Sostuve las manos de un padre con lágrimas corriendo por sus mejillas mientras decía: “Si me hubiera dicho que la estaban lastimando. No lo sabía y ahora es demasiado tarde”.

He visto el dolor en los ojos de los niños que están creciendo sin su madre, y van marcando el día de su cumpleaños, cada año que pasa.

He escuchado el miedo en las voces de las personas que llaman a la línea directa mientras buscan frenéticamente ayuda para ellos y sus hijos.

Durante el pasado mes, la cantidad de personas que han sido asesinadas por parejas o exparejas con historias de abuso ha sido devastadora y abrumadora por su frecuencia.

Su pérdida es inconmensurable; al igual que el trauma que perseguirá a sus seres queridos sobrevivientes, incluidos los trillizos de dos años que quedaron huérfanos, testigos de los disparos de un arma que acabó con la vida de su madre.

Mientras leo los relatos de estas tragedias, me pregunto si nuestra comunidad se está volviendo insensible al asesinato por violencia doméstica. Casi como si nos hubiéramos acostumbrado a la pérdida de vidas inocentes y la escandalosa violencia armada que está causando estragos en las familias, las escuelas y los vecindarios de nuestra ciudad.

TODOS CONOCEN A ALGUIEN

¿Por qué no hay marchas, vigilias o protestas exigiendo cambios? ¿Dónde está la indignación o la responsabilidad? La violencia doméstica es un problema de salud pública que afecta a todos.

Más de 500 personas han sido asesinadas en nuestra ciudad en pasado año. Los homicidios domésticos alcanzaron un máximo histórico en Filadelfia en 2021 y aumentaron en la temporada de fin de año.  Un sinnúmero de familias estará recibiendo la Pascua, como lo hicieron las pasadas fiestas de Navidad, Kwanzaa, Hanukkah o Día de los Reyes, con un asiento vacío en la mesa.

(Foto: Ilustrativa/Pexels)

¿Cuándo diremos como comunidad “no más” e insistiremos en una forma diferente?

Es importante entender que dejar una relación abusiva puede ser extremadamente peligroso. La violencia doméstica tiene que ver con el poder y el control, por lo que la ruptura es a menudo cuando la violencia puede alcanzar proporciones letales. En varios de los casos recientes, la víctima tomó medidas para liberarse del abuso, incluida la solicitud de una orden de protección contra el abuso (PFA). Pero por sí sola, una PFA es solo una hoja de papel. Debe ser parte de un plan de seguridad más amplio.

Es por eso por lo que comparto esta información, para instar a cualquier persona que lea esto y que esté experimentando abuso en una relación, a que se comunique con la línea directa de violencia doméstica de Filadelfia al 1-866-723-3014.

Los consejeros capacitados de la línea directa de violencia doméstica pueden ayudarte a crear un plan para mantenerte segura/o, según cada específica situación. Te guiarán a través de los muchos aspectos que debes considerar, como identificar un lugar seguro para quedarse, cómo hablar con los hijos sobre lo que está pasando. Y sobre qué empacar en caso de que necesites escapar, y en caso de que desees mudarte por completo para estar seguro.

También lo conectarán con los recursos locales y la familia de Mujeres Contra el Abuso.

Estamos aquí, listos para caminar junto contigo durante el viaje hacia la seguridad. Contamos con refugios seguros de emergencia con seguridad y ubicaciones confidenciales para protegerles; vivienda de transición para ayudar a reconstruirse una vida; y excepcionales recursos para la representación legal y la defensa; todo sin cargo.

Puede acceder a estos servicios y apoyos a través de la línea directa de violencia doméstica de Filadelfia, disponible las 24 horas, los 7 días de la semana, al 1-866-723-3014.

Insto desde el fondo de mi corazón, a que se comuniquen cuando lo requieran y/o estén listos. Todos merecemos vivir violencia.

Deseando paz a nuestra ciudad,

Joanna Otero-Cruz

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