El caucho y el plástico de las llantas son contaminantes del ambiente, más cuando son abandonados y acumulados en basureros a la intemperie. Además de fomentar el calor.
(Foto: Ilustrativa/EFE/Archivo)
En Puerto Rico se desechan a diario unos 18.000 neumáticos usados, un problema medioambiental y sanitario que varios legisladores promueven que se atienda al convertirse su almacenaje, entre otros, en focos de propagación del dengue.
Legisladores del Partido Nuevo Progresista (PNP) promueven que se atienda la crisis sanitaria y de seguridad provocada por el almacenamiento de los neumáticos usados en Puerto Rico.
El legislador del PNP Ángel Morey señaló que su formación ha solicitado a la Asamblea Legislativa, con mayoría del opositor Partido Popular Democrático (PPD), que atienda el Proyecto de la Cámara de Representantes 700 que busca dar respuesta a la crisis del almacenamiento de neumáticos usados.
La ingente cantidad de gomas usadas tiene como efecto el almacenamiento de neumáticos a la intemperie, lo que en primer lugar provoca un riesgo de incendio y contaminación ambiental.
CAUSA DE PROPAGACIÓN DE MOSQUITOS
Más grave todavía, es causa de la propagación de mosquitos como el Aedes aegypti, transmisor de los virus del dengue y chikungunya, ya que con las lluvias el agua se estanca en los neumáticos y da lugar a los criaderos de mosquitos.
Además, su degradación es prolongada y propicia el desarrollo de vertederos clandestinos. «Puerto Rico es uno de los países del mundo con más automóviles por cada mil personas y eso agudiza el problema», subrayó Morey.
La isla caribeña registra más de 600 automóviles por cada mil habitantes, lo que la sitúa entre los 10 territorios mundiales con más vehículos de motor del mundo, tendencia favorecida por la práctica ausencia de un transporte público eficiente.
PROYECTOS SIMILARES EN EE. UU.
«En estados de EE. UU. como Colorado ya están vigentes proyectos como este y en Florida o Texas se va en esa línea», dijo el legislador, quien indicó que lo primero que supondría contar con una normativa de ese tipo es una ayuda para el medioambiente.
«Se trata de un código de cómo procesar los neumáticos», resaltó, y matizó que si bien no se trata de la solución final al problema sí supondría un paso adelante para aliviar una situación complicada.
Morey dijo que el Proyecto 700 de la Cámara de Representantes establecería qué neumáticos pueden utilizarse y cuáles no, una forma también de evitar que gomas en mal estado puedan ser utilizadas en las carreteras de la isla, con el peligro que eso conlleva.
El proyecto legislativo lo promueve el Ejecutivo del PNP que lidera el gobernador Pedro Pierluisi.
SIN VISTAS PÚBLICAS
Morey lamentó que el proyecto todavía no haya recibido ni una sola vista pública en la Asamblea Legislativa, con mayoría del opositor PPD, un equilibrio de poder que ya ha provocado enfrentamientos entre las dos formaciones.
«La Cámara de Representantes no ha hecho nada para atender la crisis sobre las montañas de neumáticos que arropan nuestra isla. Es como si no fuera importante la salud pública para la mayoría parlamentaria», denunció.
«Tienen en sus manos, desde el 30 de abril, el Proyecto 700, el cual precisamente establece un ordenamiento nuevo para resolver este asunto «, sostuvo.
Lamentó que desde el 1 de mayo el proyecto se encuentre «varado» en la Comisión de Desarrollo Económico, Planificación, Telecomunicaciones, Alianzas Público-Privadas y Energía de la Cámara de Representantes.
Además de los problemas que genera la utilización de neumáticos usados en mal estado, el convertirse en un foco criaderos de mosquitos contribuye al aumento en casos de dengue, zika o chikungunya.
En Puerto Rico, el dengue es una enfermedad endémica cuyos casos de transmisión suelen aumentar durante la temporada más cálida y lluviosa, que, usualmente, sucede entre los meses de agosto a noviembre.
Varias personas esperan fuera de un consultorio médico para vacunarse con la vacuna cubana Abdala contra la COVID-19 hoy en La Habana (Cuba). (Foto: EFE/Ernesto Mastrascusa)
Según la agencia de noticias EFE, Cuba sufre su peor rebrote con récord de contagios casi a diarios y al borde del colapso sanitario en la provincia de Matanzas, donde se acumulan pacientes en los pasillos de los hospitales, y con déficit de medicamentos.
La tasa de incidencia de la COVID-19 en Cuba en las recientes semanas es de 381 casos por cada 100 000 habitantes. En la provincia de Matanzas al este de La Habana alcanza 1316, cifra superior a la de Madrid en sus peores momentos de la pandemia.
“Hemos puesto camas”, declara en la cadena provincial TV Yumurí un médico del hospital de la ciudad de Cárdenas, que lamenta la falta de oxígeno y gases sanguíneos para atender a toda una avalancha de pacientes con dificultades respiratorias.
Desde Cárdenas, una de las ciudades más afectadas, llegan imágenes de enfermos hacinados en hospitales, algunos de ellos acostados sobre bancos en salas de espera, en el suelo de los pasillos o en plena calle frente a la entrada, donde los atiende cómo puede el personal médico desbordado.
Ante esta alarmante situación el Gobierno ha tomado medidas drásticas, como enviar a Cárdenas un grupo de 36 médicos y enfermeros militares, así como graduar por adelantado a 373 estudiantes de último año de medicina en la provincia. Además, se ha desplazado a Matanzas un contingente de doscientos sanitarios de la Brigada Internacional Henry Reeve.
Transeúntes usan tapabocas en consulta médica, La Habana, Cuba. (Foto: Ernesto Mastrascusa /EFE)
Los médicos movilizados masivamente a las zonas afectadas trabajarán en una coyuntura difícil, no solo por el hacinamiento de pacientes sino por otro problema que sufre Cuba desde hace meses: la escasez de medicamentos.
En cuanto a las causas del virulento rebrote veraniego en Cuba señala el biólogo molecular cubano e investigador de la Universidad del Estado de Sao Paulo (UNESP) Amílcar Pérez Riverol que se debe a “el cansancio pandémico” con la consiguiente caída de la percepción de riesgo, las aglomeraciones callejeras producto de la escasez de alimentos o la circulación de nuevas variantes con mayor transmisibilidad, como la Delta.
Muchos han relacionado la irrupción de la cepa Delta y la alta propagación en Matanzas con la presencia masiva de turistas rusos en el principal destino turístico de la provincia, Varadero, donde podrían haber contagiado a trabajadores del sector y estos haber expandido el virus en el cercano municipio de Cárdenas y otras ciudades y pueblos del entorno. “Esto es muy difícil de demostrar. Necesitaría un análisis epidemiológico serio. Lo que sí es cierto es que Rusia está registrando récords de casos y fallecidos diarios debido a la circulación de la variante Delta”, opina Pérez Riverol sobre esta hipótesis.
Para el biólogo, “la tendencia actual indica que en el futuro inmediato la situación epidemiológica será complicada, no solo en términos de contagios sino de presión sobre el sistema hospitalario” en Cuba. El país contabilizó el pasado 9 de julio una cifra récord de 6442 contagios y veinte muertos añadidos a la cifra total de fallecidos por la pandemia de 1451. Asimismo, la Agencia Cubana de Noticias (ACN) notificó que ese mismo día el gobernador de la provincia de Matanzas Mario Sabines Lorenzo, reconoció el apoyo brindado por la máxima dirección del país para el enfrentamiento de la COVID-19, cuando el territorio vive los momentos más tensos de su situación epidemiológica.
El Gobernador agradeció las muestras de solidaridad del resto de las provincias de la nación caribeña, desde las cuales han llegado profesionales de la salud y también recursos materiales y productos alimentarios.
AUTORIZAN USO DE EMERGENCIA DE LA VACUNA
El Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED) autorizó el uso de emergencia en Cuba de la vacuna anti-COVID-19 Abdala, desarrollada por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), subraya la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
La autoridad reguladora cubana, mediante la Resolución 113 del 9 de julio de 2021, hace efectiva la aprobación, una vez realizado un riguroso proceso de evaluación del expediente para la solicitud de autorización de uso de emergencia, así como inspecciones a las plantas involucradas en el proceso productivo.
La nota informativa publicada en el sitio web del CECMED, indica que la decisión toma en cuenta los datos obtenidos en los Ensayos Clínicos Fase I y Fase II concluidos y un Ensayo Clínico Fase III en ejecución, demostrando una eficacia en la prevención de formas sintomáticas de la enfermedad del 92,28 por ciento, así como un adecuado perfil de seguridad, avalado por la cantidad de dosis aplicadas en los ensayos clínicos realizados, el estudio de intervención en poblaciones de riesgo y la intervención sanitaria.
El Departamento de Bomberos de Filadelfia ayuda a la comunidad a acceder al agua. (Foto: Cortesía/Esperanza)
Community partners and residents are working together this summer to Beat the Heat in the North Philadelphia. It has been widely reported that Hunting Park is one of the hottest neighborhoods in the city during the summer, with temperatures nearly 10 degrees hotter than average, and up to 22 degrees hotter than the coolest neighborhoods in Philadelphia.
This extreme difference in temperatures is caused by the differences in physical environment. Wealthier neighborhoods have seen greater investment in green infrastructure, including trees, parks, community gardens, and other green spaces. Green spaces are not only cooler in themselves, and have cooler surface temperatures than concrete or asphalt, but they also provide shade that helps keep surface temperatures down. The tree canopy in Hunting Park is only 7%, compared to an average of 20% across the city and much higher rates in neighborhoods like Chestnut Hill and others. All the unshaded asphalt and concrete in Hunting Park absorbs and then radiates heat well into the evening.
Shade structures are installed on several blocks.(Photo: Courtesy/Esperanza)
Esperanza and Drexel University help residents cool their blocks. (Photo: Courtesy/Esperanza)
Community accesses water for plants. (Photo: Courtesy/Esperanza)
Hotter temperatures have many damaging consequences for a neighborhood that is already struggling with economic disadvantage and disproportionately high rates of certain health problems. Hotter days require more electricity to run fans and air conditioners, resulting in higher utility bills for people who already struggle to afford it. Heat also prevents people from getting outside to exercise, connect with neighbors, and shop at local businesses, and worsens asthma and other conditions. Extreme heat threatens the health of the trees and greenery that are so badly needed, scorching them and causing residents to have to spend more time taking care of them.
What has the neighborhood done to cope? Many people have come together to implement both short-term and long-term solutions to the problem. Organizations like Esperanza, North10 (led by Josh Klaris and Chris Gale), and the Hunting Park Neighborhood Advisory Committee (HPNAC – led by Charles Lanier) are working together with Block Captains, neighborhood youth, and public stakeholders like the City Office of Sustainability to support the community in many ways.
Last summer, the city launched its first official Beat the Heat initiative, with Hunting Park as the pilot neighborhood. Despite the onset of the Covid-19 pandemic, a neighborhood group formed to help distribute air conditioners, fans, and information about how to stay cool, among other activities. This group, now called the Environmental Steering Committee, working alongside the Beat the Heat subcommittee, has implemented a wide range of initiatives to help residents stay safe and cool this summer:
Resource Giveaways at the Individual and Household Level – Neighbors are working together to identify people who need air conditioners, fans, drinking water, electrolyte tablets, etc. Assistance is provided to people who receive air conditioners and fans, so they can get help with the higher electricity bill through LIHEAP and other assistance programs. These efforts prioritize the elderly, families with children, and people with disabilities and special needs.
Structural Interventions at the Block Level – In partnership with Drexel University, the Environmental Steering Committee is expanding on a pilot project implemented last summer, to build cooling structures on Hunting Park blocks – including benches with flower planters and umbrellas, and water sprinklers that cool pavement and provide water play for children. In 2020, Ms. Priscilla Johnson – a Hunting Park block captain – hosted the first Beat the Heat block. This year, the program has been expanded to install nearly 100 shaded benches and planters on half a dozen blocks. Neighborhood youth have been hired to serve as Civic Scientists, collected temperature data to show how well the cooling structures installed on the blocks are working.
Neighborhood-Wide Change – The best long-term solution to the Hunting Park heat problem is more trees and greenery, to bring down the average temperatures in the summertime. The neighborhood works together with the PA Horticultural Society (PHS) to plant street trees twice per year, and to give away yard trees twice per year – once in the fall, and once in the spring. On average, 50 trees are planted or distributed at each event, targeting areas that don’t have greenery.
Neighborhood Taskforces – Other supporting efforts are also underway throughout the neighborhood. The Hunting Park Community Solar Initiative, led by Allen Drew, is hosting workshops to teach residents about green energy, weatherization, and other topics. A group of youth employed through the Philadelphia Youth Network (PYN) and hosted by Esperanza is conducting weekly block cleanups. As more neighborhood groups get involved in different ways, they will make a lasting difference together on the heat problem in Hunting Park.
Concilio's new media lab has new video production equipment, 6 laptops, 2 desktops, and a green screen available to the community. (Photo: Michelle Myers/Impacto Media)
Concilio, known as Philadelphia’s oldest Spanish Speaking Latino non-profit, kicked off their brand-new media lab with a grand opening on July 13th.
To the sound of live music and conversations, around 15 people gathered, in the Hunting Park neighborhood, for the inauguration. Amongst the guests were sponsors, representatives, facilitators, and teachers from Esperanza Charter School.
The idea of finding funding for a new media lab came because of the COVID-19 pandemic. “Many businesses had to step up their technology to function day to day, including ours. How do you think the community was feeling? They didn’t even have access to buy brand new computers, update their internet or increase their bandwidth,” says Concilio’s Deputy Director Janessa Rivera.
According to Rivera, before the pandemic, the nonprofit had outdated computers that needed to be serviced, with some completely non-functional. In August 2020, Concilio’s Director Adonis Banegas decided they had to cover the community’s need for a space that not only provided digital literacy and resources; but also, where children could explore career paths, and entrepreneurs could learn how to brand themselves.
Concilio’s new media lab has new video production equipment, 6 laptops, 2 desktops, and a green screen available to the community. (Photo: Michelle Myers/Impacto Media)
Back then, the biggest concern for Rivera was how to “convert a regular space into an entertainment media space and bring in the appropriate equipment.” But just ahead of summer 2021, the media lab was able to be fully flipped, with new floors, soundproof boards, a green screen, laptops, desktop computers, cameras, internet and more, sponsored by Comcast, PECO, and UPS.
“We want it to be a similar idea like a community library. You might not go there daily or all the time, but you know that if you need to go for one thing or the other [it] is right there in your backyard,” Rivera explained.
Now, Concilio has divided the media center into two rooms. One has six laptops, equipped with all programs needed for editing; the other has filming equipment, a green screen, and two desktop computers for people to be able to edit on two screens.
Concilio’s new media lab has new video production equipment, 6 laptops, 2 desktops, and a green screen available to the community. (Photo: Michelle Myers/Impacto Media)
Although the idea is for community members, small business owners, and other nonprofits to be able to use these resources; the main goal is to teach community children about digital literacy and how to use technology as a future career path. For that, Esperanza’s teacher had already given crash courses on the topic and will continue to help produce content in one room, so it can be processed just next door.
Because Concilio already runs other community programs, Rivera estimates that, this year alone, around 400 people —without counting walk-in community members or organizations, will immediately benefit from the media lab.
On June 28th, they started a summer “soft pilot,” that will run until August 6th, where 80 middle schools and high schoolers are already learning how to produce digital content, such as videos, blogs, and podcasts.
In addition to the children in the summer program, Concilio’s media lab will benefit kids in the nonprofit after school program by teaching 50 middle schoolers and 25 high schoolers about digital literacy. Likewise, through their anti-gun violence program, 75 community members will be using the space to record their advocacy campaigns.
To top that off, Janessa Rivera says the organization is getting ready to open a fall program aimed towards workforce development. The initiative will be directed to 50 people ages 14-24. In a six-session training, the participants will learn how to edit video, brand themselves, look for jobs, and work one on one with a job counselor on resume writing and mock interviewing. To apply for this, or any other programs, call 215-627-3100 or email janessa.rivera@elconcilio.net.
Durante este siglo en nuestro continente, las tensiones políticas, principalmente entre la derecha y la izquierda, han generado revoluciones y guerras, así como dictaduras y totalitarismos que enlutaron a millones de familia en América Latina. Sin embargo, en la última mitad de siglo XX, las dictaduras de derecha una a una fueron implosionando, y países como Bolivia, Argentina, Guatemala, Nicaragua, Chile y Paraguay lograron salir del oscurantismo político y evolucionar hacia sociedades más democráticas y pluralistas. Aunque no pasó lo mismo con las dictaduras de izquierda.
Dice un adagio que “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, y eso estamos presenciando estos días en los sucesos de la Antilla mayor. Después de 60 años de férreo sometimiento al monopartidismo, finalmente el pueblo cubano decidió que, a pesar del miedo y la represión, no se podía aguantar más y salió a la calle a borbotones, a protestar por las condiciones de extrema precariedad en la isla, y por la falta de “libertad y vida”, como lo expresa una de las canciones que han acicateado la protesta.
Sin dejar de lado los daños irreversibles del bloqueo de los Estados Unidos que la ONU ha condenado, se reconoce que el socialismo trajo algunas cosas buenas a Cuba; en el campo educativo, de atención sanitaria y en el desarrollo deportivo; pero la restricción para la iniciativa privada que es inherente al comunismo, termina por castrar de sus mejores fuerzas y pauperizar a cualquier sociedad, pues en medio de la pobreza florece la corrupción, y detrás de ella un abanico de males sociales. Lo admirable es que, hasta ahora el pueblo cubano, sometido a años de escasez y privaciones, ha sido más aguantador y paciente que ninguna otra nación en este lado del mundo.
En Haití, por otro lado, parece que no hay revuelta social posible ni definitiva para traer un poco de paz, de desarrollo y de bienestar a esta nación, la más pobre y subdesarrollada de todo el continente, y que encaja en el duro epíteto de “nación fallida”, que se acuñó a finales del siglo pasado.
Aunque nadie quiere oír que su país es un proyecto de nación fracasada, el calvario de los haitianos, –como el de los cubanos– y la mayoría de los países latinoamericanos que se debaten entre diversos sistemas ideológicos y económicos, pero donde parece prevalecer la ineficiencia y corrupción, en el caso de estas naciones no se vislumbra una solución plausible. Cuando después de años de opresión sangrienta cayó la dictadura de los Duvalier, muchos pensaron que un nuevo día amanecería para esta vapuleada nación; pero solo hemos presenciado un sucederse interminable de presidentes y primeros ministros que salen todos por la puerta de atrás en medio de corrupción, violencia política y revueltas sociales que parecen no tener fin.
El hartazgo social que se vive en estos días en Cuba, y el luto en Haití tras el magnicidio de su líder, nos hablan de una América que sigue buscando con dolor un camino creíble y transitable hacia el progreso y la verdadera libertad, madurez y democracia; donde los ciudadanos puedan ejercer la creatividad, expresar sus talentos, trabajar por sus sueños y buscar la felicidad para sí y para los suyos.
La Corporación para el Desarrollo Comunitario de Nuevo Kensington (NKCDC) es parte de We CAN. (Foto: Cortesía/HACE)
La asociación We CAN (Cambio y Acción Ahora) está conformada por tres organizaciones sin fines de lucro —Hispanic Association Contractor Enterprises (HACE), Impact Services y la Corporación para el Desarrollo Comunitario de Nuevo Kensington (NKCDC)—, que se unieron para apoyar a los residentes de Kensington y Fairhill, las organizaciones comunitarias y a la policía.
En 2018, dichas organizaciones recibieron del Departamento de Justicia de los Estados Unidos una subvención de $1 millón por tres años para innovaciones con el objetivo de reducir la delincuencia a través de iniciativas basadas en la comunidad. Los socios de CAN incluyen al distrito policial 24, organismos municipales, más de 28 organizaciones cívicas y religiosas locales, incluidas escuelas.
Desde febrero de 2021, varios jóvenes, entre 14 y 24 años, participaron en un estudio acerca de la vigilancia policial y la seguridad llamado “Mi Voz Importa en Conversaciones acerca de Seguridad”. We CAN realizó las sesiones mientras que otra organización sin fines delucro, CreativePraxis, facilitó las sesiones virtuales en un ambiente seguro. El informe completo acerca de las conversaciones se dará a conocer este verano en la página web de NKCDC.org/we-can.
El 15 de junio, el grupo de jóvenes participantes de Kensington y Fairhill presentaron sus recomendaciones para que sus vecindarios sean más seguros. La presentación se dirigió a los miembros de la comunidad, y a los oficiales de policía del distrito 24 incluyendo las subestaciones de Kensington y Allegheny.
LO QUE RECOMIENDAN
Los jóvenes de Kensington y Fairhill se enfrentan a retos como el uso de drogas, violencia por armas de fuego, personas sin hogar, brutalidad policial y acumulación de basura. Por lo que sus recomendaciones se enfocan a lo que puede mejorarse en colaboración con la comunidad y la policía.
Invertir en vivienda dando prioridad a unidades habitacionales para personas de ingreso económico mixto para desacelerar la gentrificación terminando con la práctica de usar los terrenos para intereses solo de las desarrolladoras urbanistas.
La presentación fue en el estacionamiento de Orinoka Civic House. (Foto: Cortesía/HACE)
Distribuir fondos para la educación de manera equitativa en toda la ciudad. Contratar a maestros negros y de las minorías racializadas para trabajar con la juventud.
Crear empleos de nivel básico que enseñen destrezas útiles y que preparen a los empleados para el futuro.
La seguridad en los vecindarios racializados debe ser una prioridad. (Foto: Cortesía/HACE)
Brindar alternativas al sistema correctivo de los tribunales que tengan como prioridad la armonía y la integridad de la comunidad en vez de acciones punitivas. En las escuelas reemplazar a los policías por concilios restaurativos.
Reemplazar la presencia excesiva de los agentes de la ley que actualmente penalizan a personas con enfermedades mentales.
Entrenar a los policías para actuar de manera apropiada frente a una persona que está pasando por una crisis de salud mental. El entrenamiento adicional es prioritario, ya que los oficiales de policía solo reciben 740 horas de capacitación para realizar su trabajo. En comparación a una cosmetóloga quien requiere de 1,250 horas mínimas para obtener su licencia del estado.
Capacitar a miembros de la comunidad para des-escalar la intensidad y resolver conflictos.
NKCDC es parte del mejoramiento de los vecindarios. (Foto: Cortesía/HACE)
Disminuir la presencia policial en los vecindarios para abordar el problema de vigilancia excesiva de negros y morenos.
Requerir que todos los policías hagan servicio comunitario en el distrito en que sirven.
Brindar fondos adicionales a organizaciones comunitarias para sus esfuerzos locales que promuevan seguridad en el trabajo, acceso a vivienda, bienestar de salud mental y educación equitativa.
Para los jóvenes estar seguros significa que se respete su vida. (Foto: Cortesía/HACE)
Ofrecer entrenamientos sobre “conozca sus derechos” para que las personas se protejan de la policía que no honra los derechos de las comunidades y el sistema penal.
Brindar consejería a miembros de la comunidad traumatizados por la injusticia racial y por la violencia institucional de la policía.
Las recomendaciones de la juventud son viables. (Foto: Cortesía/HACE)
La inspectora Altovise Love-Craighead, comandante de la división de relaciones con la comunidad estuvo presente en la presentación. Ella está por iniciar la Comisión de Consultoría a Jóvenes. Esta mujer policía conoce directamente el trauma que existe en los vecindarios menos privilegiados de la ciudad. Su hermano fue asesinado en 1997 y desde entonces está comprometida a que la Policía reconozca y trate a las personas con trauma durante su trabajo.
Quedo claro que, para lograr la seguridad en los vecindarios de la ciudad, se requiere de mayor inversión financiera, y de la colaboración entre la comunidad, la Policía, las autoridades del gobierno y el apoyo de las organizaciones comunitarias.
Growing up I was taught that we must punish those who commit crimes and make them pay, sometimes, even with their lives. An eye for an eye, a tooth for a toot.
In the streets, if you hurt our people, we will hurt yours. Brown on brown justice. Sometimes it could cause serious injuries, even death. And I was the victim and victimizer of too many gangs, or group violent acts, too many times. There is an adrenaline rush during these conflicts. Vengeance was ours to have.
That was unless a white person committed a crime against Latinos. In that case, we never got vengeance or justice. So-called “justice” was, and remains to date, swift and onerous when it comes to a justice system that favors the white community by judging, convicting, and punishing a person of color twice as harshly.
That can be infuriating! it can make one feel like the need for retaliation is justified. It can make one redirect the anger and frustration to the wrong place or the wrong people. Therefore, at 21 years old, I decided that I would not fight any more Latinos. After all, my fellow Latinos were not the ones calling me racist names, cheating me of my salary, or spraying pesticides on me.
But the anger, the vengeance, remained. That is the thing with vengeance, it makes you think that you just might have won something, but, in fact, you have lost something; or perhaps everything.
It wasn’t until I joined the United Farmworkers Union that I learned from labor leaders and civil-rights activists—such as Cesar Chavez, Dolores Huerta, and the Filipino Pete Velasco, that nonviolence should be my way of life. Since then, I have learned of the racism and economics of the judicial system. I was able to see how it picks on people of color and very poor white people, but especially how it is stacked against the African American community. Now, I am committed to protecting not just the environment, but people, and that includes standing up against the Death Penalty.
History tells us that we can trace the death penalty from slavery to the 13th amendment, then to lynching, Jim Crow, and the suppression and destruction of communities of color. In that process, over 170 death row incarcerated people were executed and later found innocent. Many of them were my personal friends.
Prosecutors have built their reputations on the deaths of men and women by claiming that they would bring closure to the victim’s families. But, even if you could torture and kill the suspected person a hundred times, there is no closure. The loss and pain are buried deep, and resurface often, unless you can come to peace with your life, and perhaps forgive the perpetrator.
While many victims loved ones want the death penalty, there is a growing chorus of their families who call for the end of it; including the families of Martin Luther King and the Kennedys.
We are a smart country, and we should understand that there is a better way to protect society than “an eye for an eye.” There is a reason to keep someone locked up, or in a mental hospital for treatment, but there is no need for such a capital punishment. After all, the people on death row grow up as part of society’s most vulnerable populations. Think about it, there are no rich people on death row.
If a government cannot manage its potholes, it surely should not decide on who lives and dies.
Every year there is a fast and vigil from June 29th to July 2nd, prior to the 4th of July weekend, at the US Supreme Court to call for an end to the death penalty. This year, I was there again to raise my voice and prayers on behalf of this human rights issue.
To be honest, I do not know what my reaction would be if someone super close to me is killed. I do not know what would happen to what little sanity I have left, but I pray that society will protect me from myself. I can only hope that my community would hold me close, never letting go, until I can handle the pain and the loss.
Since I became nonviolent, I learned that love and forgiveness are strong medicines that we all need to take more than once. But I am afraid of the emotions and violence within me. I need society to protect us all. You can stop hate and vengeance if you use love as your road to redemption. There is no room for vengeance.
So, If I am someday killed, I hope that no one is executed in my name.
La doctora Leora Horwitz trata cada vez menos pacientes con COVID en el Centro Médico Langone de la NYU, en Nueva York. Aun así, cree que hay demasiados. Y casi todos tienen algo en común: la mayoría no están vacunados.
Mientras atiende a enfermos graves de, les pregunta con respeto: ¿Por qué no se han vacunado? Algunos de ellos le dijeron a la internista e investigadora del hospital que les preocupa la seguridad de la vacuna.
Pero principalmente, explicó, las respuestas se dividen en dos. Una es lo que piensan en vacunarse, pero aún no lo han hecho. La otra pone de manifiesto una inquietante deficiencia en la respuesta a la pandemia: los que quieren vacunarse, pero no pueden hacerlo porque están confinados en casa.
«Para muchas personas mayores, personas con enfermedades crónicas, ha sido muy difícil salir de casa para vacunarse», señaló. Y, dado que muchos de estos pacientes reciben visitas a domicilio de los profesionales sanitarios, se pregunta por qué no les han llevado la vacuna.
(Foto: Ilustrativa/EFE/Archivo)
«Ya están conectados a una organización de salud que va a su casa de forma regular. Parece que esa debería ser la estrategia para seguir», dijo Horwitz.
Las ciudades y los estados han puesto en marcha, poco a poco, programas para llegar a algunos de los 4 millones de estadounidenses que se calcula que están confinados en casa, pero los programas suelen tener objetivos modestos y se dirigen sólo a una parte de las personas que se supone necesitan esta ayuda.
Para aumentar los incentivos económicos de la vacunación a domicilio, Medicare anunció el 9 de junio, que reembolsará las vacunas administradas de este modo a $75 por inyección en lugar de $40.
En marzo, la ciudad de Nueva York puso en marcha un programa para llegar a las personas que no pueden salir de sus hogares, trabajando con agencias de vivienda, proveedores privados de atención médica, el Departamento para las Personas Mayores de la ciudad y equipos de enfermeras del Departamento de Bomberos. En la segunda semana de junio, el programa había vacunado a 11,000 personas, según un vocero del Ayuntamiento.
Horwitz y otros afirman que el programa de la ciudad parece estar funcionando, pero no con la rapidez y eficacia necesarias.
El Servicio de Enfermeras Visitantes de Nueva York (VNS), uno de los mayores proveedores de atención domiciliaria de la zona, tiene un contrato con la ciudad para vacunar en Queens. Cualquier persona confinada en Queens es elegible, sea o no cliente de VNS.
Pero si estás en Brooklyn, Manhattan, Staten Island o el Bronx y recibes atención domiciliaria de VNS, no podrás vacunarte. Deberás pasar por la burocracia central para que te asignen a uno de los otros proveedores contratados que trabajan en tu zona.
«La ciudad y los proveedores que utilizamos son la principal entidad para la vacunación a domicilio en la ciudad», señaló Avery Cohen, vocera de la administración del alcalde Bill de Blasio. «Esta es una operación lenta y compleja, y estamos haciendo todo lo posible para llegar a la mayor cantidad de personas tan rápido como podamos».
Una vocera de VNS dijo que en las últimas 10 semanas sus equipos de enfermeras habían administrado 2,600 dosis y vacunado a 1,700 residentes de Queens. El contrato se extiende hasta principios de julio.
Alrededor del 75% de los residentes de la ciudad, de 65 años o más, están parcial o totalmente vacunados, según el registro de vacunas de la ciudad. Eso representa unos 10 puntos por debajo de la media nacional. Es difícil decir cuántos del 25% restante están confinados en casa, pero los activistas aseguran que es un número mayor de las 23,000 personas que la ciudad ha identificado para vacunar de esta forma.
Definir y contar a los «confinados en casa» es problemático. Laird Gallagher, del Center for an Urban Future, indicó que, en la ciudad de Nueva York hay 141,000 personas de 60 años o más que viven solas y dicen tener dificultades para desplazarse.
Susan Dooha, del Center for the Independence of the Disabled, utilizando un criterio más amplio para la discapacidad, calcula que hay 422,000 residentes de la ciudad de 65 años o más que están totalmente confinados en casa o sufren una discapacidad significativa, incluyendo 262,000 que tienen al menos 75 años.
Dooha dijo que la ciudad debería ampliar la definición de personas confinadas en casa, y crear una red de proveedores de atención pública y privada para satisfacer las necesidades de vacunación de esta población.
Algunos de los que siguen sin vacunarse, a pesar de su deseo de hacerlo, pueden ser parcialmente autosuficientes. Pero es posible que tengan problemas cognitivos y les resulte imposible organizarse para buscar una vacuna.
Después de plantear la cuestión durante los últimos seis meses, Dooha se alegró de que el alcalde anunciara un programa, pero se sintió decepcionada por sus límites. «No dejaba de preguntar: «¿Cuáles son los criterios?»», recordó. «Según la Ley de Estadounidenses con Discapacidades, si necesitas una visita a domicilio —no tienes que estar absolutamente confinado en casa por una discapacidad— mereces que te atiendan».
La presidenta del distrito de Manhattan, Gale Brewer, que forma parte de un panel que supervisa el despliegue de las vacunas en esa área, aseguró que no ha podido obtener una respuesta de la ciudad sobre cómo se define «confinado en casa» y cómo se decide quiénes son los destinatarios de las visitas a domicilio para las vacunas.
«Ha habido muchas idas y vueltas, y confusión», dijo Brewer. «La gente se pregunta, ‘¿Estoy confinado en casa si bajo a recoger mi correo, pero no salgo?’ El verdadero problema es la transparencia, no sabemos cuáles son las reglas, y nos faltan datos».
La doctora Zenobia Brown, médica y ejecutiva de Northwell Health, la mayor red de hospitales del estado piensa que será difícil conseguir que el resto de los neoyorquinos se vacunen.
«Lo que descubrimos es que no hay una sola barrera, ni siquiera un conjunto simple de barreras», explicó Brown. «Estamos ante un combate cuerpo a cuerpo, para entender cuáles son las barreras individuales y luego crear soluciones para superarlas».
Por ejemplo, los padres de un hombre de 22 años con autismo querían vacunar a su hijo, pero debido a unas rutinas muy estrictas sólo estaba disponible en horarios limitados. Otro paciente, de 90 años, no quería molestar a nadie para que acudiera a su apartamento del sexto piso sin ascensor.
Robert Janz, de 88 años, y su mujer, Jennifer Kotter, de 68, no tuvieron reparos en buscar ayuda. En cuanto se anunciaron los planes de la ciudad para atender a las personas confinadas en casa, Kotter trató de conseguir una cita para su marido, artista y poeta, postrado en la cama debido a lo que ella describe como una «serie de pequeños fracasos médicos», entre los que se incluyen lesiones en la espalda por caídas.
Pasaron meses antes de que pudiera hacer una cita de vacunación para su esposo, a pesar de que los cuidadores ya acudían con frecuencia a su apartamento de Manhattan, en un cuarto piso. Uno de ellos le dio a Kotter un número de teléfono, que le llevó a otro número de teléfono y luego a otro, hasta que finalmente lo consiguió.
El 1 de junio, una enfermera y un paramédico llegaron y administraron a Janz la vacuna de una sola inyección de Johnson & Johnson.
Como cuidadora, Kotter se resigna a estos retrasos. «Cuando cuidas a un paciente, tienes que ser paciente», dijo.
KHN (Kaiser Health News) es la redacción de KFF (Kaiser Family Foundation), que produce periodismo en profundidad sobre temas de salud. Junto con Análisis de Políticas y Encuestas, KHN es uno de los tres principales programas de KFF. KFF es una organización sin fines de lucro que brinda información sobre temas de salud a la nación.
Haciendo historia en Filadelfia, se llevó a cabo la primera “Feria Artesanal Latina” organizada por Casa de Venezuela y Fleisher Art Memorial.
Vendedores de artesanía de Puerto Rico, Colombia, Ecuador, México y Venezuela ofrecieron una destacada variedad mercancía original de gran colorido.
Los Bomberos de la Calle, del norte de la ciudad y el Mariachi Arrieros de New Castle, DE. deleitaron al público en Cherry St. Pier el pasado domingo 11 de julio.
El Departamento de Bomberos de Filadelfia ayuda a la comunidad a acceder al agua. (Foto: Cortesía/Esperanza)
Organizaciones comunitarias y los residentes organizados, han venido trabajando juntos este verano para vencer al calor en el norte de Filadelfia. Se ha reportado que Hunting Park es uno de los vecindarios más calurosos de la ciudad durante el verano, con temperaturas casi 10 grados fahrenheit más altas que el promedio y hasta 22 grados más calientes que los vecindarios más frescos de Filadelfia.
Esta diferencia extrema de temperaturas se debe a las diferencias en el entorno físico. Los vecindarios más ricos han tenido una mayor inversión en infraestructura verde, incluidos árboles, parques, jardines comunitarios y otros espacios verdes, que no solo son más fríos en sí mismos y tienen temperaturas superficiales más frías que el asfalto, sino que también proporcionan sombra, lo que ayuda a mantener bajas las temperaturas de la superficie. La copa de los árboles en Hunting Park es solo del 7%, en comparación con un promedio del 20% en toda la ciudad y de tasas mucho más altas en vecindarios como Chestnut Hill y otros. Todo el asfalto y concreto sin sombra en Hunting Park absorbe y luego irradia calor hasta bien entrada la noche.
Las temperaturas más altas tienen muchas consecuencias dañinas para un vecindario que ya está luchando con desventajas económicas y tasas desproporcionadamente altas de ciertos problemas de salud. Los días más calurosos requieren más electricidad para hacer funcionar los ventiladores y acondicionadores de aire, lo que resulta en facturas de servicios públicos más altas para las personas que ya batallan con pagar otros gastos. El calor también evita que las personas salgan a hacer ejercicio, se conecten con los vecinos, compren en los comercios locales, además de empeorar enfermedades como el asma y otras. El calor extremo amenaza la salud de los árboles y la vegetación que tanto se necesitan, quemándolos y haciendo que los residentes tengan que dedicar más tiempo a cuidarlos.
Las estructuras de sombra se instalan en varios bloques. (Foto: Cortesía/Esperanza)
Esperanza y Drexel University ayudan a los residentes a enfriar sus bloques.(Foto: Cortesía/Esperanza)
Comunidad accede al agua para las plantas.(Foto: Cortesía/Esperanza)
¿Qué ha hecho el vecindario para hacerle frente?
Muchas personas se han unido para implementar soluciones al problema tanto a corto como a largo plazo. Organizaciones como North10 (dirigida por Josh Klaris y Chris Gale) y el Comité Asesor del Vecindario de Hunting Park (HPNAC, dirigido por Charles Lanier) y Esperanza, están trabajando junto con los Capitanes de Bloque, los jóvenes del vecindario y funcionarios públicos como la Oficina de Sustentabilidad de la Ciudad para apoyar a la comunidad de muchas formas.
El verano pasado, la ciudad lanzó su primera iniciativa oficial Beat the Heat, con Hunting Park como vecindario piloto. A pesar del inicio de la pandemia del COVID-19, se formó un grupo de vecinos para ayudar a distribuir acondicionadores de aire, ventiladores e información sobre cómo mantenerse fresco, entre otras actividades. Este grupo, ahora llamado Comité Directivo Ambiental, trabajando junto con el subcomité Beat the Heat, ha implementado una amplia gama de iniciativas para ayudar a los residentes a mantenerse seguros y frescos este verano.
Obsequios de recursos a nivel individual y familiar
Los vecinos están trabajando juntos para identificar a las personas que necesitan acondicionadores de aire, ventiladores, agua potable, tabletas de electrolitos, etc. Se brinda asistencia a las personas que reciben acondicionadores de aire y ventiladores, para que puedan obtener ayuda con la factura de electricidad más alta a través de LIHEAP y otros programas de asistencia. Estos esfuerzos dan prioridad a los adultos mayores, las familias con niños y las personas con discapacidades y necesidades especiales.
Intervenciones estructurales a nivel de bloque
en asociación con la Universidad de Drexel, el Comité Directivo Ambiental está ampliando un proyecto piloto implementado el verano pasado para construir estructuras de enfriamiento en bloques de Hunting Park, donde están incluidas bancas con jardineras, sombrillas y rociadores de agua que enfrían el pavimento y proporcionan juegos de agua para los niños. En 2020, la Sra. Priscilla Johnson, una capitana de la cuadra Hunting Park, organizó el primer bloque Beat the Heat. Este año, el programa se ha ampliado para instalar casi 100 bancas y jardineras con sombra en media docena de bloques. Los jóvenes del vecindario han sido contratados para servir como Científicos Cívicos, recopilaron datos de temperatura para mostrar qué tan bien están funcionando las estructuras de enfriamiento instaladas en los bloques.
Cambio en todo el vecindario
La mejor solución a largo plazo para el problema del calor en Hunting Park incluye más árboles y vegetación, para reducir las temperaturas promedio en el verano. El vecindario trabaja junto con la Sociedad de Horticultura de PA (PHS) para plantar árboles en la calle y para regalar árboles de jardín dos veces al año, una en el otoño y otra en la primavera. En promedio, se plantan o distribuyen 50 árboles en cada evento, en áreas que no tienen vegetación.
Equipos de trabajo del vecindario
También se están llevando a cabo otros esfuerzos de apoyo en todo el vecindario. La Iniciativa Solar Comunitaria de Hunting Park, dirigida por Allen Drew, está organizando talleres para enseñar a los residentes sobre energía verde, climatización y otros temas. Un grupo de jóvenes empleados a través de la Red de Jóvenes de Filadelfia (PYN) y auspiciados por Esperanza está llevando a cabo limpiezas semanales de los bloques. A medida que más grupos de vecinos se involucren de diferentes maneras, juntos marcarán una diferencia duradera en el problema del calor en Hunting Park.