La nota completa con Jesenia De Moya Correa Aquí.
Weathering the Housing Crisis:
Philadelphians are experiencing a once-in-a-generation rise in the price of housing, and many are being displaced from their neighborhoods. This isn’t news to anyone who lives paycheck to paycheck; the price of housing has been rising for years, outpacing wages, but in some progressive circles where economic impacts take longer to be felt, they now realize what a Philadelphia built for upper-middle-class and wealthy people would be like (bland, sterile, and bereft of culture). Most current longtime residents would no longer call Philadelphia home, and as usual, Black and Latino communities are dealing with the brunt of the problem.
So, what are our local lawmakers doing to combat the displacement of longtime residents, especially for the Black and Latino people who make up over 60% of the city? Well, they can start by producing low-income housing on a massive scale and pay for it with money from the city’s rainy-day fund. The funds can be turned over to organizations poised to develop homes as soon as possible and on a scale. I can hear the chorus of disagreement now from people who model themselves as fiscal conservatives saying’ “those funds are for emergencies!” “What if a disaster happens and we don’t have ample reserves?” These concerns come from people who don’t see the storm brewing on the horizon of unaffordable real-estate rental and ownership housing stock prices.
If you’ve ever experienced housing instability like I have, you know how disastrous an eviction can be. The human tragedy of working people suffering from homelessness is not a hyperbolic assessment, and Philadelphians can lead in changing this trajectory if we act now. Lawmakers should allocate funds to create units that will accommodate low incomes – not 80% Area Median Incomes (AMI), which equates to salaries far above an average living wage in Philly. Many in the building industry say we have an inventory issue yet are building almost identically unaffordable units. We need houses of all price points, but the lowest should be the city’s priority for production for its current residents.
Also, let’s get away from speaking in slogans and soundbites – rent control sounds sexy until it’s not. Most Philadelphians live in rowhomes, and rowhome communities require an assortment of tools to address the need for rent stabilization that doesn’t vilify small-scale landlords with divisive language and tactics. We should discuss tax exemptions for small landlords, much like the homestead exemption, which would be based on keeping units low-income for 10 years or more. We could charge the Office of Housing and Community Development to certify renters and landlords to ensure abuse of the tax incentive doesn’t occur. We could also increase and broaden shallow rent subsidies to help renters fill the gap that a near-market rate rent would cause – the extra dollars would help working people afford rents where they have otherwise been priced out. These are just a few examples of strategies we should be exploring.
We must also look at auditing the Office of Property Assessment. Since the 2013 reform of how the city values its properties through the Actual Value Initiative, property owners and, by extension, renters have not been able to have predictability for values and thus their tax burden/rent. OPA has consistently valued parts of the city at different times, creating a possible legal conflict with the commonwealth’s uniformity clause on taxation. Some could argue that while tax rates are uniform if valuations are not conducted all at once, people would experience a disparate tax burden. This was compounded when OPA seemingly chose gentrifying areas to conduct valuations after a hiatus caused by the COVID-19 pandemic triggering thousands of appeals. It may be time to reform the 2013 AVI law to create the predictability people with fixed or stagnating incomes need to continue affording their homes.
In short, we need the people we elected to get serious, drop the slogans, be the adults in the room and make sure we tackle displacement instead of holding signs and bullhorns. They have the power to create the policies necessary to address this violent trend of gentrification, and it doesn’t come from a clever tweet.
Las campañas de desinformación electoral perjudicarán más a las comunidades racializadas en las elecciones de 2024

Por primera vez en 247 años de historia del país, un expresidente ha sido acusado de tratar ilegalmente de permanecer en el cargo por otro período de cuatro años en lugar de entregar el poder pacíficamente a un sucesor.
La acusación dice: «A pesar de haber perdido, el acusado estaba decidido a permanecer en el poder”.
Trump después del día de las elecciones el 3 de noviembre de 2020, ha venido sosteniendo que había habido un fraude que determinó el resultado de las elecciones y que en realidad había ganado. Pero «Estas afirmaciones eran falsas y el acusado sabía que eran falsas», dice la acusación. Trump «las repitió y las difundió ampliamente de todos modos, para hacer que sus afirmaciones falsas a sabiendas parecieran legítimas, crear una intensa atmósfera nacional de desconfianza e ira, y erosionar la fe pública en la administración de la elección».
Esta acusación se suma a una serie de juicios pendientes en diversos estados, que van desde la acusación de haber comprado el silencio de una porno star, hasta ordenar ocultar documentos clasificados.
Trump afirmó que «no era más que el último capítulo corrupto en el patético y continuo intento de la familia criminal Biden y su Departamento de Justicia armado» de interferir en las elecciones de 2024. Afirmó que la acusación recordaba a la «Alemania nazi en la década de 1930, la ex Unión Soviética y otros regímenes autoritarios y dictatoriales».
Las encuestas nacionales muestran que Trump es el gran favorito entre los votantes republicanos para la nominación presidencial del partido en 2024. Una encuesta del New York Times publicada el martes horas antes de la última acusación lo mostró empatado con Biden en un 43 % cada uno si los dos terminan enfrentándose por segunda elección consecutiva.

La guerra mediática ya está en curso ante un electorado luchando entre la apatía, la desinformación y hasta las emociones extremas que genera un personaje como Trump, a quien se le odia o se le ama.
En un reporte reciente de la periodista Christine Fernando para AP, retoma como antes de las elecciones de 2020, los anuncios de Facebook dirigidos a votantes latinos y asiático-estadounidenses describían a Joe Biden como comunista. Una estación local afirmó que un cofundador de Black Lives Matter practicaba la brujería. Las imágenes manipuladas mostraban perros orinando en los carteles de la campaña de Donald Trump.
Las informaciones falsas incendian a los sitios de redes sociales que han alimentado la desinformación electoral en las comunidades racializadas.
Según este reporte, a medida que se acercan las elecciones de 2024, las organizaciones comunitarias se preparan para lo que esperan sea una avalancha cada vez mayor de desinformación dirigida a estas comunidades desventajadas y de inmigrantes. Dicen que las campañas personalizadas son un desafío para los votantes susceptibles a las creencias de conspiraciones electorales y a la desconfianza en los sistemas de votación.
“Se están volviendo más complejos, más sofisticados y se propagan como un reguero de pólvora”, dijo Sarah Shah, directora de políticas y participación comunitaria del grupo de defensa Indian American Impact, que administra el sitio de verificación de hechos Desifacts.org. «Lo que vimos en 2020, desafortunadamente, probablemente será bastante leve en comparación con lo que veremos en los meses previos a 2024».

Para algunos inmigrantes que provienen de países con fintas democracias, y en especial para quienes no dominan el inglés, pude resultar más fácil cuestionar la integridad de los procesos de votación en EE. UU. y suscribir las mentiras de Trump de que las elecciones de 2020 fueron robadas.
La autora cita a Jenny Liu, gerente de política de desinformación/falta de información en la organización sin fines de lucro “Americanos Asiáticos que Promueven la Justicia”, quien considera que: “Cuando piensas en el consumidor típico de una teoría de la conspiración, piensas en alguien mayor, tal vez de un área rural, tal vez un hombre blanco”, dijo. “No piensas en los estadounidenses de origen chino desplazándose por WeChat. Es por eso por lo que, esta narrativa pasa por alto y borra muchos de los daños de la desinformación que enfrentan muchas comunidades de color”.
Además de los temas generales de desinformación sobre las máquinas de votación y la votación por correo, los grupos están dirigiendo sus mensajes a las comunidades de color, dicen los expertos.
Por ejemplo, los inmigrantes de regímenes autoritarios en países como Venezuela o que han vivido la Revolución Cultural China pueden ser «más vulnerables a la información errónea que afirma que los políticos quieren convertir a EE. UU. en un estado socialista«, dijo Inga Trauthig, jefa de investigación del Laboratorio de Investigación de Propaganda en el Centro para la Participación de los Medios en la Universidad de Texas en Austin. Las personas de países que recientemente no han tenido elecciones libres y justas pueden tener una desconfianza preexistente en las elecciones y la autoridad que también puede hacerlos vulnerables a la desinformación, dijo Trauthig.
Sin embargo, hay quienes, justamente por esas experiencias, dicen saber reconocer a un dictador.
Emilio Buitrago, nació en Venezuela y radica en Pensilvania desde hace 25 años, él va contra tendencia a muchos de sus compatriotas, y ha venido haciendo una cruzada en contra de las que considera mentiras escalofriantes, que siguen difundiendo los “trumpistas”.
Los esfuerzos de desinformación están en todos los rubros, y menudo dependen de los temas más importantes para cada comunidad, ya sea seguridad pública, inmigración, aborto, educación, inflación, etc. Según dijo Laura Zommer, cofundadora del grupo de verificación de hechos en español Factchequeado.
“Se aprovecha de su miedo y trauma muy reales de sus experiencias en sus países de origen”, dijo Zommer.

LAS MALAS TRADUCCIONES
Otras vulnerabilidades incluyen las barreras del idioma y la falta de conocimiento del panorama de los medios de EE. UU. y cómo encontrar fuentes de noticias estadounidenses creíbles, dijeron a The Associated Press varios expertos en desinformación. Muchos inmigrantes confían en el contenido traducido para la información electoral, dejando espacio para que los malos actores inyecten información errónea.
“Estas tácticas aprovechan los vacíos de información cuando hay mucha incertidumbre sobre cómo funcionan estos procesos, especialmente porque es posible que muchos materiales electorales no estén traducidos a los idiomas que hablan nuestras comunidades o que no estén disponibles en los formularios a los que es probable que accedan”, dijo Clara Jiménez. Cruz, otro cofundador de Factchequeado.
La desinformación también puede surgir de malas traducciones. El Instituto Brookings, un centro de estudios sin fines de lucro, encontró ejemplos de errores de traducción en grupos de WhatsApp colombianos, cubanos y venezolanos, donde «progressive» se traduce como «progresista», que tiene «connotaciones de extrema izquierda que se acercan más a las palabras en español ‘socialista’ y ‘comunista’”.
La desinformación circula veloz y de manera masiva en aplicaciones de redes sociales como WhatsApp y WeChat, y en grupos de sitios de redes sociales como Facebook, muy utilizadas entre los inmigrantes.
Los espacios más privados están encriptados y los moderadores o los verificadores de datos no pueden verlos ni rastrearlos fácilmente.
“Como resultado, los mensajes en aplicaciones como WhatsApp a menudo pasan desapercibidos y se les permite propagarse y propagarse, en gran medida sin control”, dijo Randy Abreu, asesor de políticas de la Coalición Nacional de Medios Hispanos, que lidera la Coalición de Desinformación en español.
Abreu también expresó su preocupación por los canales de YouTube y los programas de radio en español que están creciendo en popularidad. Dijo que la coalición está rastreando a más y más personalidades de radio y YouTube que están difundiendo información errónea en español.
Un informe de 2022 del grupo de vigilancia de tendencia izquierdista Media Matters rastreó 40 videos de YouTube en español que difundían información errónea sobre las elecciones estadounidenses. Muchos de estos videos permanecieron en la plataforma, a pesar de violar la política de desinformación electoral de YouTube, según el informe.
Según María Teresa Kumar, presidenta fundadora del grupo de defensa sin fines de lucro Voto Latino; en medio de los cambios en las políticas de votación a nivel estatal y local, la desinformación se acrecienta frente a las elecciones del 2024, teniendo como target a comunidades asiáticas, negras y latinas, ya que han ganado poder político.
Según ella, la desinformación está destinada a ser una especie de táctica de supresión de votantes para estas comunidades y de una manera que alimenta sus preocupaciones de que el sistema está en su contra.
Las tácticas también alimentan una historia «tan antigua como la era de Jim Crow de intentar privar de sus derechos a las personas de color, que se remonta a los esfuerzos de intimidación y supresión de votantes después de la Ley de Derechos Civiles de 1866», dijo Atiba Ellis, profesora de derecho en Case. Facultad de Derecho de la Universidad de Western Reserve.
Si bien se espera que resurjan muchas de las mismas afirmaciones recicladas sobre presuntos fraudes en las elecciones de 2020 y 2022, los expertos dicen que las campañas de desinformación probablemente serán más sofisticadas y granulares en los intentos de dirigirse a grupos específicos de votantes de color.
Trauthig también expresó su preocupación sobre cómo los despidos y la inestabilidad en las plataformas de redes sociales como Twitter, lo que puede contribuir a menos preparación para abordar la desinformación en 2024.
Además, aún está por verse como actuaran las nuevas plataformas de redes sociales como Threads Los cambios en las políticas, y como el lanzamiento de la función de «Comunidades» de WhatsApp que conecta varios grupos y la expansión del tamaño de los chats grupales, pueda afectar a la propagación de información no verificada.

CONTRARRESTAR DESENMASCARANDO LAS MENTIRAS
En respuesta a la creciente amenaza de desinformación, Indian American Impact está intensificando sus esfuerzos de verificación de hechos a través de lo que la organización dice, es el primer sitio web de verificación de hechos específicamente para los estadounidenses del sur de Asia.
Cruz de Factchequeado está prestando mucha atención a la información errónea en los estados indecisos con poblaciones latinas significativas como Nevada y Arizona. Y Liu, de Asian Americans Advancing Justice, está revisando las tendencias de desinformación de elecciones anteriores para elaborar estrategias sobre cómo vacunar a los votantes asiático-estadounidenses contra ellos.
Los críticos instan a las empresas de redes sociales a invertir en moderación de contenido y verificación de hechos en idiomas distintos al inglés. Los funcionarios gubernamentales y electorales también deberían hacer que la información electoral sea más accesible para quienes no hablan inglés, organizar capacitaciones de alfabetización mediática en espacios comunitarios e identificar «mensajeros confiables» en comunidades de color para ayudar a abordar las tendencias en las narrativas de desinformación, dijeron los expertos consultados por AP.
“Estos no son grupos monolíticos”, dijo Cruz. “Esta desinformación se adapta muy específicamente a cada una de estas comunidades y sus miedos. Por lo tanto, también debemos asociarnos con organizaciones de base en cada una de estas comunidades para adaptar nuestros enfoques. Si no nos tomamos el tiempo para hacer este trabajo, nuestra democracia está en juego”, agregó Cruz.
Otra de las organizaciones que han estado participando en la lucha por defender la verdad “verdadera” es la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados, (NALEO) por sus siglas en inglés, que es una organización sin afiliación partidista, que ha lanzado una campaña del Fondo Educativo para mejorar la habilidad de los miembros y líderes de la comunidad para contrarrestar la desinformación, la información errónea y la información maliciosa (MDM por sus siglas en inglés) y está dirigida a la comunidad latina que relacionada con la participación cívica.
Con el enfoque de hacer más accesible la información en español para las elecciones del 2023, Impacto forma parte de la iniciativa liderada por la Fundación Lenfest, que con el apoyo de la Fundación William Penn, la Fundación Knight, Comcast, la Fundación Wyncote y varios donantes individuales, el Instituto organizó Every Voice, Every Vote, una coalición de grupos comunitarios y organizaciones de medios de toda la ciudad para elevar las diversas voces de Filadelfia, informar a los votantes y promover la acción cívica en torno a las elecciones de la ciudad de Filadelfia de 2023. Este esfuerzo incluyó una inversión de más de $1.5 millones en apoyo de subvenciones a una coalición de 63 medios y organizaciones comunitarias asociadas que produjeron colectivamente más de 400 informes de noticias, 70 foros públicos y eventos comunitarios y 20 guías para votantes, llegando a todos los vecindarios de Filadelfia en los 13 idiomas más hablados en la región.
Todos los esfuerzos para defender la democracia son loables, pero la importancia máxima reside en quien decide informarse, o desinformarse.
El reportaje de AP al que se refiere esta pieza, fue publicada originalmente el 28 de julio, 2023, y reproducida por Impacto un el 29 de Julio.

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Los desafíos de las elecciones del 2024 y la polarización desinformada

A medida que nos acercamos a las elecciones del 2024, el ambiente electoral se caldea, y los grupos de vigilancia empiezan a encender sus alarmas para evitar que haya una manipulación masiva a los votantes que afecte el libre ejercicio de la democracia. Ya se ha visto como el trabajo de los “trolls” puede influir desde lejos para inclinar unos resultados.
Sin embargo, en la raíz y origen de estos temores, hay un factor del que todos somos en alguna medida responsables; el fenómeno de la extrema polarización que nos afecta, y que poco a poco nos ha ido separando como pueblo en dos bandos que se miran con profunda sospecha y desconfianza, perdiendo de vista que Estados Unidos prosperó durante siglos, no solo por tolerar la convivencia entre visiones divergentes del mundo, sino incluso por celebrarla como un motivo de riqueza nacional y cultural, y como una evidencia de madurez política y democrática.
Se sigue recrudeciendo el ambiente que ha venido tomando como target político, a grupos minoritarios, comunidades negras, e inmigrantes de primera y segunda generación; se teme que se les puedan adoctrinar con teorías conspirativas, que lleve a tomar decisiones electorales contrarias a sus mismos principios, presas de la más aguda manipulación.
De aquí la importancia de concientizar a cada votante sobre la necesidad de leer, estudiar, informarse bien, de comprobar las fuentes, de aprender a detectar las “Fake News” con mirada perspicaz; para poder realizar una opción política meditada y consciente.
Pero es posible que, más allá de la invitación a formarse y a hacer chequeo y contra chequeo de las fuentes para no caer en engaños, debamos interrogarnos sobre qué factores han permitido esta “ruptura” del alma de América en dos pedazos, al parecer, hoy día irreconciliables.
Hallar una respuesta honesta y no ideologizada de esta enfermedad política tal vez requiera empezar por reconocer las “faltas” que cada orilla ha ido cometiendo, con muy poco análisis profundo y autocrítica, que lleve a moderar los prejuicios y el discurso de creciente agresividad que nos está golpeando.
Para buena parte de los críticos demócratas, los republicanos quieren perpetuar un estatus-quo donde los ricos siempre se mantengan en la elite, mientras las clases populares trabajen mucho y ganen poco; lo señalan de anacrónicos e intolerantes frente a las nuevas concepciones de familia y de aferrarse a la heteropatriarcal; se les acusa de ser antinmigrantes, y haber olvidado de donde provienen, en un país que ha crecido sobre los hombros de sus antepasados quienes también fueron inmigrantes. También se les critica de querer favorecer la supremacía étnica, y no respetar otras religiones e ideologías, fuera de su deformada “moral” judeocristiana.
Por su parte, conservadores acusan a los liberales demócratas, de favorecer el asistencialismo hacia quien no se esfuerza por trabajar con disciplina y emprender; de querer un estado que multiplica los impuestos y de querer destruir la familia tradicional fundada en la naturaleza. Los acusan de promover el aborto, más allá de descriminalizarlo; de querer acabar con la masculinidad y la feminidad conduciendo a los niños hacia la cultura “trans” y de promover el anticristianismo.
Además del desafío de poder revalorar los juicios extremos, está el del recuperar el verdadero sentido de la palabra “democracia”, que en su esencia está el permitir la convivencia pacífica entre personas que tienen muchas ideas y formas de entender y concebir la vida social.
Desde el exterior se observa un país, sorteando muchas crisis, donde lejos de avanzar como se pretende estar haciendo, parece que se retrocede. En su reciente libro “Manhood”, Josh Hawley habla de “las virtudes masculinas que América necesita”, e intenta demostrar que no todo lo conservador es anti-moderno, que no todo lo ordenado es anti-democracia, que no todo lo “masculino” es antifemenino, y que preservar valores como austeridad, decencia, amor al trabajo, respeto a las creencias ajenas, o mantener ideas y prácticas que por siglos han producido buenos resultados para la mayoría, es una elección inteligente en la historia de las grandes naciones; mientras que decretar que “todo lo antiguo es malo y solo lo nuevo es bueno”, puede llevar a las sociedades a echar por la borda el gran patrimonio de conocimiento, fortaleza, pertenencia y resiliencia que las hicieron grandes sobre la faz de la tierra.
“Reclamar con responsabilidad a lo que tenemos derecho en este país” – Jesenia De Moya Correa

Este verano el periodismo hispano y latino de los Estados Unidos recibió la noticia de que la domínico-estadounidense Jesenia De Moya Correa fue nombrada la nueva directora de la iniciativa para medios latinos del Centro de Medios Comunitarios de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY).
Jesenia es un rostro conocido en Filadelfia, donde por su paso recorrió varios barrios y abrió oportunidades al luchar para que The Inquirer publicara un contenido que reflejara mejor el rostro diverso de las comunidades latinas de la ciudad y, sobre todo, en su propio idioma.
Entrenada en periodismo multimedia, ella creó la versión en línea en español del periódico, llamada El Inquirer, para ofrecer reportajes y contenidos que dieran servicio a los latinos en el área metropolitana de la región.
La quisqueyana ganó el premio especial Lenfest Institute Diverse Journalist Award en 2022, que entrega la Asociación de Medios Noticiosos de Pensilvania, y tras este nombramiento, ahora se convierte en la primera dominicana en liderar ese prestigioso programa, en donde su impacto podrá extenderse a lo largo del país.
En una charla de Impacto con Jesenia, la periodista compartió algunas de sus inquietudes, desafíos y de lo que ha aprendido en estos años de ejercer el periodismo en diversos escenarios y para diferentes públicos. En especial escuchando sobre las necesidades, las dificultades y las esperanzas de los miles de hispanos que inmigran a esta nación, buscando un futuro mejor.

PERIODISMO EN ESPAÑOL Y DE INTERÉS ESPECÍFICO
Jesenia está muy entusiasmada con las grandes posibilidades que le abre esta nueva posición. La mujer de medios opina que el periodismo comunitario es la mejor herramienta para poder conocer y entender a fondo las necesidades y las prioridades de las personas y las familias. También resalta la necesidad de potenciar al periodismo verde. “Comencé a hacer reportería científica y medioambiental en República Dominicana en 2012, sabiendo que el turismo es una sus fuentes económicas más grandes, el trabajar por el desarrollo turístico desde la sostenibilidad me llevó a una serie de reportajes de mucho impacto que me merecieron el premio nacional en ese tipo de reportería”.
Ya en Estados Unidos, la periodista entendió rápidamente la problemática que para los latinos genera el vivir concentrado, en especial en las áreas urbanas, donde casi no tienen acceso a espacios verdes y de naturaleza limpia.
Como es el caso de Filadelfia, la mayoría viven en barrios con demasiado asfalto y sin la sombra generada por los árboles, y a menudo desaventajados por las políticas de salud pública, en desiertos de áreas verdes, comida saludable y accesible, y centros de salud.
Al darse cuenta del efecto que eso tenía sobre la salud mental, empezó a cambiar el foco de su reportería de lo ambiental hacia lo climático. “Los latinos estaban siendo segregados por políticas públicas sobre construcciones urbanas, empleadores y muchas otras cosas que afectan la salud; por ejemplo, el calor extremo nos afecta más a los latinos que a otros grupos”, considera.
En sus reportes cubrió el tema de los jardines que, en Filadelfia están surgiendo sobre todo por la gente, empoderando a las personas para decir: “nosotros necesitamos un espacio donde llevar a nuestros hijos a jugar, donde no estén a riesgo de que un carro los choque, o donde no tengan que estar afectados por la violencia armada y las balaceras”.
La también reportera de a pie resalta la magnitud del desafío que está comenzando, y que tiene su origen en lo que hizo en la ciudad de EE.UU. más grande con el más alto índice de pobreza. “Una gran enseñanza que me llevo de Filadelfia es que he trabajado con intención pura, escuchando con atención y en profundidad a las personas; es lo que me ha permitido entender y trabajar por lo que la gente quiere y necesita; y es esto lo que te empodera y te abre puertas. Me llevo la experiencia de cuatro años siendo la reportera para las comunidades latinas dentro de un periódico muy grande, pero que por más de 190 años nunca hizo una cobertura responsable y digna hacia esas comunidades”.
Es este estilo de periodismo comprometido con la comunidad y al servicio de sus intereses lo que ha llevado a Jesenia hasta este nuevo logro. “Ahora, desde CUNY yo llevo esta experiencia a una escala nacional, donde básicamente tendré la responsabilidad de escuchar a gerentes, directores, editores y las personas que representan los medios que están sirviendo a las comunidades latinas, para ayudarles a que hagan su periodismo de una manera mejor, más profesional, que les permita entender en profundidad qué es lo que se debería de hacer para hacer un periodismo rentable… eso me entusiasma muchísimo”.

ESTAR BIEN EQUIPADO Y LA TRAYECTORIA CUENTA
Durante una década de ejercicio periodístico en EE.UU. y Rep. Dom., De Moya Correa, se ha destacado como una de las periodistas latinas que han promovido cambios sustanciales en el modo de ejercer el periodismo. En 2018 se convirtió en la primera periodista hispana nombrada para cubrir las noticias de las comunidades latinas en el área metropolitana de Filadelfia para el periódico The Inquirer, uno de los de mayor tiraje y el tercer más longevo del país. Ha venido recibiendo varios reconocimientos, pero sobre todo el de la comunidad hispana, estrechando lazos que perduran, pues ha decidido seguir radicando en Filadelfia.
En esta nueva etapa, no esconde que el nuevo desafío le provoca respeto y un poco de nervios; “claro que sí; es que estamos hablando de más de 600 medios noticiosos; medios que atienden a una población aproximada de 60 millones de personas, que hablan español, inglés y portugués; por eso estoy tratando de enfocarme en el liderazgo que esto va a conllevar; y espero traer aquí la experiencia y el aprendizaje de lo que a nivel micro pude hacer en Filadelfia. Pero también estoy escuchando mucho, creando estrategias, lineamientos para buscar el mejor modo de apoyar a esos periodistas y operadores de medios, en un tiempo en el que el modelo de negocios en el periodismo está en una transformación completa”.
La comunicadora dominicana es consciente de los grandes retos que hoy tiene la tarea del periodista, por ejemplo, frente a las redes sociales; donde hay “influencers” que a menudo tienen más impacto, que el de un periodista o de un medio comunitario.
“Sin embargo, el periodista es el que entrega una información que ha sido obtenida de primera fuente o que ha sido verificada; el periodista es el profesional que está éticamente equipado para llevar una información que sea justa y veraz; y eso tiene su valor” reitera
“Es un desafío cómo enseñar a las personas a distinguir entre el periodista y el ‘influencer’; y luego, si existe la cultura para que esas personas inviertan, paguen por el trabajo periodístico de calidad; aun a sabiendas que el trabajo periodístico a veces es antipático; a veces tenemos que llamar a capítulo a los funcionarios en orden a la transparencia, y eso es un trabajo no muy chulo ni sexy de hacer. Jeff Jarvis, el director del Centro para Periodismo Emprendedor en la Escuela para Periodismo de CUNY, había propuesto hace diez años, óyeme, hace diez años que ese intelectual de los medios y un visionario muy respetado a nivel nacional dijo que ‘el periodista tiene la capacidad de organizar y de ayudar a la gente a organizarse para mantener a la sociedad en transparencia’”.
Por eso ella quisiera avanzar con esta idea de que hay que ir todavía más allá del periodismo, para poder marchar hacia una sociedad más inclusiva.

Jesenia De Moya Correa se ha convertido desde el pasado mes de junio en la primera periodista dominicana en dirigir el programa para medios latinos de la Univervidad de la Ciudad de Nueva York, CUNY.
CAMBIAR LA NARRATIVA DESDE ADENTRO
Ante la problemática de la desinformación, la manipulación, y la imagen distorsionada que abona a la incoherencia al querer mandar un mensaje propositivo de la cultura latina, la también maestra universitaria, lamenta que, por ejemplo, las narconovelas que glorifican al crimen y a los capos ayuden a mantener esos clichés sobre las mujeres hispanas. “Yo no quiero ser siempre vista como la sirvienta, o como muchacha que se rebusca por allí y se vende por dinero; y son cosas que vemos que se replican una y otra vez, no solo en los mainstreams latinos, sino también en inglés. Entonces, eso ayuda a mantener ese prejuicio de que los hombres latinos son todos criminales; esa percepción de que la migración es una vaina mala. Pero es porque seguimos, teniendo gerencias que apoyan ese tipo de producciones. Tenemos que lograr acabar con ese tipo de gerencia, para que los medios locales nos abran mayores espacios y podamos reclamar lo que nos hemos ganado los hispanos, que tenemos mucha responsabilidad hacia el futuro de este país”.
Jesenia también cree firmemente que los medios hispanos y comunitarios podrían colaborar más entre ellos; para bien de las comunidades y para bien de los medios. “Otro asunto que he escuchado es que hay interés en las colaboraciones. Hay gente que está muy interesada en colaborar, por ejemplo, en espacios regionales, en Illinois específicamente, hay medios que están sirviendo hacia adentro, y que tienen audiencias fuera de allí, y para eso, para ofrecerle algo sustancial a esas personas, quisieran hacer colaboraciones con otros medios latinos que estén produciendo contenido, por ejemplo, en Arizona, en Nuevo México, o en la Florida, y que a su vez estén interesados en saber lo que está pasando en Illinois”.
Al final de la charla con nuestra editora Perla Lara, Jesenia a petición de su colega, le expresa sus reflexiones sobre su función. “El trabajo del editor es el trabajo más duro; a veces el editor es el más antipático y odiado, pero periodísticamente siempre ha sido así; inclusive, en el periodismo gringo le llaman ‘pasarse al lado oscuro’, porque encima de que ya no sales a reportear en la calle ni tienes ese contacto directo con las fuentes, ahora pasas a gestionar no solo el contenido, sino el recurso humano; y eso es siempre resulta una tarea compleja. Por eso valoro mucho el trabajo que hacen ustedes aquí, y me enorgullece que cada vez más la gerencia de los medios de comunicación está siendo llevada adelante por mujeres. Gracias por el trabajo que vienen haciendo”.
Otra de las conclusiones de la nueva directora, es que los latinos no solo son de vital importancia para este país, donde en un futuro cada vez más próximo, serán parte integral de su liderazgo en todos los sectores, también considera que el futuro de America Latina, depende de lo que los latinos hagan en este país.
Desde Impacto le deseamos éxito en su nueva veste periodística, a sabiendas de que el triunfo de un latino es en parte el de una comunidad entera, en particular la hispana que crece y se desarrolla por un bien común, y sin fronteras.

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Jesenia De Moya Correa se especializa en la producción de contenidos multimedia para las comunidades latinas sobre ciencias y medio ambiente.
Estudió comunicación social en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra en la República Dominicana, cursó un postgrado en comunicación y periodismo digital en la Escuela de Negocios para la Innovación y los Emprendedores de España y obtuvo una maestría en periodismo bilingüe en la Escuela de Periodismo para Graduados de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, donde obtuvo una especialización en la cobertura de salud y ciencias para las comunidades latinas.
Inició su carrera periodística con el periódico Listín Diario de República Dominicana en el año 2012. Por el enfoque y la profundidad de su trabajo periodístico fue otorgada el Premio Nacional de Periodismo Turístico 2013, en la categoría Turismo Sostenible. En el país caribeño también trabajó para Radio Santa María, antes de regresar a Estados Unidos en el año 2015.
En la industria del periodismo estadounidense, Jesenia ha cubierto la diáspora dominicana y las comunidades latinas en general para El Diario/La Prensa, City Lab, Voice of America y otros. En el 2018 y hasta el 2022 se desempeñó como una pionera en la cobertura periodística para las comunidades latinas en el periódico The Philadelphia Inquirer, creando el espacio digital en español El Inquirer.
Pagando el precio del cambio climático

Esta semana la temperatura en Houston subió a más de 38 grados celsius. Me gustaría decir que fue la excepción, pero lamentablemente no lo es. Durante las últimas semanas las temperaturas arriba de los 38 grados se han hecho habituales, no sólo en Texas sino en la mayoría de los estados del centro sur y oeste de Estados Unidos. Julio fue el mes más caluroso registrado en el planeta hasta la fecha y el más caliente en unos 120.000 años.
Han pasado ya semanas desde que comenzamos a hablar de la nueva ola de calor. El problema es que las olas vienen y se van, mientras las temperaturas altas sostenidas este verano nos han demostrado que más que hablar de olas, estamos enfrentándonos a la realidad extrema del cambio climático. Una que impide a nuestros hijos jugar en los parques sin sofocarse, una que aumenta las posibilidades de muerte de los trabajadores al aire libre expuestos al sol durante varias horas; una que está afectando directamente a nuestro bolsillo al aumentar el precio de la gasolina.
El calor extremo está impidiendo que las refinerías, que convierten el petróleo en productos utilizables como la gasolina, funcionen a pleno rendimiento. ¿Será ahora entonces que la industria del gas y petróleo abrirá los ojos frente al daño que han causado? No olvidemos que ellos son el mayor impulsor del cambio climático, ya que representan más del 75% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y casi el 90% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono.
Los grandes ejecutivos de la industria del petróleo son los primeros en ignorar esta realidad cuando las ganancias son consistentes. Las cinco mayores compañías de gas y petróleo – ExxonMobil, Shell, BP, Chevron y ConocoPhillips – anunciaron sus ganancias para el segundo trimestre de este año, que alcanzaron un total de $23.540 millones para 2023, sumando a sus arcas, que el año pasado se dispararon hasta alcanzar la cifra récord de $400.000 millones.
Al final quienes pagamos la cuenta con nuestra salud dinero y bienestar somos los consumidores, quienes sufrimos con el calor sostenido y pagamos más en la gasolinera.
A escala nacional, el precio de la gasolina ha subido a casi 29 centavos en comparación con hace un mes. Si no dejamos de depender de la industria del gas y el petróleo, seguiremos siendo vulnerables a su volatilidad. Sobre todo ahora que el cambio climático está afectando sus propias prácticas.
Si nos mantenemos igual, nuestras comunidades serán las más perjudicadas. Según la Agencia de Protección Ambiental, de no detener el calentamiento de nuestro planeta, los latinos tendremos un 43% más de probabilidades de vivir en comunidades que perderán horas de trabajo por calor extremo.
Nuestra comunidad está consciente de esta realidad. Nos preocupa porque sabemos lo que está en juego. Según una encuesta de BSP Research y Climate Power, el 89% de los latinos expresó preocupación por los precios de la gasolina y una abrumadora mayoría (76%) apoya un proyecto de ley que imponga impuestos a las grandes petroleras para ayudar a pagar las inversiones en energías más limpias, y apoyaría igualmente el aumento de las inversiones en fuentes de energía renovables como la eólica y la solar para sustituir a las fuentes no renovables.
Sabemos que la clave para contrarrestar los peores efectos de la crisis climática, como los fenómenos meteorológicos extremos y los impactos económicos, es la transición a una economía energética limpia, fiable y asequible. Ahora mismo, las inversiones en energía limpia están ayudando a nuestra economía. Desde que se aprobara la Ley para Reducir la Inflación en agosto pasado, se han creado más de 170,000 empleos de energía limpia en 44 estados– alejándonos de la dañina y volátil industria del gas y el petróleo.
Depende de nosotros elegir un mundo con veranos cada vez más calurosos y precios cada vez más caros o adoptar un cambio que es bueno para nuestros bolsillos, nuestra salud y para un planeta habitable para las generaciones futuras.
Recuerdan a las víctimas en el cuarto aniversario de la matanza en una tienda de El Paso

Decenas de personas marcharon este jueves en procesión hasta una tienda Walmart en El Paso (Texas) donde cuatro años atrás un supremacista blanco mató a 23 personas e hirió otras 22, en su mayoría hispanas.
Los manifestantes portaron cruces de madera con los nombres de las 23 víctimas fatales del ataque perpetrado por Patrick Crusius, entonces de 21 años de edad, y quien fue sentenciado este año a 90 términos consecutivos de prisión sin la posibilidad de libertad anticipada.
La procesión continuó hasta un parque donde las cruces quedaron erguidas en soportes en torno a un altar comunitario.
«La Red Fronteriza por los Derechos Humanos aspira a ofrecer un espacio para sanar las heridas y para la resistencia de la comunidad», dijo Fernando García, director ejecutivo de esa organización.
«No podemos olvidar que esta matanza ocurrió como resultado de las débiles leyes de control de las armas de fuego como asimismo por la retórica llena de odio y xenófoba dirigida hacia los inmigrantes y las minorías», añadió García.
Los oradores, que incluyeron miembros del concejo municipal, activistas y clérigos, reiteraron sus demandas para que los políticos actúen en el control de las armas de fuego, y sus denuncias de lo que describieron como «supremacía blanca».
Tras la lectura de los nombres de las personas muertas en el ataque, acompañada por el batir de un tambor y la colocación de ofrendas florales en cada cruz, los organizadores liberaron 23 palomas blancas.
A las hora 10:00 de la mañana, cuando ocurrió el ataque en 2019, sonó una campana en el Parque Memorial de las Víctimas del Crimen.

Ayer miércoles más de 160 organizaciones de derechos civiles enviaron una carta que urge a los congresistas a «denunciar inequívocamente la retórica de supremacismo blanco y antiinmigrante».
Las organizaciones, entre ellas la Liga Antidifamación, el Southern Poverty Law Center, UnidosUS y America’s Voice, solicitan también en la carta al liderazgo congresional condenar el uso de la retórica de odio por parte de congresistas, «y alentar a los miembros de sus bancadas a abstenerse de usarla».
Hoy, el condado de El Paso y la organización de beneficencia United Way han programado para esta tarde otro acto de recordación.
Crusius, quien había adquirido legalmente en junio de 2019 un rifle semiautomático y un millar de municiones, había publicado en las redes sociales textos en los que hacía alusión a «un reemplazo cultural y étnico» y una «invasión de hispanos».
El Paso es una de las ciudades fronterizas más afectadas por el arribo de migrantes, en su mayoría latinoamericanos, y un tema repetido en la retórica de los supremacistas blancos es que los extranjeros reemplazarán a los anglo sajones en Estados Unidos.
El 50 % de agricultores puertorriqueños cambió en 5 años su siembra por líos en producción

San Juan, Puerto Rico.– El 50 % de los agricultores puertorriqueños cambió de cultivo en los últimos cinco años por problemas de producción, según reveló un estudio publicado este jueves por el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico (IEPR).
El «Estudio sobre el Perfil del Agricultor Puertorriqueño» tuvo como objetivo principal recopilar información, datos y estadísticas sobre los agricultores, sus cosechas e incentivos recibidos por el Departamento de Agricultura, Gobierno federal o sector privado, detalló el IEPR en un comunicado de prensa.
El estudio, presentado en una plataforma electrónica a agricultores mayores de 18 años, se llevó a cabo del 30 de mayo de 2023 hasta el 27 de junio de 2023.
El cuestionario electrónico utilizó métodos mixtos, en donde se recopiló información tanto cuantitativa como cualitativa.
El análisis, a su vez, se realizó como parte del proyecto del Instituto Índice de Producción y Demanda de Alimentos para Puerto Rico.
Dentro de los aspectos más importantes que incluyó la encuesta se encuentran la recopilación de información sociodemográfica y posibles barreras y retos que actualmente presentan los agricultores de Puerto Rico.
Entre otros resultados del estudio se resaltó que el 54 % de los encuestados indicó presentar problemas en su negocio por causa de eventos climáticos, y el 64 % de los agricultores dijo que la mayor causa de sus pérdidas por eventos climáticos fue por huracanes.
Asimismo, el 47 % de los agricultores indicó haber tenido que cambiar de ciclo o temporada para sembrar en los últimos cinco años.
Sobre los incentivos económicos y ayudas brindadas a los agricultores, el 74 % de ellos dijo no haber recibido apoyo económico por parte del Gobierno local, mientras que el 47 % de estos indicó haberlo recibido por un desastre natural.
En esta misma línea, el 53 % de los encuestados indicó no haber recibido incentivos o apoyo económico por un desastre natural y un 60 % por causa de la pandemia del Gobierno federal.
Finalmente, el 53 % de los agricultores afirmaron no haber recibido ningún apoyo o servicios para la compra de maquinaria, compra de materiales, alquiler de maquinaria, alguna asistencia técnica, crédito o financiamiento, obtención de un seguro, comercialización ni procesamiento o transformación de sus productos.
El 85 % de los participantes del estudio se identificó como agricultor, mientras que un 14 % se identificó como ganadero y el 1 % como otros.
250 millones de personas sufrieron inseguridad alimentaria en 2022

Doscientos cincuenta millones de personas sufrieron el año pasado inseguridad alimentaria, «la cifra más alta de los últimos años», expuso este jueves ante el Consejo de Seguridad la coordinadora para la prevención y respuesta a hambrunas de la ONU, Reena Ghelani.
Ghelani, que ocupa desde el pasado noviembre este puesto de nueva creación, dedicó su intervención a advertir que la hambruna y la inseguridad alimentaria van inextricablemente ligadas a la existencia de conflictos armados: «El hambre y el conflicto se retroalimentan», dijo.
Concretamente, dijo que todos y cada uno de los siete países donde el año pasado se registraron situaciones que pueden ser calificadas de hambruna sufrían en ese momento un conflicto armado o «niveles extremos de violencia» y de ellos cinco -Afganistán, Haití, Somalia, Sur de Sudán y Yemen- están en la agenda regular de los trabajos del Consejo de Seguridad.
Ghelani también apuntó a las condiciones climáticas como un acelerador de conflictos y de hambre, un «multiplicador de amenazas», según sus palabras, ya que la falta de agua y los desastres naturales se traducen siempre en una competencia extrema por los recursos y el desplazamiento humano.
Y así, de los diez países más expuestos al estrés climático, siete sufren un conflicto y, de hecho, seis de esos siete tienen en su suelo una misión de paz de la ONU o una misión política especial; cuatro de los cuales tienen a un millón de personas a punto de caer en la hambruna, relató.
La diplomática australiana fue la primera oradora en intervenir en esta sesión del Consejo dedicada específicamente a la inseguridad alimentaria y los conflictos, una sesión convocada por Estados Unidos y que fue presidida por su secretario de Estado, Antony Blinken.
Como era de esperar, Blinken cargó en su discurso contra Rusia por haberse retirado de los llamados «acuerdos del mar Negro» para permitir la exportación segura de cereal ucraniano y de alimentos y fertilizantes rusos, y señaló que está retirada y el consiguiente fin del mecanismo va a agravar la situación alimentaria en las regiones del mundo donde ya es más grave.
Los republicanos no se atreven a criticar a Trump por el 6 de enero

Los republicanos que una vez desafiaron a Trump, como la exrepresentante Liz Cheney, han sido expulsados del cargo por los votantes o se han visto obligados a retirarse de forma anticipada.
Cuando el líder del Senado Mitch McConnell se levantó para anunciar su voto y absolver a Donald Trump en el juicio político sobre el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, el republicano aseguró a la población que el expresidente tendría su día en la corte.
“No se ha librado de nada todavía, todavía”, prometió McConnell. “Tenemos un sistema de justicia penal en este país. Tenemos litigación civil. Y los expresidentes no son inmunes a rendir cuentas ante ninguno de ellos”.
Pero mientras Trump se preparaba para comparecer este jueves por cargos federales de que orquestó un esfuerzo sin precedentes para revocar la victoria electoral en 2020 del actual presidente, Joe Biden, el favorito de las primarias republicanas a la Casa Blanca no enfrenta esas advertencias sombrías ni recriminaciones de sus compañeros de partido.
Es un silencio atronador que llama la atención.
Y mientras tanto, el expresidente abre una amplia ventaja sobre los demás aspirantes republicanos a la presidencia. Los que plantaban cara a Trump han desaparecido. En su lugar, el partido que lidera básicamente ha renunciado a criticar sus acciones, contrarrestar sus impulsos o poner límites a su creciente poder.
Los académicos expertos en autoritarismo advierten que es un ejemplo clásico de una democracia en deterioro.
“Volverá a hacerlo”, afirmaba un nuevo anuncio del Proyecto Responsabilidad Republicana, un grupo activista. “A menos que enfrente consecuencias”.
Al encausar a Trump, el Departamento de Justicia ofreció nuevos detalles sobre hasta qué punto el expresidente recurrió a un elaborado plan para revocar la victoria de Biden, hasta culminar con la insurrección del 6 de enero en el Capitolio, un ataque interno sin igual en la historia de Estados Unidos.
La mayoría de los miembros del Congreso experimentaron en primera persona lo sucedido el 6 de enero. Algunos colocaron barricadas en las puertas de la Cámara Baja, otros huyeron a lugares seguros mientras miles de seguidores de Trump sitiaban el lugar.
El líder republicano Kevin McCarthy lo llamó entonces su “día más triste” en el Congreso, y dijo que Trump tenía “responsabilidad” por lo ocurrido.
Después de publicarse el encausamiento de 45 páginas el martes por la noche, McCarthy, que ahora es presidente de la Cámara de Representantes, reaccionó de otra forma. Lo calificó como “el intento del Departamento de Justicia de distraer de las noticias y atacar al favorito por la candidatura republicana, el presidente Trump”.
El cambio entre los congresistas republicanos fue rápido para algunos, inequívoco para otros y ahora, que Trump intenta regresar a la Casa Blanca, prácticamente completo.
Los republicanos que una vez desafiaron a Trump, como la exrepresentante Liz Cheney, han sido expulsados del cargo por los votantes o se han visto obligados a retirarse de forma anticipada. Los que permanecen, como el senador Mitt Romney, son acosados y criticados a menudo por Trump en declaraciones públicas humillantes.
Quedan pocos de los 10 representantes republicanos que votaron a favor del juicio político a Trump por la insurrección en el Capitolio, así como del puñado de senadores que votaron a favor de condenarlo.
En lugar de eso, los congresistas republicanos se centran en investigar a Biden y su hijo, Hunter, por las finanzas de la familia. También en quitar recursos al Departamento de Justicia y revisar el relato de lo ocurrido el 6 de enero de 2021 en un intento de limpiar el historial de Trump.
Una importante aliada de Trump, la representante Marjorie Taylor Greene, que también es cercana a McCarthy, dijo que trabajaría para retirar los fondos a la oficina del investigador especial Jack Smith durante las negociaciones presupuestarias de otoño. También quiere organizar un juicio político al fiscal general, Merrick Garland.
Los republicanos describen los cargos contra Trump como una “instrumentalización” del gobierno federal contra el líder de su partido, una extensión de la pesquisa del Departamento de Justicia sobre la elecciones de 2016 y el primer juicio político a Trump por sus presiones a Ucrania para que encontrara información dañina sobre Biden, más que como el resultado de un año de investigación del departamento sobre el papel del presidente en la insurrección del 6 de enero.
Greene dijo que no se quedaría al margen mientras el gobierno “persigue políticamente” a Trump.












