Fotografía cedida por Latino Engagement donde aparece el doctor Alfredo Romero, profesor asociado de economía en la Universidad Estatal de Carolina del Norte. (Foto: EFE/Latino Engagemen)

El aumento del precio de la energía en Estados Unidos afecta desproporcionadamente a las familias latinas y de otros grupos minoritarios quienes, por carecer de los mismos recursos económicos que los blancos, deben destinar un mayor porcentaje de sus ingresos a pagar por esos servicios, explicó a Efe un experto en el tema.

“Las familias de las comunidades de color y los latinos no tienen el mismo nivel de ahorros para suplementar el costo de los productos básicos, como energía, y se ven entonces forzados a recortar otros rubros de consumo”, dijo el doctor Alfredo Romero, profesor asociado de economía en la Universidad Estatal de Carolina del Norte.

Romero se refirió así a un nuevo reporte, difundido por la organización Climate Power, que con base en el Índice de Precios al Consumidor (CPI, en inglés) revela que durante 2021 el aumento del costo de la energía llegó a 29,3 %, “afectando a todos los estadounidenses”, pero “mayormente y de manera insoportable a las comunidades de color”.

Específicamente, la tercera parte de las familias de Estados Unidos tienen problemas para pagar las facturas de electricidad, gas y servicios de energía. Entre esas familias, la mitad son negras y otro 40 % son hispanas.

En el caso de los latinos, estas familias destinan 24 % más de sus ingresos que los blancos a los pagos de energía (4,1 % contra 3,3 %, respectivamente). Y en el caso de familias de bajos ingresos, ese porcentaje es de 7 %.

Para Romero, es importante que los latinos se informen sobre este tema y temas relacionados (como energías renovables y limpias) porque “las condiciones climáticas se han vuelto más extremas en los últimos años y en consecuencia los precios de la energía de combustibles fósiles están sujetos a los caprichos de la naturaleza o de los productores de petróleo y sus derivados”.

“Nuestra comunidad puede beneficiarse en el corto y el largo plazo adoptando tecnologías de energía renovable que le permitan disminuir su gasto presupuestario en energía”, sostuvo.

Por ejemplo, según un reciente estudio de la consultora Rhodium Group (citado por Climate Power), inversiones en energía limpia y energía eficiente podrían reducir en 500 dólares al año promedio el costo de la energía para las familias estadounidenses.

Esas inversiones (propuestas por el presidente Joe Biden en su proyecto de ley Build Back Better, o Reconstruir Mejor) son posibles, sostuvo Romero, porque “el costo de producir energía renovable, que hace 20 años era alto, ahora ha disminuido por todas las tecnologías nuevas, y su eficiencia se ha incrementado”.

Sin embargo, la actual pandemia y sus consecuencias, especialmente la inflación, así como “la interconectividad de los mercados mundiales”, hacen que “la cura para los precios altos sean precios aun más altos”.

Por eso, Romero sugirió “intentar ahorrar energía dentro de los posible, utilizar productos eficientes de energía (desde focos hasta electrodomésticos), apagar las luces que no se estén usando y desconectar aparatos que no se utilizan constantemente”. Y si el presupuesto lo permite, “mejorar el aislamiento térmico de los hogares”.

Todas las medidas para ahorrar electricidad en el hogar podrían ser insuficientes si el costo de la energía sigue subiendo, ya que la energía resulta insustituible “para mantener a nuestras familias cómodas, con temperaturas saludables dentro del hogar”. En ese contexto, Romero sostuvo que “es importante una expansión de fuentes de energía limpia, como se propone en Build Back Better”, una propuesta que calificó de “ayuda tremenda para la economía de los hogares latinos y de todo el país”, tanto por reducir el costo de la energía como por crear empleos.

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