Fotografía que muestra la fachada del edificio del Seguro Nacional de Salud (Senasa), este 6 de febrero de 2024 en Santo Domingo (R.Dominicana). V (Foto: EFE/Orlando Barría)

Ver cómo la reducción de la semana laboral repercute en el bienestar del trabajador y su relación con la empresa y cuáles son sus efectos en la productividad es el objetivo de un plan piloto que se lleva a cabo en República Dominicana, lanzado por el Gobierno y que busca el beneficio de empleado y empleador.

En este proyecto de carácter voluntario participan unos 400 empleados de cinco compañías, públicas y privadas, que durante tres meses reducirán sustancialmente sus horas de trabajo a la semana (el Código de Trabajo de República Dominicana contempla un máximo de 44), mientras se mantiene el 100 % de sus ingresos y también la productividad.

Los tres meses siguientes la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucmm) estudiará los resultados con base en diferentes parámetros, como salud y bienestar del trabajador, conciliación de la vida laboral y familiar, absentismo laboral y contribución al medioambiente para sacar conclusiones, explica a EFE el vicerrector de Investigación de ese centro educativo, Juan Gabriel Faxas.

Si bien al anunciar el plan desde el Ministerio de Trabajo se habló de 36 horas semanales repartidas de lunes a jueves (actualmente la semana laboral es de lunes a viernes y los sábados media jornada), para una reducción de en torno al 20 %, cada empresa ajustará con los empleados que participan voluntariamente en el proyecto de cuánto es esa rebaja y cómo se reparte el tiempo de trabajo, dependiendo de las características de la firma y de las necesidades, detalla Faxas.

Y es que estas compañías son muy distintas entre sí y pertenecen a diferentes sectores: la firma de telecomunicaciones Claro, la empresa de maquinaria de construcción IMCA, la generadora de electricidad público-privada EGE Haina, el estatal Seguro Nacional de Salud (Senasa) y el oficial Sistema Único de Beneficiarios (Siuben).

Trabajar mejor, no más

Precisamente, el objetivo de este plan, que arrancó el 1 de febrero pasado, se relaciona con una parte muy importante de la lucha histórica de la clase trabajadora, el establecimiento y la reducción de la jornada laboral, recuerda a EFE Rafael Pepe Abreu, presidente de la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS), una de las principales centrales obreras de República Dominicana.

El país caribeño se suma así a la tendencia al respecto que se registra en algunos países -sobre todo de Europa, pero también de América- de que lo importante no es trabajar más, sino mejor, además de buscar generar una mayor empleabilidad.

Abreu considera que las 44 horas contempladas en el Código de Trabajo dominicano, en vigor desde 1993, son «excesivas», de ahí las discusiones entre las partes -Gobierno, sindicatos y patronal- para que ello cambie, aunque, indica, las empresas ya han ido ajustando el tiempo de trabajo mediante acuerdos con sus empleados o conforme a resoluciones de las autoridades de Trabajo.

Por ello, valora este proyecto, aunque se muestra cauto, «es solo un plan piloto», porque la reducción del tiempo de trabajo en principio disminuiría el estrés laboral y permitiría una mayor conciliación, pero la empresa siempre «va a pretender que no descienda la productividad».

Además, según Abreu, en República Dominicana muchas veces se prefiere trabajar más y cobrar horas extras para ver incrementados los ingresos en un país en el que en 2023 el salario mínimo, que varía en función del sector y del tamaño de la compañía, se situaba entre los cerca de 13.700 pesos dominicanos de las microempresas a los algo más de 24.100 de las grandes firmas (de unos 234 a unos 410 dólares al cambio actual).

También desde la Pucmm, Faxas insiste en que tres meses de prueba es poco tiempo para que de la investigación sobre los aspectos cuantitativos y cualitativos del plan puedan salir resultados concluyentes, por lo que estos serán más bien indicativos, además de que la muestra que participa en la prueba no es muy amplia.

Pero se sacarán conclusiones, empresa por empresa y de forma objetiva, del efecto de la reducción de la semana laboral sobre la productividad y la mejora de la calidad de vida del trabajador, si se benefician los dos supuestos, si empeoran ambos, si empeora o mejora solo uno de ellos o si no hay cambios, en una investigación que supone un paso más en las relaciones empleado/empleador.

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