(Foto: Archivo Impacto)

Estamos en un momento muy difícil y enfrentando desafíos muy serios.

Parece que todo se ha vuelto crítico y urgente al mismo tiempo.

La historia nos está exigiendo que prestemos atención, y actuemos ya.

No estamos luchando por la justicia y la igualdad solamente para ti o para mí, sino para todos.

Aquellos que tenemos alma y voluntad de activistas, en ocasiones somos demasiado ruidosos, demasiado persistentes, y en medio de nuestros esfuerzos a veces sacamos algunas armas filosas.

Algunos reaccionan pidiendo que seamos más gentiles y suaves en nuestros enfoques y en nuestras acciones. Pero, aunque nuestras palabras puedan parecer duras y a veces cortantes, deben saber que estamos hablando en defensa de personas que sufren y que mueren. En respuesta a nuestras acciones, algunos políticos envían a su personal auxiliar con “papel de lija” en sus manos, para tratar de suavizar nuestras protuberancias con sus soluciones, a menudo tan bien intencionadas cuanto ineficaces. Quieren lijar nuestros bordes ásperos, pero eso no es correcto. Quieren que seamos más suaves de lo que nos es posible ser, y eso simplemente no está bien.

A menudo, nos ofrecen una parte del pastel, un puesto en el sistema si dejamos de presionar tanto por el cambio.

Si bien, agradecemos que nos ofrezcan un pedazo del pastel, lo que queremos es la receta.

Queremos saber cómo generar poder y luego compartir ese poder con los pobres y los marginados, sin importar su color o cualquier otra diferencia.

Queremos crear nuestros propios pasteles para compartir con los demás.

¡Lo que queremos es la receta!

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