Foto cortesía Beatrice Caraballo

Sicklerville, NJ – Cuando tenía 30 años ¡mi vida era genial!, familia, amigos, trabajo, hogar y salud, hasta que un día fue alterada drásticamente. Trabajaba en una compañía de seguros como Directora de Marketing, pero cada día me resultaba más difícil ir al mi trabajo. Tenía dificultad para caminar y estar de pie durante períodos prolongados de tiempo. Llegué a usar un bastón para moverme y dejé de conducir. Tuve que dejar mi trabajo y quedarme en casa. No tenía ni idea de lo que me estaba pasando. Mis hijos me llevaban arriba y abajo por las escaleras, mientras mi vecino venía para ayudarme a cocinar y hacer mis tareas domésticas. Después de varias pruebas y especialistas, finalmente me diagnosticaron con fibromialgia.

Según la Clínica Mayo, la fibromialgia es una enfermedad incurable y crónica, que causa un dolor corporal generalizado que puede llegar a ser extremo en las caderas, muslos, cuello y espalda; puede provocar rigidez, mareos, fatiga permanente e insomnio, está relacionada con cambios en la forma en que el cerebro y la médula espinal reciben las señales de dolor.

No es detectado por ninguna prueba de laboratorio, lo que dificulta el diagnóstico. Durante unos 3-4 años me trataron como si yo estuviera loca; como si estuviera creando todo este dolor en mi cabeza. Se le consideraba un trastorno mental, porque era una condición bastante nueva, y desconocida por muchos médicos. Finalmente, un reumatólogo empezó a tratarme con Cymbalta, Savella o Lyrica; pero desafortunadamente, tuve una reacción adversa a los tres medicamentos, por lo que por ahora tratan mis síntomas individualmente.

Debido a que no regulo fácilmente mi temperatura corporal, pasó por momentos en los que me siento extremadamente caliente o tremendamente fría. El sol se ha convertido en mi enemigo; si me expongo al sol por mucho tiempo, mi piel se calienta rápidamente y tengo un sarpullido rojo, con manchas en mi cara y antebrazos. Por la noche, mi cama es la enemiga, porque tan pronto me acuesto siento subir el dolor. A veces es tan insoportable que no me deja dormir.

La fibromialgia es una enfermedad sistémica que puede afectar el funcionamiento de otros órganos en especial el sistema digestivo; personalmente a mi me ha cambiado la vida, pero cuento en especial con mi hija menor, Crystal, que me ayuda mucho, mientras asiste a la universidad para formarse como técnico quirúrgico y de enfermería. La combinación de muchos síntomas y el tratar de lidiar con tanto dolor crónico me genera una especie de niebla mental, que exacerba el cansancio extremo, afrontando días de depresión.

Sé que todo esto suena mal, pero sepan que nunca me rindo, y ustedes tampoco deberían. Yo puedo todavía dar de mí para mi comunidad y mi familia, sé que ustedes también. He compartido aquí un poco de mi historia personal, porque sé que hay muchos como yo allá afuera, sufriendo de enfermedades invisibles. ¡luche hasta el final, y deje su huella en esta vida!
BeatriceCaraballo@msn.com
(856) 676-4046

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