La representante del Fondo de Población de la Naciones Unidas (Unfpa) en República Dominicana, Sonia Vasquez, habla durante una entrevista con EFE el 5 de octubre de 2022, en Santo Domingo (República Dominicana). (Foto: EFE/Orlando Barría)

Santo Domingo, República Dominicana– Marcar en el calendario el Día Internacional de la Niña es una necesidad perentoria como fórmula para llamar la atención sobre las altas tasas de matrimonio infantil, uniones tempranas o embarazo adolescente en países de Latinoamérica como República Dominicana.

Parte de la sociedad dominicana no percibe estas prácticas como una vulneración de derechos, están normalizadas, y las comunidades que las promueven y practican no tienen verdadera conciencia de las secuelas que dejan en esas jóvenes y su entorno, explicó a EFE la representante en el país del Fondo de Población de la Naciones Unidas (Unfpa), Sonia Vasquez.

ESPOSAS Y MADRES EN LA NIÑEZ

República Dominicana encabeza las listas de la región en uniones tempranas y embarazo adolescente, cuyas consecuencias son abandono escolar, mayor número de hijos, mortalidad materna en adolescentes, mayor pobreza, menor autonomía económica en el futuro o más riesgo de sufrir violencia de género, situaciones que se perpetúan en las siguientes generaciones.

Aunque ya exista un Día Mundial de la Infancia (20 de noviembre), «la niña merece tener un día propio porque estas fechas ayudan a visibilizar situaciones» y prácticas nocivas. «En la cultura dominicana hay muchos estereotipos que van condicionando las conductas de las niñas», argumentó.

El hecho de que «el Gobierno tenga que pensar en qué políticas o programas va a lanzar» con motivo del Día Internacional de la Niña, que tendrá lugar el 11 de octubre y se celebra desde 2012, «ya justifica su existencia», opinó Vasquez, quien valoró avances como la promulgación de la ley que prohíbe el matrimonio infantil en el país y la creación del Gabinete de Niñez y Adolescencia.

El 13 % de las niñas dominicanas se inicia sexualmente con menos de 14 años, una cifra «altísima» que no solo deriva en un elevado número embarazos adolescentes, sino que también conduce a uniones prematuras que encuentran apoyo en «patrones culturales» muy enraizados.

Por cada mil nacimientos registrados en República Dominicana, 94,3 son de madres de entre 15 y 19 años, más del doble de la tasa mundial de embarazo adolescente (42), según el Banco Mundial.

Durante 2021, en los servicios de salud pública dominicanos nacieron 25.190 niños de madres adolescentes, lo que equivale al 22 % de los nacimientos en el país ese año, 69 por día.

Un estudio reciente revela que las niñas y adolescentes que quedan embarazadas tienen un 20 % menos de ingresos cuando acceden al mercado laboral, explicó la representante de la Unfpa.

Respecto a las uniones tempranas, causa y consecuencia del embarazo adolescente, según datos recabados en 2019, el 32 % de las mujeres que tenían entre 20 y 24 años se unió o se casó antes de los 18.

La situación más dramática se produce en las poblaciones más pobres, donde la necesidad lleva a las familias a empujar a sus hijas a unirse. Las menores asumen que su propósito en la vida es reproducirse y depender de un hombre.

CÓMO PROTEGER A LAS NIÑAS

«No hay mejor protector para nuestras niñas que la educación. Una educación de calidad» que contribuya a posponer todo este tipo de conductas, pero el país todavía tiene el reto de mejorar los niveles de enseñanza.

Un iniciativa destinada a paliar esas carencias educativas son los Clubes de Chicas Fabricando Sueños, que cuentan con talleres de capacitación en derechos humanos, igualdad de género, salud sexual y reproductiva o prevención de la violencia, entre otros, involucrando a la comunidad y a las familias y en los que ya se han formado 600 niñas.

Otro asunto es «procurar una educación integral en sexualidad (…) y eso es una cuestión de Estado. Le corresponde al Estado dominicano decidir qué momento considera propicio para arrancar con un programa masivo», consideró la representante de la Unfpa, aunque reconoció que «las familias tienen todo el derecho de decidir si quieren que sus hijos reciben educación sexual», materia con una fuerte oposición por motivos religiosos.

Otra medida que no se ha desarrollado de forma adecuada es el acceso a anticonceptivos, sin los cuales «no hay manera de reducir esos embarazos».

El 53 % de los jóvenes dominicanos no utiliza protección alguna en su primera relación sexual, por lo que el Ministerio de Salud Pública debería crear un canal de distribución para facilitar el acceso de las menores a métodos anticonceptivos y mejorar los ya existentes, dijo.

Estas cuestiones se abordarán en un foro internacional que se celebrará el 11 y el 12 de octubre en Santo Domingo con el objetivo de contribuir a generar cambios en las normas sociales, culturales y de género que perjudican a las niñas y su desarrollo como seres humanos.

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