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Ejecutan 27 órdenes de arresto por fraude a fondos federales para el COVID-19 en Puerto Rico

El Fiscal Federal Stephen Muldrow (c) habla durante una rueda de prensa en San Juan (Puerto Rico). Imagen de archivo. EFE/ Thais Llorca

Las autoridades federales en Puerto Rico ejecutaron el jueves 27 órdenes de arresto contra personas acusadas de estar implicadas en un esquema de fraude a los fondos de la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por Coronavirus (Ley Cares).

El fiscal federal W. Stephen Muldrow informó en un comunicado que un gran jurado acusó a estas 27 personas de cargos de fraude electrónico y blanqueo de dinero por obtener ilegalmente estos fondos federales de recuperación.

Las fuerzas de seguridad continúan con las detenciones y han trasladado a los arrestados hasta el momento al Coliseíto Pedrín Zorrilla, en San Juan.

Los documentos de acusación alegan que, desde abril de 2020 hasta julio de 2023, los demandados y sus cómplices solicitaron préstamos de ayuda destinados a las pequeñas empresas afectadas por la pandemia con el objetivo de lograr ilegalmente un desembolso de al menos 458.923 dólares.

«Esta es la tercera ronda de acusados desde abril de 2023 en relación con este esquema de fraude, y la investigación sigue en curso», explicó Muldrow.

Algunos de los acusados son Brian Oniel Blassini; Manfred A. Pentzke Lemus, alias «Man/Contable/El Gestor»; Rodolpho R. Pagesy Roussel, conocido como «El Banquero»; Augusto A. Lemus Berrios, alias «Primo», y Jonatan Ben David Prieto Ruiz De Val, llamado «Johnny Millones».

Los acusados presentaron al menos 23 solicitudes fraudulentas de préstamos que contenían información y documentos falsos como registros de nómina y bancarios.

Si son declarados culpables, enfrentan hasta 30 años de prisión por los cargos de fraude electrónico. Brian Oniel Blassini y Homar Javier Horta Torres podrían ser además condenados a otros 20 años de prisión por blanqueo de dinero.

Con información de EFE

El precio de trabajar en organizaciones sin fines de lucro

Edurne Irizarry. Lead, Community Impact at Social Venture Partners Philadelphia. She oversees investment and capacity-building strategies for supporting poverty-fighting nonprofits in Philadelphia. Photo courtesy.

No hace mucho, en un evento auspiciado por el Taller Puertorriqueño, el corazón cultural del barrio, le pregunté a mi madre: “Mami, que nos habría ocurrido si no hubiéramos encontrado este lugar” (refiriéndome al Taller). Ella sonrió, irónica, y en su fuerte acento español respondió, “No tengo idea, mija”. Para nosotros, la respuesta a esa pregunta era incomprensible.

Yo tenía seis años cuando mi padre, Johnny Irizarry, cambió sus pinceles y sus herramientas de esculpir madera, por un maletín, un título de director ejecutivo y un salario anual de $30,000.

Era el año 1986; nos habíamos mudado a Filadelfia cinco años antes, igual que miles de otras familias puertorriqueñas lo habían hecho en ese tiempo. No estoy segura de haber comprendido totalmente el costo emocional, espiritual, físico y económico para mis padres con esa emigración a Filadelfia o lo que representó para mi padre el decidirse por ser líder en una agencia no lucrativa en vez de dedicarse a producir arte.

En total, mi padre sirvió por doce años como director ejecutivo de Taller y otras tres décadas como líder en organizaciones dedicadas a la capacitación comunitaria.

El sector de organizaciones no lucrativas de Filadelfia le proveyó a mi familia un santuario, un propósito y la oportunidad de sacar de la pobreza a nuestra familia. Ese mismo sector contribuyó a nuestra lucha con problemas de salud física y mental.

Hace unas semanas murió un prominente líder del sistema de organizaciones no lucrativas. Su muerte me recordó, como muchas otras, que dicho sector es una muestra de todas las maneras en que el racismo, el sexismo, la homofobia, el prejuicio contra la gente discapacitada y la pobreza se intersecan para abatir a un líder negro en una agencia no lucrativa.

Nuestro ecosistema de organizaciones no lucrativas es una constelación de agencias con presupuestos que varían entre los $10,000 hasta las multibillonarias. Dependiendo del lugar que ocupe un líder dentro de dicho ecosistema, el tipo de trabajo que ellos desempeñen, y el apoyo – emocional, profesional y financiero- que reciban, pueden impactar a largo plazo y profundamente su salud y bienestar.    

A diario, yo trabajo para impugnar políticas y prácticas dañinas en este sector, y al mismo tiempo que aprecio la oportunidad, me veo forzada a admitir serias contradicciones. Yo valoro mi trabajo y su impacto en nuestra ciudad con el entendimiento claro de que dicho trabajo ha resultado en problemas físicos y mentales para mí, mi familia y muchos otros en nuestra región.

Mi colega Kelly Woodland escribió recientemente, “La necesidad de un cambio estructural es sumamente importante para tener una comunidad de trabajo no lucrativo capaz de resolver los problemas más apremiantes de nuestra ciudad.   Menos que eso significa que todos nuestros sacrificios habrán sido en vano”.

Sus palabras son un llamado a la acción y un recordatorio. Nos pide, a aquéllos que nos ganamos la vida en el sector de las organizaciones no lucrativas, a reexaminar el porqué y el cómo alcanzar justicia racial y económica. Debemos preguntarnos: ¿por qué aun continuamos con las mismas conversaciones que nuestros padres sostuvieron 30 años atrás? Debemos aprender a sentirnos incómodos y a contender con los riesgos, que es lo que estamos dispuestos a tomar, para asegurarnos de que un sector dedicado a hacer el bien no lo haga a expensas de otros.

Finalmente, añoro la vida que mis padres pudieron haber tenido de no haber existido la pobreza, y reflexiono profundamente en las maneras en que pude haber causado daño por ganarme la vida en organizaciones sin fines de lucro.

Honro y reflexiono en la memoria de muchos líderes que han sido condicionados y forzados a contender con un sistema que nos ha convencido a aceptar la idea de que para hacer buen trabajo debemos sacrificarnos. No lo hacemos, y depende de nosotros demostrarlo.

La historia de Reyna Navarro y el «Mercado de Latinas»

Reyna Navarro fundadora del grupo “Mercado de Latinas” y propietaria del negocio Artesanía Mundo de Queen, participando en el evento Latin American Thrives en Love Park. (Foto de archivo: Mary Luz Marques)

Hace unas semanas fui a visitar a la emprendedora mexicana Reyna Navarro en su local “Artesanía Mundo De Queen” localizada en el 1825 S. 8th Street de la ciudad de Filadelfia. Al acercarme a su establecimiento me encontré con un enorme mural con motivos culturales mexicanos pintado por el artista Mauro Carrera. El color amarillo en el fondo de la pared, usada como canvas, me invitaba, sin decirlo, a un mundo lleno de creatividad en donde el amor a las raíces culturales se muestra con mucho orgullo. 

Al entrar al local vi mucha artesanía mexicana. Reyna estaba detrás del mostrador y cuando se percató de mi presencia salió a saludarme. Nos pusimos a conversar por un buen tiempo. La felicité por su bello y próspero negocio.

Me contó que empezó a vender artesanías en ferias de barrio, con los únicos 200 dólares que ahorro con muchos sacrificios y que era con lo único que contaba en esos momentos. La pandemia la obligó a crear una fuente de ingresos más firme y duradera para ella y su familia.

Reyna, tenía una nueva meta; en su casa habló con su familia y les dijo que todos tenían que colaborar con ella, en medida de sus posibilidades. Como jefa de la familia, Reyna empezó a cortar gastos en la casa y dejó solo los más indispensables para el funcionamiento básico del hogar; y afirma que su esposo siempre fue un apoyo indispensable para lograr su sueño de tener su local propio.

Entre la conversación, y como toda buena vendedora, Reyna empezó a mostrarme algunos artículos que tenía para la venta. Aproveché para comprarle un cinturón trabajado a mano hecho por artesanas mexicanas; de esta manera, la pequeña empresaria, también ayuda a fomentar la economía local de su país. Además, me enseñó unos coloridos rebozos de hilo, típicos de México.

Durante nuestra amena conversación me habló sobre el proyecto de “Mercado de Latinas”. Su sueño se ha extendido a un grupo de mujeres que venden una diversidad de artículos culturales. Como fundadora de la iniciativa busca incentivar a otras pequeñas comerciantes a realizar sus sueños. Este grupo se apoya, mutuamente, y exploran maneras creativas de vender sus productos artesanales no solo en ferias locales alrededor de la ciudad de Filadelfia sino, también, en innovadoras e improvisadas galerías localizadas en negocios latinos, como en el restaurante peruano Brazas BBQ Chicken, por ejemplo.

Esta primera galería latina artesanal se encuentra localizada en pleno South Street, en el centro de Filadelfia. Al caminar hacia el restaurante peruano, observé en la trayectoria otro restaurante latino, “El Puyero” que destaca el sabor de la comida venezolana.

Artículos artesanales del grupo de empresarios de “Mercado de Latinas” en la primera galería localizada en el restaurante peruano Brazas BBQ, en South Street. (Foto: Página de @Mercadodelatinas en Facebook)

Durante el fin de semana, esa zona es muy transitada por muchos visitantes que desean explorar los locales comerciales de esa área. Al entrar a Brazas BBQ noté, la bandera peruana con sus colores rojo y blanco, y al lado un cuadro del Señor de los Milagros, reflejando, así, parte de su cultura a los comensales. Los artículos artesanales del Mercado de Latinas se encontraban adornando las paredes aledañas de la entrada al local.

Después de saborear, en compañía de mi esposo, unas yucas fritas con salsa de huancaína, y degustar un rico pollo a la brasa, unos deliciosos tallarines verdes con su milanesa frita, y beber la tradicional chicha morada, me puse a observar los productos en venta y a leer las narraciones, escritas en español e inglés, de cada uno de los negociantes que se encontraban exhibiendo en el mostrador.

Dentro de las historias que está la de Xiquipilli-Martinez. Este negocio fue recreado en el 2021 por Victoria Martinez para seguir el legado de su padre, Don Adan. La palabra Xiquipilli proviene de la lengua náhuatl que significa cesto; y en la sierra, las personas lo usan para llevar y traer alimentos. Don Adan, era dueño de un pequeño negocio en la sierra norte de Puebla, México y durante la pandemia, él decidió que ayudaría a su gente a vender sus productos de artesanía en su local por qué ellos lo vendían en la calle y de puerta en puerta —en esos momentos difíciles de la pandemia, nadie habría las puertas de sus casas para comprar ningún objeto por miedo al contagio del virus—. Después del fallecimiento de su padre, Victoria continúa con su legado ayudando a seguir activando la economía local de los artesanos de esta región de Puebla.

Pupuseria y Artesanía Leticia- Zulma Guzmán emprendió este negocio desde el 2019 para ayudar a los artesanos de El Salvador. Su deseo de conectarse con sus raíces salvadoreñas y mostrar la riqueza cultural la motivó a crear este negocio. Así, a través de sus productos, da a conocer a su país, apoya a la economía local y provee una oportunidad para que los artesanos sigan creando artículos hechos a mano usando técnicas tradicionales.

Pupuseria y Artesanía Leticia de la salvadoreña Zulma Guzmán, participando en el evento Latin American Thrives en Love Park. (Foto de archivo: Mary Luz Marques)

Mantas y Bordados Rosy- Este proyecto nació en tiempos de pandemia. Rosario Sánchez Luna usa diferentes técnicas de tejido —como punto de cruz, punto de atrás, nido de abeja y petatillo—, para crear innovadoras piezas de uso diario; además de prendas de vestir, como bufandas y gorros. Cada una de las creaciones hechas a mano, conlleva un determinado proceso y tiempo para su elaboración.

Lili Daliessio Designs- El amor por su cultura colombiana llevó a Lili Daliessio a crear una pequeña empresa de moda y diseños de ropa autóctona hechos con materiales eco-friendly; de esta manera, apoya a mujeres víctimas de violencia doméstica, indígenas y mujeres, dueñas del hogar, quienes, también, crean y fabrican sus propios productos.

Mochi Bay Bags- Ofrece artículos hechos a mano confeccionados por los indígenas de la región norte de Colombia, en la Península Guajira.

 

Mochi Bay Bags promueve artículos confeccionados por indígenas colombianos. (Captura de @mochibaybags en Instagram)

Our Hope- Las amigas Whitney Banawa y Celia Cintron se unieron para inventar piezas decorativas, usando elementos aromáticos en las velas. Sus diseños son muy peculiares y creativos. 

Artesanía Mundo de Queen- Reyna Navarro es la propietaria de este negocio de productos artesanos mexicanos. Como los demás en esta lista, ayuda a promover la economía local de su país.  

La mexicana Reyna Navarro frente a su local “Artesanía Mundo de Queen” localizada en el sur de Filadelfia. El mural fue pintado por el artista Mauro Carrera. (Captura de @artesania_mundo_de_queen en Instagram)

El “Mercado de Latinas” es una iniciativa que busca apoyar, como su nombre lo indica, a las mujeres Latinas y empresarias —que con el tiempo ha ido creciendo y ya se han incorporado algunos compañeros negociantes a este grupo de trabajo—, a emprender y crear un negocio ofreciendo productos de calidad, y de una vasta diversidad cultural.Cada producto artesanal tiene una historia particular, y la dedicación de manos de artesanos que trabajan para crear artículos usando métodos tradicionales para proveer al cliente, lo mejor de su cultura regional.

Las personas que deseen colaborar comprando estas creaciones pueden usar las aplicaciones Zelle o Vemo para efectuar sus pagos. Sí desea saber más acerca de esta iniciativa de emprendedores latinos, y los productos que ofrecen, visite su página en Facebook @Mercadodelatinas.

¡Apoyemos las historias colectivas de esfuerzo, dedicación y tradición de cada producto! 

El 89 % de las víctimas de las muertes violentas en Puerto Rico en 2020 fueron hombres

El informe reporta que en el año 2020 se registraron 790 víctimas fatales, de las cuales 729 fueron descritas como incidentes de muertes violentas, que según el PRVDRS son por homicidio o suicidio. Fotografía de archivo. EFE/Jorge Muñiz

El Instituto de Estadísticas de Puerto Rico (IEPR) informó que nueve de cada diez víctimas de las muertes violentas en la isla en el año 2020, o sea, el 89 %, fueron hombres.

Así lo dejó saber el organismo en un comunicado de prensa a través del Informe de Muertes Violentas en Puerto Rico del año 2020, presentado por el Sistema de Notificación de Muertes Violentas de Puerto Rico (PRVDRS, en inglés), establecido en el IEPR.

El informe reporta que en el año 2020 se registraron 790 víctimas fatales, de las cuales 729 fueron descritas como incidentes de muertes violentas, que según el PRVDRS son por homicidio o suicidio.

Y de acuerdo con los datos, nueve de cada diez víctimas de muertes violentas -89 %- fueron hombres.

Igualmente, la tasa cruda de homicidios fue de 24,1 por cada 100.000 habitantes, siendo esta de 45,2 en hombres y 4,9 en mujeres.

El mecanismo principal de los homicidios fueron las armas de fuego

Aproximadamente, nueve de cada diez homicidios -88,9 %- involucraron un arma de fuego, y el 89,6 % de estas muertes ocurrieron en hombres y el 83,7 % en mujeres, detalla el informe.

La proporción de homicidios de mujeres con armas de fuego en el 2020 es la más alta desde el año 2000, reveló el informe.

Mientras, las tasas de homicidio por sexo en los grupos de edad entre 15 a 39 años refleja que en estos grupos de edades ocurren el 72,7 % de todos los homicidios en los hombres y el 61,2 % en las mujeres.

Las circunstancias criminales más frecuentes de homicidios en Puerto Rico están relacionadas con el tráfico ilegal de drogas y el crimen organizado, se informó.

En el año 2020 se reportaron 68 víctimas fatales de violencia familiar

La mayoría de estos casos fueron relacionados a violencia en un entorno de parejas íntimas o exparejas (17 casos, 25 %) y 31 víctimas adicionales relacionadas a parejas íntimas o terceras personas presentes en un conflicto de parejas íntimas (45,6 %).

A su vez, la violencia entre miembros de la familia (20 casos, 29,4 %), ocurrió principalmente durante una discusión (50 %).

La mayoría de las víctimas de violencia de pareja íntima fueron mujeres (76,5 %) agredidas fatalmente por su expareja o excónyuge hombre (61,5 %) o pareja o cónyuge actual (38,5 %).

Además, tres de las mujeres víctimas de violencia de pareja íntima fueron incidentes de homicidio-suicidio (23,1 %).

Para el director ejecutivo del IEPR, Orville M. Disdier, estas estadísticas son una de las herramientas principales para combatir el fenómeno de la violencia en Puerto Rico.

«Estos datos, entre otros, sirven de base para establecer medidas efectivas de prevención de la violencia en Puerto Rico, desde múltiples enfoques sociales, demográficos y económicos», explicó.

«Nuestro compromiso en el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico es continuar fortaleciendo este sistema estadístico y epidemiológico para seguir mejorando la calidad de este tipo de datos», agregó.

Con información de EFE

La Armada, la Ingeniería Nuclear y los Nuevos Sueños

Los co-valedictorians de la Academia Esperanza, Reilly Colon (izquierda) y Alex Jaquez-Peralta (derecha) celebran su logro durante la Ceremonia de Premios Senior junto con la directora de Éxito Estudiantil, Lori Walinsky (centro). Sierra Guenst

Por primera vez en la historia de Esperanza Academy, la clase que se graduó este año no tuvo uno sino dos valedictorians.

Los estudiantes de último año Reilly Colon y Alex Jaquez-Peralta terminaron sus carreras en la escuela preparatoria con promedios de calificaciones (GPA, por sus siglas en inglés) increíblemente cercanos y tomaron la admirable decisión de compartir el título de valedictorian.

Ambos estudiaron la carrera de ingeniería de Esperanza Academy, una de las doce carreras disponibles para que los estudiantes exploren durante sus años de escuela superior.

Ambos también tomaron una gran cantidad de clases de Colocación Avanzada (AP), que brindan a los estudiantes acceso a estudios de nivel universitario y pueden permitirles obtener créditos universitarios al aprobar los exámenes AP.

Alex asistirá al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) este otoño para estudiar informática.

Reilly está cambiando sus ambiciones hacia la ingeniería nuclear en la Universidad de Penn State.

Reilly tenía los ojos puestos en la Academia Naval de Annapolis, Maryland; era algo que había estado planeando y soñando durante bastante tiempo. Después de su aceptación inicial en la Escuela Preparatoria de la Academia Naval, su aceptación fue posteriormente revocada por razones médicas.

A pesar de esta inquietante noticia, Reilly redirigió su sueño e hizo planes para estudiar ingeniería nuclear en Penn State. Reilly explicó: “Estoy eligiendo este plan porque incluso si fallé en uno de mis objetivos principales en la vida, necesito seguir adelante y concentrarme en lo que puedo hacer, en lugar de lo que está en el pasado. El océano nunca deja de fluir a pesar de un barco volcado. Avanzar es la clave de la vida”.

A lo largo de su tiempo en la Academia Esperanza, Reilly demostró constantemente esa actitud persistente. Sus actividades académicas, entusiasmo, trabajo arduo y participación en las actividades escolares son evidencia de su interés por los demás y su compromiso con la excelencia.

Hablando del apoyo que recibió durante sus años escolares, Riley dijo: “Tuve muchos maestros siempre dispuestos a ayudar y dar consejos con su experiencia, y me ha ayudado mucho. El Seminario Senior me ayudó a descubrir el proceso para completar el proceso universitario y cómo comenzar con las becas”.

Reilly compartió sus objetivos para su nueva actividad: “La ingeniería nuclear ha sido mi segundo objetivo en la vida, justo después de servir en el ejército. Para mí, la ingeniería nuclear no es solo un trabajo, sino algo del futuro. Un mundo de energía más limpia, con pocos inconvenientes y el más seguro estadísticamente hablando en comparación con casi todos los demás tipos de energía.

No hacer algo con respecto a nuestro estado actual del clima no conducirá a nada más que al sufrimiento de todo en la Tierra. Al ser un ingeniero nuclear, espero, en el mejor de los casos, cambiar el panorama a una etapa completamente nueva, o al menos crear un futuro más limpio no solo para los humanos, sino para todas las criaturas vivientes en la tierra de Dios”.

Esperanza Academy se enorgullece del liderazgo y la persistencia de Reilly, y estamos agradecidos por sus contribuciones a nuestra familia escolar. Estamos emocionados de ver todo lo que nuestros graduados lograrán, y los apoyamos a medida que dan los siguientes pasos en su viaje.

The price of working in non-profits

Edurne Irizarry. Lead, Community Impact at Social Venture Partners Philadelphia. She oversees investment and capacity-building strategies for supporting poverty-fighting nonprofits in Philadelphia. Photo courtesy.

Not long ago, at an event hosted by Taller Puertorriqueño, El Corazón Cultural del Barrio, I turned to my mother and asked, “Mami, what would have happened to us if we hadn’t found this place (referring to Taller)? She smirked, and, in her noticeable Spanish accent responded, “I have no idea, mija”. For us, the answer was incomprehensible.

I was six years old when my father, Johnny Irizarry, traded his paint brushes and wood carving tools for a briefcase, the title of executive director and a $30,000 yearly salary. This was 1986. We had moved to Philadelphia five years before just as thousands of other Puerto Rican families had at the time. I’m not sure I’ll ever fully grasp the emotional, spiritual, physical and financial costs my parents paid migrating to Philly or what it meant for my father to choose non-profit leadership over making art.

In all, my father served for 12 years as Taller’s Executive Director, and another three decades as a leader in organizations focused on community empowerment. Philadelphia’s non-profit sector gave my family sanctuary, purpose, and the opportunity to move my family out of poverty.  The same sector contributed to my family’s struggles with physical and mental illness.

A few weeks ago, a prominent Black leader in Philadelphia’s nonprofit ecosystem passed away. His passing reminded me, like many others, the sector is a demonstration of all the ways racism, sexism, homophobia, ableism, and poverty intersect to weigh a non-profit leader of color down.

Our nonprofit ecosystem is a constellation of organizations with budgets that range from $10,000 up to multi-billion dollars. And depending on where a leader falls in the ecosystem, the kind of work they undertake, and the support—both emotionally, professionally, and financially–received, there can be major, far-reaching impacts on their health and well-being.

Every day, I work to challenge harmful policies and practices in the sector and while I appreciate the opportunity, I am still forced to hold major contradictions.  I both value my work, and its impact on our city with a clear understanding it has contributed to poor health outcomes (mental and physical) for me, my family and countless others in our region. 

My colleague, Kelly Woodland, recently wrote, “The need for structural change is critical to have a strong, effective nonprofit community capable of solving our city’s most pressing problems. Anything less than that would mean the sacrifices made would have simply been in vain.”

His words are a call to action and a reminder. He asks those of us making a living in the nonprofit sector to reassess why and how we achieve racial and economic justice. We must ask ourselves, why are we still having the same conversations our parents had 30 years ago? We must learn to be uncomfortable and to contend with the risks we are willing to take to ensure a sector committed to doing good does not do so at the expense of anyone.

In the end, I mourn the life my parents could have had if poverty did not exist and deeply reflect on the ways I may have caused harm making a living through nonprofit work. I hold space and reflect on the many leaders who have been conditioned and forced to contend with a system that has convinced us to accept the idea that in order to do good work, we must sacrifice ourselves. We don’t, and it’s up to us to prove it.

La Filadelfia latina celebra en amistad la proclamación de su autonomía

Coloridas artesanías de Colombia se ofrecen en un estand de la feria. (Foto: cortesía)

Son muchas las mujeres hispanas que inmigraron a los Estados Unidos, y después de muchos esfuerzos, sacrificios, creatividad y terquedad, terminaron dándole vida a grandes empresas, marcas y nombres que hoy compiten con cualquier otro emprendimiento en los distintos campos de negocio del país; muchas, con su solo nombre ya constituyen una franquicia.

Los ejemplos van desde Salma Hayek y Sofía Vergara, hasta Ana Corrales, actualmente vicepresidenta de operaciones globales y de cadena de suministros de la corporación Google.

Filadelfia es cuna de la independencia de los Estados Unidos, y también está sirviendo como semillero de emprendedoras latinas que se han venido destacando en todos los ámbitos, muchas de ellas son inmigrantes, que están conquistando poco a poco su libertad y su independencia. La lista es muy extensa, y sigue creciendo año con año.

Las philatinas han destacado en el esfuerzo por crear empleos y empresas, a través de los cuales ayudar a construir prosperidad no solo para sus familias aquí, y en sus países de origen, también su labor impacta a los miles de inmigrantes hispanos y latinos que confluyen cada año a esta ciudad.

Sin demasiada fama ni reflectores, hay docenas de pequeñas comerciantes hispanas en la ciudad que, desde sus emprendimientos en salud y alimentos, arte y artesanías, bienestar y belleza, fincan música y entretenimiento; aseo y mantenimiento y en muchos otros campos. Las “comadres” latinas, son solidarias, se esfuerzan cada día y dan una batalla cada vez menos silenciosa, por generarle valor agregado a la ciudad en general y a la comunidad hispana en particular. Echan raíz y crean seguridad.

En la sección de Vida de Impacto, hemos contado decenas de historias, y en esta ocasión, presentamos la de la mexicana Reyna Navarro, que desde “Mundo de Queen” abre la puerta a creadores y exportadores de artesanías desde México; al tiempo que impulsa el emprendimiento comunitario “Mercado de Latinas”, para facilitarle espacios a otras microempresarias hispanas. La afrocolombiana Lili Daliessio, fue pionera en ese tipo de importaciones solidarias.

Su compatriota, Gloria Castro, ha destacado con su emprendimiento “Hair Fashion” en servicios de peluquería y belleza; la salvadoreña Gloria Guzmán, quien con esfuerzo ha creado la “Pupusería y Artesanías Leticia”, donde mercadea los productos y la gastronomía de su país.

Del mismo tenor es el emprendimiento “Xiquipilli”, de la mexicana Victoria Martínez, que es otra ventana para artesanos y creadores mexicanos. También en el mundo de las “aseguranzas” hay mujeres que se destacan como la contadora colombiana Ahidaliz García, quien desde su llegada a Filadelfia incursionó en el mundo de los seguros, hasta gerenciar hoy su propia agencia de State Farm, donde atiende con seguros de toda índole a la comunidad hispana del nor-Fili. Como ellas, decenas y decenas de otras creativas latinas se están esforzando por sacar adelante sus microempresas.

Todos sabemos lo difícil que es emprender en las condiciones actuales, con mercados saturados de productos de todo el mundo en dura competencia, y con las condiciones de arranque de estas emprendedoras, que son a menudo muy desventajosas; o por sus limitados recursos financieros, o por la desigual batalla de competir contra las grandes cadenas que controlan el mercado. Podemos imaginar lo que significa salir adelante para estas mujeres con frecuencia solas, a menudo madres de familia y cabeza de hogar, sin el apoyo de un compañero; sin embargo, y contra todos los pronósticos de su triunfo, hay centenares de ellas trabajando duro, para más allá de la resistencia, prevalecer y prosperar.

Por eso es tan importante la solidaridad y el apoyo que podamos brindar en favor de sus emprendimientos. Muchas veces, por comodidad preferimos recurrir a las grandes cadenas de retailers, sin reparar que a la vuelta de la esquina hay una mujer hispana que ha invertido todo su capital, esfuerzo y una gran dosis de amor en generar una iniciativa comercial, que sueña con ver marchar sobre sus propios pies.

Atendamos este desafío de respaldar a “las nuestras y los nuestros”; sabiendo que el triunfo de cada inmigrante y emprendimiento hispano abre nuevas puertas y espacios para el futuro de todos nosotros, en un país, cada vez más latino.

Esta semana Impacto se une a la celebración de las independencias de varios países que en julio conmemoran sus aniversarios, iniciando por la de esta nación de naciones. El 4, Estados Unidos celebró otro año más de su nacimiento, seguido por Venezuela el 5, Argentina el 9, Colombia el 20, y Perú el 28.

En Filadelfia, los ciudadanos de cada uno de estos países latinoamericanos han venido celebrando sus respectivas independencias, en una sinfonía de colores, sabores y ritmos; las latinas en especial, se han unido a los esfuerzos para que las celebraciones de estos países suramericanos se festejen en un abrazo fraterno y bolivariano, que realice desde la Unión Americana, el sueño de una Hispanoamérica unida.

The Navy, Nuclear Engineering, and New Dreams

Photo caption by Sierra Guenst: Esperanza Academy co-valedictorians Reilly Colon (left) and Alex Jaquez-Peralta (right) celebrate their achievement during the Senior Awards Ceremony along with Director of Student Success, Lori Walinsky (middle).

For the first time in Esperanza Academy’s history, this year’s graduating class had not one but two valedictorians. Seniors Reilly Colon and Alex Jaquez-Peralta finished their high school careers with incredibly close grade point averages (GPAs) and made the admirable decision to share the title of valedictorian. They both studied in Esperanza Academy’s engineering major, one of twelve majors available for students to explore during their high school years. They also both took a hefty load of Advanced Placement (AP) classes, which provide students with access to college-level study and may allow them to earn college credits upon passing AP exams. Alex will be attending Massachusetts Institute of Technology (MIT) this fall for computer science; you can read his story here. Reilly is navigating a change in plans as he switches his ambitions toward nuclear engineering at Penn State University.

Reilly had his eyes set on the Naval Academy in Annapolis, Maryland; it was something he had been planning for and dreaming about for quite some time. After his initial acceptance into the Naval Academy Preparatory School, his acceptance was later revoked due to medical reasons. Despite this upsetting news, Reilly dreamed a new dream and made plans to study nuclear engineering at Penn State. Reilly explained, “I am choosing this plan because even if I failed one of my main goals in life, I need to move forward and focus on what I can do, rather than what is in the past. The ocean never stops flowing for an overturned boat. Moving forward is the key to life.”

Throughout his time at Esperanza Academy, Reilly consistently demonstrated that persistent attitude. His academic pursuits, enthusiasm, hard work, and involvement in school activities are evidence of his care for others and commitment to excellence. Speaking of the support he received during his school years, Riley said, “I had plenty of teachers always willing to help and give their advice with their experience, and it has helped plenty. Senior Seminar helped me figure out the process of getting the college process done and how to start on scholarships.”

Reilly shared his goals for his new pursuit: “Nuclear engineering has been my second goal in life, right behind serving in the military. To me, nuclear engineering is not just a job, but something of the future. A world of cleaner energy, one with few drawbacks, and the safest statistically speaking compared to almost all other energy types. To not do something about our current state of climate will lead to nothing other than the suffering of everything on Earth. By being a nuclear engineer, I hope to at best change the entire field and advance it to a whole new stage, or at minimum create a cleaner future for not just humans, but every living creature on God’s earth.”

Esperanza Academy is proud of Reilly’s leadership and persistence, and we are grateful for his contributions to our school family. We are excited to see all that our graduates will accomplish, and are rooting them on as they take the next steps in their journey.

Reyna Navarro & «Mercado de Latinas»

Reyna Navarro fundadora del grupo “Mercado de Latinas” y propietaria del negocio Artesanía Mundo de Queen, participando en el evento Latin American Thrives en Love Park. (Foto de archivo: Mary Luz Marques)

A few weeks ago, I visited the Mexican entrepreneur Reyna Navarro at her «Artesanía Mundo De Queen» store at 1825 S. 8th Street in Philadelphia. As I approached her establishment, I noticed a large mural painted by Mauro Carrera adorned with Mexican cultural motifs. The yellow color on the wall background, used as a canvas, silently invited me to a world full of creativity where love for cultural roots is proudly displayed.

Upon entering the store, I saw a lot of Mexican handicrafts. Reyna was behind the counter, and she greeted me when she noticed my presence. We started talking for a long time. I congratulated Reyna on her beautiful and prosperous business. She recalled starting to sell handicrafts at neighborhood fairs with only $200 in savings that she had at that time. The coronavirus pandemic forced her to create a more stable and lasting source of income for herself and her family.

Reyna recalled her numerous sacrifices to save up and pursue her ultimate goal of owning her own store. Gathering her family, she engaged in a heartfelt conversation, stressing the importance of their collective collaboration and support in this new chapter of her entrepreneurial journey.

As the head of the family, Reyna began cutting expenses at home and only kept the most essential services for the basic functioning of the household. She affirms that her husband has always supported her in achieving this ambitious dream.

During our conversation, and like any good salesperson, Reyna showed me some items she had for sale. My visit was not only to greet her but also to buy a hand-embroidered belt made by indigenous artisans living near the city of San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Mexico. In this way, the small businesswoman also helps promote the local economy of her country. She also showed me some colorful thread shawls typical of her beloved Mexico.

During the pleasant conversation, she told me about the «Latinas Market» project. She has been working on this ambitious idea with a group, mostly consisting of women who sell various cultural items. As the founder, she aims to encourage small business owners to pursue their own entrepreneurial dreams. This association supports each other and explores creative ways to sell their items at local fairs around the city of Philadelphia and in innovative and improvised galleries in Latino businesses, such as the Peruvian restaurant Brazas BBQ Chicken, for example.

This first Latin artisan gallery is on South Street in downtown Philadelphia. As I walked towards the Peruvian restaurant, I noticed another Latin restaurant along the way, «El Puyero,» highlighting the flavor of Venezuelan cuisine. During the weekend, that area is heavily trafficked by many visitors who want to explore the commercial establishments in the area. As I stepped into Brazas BBQ, my gaze was immediately captivated by the vibrant Peruvian flag, proudly displaying its striking red and white colors. To my left, a captivating artwork depicting the revered Lord of Miracles (El Señor de los Milagros) caught my attention, beautifully reflecting an integral aspect of their rich culture to the diners. 

Artículos artesanales del grupo de empresarios de “Mercado de Latinas” en la primera galería localizada en el restaurante peruano Brazas BBQ, en South Street. (Foto: Página de @Mercadodelatinas en Facebook)

After savoring some fried yucas (cassava) with huancaína sauce, (the preparation includes evaporated milk, yellow chili pepper, crackers, cheese, salt to taste, and vegetable oil) and enjoying a delicious roast chicken, some tasty green pasta with fried chicken Milanese (milanesa de pollo), and drinking the traditional purple corn refreshment (chicha morada) in the company of my husband, I began to observe the products for sale and read the narratives, written in Spanish and English, of each of the vendors exhibiting at the counter. For example, I found the stories of the following small business owners:

Xiquipilli-Martinez. This business was recreated in 2021 by Victoria Martinez to continue her father’s legacy, Don Adan. The word Xiquipilli comes from the Nahuatl language, meaning «basket.» This object is used for food transportation by the locals living in the Mexican mountains. 

The tale unfolds with Don Adan, who was the proud owner of a small business nestled in the mountains of northern Puebla, Mexico. Amid the pandemic, he took it upon himself to embark on an initiative, offering a helping hand to local artisans by showcasing and selling their exquisite creations in his store. This endeavor provided a valuable platform for these talented individuals to exhibit their products and present them as a viable sale option for the public.

The selling strategy this group of local artisans used was the door-to-door method. In those difficult moments of the pandemic emergency, no one wanted to open their doors to buy any objects for fear of coronavirus transmission. After her father’s passing, Victoria continues his legacy by helping to activate the local economy of artisans in this region of Puebla.

Pupuseria y Artesanía Leticia. Zulma Guzmán started this business in 2019 to help artisans from El Salvador. Driven by a deep yearning to reconnect with her Salvadoran roots and share the cultural abundance of her homeland, Zulma embarked on the journey of creating this business. Through these products, she introduces the work crafted by artisan’s hands using traditional techniques and supports, at the same time, the local economy of those lesser-known Salvadoran regions abroad.

Pupuseria y Artesanía Leticia de la salvadoreña Zulma Guzmán, participando en el evento Latin American Thrives en Love Park. (Foto de archivo: Mary Luz Marques)

Mantas y Bordados Rosy. This project was born during the pandemic. Rosario Sánchez Luna uses different weaving techniques such as cross-stitch, backstitch, honeycomb, and petatillo (straw lines) to create innovative pieces for daily use and garments like scarves and hats. Rosario meticulously handcrafts each of her creations, following a specific process and investing considerable time in elaboration.

Lili Daliessio Designs. Lili Daliessio’s love for Colombian culture led her to create a small fashion and indigenous clothing design company using eco-friendly materials. In this way, she supports women who are victims of domestic violence, indigenous people, and homemakers. This group of artisans also manufactures their products to sell and generate income resources to become independent women.

Mochi Bay Bags. It offers handmade articles crafted by indigenous people from the northern region of Colombia, in the Guajira Peninsula.

Mochi Bay Bags promueve artículos confeccionados por indígenas colombianos. (Captura de @mochibaybags en Instagram)

Our Hope. The friendship bond shared between Whitney Banawa and Celia Cintron brought them together, igniting a collaboration to craft captivating decorative pieces infused with aromatic elements within their candles. Their imaginative and innovative designs set them apart in their artistic creations.

Artesanía Mundo de Queen. Reyna Navarro is the owner of this Mexican artisan products business. Like the others on this list, she helps promote the local economy of her country.

La mexicana Reyna Navarro frente a su local “Artesanía Mundo de Queen” localizada en el sur de Filadelfia. El mural fue pintado por el artista Mauro Carrera. (Captura de @artesania_mundo_de_queen en Instagram)

The «Latinas Market» initiative empowers and supports Latina women and entrepreneurs. As the name suggests, its mission is to foster the growth of this community. Over time, the group has expanded, welcoming fellow business owners who aspire to start their own enterprises. Together, they offer diverse, high-quality products that showcase rich cultural traditions. Each handmade item carries a unique story, crafted with passion and expertise by women and men artisans. These creators employ traditional methods that have stood the test of time, intending to contribute to the essence of their regional cultures with customers.

People wishing to participate in this global economy model can use the Zelle or Venmo mobile applications to make payments. If you would like to learn more about this initiative of Latino entrepreneurs and the products they offer, visit their Facebook page at @Mercadodelatinas.

Let’s support the collective stories of effort, dedication, and tradition behind each product!

Festival Venezolano 2023

Banda musical Jíbaro Con Tumbao. (Foto: Leticia Roa Nixon)

Entre música, comida y venta de artesanías se celebró el 212 aniversario de la independencia de Venezuela el pasado 15 de julio en Lighthouse Field de la Avenida Erie en el noreste de Filadelfia.

Los organizadores del festival fueron Emilio Buitrago, cofundador de Casa de Venezuela, la abogada Alba Martínez, directora de Radio Lab y La Guagua, y Gerard Silva, director de exhibiciones y participación comunitaria de Fleisher.

Quince de los vendedores presentes son parte de El Mercado Cultural, una iniciativa de Fleisher enfocada en aportar recursos creativos y de mercadeo, de forma gratuita, a nuevos comerciantes, dueños de restaurantes y vendedores en los mercados.

La intención de Fleisher es capturar la intersección natural entre el arte y el comercio al brindar talleres, debates y clases para los participantes del programa. Una de las organizaciones con las que colabora es Casa de Venezuela.

La venta de artesanías de México, Colombia, Guatemala, El Salvador y Venezuela entre otras, engalanó este festival.

Reconocida por su trayectoria cuando fue directora de Congreso de Latinos Unidos, entre otras organizaciones, Alba creó Ritmo Lab, una compañía de producción de medios y etiqueta musical, que combina el poder de las artes y la narración de historias para celebrar la vida de las comunidades latinas. También es la fundadora y directora del proyecto de arte comunitario La Guagua 47 y su iniciativa más reciente es la de La Universidad de la Calle.

Mediante Radio Lab, los grupos musicales El Rompe Corazones, de vallenato y cumbia, así como Jíbaro Con Tumbao, Tambor y Caña de música afrovenezolana, amenizaron el festival invitando a las personas a bailar.

Edwin Desamour, director de Lighthouse, estuvo pendiente de que el evento tuviera todo lo necesario. Gracias a las características del espacio a su cargo, hubo varios puestos de venta de comida, factor importante para que los organizadores realizaran en ese lugar el festival que fue todo un éxito.

(Fotos: Leticia Roa Nixon)