(Foto: Ilustrativa/Pexels)

Hace unos días, la humanidad perdió a uno de los pioneros de la psicología positiva, Mihaly Csikszemtmihalyi. En los años noventa se dio a conocer al mundo entero con su libro “Fluir”.

Mike, como lo llamaban amigos y colegas, descubrió que cuando atletas de alto rendimiento, artistas, emprendedores y jugadores de ajedrez se enfrentan a un desafío que los lleva a una concentración total, entran en un estado mental donde pierden la noción del espacio y el tiempo.

Csikszemtmihalyi le dio a este estado el nombre de “fluir”. Se trata de un estado óptimo de conciencia en el que nos sentimos mejor y nos desempeñamos lo mejor posible. Por eso, es el estado mental de la creatividad y del alto rendimiento.

De hecho, cuando estamos en este estado, las frecuencias de nuestro cerebro de beta (que son altas, por qué estamos en un estado de vigilancia) se bajan a alfa, es decir a las mismas de cuando soñamos. Es en esta condición que podemos facilitar la colaboración creativa entre nuestro consciente y subconsciente. Pero, ¿cuáles son los secretos que te pueden ayudar a lograr este estado?

El primer secreto es cuidar la calidad de tu sueño. Para lograr eso, necesitas volverte consciente de tu ritmo circadiano, para que te vuelvas consciente cuando tu cuerpo, de manera natural, al oscurecer cambia hacia un estado de sueño. Cuando te vuelves consciente de este cambio, es bueno que empieces a relajarte y predisponerte para un sueño reparador.

El segundo secreto es maximizar la primera hora del día, al despertar. La calidad de esta hora determina la calidad de tu día. Dedicarla al ejercicio, la meditación, la reflexión y la planeación del día te ayudará a entrar en un estado mental de fluir.

El tercer secreto es dedicar los primeros 90 minutos de tu día al trabajo más importante; aquel que requiere toda tu concentración. Procura que este momento sea un momento de enfoque total. Aléjate de toda distracción. Hay varias aplicaciones que te pueden ayudar a mantener la atención (yo utilizo brain.fm y Endel).

El cuarto secreto es planear los momentos de recuperación, después de periodos de trabajo intenso. Dedica unos 5-10 minutos a ejercicios de respiración consciente, o vete caminar unos veinte minutos. Vete a una sauna al finalizar el día, dos o tres veces a la semana. Finalmente, de vez en cuando, agenda un retiro espiritual, o haz senderismo en las montañas durante unos días. Aprende a hiperventilar con Wim Hof o ve a una fiesta de baile furiosa.

En la era de la disrupción y la crisis permanente, lograr el éxito depende íntimamente de la capacidad de aprender a fluir. Por eso, hoy entrenadores de alto rendimiento acompañan a atletas, líderes empresariales y artistas para lograr ese estado que, además, alimenta nuestro bienestar.

De hecho, el fluir puede describirse como un aspecto clave de nuestra eudemonía o autorrealización, lo que para Aristóteles era el bien humano supremo.

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