Fernández tomó hoy juramento a Carla Vizzotti, hasta ahora secretaria de Acceso a la Salud, como nueva ministra de Salud, en reemplazo de Ginés González García (imagen), a quien el mandatario le pidió la renuncia este viernes, tras el estallido del escándalo. EFE/Rodrigo García/Archivo

Buenos Aires, Argentina. – En la previa del viaje del presidente argentino Alberto Fernández a México, para cumplir con una invitación especial de su par azteca, Andrés Manuel López Obrador, un nuevo escándalo surgió en el gobierno nacional y provocó que Fernández le pidiera la renuncia indeclinable a su ministro de Salud, Ginés González García. Este quedó en evidencia de haber otorgado concesiones especiales a distintas personalidades del ambiente político, afines al oficialismo, para la aplicación de la primera dosis de la vacuna contra el COVID, fuera de los protocolos y calendarios que tienen a millones de personas en espera, sobre todo trabajadores de la salud, maestros, otros funcionarios esenciales y gente de la tercera edad.

La novedad, que no por escandalosa deja de sorprender, surgió por las declaraciones del periodista Horacio Verbitsky, quien, en una entrevista radial, dijo muy suelto de cuerpo, que “había recibido la vacuna por el simple hecho de tener una buena relación con algún integrante del Gobierno”.

Según pudo saberse, quienes también se habían aprovechado de esta “cadena de favores”, habían sido el diputado nacional Eduardo Valdés (muy ligado al presidente) y el senador Jorge Taiana, quien había acompañado a Cristina Kirchner en las últimas elecciones legislativas. De hecho, ambos funcionarios formaban parte de la comitiva que acompañaría a Fernández a México y, tras el “papelón”, fueron bajados de la aeronave y de la lista de acompañantes. También fueron beneficiados funcionarios menores, empleados públicos y choferes del ministerio que no eran personas de riesgo ni debían vacunarse en esta primera etapa. De acuerdo con un informe del diario argentino La Nación, también se habrían vacunado el líder sindical y defensor acérrimo del gobierno, Hugo Moyano, su esposa y uno de sus hijos, de 20 años.

El “vacunatorio de amigos” se había montado en el mismísimo Ministerio de Salud y los privilegios llegaban por contactos políticos. Parece ser que “hablen con Ginés” era el “ábrete Sésamo” que daba vía libre en la fila de la vacunación.

De hecho, fuentes irrefutables confirmaron que, ante la llegada de los primeros lotes de vacunas de Rusia, la cartera sanitaria reservó un remanente de 3000 vacunas que nunca fueron repartidas en las provincias argentinas y fueron acopiadas en el Ministerio.

Paradójicamente, uno de los motivos del viaje del presidente argentino, era luchar junto con López Obrador por el establecimiento de un método mundial de distribución equitativa de la vacuna.

Este nuevo hecho, ratifica una vez más un manejo de la situación por parte de un gobierno que no deja de sorprender, con actitudes y situaciones que rayan con la vergüenza. Tanto la oposición, liderada por Juntos por el Cambio, como personalidades destacadas del país, repudiaron la noticia. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) se mostró en contra de la vacunación de Verbitsky (su propio presidente) diciendo que “nada de lo ocurrido representa el trabajo y el pensamiento de quienes integramos y hacemos esta organización en su día a día”.

En las últimas horas, ha sido nombrada reemplazante de González García la ex secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, y muchos se preguntan si realmente era la persona indicada, porque dudan de que no supiera lo que estaba pasando en la órbita de la salud con su jefe máximo a la cabeza. Y también dudan acerca de “lo que se le escapó” a Verbitsky en la entrevista radial. Uno de aquellos que siempre opinan y que a veces no se equivocan, dejó la duda en el aire cuando afirmó: “¿No será que lo dijo a propósito para poder sacarse de encima al ministro y encarrilar las peleas internas, previendo las reestructuraciones futuras y con vistas al armado de listas?”

Y cuando todo parecía suscribirse a este hecho bochornoso, se supo que el edecán presidencial, vicecomodoro Diego Bravo Reta, quien se dirigía como parte de la comitiva oficial del primer mandatario a México, fue detenido al intentar abordar el avión con un arma sin declarar, oculta en un doble fondo de su valija. ¡Nada sorprende ya en Argentina!

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