Fotografía de archivo donde aparece el senador Bob Menéndez. (Foto: EFE/Lenin Nolly)

Washington, EE.UU.- Las últimas horas han sido de vértigo para los demócratas del Senado. El domingo por la noche vieron cómo fracasaba la ruta que habían propuesto para una reforma migratoria y, ahora, se apresuran para sacar adelante otra vía que permita regularizar a 8 millones de personas.

Efe conversó con varias fuentes demócratas que ofrecieron pistas sobre cuál es el debate interno dentro del Congreso y qué podría ocurrir esta semana.

Públicamente, los demócratas han dicho que su plan es entregar otra propuesta en los próximos días a la conocida como «parlamentaria» del Senado, Elizabeth MacDonough, una figura no partidista encargada de interpretar las reglas del proceso legislativo y que anoche asestó un duró golpe a los demócratas.

En concreto, MacDonough determinó que los demócratas no pueden incluir su reforma migratoria en un plan de gasto social de 3,5 billones de dólares que quieren aprobar en solitario y sin los republicanos, que llevan décadas oponiéndose a cambiar el sistema migratorio.

DESDE CAMBIAR UNA LEY DE 1929…

Ante esa situación, los demócratas están conversando entre ellos y con grupos defensores de los migrantes para decidir cuál es la opción «más fuerte» y la que puede recibir con «mayor probabilidad» el visto bueno de MacDonough, dijo a Efe una fuente legislativa.

De acuerdo a otra fuente, una de las opciones que se está estudiando es cambiar una ley de 1929 conocida como «Ley de Registro» que permitió acceder a la residencia permanente a los inmigrantes que pudieran probar que habían llegado a EE.UU. antes de 1921 y que tenían «un buen carácter moral».

A lo largo de los años, el Congreso ha cambiado esa ley en cuatro ocasiones. La última fue en 1986, bajo el Gobierno del presidente republicano Ronald Reagan, cuando se determinó que podrían acceder a la residencia permanente y, posteriormente, a la ciudadanía todos aquellos inmigrantes que hubieran llegado a EE.UU. antes de 1972.

En una rueda de prensa telefónica, el senador demócrata Bob Ménendez dijo que él «personalmente» está preparado para apostar por ese camino, entre las diferentes opciones que se están estudiando.

«Mi mensaje hoy es muy simple -resaltó Menéndez.- Estamos comprometidos a hacer todo lo que podamos por nuestras comunidades, no vamos a abandonarlas y vamos a explorar todas las opciones».

….HASTA DAR UN ESTATUS LEGAL SIN ACCESO A LA CIUDADANÍA

Menéndez, además, reveló que otra posible vía sería ofrecer un alivio migratorio a los indocumentados para que pudieran trabajar y vivir legalmente en EE.UU., aunque no se les ofrecería la opción de acceder a la ciudadanía.

Otra fuente demócrata también dijo a Efe que esa opción se está estudiando y explicó que la meta sería dar a los migrantes un «estatus fijo legal».

No está muy claro que significaría eso para dos grupos que ya tienen un permiso similar: los «soñadores» que llegaron a EE.UU. de niños y que, en algunos casos, han podido vivir y trabajar legalmente gracias a un programa llamado Acción Diferida (DACA) y que fue aprobado en 2012 por el entonces presidente, Barack Obama.

Y el otro colectivo con un permiso similar es el de los «tepesianos», aquellos que han obtenido el Estatus de Protección Temporal (TPS) que Estados Unidos otorga desde 1990 a los migrantes de naciones golpeadas por conflictos bélicos o desastres naturales.

Además de los «soñadores» y los «tepesianos», los demócratas han propuesto legalizar a trabajadores del campo y aquellos que durante la pandemia del coronavirus fueron considerados «esenciales», lo que suma unos 8 millones de personas.

OTROS ABOGAN POR LA DESOBEDIENCIA

Pese a esas posibilidades, otras figuras progresistas y grupos defensores de los migrantes han abogado por la desobediencia.

Por ejemplo, en Twitter, la legisladora progresista Ilhan Omar pidió este lunes a la Casa Blanca y al líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, que ignoren a MacDonough porque su decisión no es vinculante.

«Este fallo de la ‘parlamentaria’ es solo una recomendación. Schumer y la Casa Blanca pueden y deberían ignorarlo», opinó Omar.

Asimismo, las conocidas activistas Lorella Praeli, copresidenta de la organización Community Change Action, y Greisa Martínez Rosas, directora ejecutiva de United We Dream Action, también apostaron por ignorar a MacDonough e insistieron en que los demócratas tienen la obligación de actuar porque controlan la Casa Blanca y las dos cámaras del Congreso, a pesar de tener estrechas mayorías.

Desobedecer a MacDonough, sin embargo, no es sencillo.

Schumer tendría que someterlo al voto del Senado y necesitaría el voto a favor de los 50 senadores demócratas, además del voto del desempate de la vicepresidenta, Kamala Harris, por lo que no podría haber divisiones entre moderados y progresistas, algo bastante posible.

El Congreso lleva 35 años sin aprobar una ley que permita acceder a la ciudadanía a un gran grupo de migrantes.

La última vez fue en 1986, cuando el entonces presidente, Ronald Reagan, firmó una ley que permitió regularizar a unos tres millones de inmigrantes indocumentados.

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