El edificio del Capitolio de los Estados Unidos en el tercer día del juicio político de Trump en Washington el 11 de febrero del 2021.

WASHINGTON DC – Este jueves, en la tercera jornada del proceso político al expresidente Donald Trump, la acusación apeló a los senadores, que ejercen de jueces en este proceso, para que usen el «sentido común» y les advirtió del peligro que supondría no inhabilitarle, puesto que podría volver a incitar nuevos actos violentos en un futuro.

Durante dos días, los fiscales o gestores del juicio -representantes demócratas ante la Cámara Baja- argumentaron que Trump incitó a sus seguidores a asaltar el Capitolio, que los atacantes actuaron a sus órdenes y el entonces jefe de Estado no actuó para detenerlos.

Utilizando como evidencia videos y audios de la insurrección y del incendiario discurso del exmandatario ese mismo día, los congresistas recrearon la toma, mostrando el nivel de violencia exhibido por los asaltantes y su apoyo a Trump. 

Los fiscales de la Cámara de Representantes completaron así la exposición de sus argumentos, tratando de probar que el mandatario incitó el asalto al Capitolio por parte de una turba de sus seguidores el pasado 6 de enero y que sus acciones han causado un daño duradero a Estados Unidos. Algo que, advirtieron, podría volver a repetirse en caso de que vuelva a ostentar un cargo electo.

El viernes, el equipo legal de Trump presentará su defensa ante el Senado, que después debe decidir en una votación, si condenar a Trump y también si se lleva a cabo una segunda votación para inhabilitarle de ostentar cargos públicos en el futuro. 

Los 100 senadores, divididos a partes iguales entre republicanos y demócratas, se encuentran en una posición única: muchos de ellos fueron testigos del caos del 6 de enero cuando huyeron de la cámara del Senado por su cuenta para resguardarse de los agresores.

Con dos tercios de los votos necesarios para la condena, 17 republicanos tendrían que volverse contra Trump para que sea condenado, suponiendo que los 50 demócratas le declaren culpable.

Una amenaza para el futuro

“¿Hay algún líder político en esta sala que crea que si el Senado le permite volver a la Oficina Oval, Donald Trump va a dejar de incitar a la violencia para salirse con la suya?”, comenzó preguntando al hemiciclo el principal fiscal de la acusación, el representante Jamie Raskin.

Los demócratas de la Cámara de Representantes que procesan el caso -también conocidos como gestores- señalaron el jueves que Trump no tomó medidas para sofocar la violencia y no mostró ningún remordimiento mientras se desarrollaban los disturbios.

 Este es un presidente que no mostró ningún remordimiento ni asumió ningún tipo de responsabilidad”
Ted Lieu, congresista de EE.UU.

El congresista Ted Lieu, otro de los fiscales del juicio político, apoyó este argumento en la actitud que el expresidente adoptó en los días posterior al ataque. En el día de los disturbios, Trump publicó un video en su ahora extinta cuenta de Twitter llamando a los atacantes “personas muy especiales” y pidiéndoles volver a casa, repitiendo las acusaciones falsas de fraude electoral. Estos mensajes, de hecho, le valieron el bloqueo por parte de la red social.

Días después, Trump dijo a los reporteros que sus comentarios en su mitin frente a la Casa Blanca, minutos antes de que comenzara el asalto, instando a sus seguidores a “luchar como fieras” fueron “totalmente apropiados”.

“Este es un presidente que no mostró ningún remordimiento ni asumió ningún tipo de responsabilidad” por el asalto, acotó Liu. “Debemos hacer responsable a Trump (…) para que futuros presidente sepan que no pueden seguir los pasos de Trump y salir impunes”, agregó. 

“Nos invitó el presidente” 

En la sesión del jueves, los demócratas hicieron hincapié en que los asaltantes decidieron tomar el Capitolio por instrucción del presidente. La gerente y congresista Diane DeGette, presentó como evidencia una serie de videos y extractos escritos de entrevistas con manifestantes que dicen haber acudido a Washington DC porque Trump se los pidió. 

“Este ataque fue llevado a cabo por Donald Trump, bajo sus instrucciones y para cumplir sus deseos. Donald Trump los envió allī”, expusó la legisladora. 

DeGette mostró extractos de una entrevista con una de las asaltantes del Capitolio diciendo que pensó que estaba siguiendo a su presidente, lo que él los “llamó a hacer”. “Nos pidió viajar allí, estar allí, hice lo que nos pidió hacer”, dijo la mujer en una entrevista televisiva. 

La representante también señaló como varios integrantes del grupo de ultraderecha Proud Boys, declarado por Canadá como una organización terrorista, también estuvieron dentro del Capitolio siguiendo, aseguró la representante, «las órdenes» del presidente. 

Durante el primer debate presidencial, ante un pedido del moderador a Trump para que denunciara a los grupos supremacistas blancos, el entonces mandatario se refirió específicamente a los Proud Boys y les dijo que esperaran

“Ellos lo tomaron como un llamado a las armas y cuando él los llamó (…) estaban listos para actuar. Estaban esperando sus órdenes, que obtuvieron el seis de enero”, concluyó DeGette .

El asalto, una “culminación de las acciones del presidente” 

El fiscal Raskin agregó al argumento de la defensa la idea de que las acciones del 6 de enero —y el discurso que los demócratas argumentan las provocó—no son un hecho aislado sino que se enmarcan en un historial de incitaciones por parte de Trump que dieron pie a una respuesta violenta de sus seguidores. 

“El 6 de enero fue una culminación de las acciones del presidente, no una aberración surgida de ellas”, dijo el legislador, quien aseguró que el expresidente ha demostrado un “patrón y una práctica continua” de incitar a la violencia.  

 El 6 de enero fue una culminación de las acciones del presidente, no una aberración surgida de ellas»
Jamie Raskin, congresista de EE.UU.

El equipo legal del presidente Trump, que tendrá ocasión de presentar su defensa el viernes, ha argumentado que el presidente no puede ser considerado responsable de la violencia ocurrida en el Capitolio porque apenas estaba ejerciendo su derecho a la libertad de expresión. 

El congresista Joe Neguse rechazó este argumento alegando que Trump, al ostentar el cargo de presidente, juró defender la Constitución. “El presidente Trump no es un tipo cualquiera con opiniones políticas que llegó a un mitin”, dijo el legislador. 

En referencia también a la Constitución, a modo de cierre, Raskin tomó por última vez la palabra para recordar a todos los presentes que la cuestión sobre la legitimidad de someter a un proceso de impeachment a un exmandatario ha sido ya zanjada mediante dos votaciones en la Cámara Alta. Por lo tanto, dijo, los legisladores deben ahora dejar atrás su posición sobre la constitucionalidad del caso y cumplir con su deber de ejercer de jurado haciendo uso del «sentido común».

«Necesitamos ejercitar nuestro sentido común sobre lo que pasó, no nos dejemos atrapar en una red de descabelladas teorías de abogados», apeló el congresista Raskin. «Si él vuelve a ocupar el cargo y esto vuelve a ocurrir, no tendremos a nadie a quien culpar más que a nosotros mismos».

Biden no se quiere inmiscuir

El presidente Joe Biden, quien se ha mantenido al margen del proceso, dijo el jueves que piensa que es posible que la posición de algunos republicanos respecto a si condenar o no a Trump haya cambiado ante las imágenes que se proyectaron.

La Cámara de Representantes acusó a Trump de incitar a una insurrección al exhortar a miles de partidarios a marchar hacia el Capitolio ese 6 de enero, día en que el Congreso se reunía para certificar la victoria electoral del demócrata Joe Biden.

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