(Foto: EFE/PETER KOMKA)

Washington, EE. UU.– Los pacientes latinos y afroamericanos con epilepsia tienen menos probabilidades que los blancos de que los médicos les receten los fármacos más nuevos, según un artículo que publica hoy la revista de la Academia Estadounidense de Neurología.

«Si bien dar con el medicamento apropiado es un proceso de prueba y error a nivel individual, los estudios han mostrado que el uso los fármacos más nuevos mejora los resultados, y que algunos de ellos tienen menos efectos secundarios», dijo Wyatt Bensken, de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland (Ohio), quien encabezó el estudio publicado en Neurology Clinical Practice.

Los resultados de su estudio muestran que «una proporción notable de pacientes quizá no reciba el régimen óptimo de tratamiento, y las diferencias parecen reflejar claras desigualdades étnicas y raciales en el cuidado de la salud».

Para este estudio los investigadores analizaron los datos del programa gubernamental de salud Medicaid sobre adultos que recibieron al menos dos recetas de medicamentos para epilepsia entre 2010 y 2014 en 15 estados del país.

Entre las 78.534 con epilepsia consideradas en el estudio, 17.729 eran afroamericanas, 9.376 latinas y 1.154 eran oriundas de Hawai y otras islas del Pacífico. El resto (50.275) eran blancos no hispanos.

El 26 % de este contingente eran personas que recibían fármacos de primera generación como carbamazepina, fenitoína y ácido valpropico. Otro 65 % recibían fármacos de segunda generación tales como lamotrigina, gabapentina, levetiracetam y zonisamida.

Sólo 9 % de estos pacientes estaban bajo tratamiento con medicamentos de tercera generación como lacosamida y perampanel, indicó el estudio.

En todo el conjunto, 66 % de los pacientes blancos tenían receta para fármacos de segunda generación, en comparación con el 64 % de los pacientes afroamericanos y latinos, y el 56 % de los hawaianos y otros isleños.

En el caso de los fármacos de tercera generación, 11 % de los pacientes blancos tenían receta, frente al 10 % de los hispanos, hawaianos y demás isleños, y el 6 % de los afroamericanos.

Cuando los investigadores hicieron ajustes por otros factores que pueden afectar cuáles recetas se extienden a qué pacientes, por ejemplo otras condiciones de salud, lesiones y gravedad de su epilepsia, encontraron diferencias más acusadas en las probabilidades de prescripción de los medicamentos más novedosos.

Así determinaron que los pacientes afroamericanos tienen 29 % menos probabilidades que los blancos de que se les receten los medicamentos más nuevos, los hawaianos e isleños del Pacífico tienen 23 % menos probabilidades y los latinos 7 % menos probabilidades de que se les prescriban esos fármacos.

«Estas brechas cruciales en el cuidado pueden representar desigualdades que pueden atenderse y que ameritan una atención mayor», dijo Bensken.

La investigación tuvo el apoyo de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y del Instituto Nacional de Salud de Minorías y Desigualdades en el Cuidado de la Salud.

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