Ulises Oyarzún, pastor de Epicentro Monterrey. (Foto: Redes Sociales)

Los trastornos de ansiedad y depresión son padecimientos que afectan a millones de personas en todo el mundo, cristianos y no cristianos.

“La ansiedad es parte de la vida y de la cristiandad”, nos dice Ulises Oyarzún, comunicador de artes escénicas, escritor, teólogo, cristiano, y pastor de Epicentro Monterrey, una comunidad cristiana independiente establecida en la ciudad de Monterrey, México, desde diciembre de 2013. En el pasado verano en una entrevista con Impacto, nos explicó como el poder de la oración no basta cuando se padece de una afección orgánica, es decir, una enfermedad física e incluso mental.

Ulises, creció con depresión y ansiedad no diagnosticada, fue hasta los 21 años que recibió su primera terapia, después de haber atravesado una infancia con depresión infantil y un trastorno de ansiedad infantil. Su primer contacto con la iglesia, donde tomó en serio la vida cristiana fue a los 19 años, donde posteriormente se reconoció como un ser con “corazón ansioso”; él nos comenta que existe un mensaje informal entre la gente (vox populi) que considera que ciertas personas que se vinculan con una fe o con una creencia religiosa, no deberían tener padecimientos como la depresión o la ansiedad.

Ulises Oyarzún. (Foto: Redes Sociales)

Ulises expresa que la creencia teológica de que “si eres cristiano, te debería ir bien, deberías ser exitoso y no pasarte nada malo” tarde o temprano te va a topar con la pared, y la vida te dará un golpe bajo, lo que generará que esa teología te pueda llevar al pensamiento de que “tú fallaste, que te pasa lo que te está pasando porque tú fallaste”, cuando no es así. “Un ejemplo es lo que sucedió con el pastor Maldonado de Florida, estandarte de las iglesias carismáticas latinoamericanas, quien se acaba de divorciar, o de aquellos pastores, sacerdotes y líderes quienes murieron por causa del COVID-19”, recalca.

Ulises Oyarzún. (Foto: Redes Sociales)

El también autor considera que, “La fe cristiana tiene mucho de fragilidad y vulnerabilidad. Y que justamente a los vulnerables les da mucho sentido eso. Por tanto, si se tiene depresión o ansiedad, se tiene muchas posibilidades de salir adelante, y superarlo, si mantienes una espiritualidad sana”. Él añade que esta idea es apoyada por psiquiatras que dicen que quienes sufren de depresión o ansiedad, la espiritualidad les puede ayudar, ya que les da un sentido de trascendencia, le dan un sentido a ese dolor. “No separar la fe de las heridas”.

Ulises Oyarzún. (Foto: Redes Sociales)

“El espíritu es una esencia profunda. Nuestro interior se manifiesta a través de nuestros procesos mentales, de nuestra conciencia y la percepción del entorno. Y lo que afecte a la mente, te va a afectar al espíritu y al cuerpo”, dice Ulises. “Somos seres integrales. No puedes tocar el alma sin que te toque el cuerpo”.

Lo importante es conocerte a ti mismo, conocer tus antecedentes, saber si tienes una predisposición genética, y que nuestros padecimientos no son causa del demonio o de una brujería, sino de una deficiencia fisiológica o química, como los que sufren de una enfermedad crónica, degenerativa o terminal, incluso depresión y ansiedad, donde los neurotransmisores como serotonina, dopamina, catecolamina, y oxitocina están en un nivel muy bajo, entonces es necesario el tratamiento médico, pero sin dejar de lado su fe.

De acuerdo con Ulises, la propuesta de Jesús de Nazareth es la construcción de una comunidad alternativa que se acompaña radicalmente en el dolor y en la aflicción, y tener claro que no sólo por creer en Dios te da una garantía de que no te va a pasar nada, pero, sí tener presente que Jesús te acompaña en todo momento.

Actualmente Ulises además de su ministerio en la iglesia, se encuentra haciendo presentaciones para hablar sobre la depresión y la ansiedad, tema de su más reciente libro, y hace una invitación para que se conecten por medio de las redes, para escuchar las predicas y otro contenido que puedan ayudarles a aprender a cómo convivir y superar estas condiciones.

El propósito de la iglesia Epicentro Monterrey es: “Ser una iglesia para aquellos que no les gusta la iglesia”, donde inclusive se pueda hacer comunidad a distancia.

Jesús mismo pasó por esto en los momentos previos a su crucifixión. Les dijo a sus discípulos que estaba triste hasta la muerte y sentía agonía (Mateo 26:36-46; Marcos 14:32-42; Lucas 22:39-46). Algunos estudiosos han clasificado esta escena como un cuadro depresivo.

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