nuestro tratado comercial», declara este domingo el Grupo Parlamentario del derechista Partido Acción Nacional (PAN).

Aunque más de la mitad de los empresarios mexicanos, el 51 %, opinaba que la reelección de Trump beneficiaba a México, según una encuesta de Vestiga Consultores, el investigador del CEI señala que la agenda ambiental de Biden será un contrapeso.

«Este giro sí va a provocar un cisma, y no tiene que ver en términos políticos, sino comerciales, en la relación con México, justamente en ese tema México sí estaba en el canal de la política ‘trumpista’ de generación de energía y de apostar al petróleo», opina Segura.

El representante de los demócratas prevé una relación con temas de mayor interés para México, como lavado de dinero y control de armas, aunque admite que la prioridad de Biden serán los temas nacionales y otros países.

«Estados Unidos se está moviendo en una dirección de liberalización de drogas, lo cual probablemente atraiga que ya no haya tanto empuje de Estados Unidos a que México pelee una guerra de drogas, que no es ganable», estima Raether.

La internacionalista Arlene Ramírez Uresti cree que el retorno del multilateralismo de Estados Unidos también puede ser una oportunidad para México.

«Espero que ahora, la reconfiguración que traerá de manera natural la transición del poder en los Estados Unidos abone a fortalecer la estructura de Naciones Unidades, que abone para fortalecer el dinamismo y la presencia de países como México», comenta.

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