Amelia Vega, la primera y única dominicana en ostentar la corona de Miss Universo. (Foto: redes)

Cada ocho de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer. Esta fecha fue establecida por la Asamblea de las Naciones Unidas con el fin de promover la equidad y la no discriminación contra la mujer; durante todo el mes se llevan a cabo iniciativas en diferentes partes del mundo para sensibilizar sobre los muchos retos que aun atravesamos, en especial en países en desarrollo y emergentes.

Según Rodrigo Osegueda, la elección de la fecha y su historia se rastrean hasta el siglo diecinueve. El ocho de marzo de 1857, en plena revolución industrial, miles de mujeres con el lema “Pan y Rosas” salieron a las calles de Nueva York para protestar por la precarización laboral, así como para exigir un recorte de las jornadas y el cese de la explotación infantil. Con ello se generó una primera fecha simbólica.

Mamá Tingó, asesinada por defender el derecho de los campesinos a trabajar la tierra. (Foto: Alcaldía de Sto. Domingo Norte)

Al hablar de mujeres destacadas de nuestra nación, la República Dominicana, nos vienen a la mente una gran heroína que fue luchadora por los derechos de los campesinos, Florinda Soriano Muñoz, mejor conocida como Mamá Tingó. En una nota emitida por el periódico El Nacional, se destaca que Muñoz fue asesinada por defender el derecho del hombre campesino a labrar la tierra; esta lucha era por la recuperación de tierras que estaban en manos de terratenientes, políticos y militares que las habían adquirido de manera fraudulenta. 

Otra gran mujer es Milagros Ortiz Bosch, la primera dominicana en alcanzar la vicepresidencia de la república. Es Doctora Cum Laude en Derecho, Licenciada en Administración de Empresas y política de gran renombre y trayectoria. 

Milagros Ortiz Bosch, jurista, intelectual y política dominicana, ejerció la vicepresidencia de la república. (Foto: redes)

También tenemos a Amelia Vega, que se inauguró como primera Miss Universo Dominicana en el año 2003 y hasta el momento la única que ha alcanzado dicha corona. Su gran personalidad se ha destacado por su seguridad, carisma, talento desbordante y su trabajo de concientización sobre el VIH/SIDA.

Aunque la lista es larga, destaco a la primera mujer dominicana en ser oficial de policía. Su nombre es María Alexandra Pepén Aristy. Alcanzó el rango de Primera Teniente, llegó a ser escolta de la primera dama René Klang de Guzmán. María, al ser acosada y perseguida por un general de la institución decidió renunciar, según reveló una hija suya a “Imágenes de Nuestra Historia”. Hace más de treinta y cinco años que está retirada y, recientemente, junto al alcalde de Higüey se hacen las gestiones para que reciba su pensión y tenga techo propio.

Las mujeres nombradas anteriormente son un pequeño ejemplo del trabajo, sacrificio y excelencia que demuestra la mujer dominicana. En la actualidad en el continente americano ya no se lucha para que las mujeres puedan ejercer el voto, estudiar, ser candidatas de un partido político o trabajar en puestos públicos; estas y otras luchas por la igualdad social, han quedado superadas desde hace tiempo. 

María Alexandra Pepén Aristy, la dominicana con el más alto rango en la Policía Nacional. (Foto-archivo mujeres dominicanas ilustres)
 

Sin embargo, considero que hoy en día la lucha por la equidad y los derechos de las mujeres se ha salido un poco de control; tanto así que muchas, por ejemplo, han querido reemplazar la labor y el rol de un hombre en la familia. Esto causa que muchos hombres prefieran tomar las cosas con más calma y menos responsabilidad. Tienden a mostrar menos iniciativa, pero podría ser fruto de la lucha desmedida y la posición que ha querido asumir la mujer, queriendo mostrar supremacía y empoderamiento. La realidad es que sí, hay muchas cosas que el hombre puede hacer fuera de los estereotipos, al igual que la mujer; sin embargo, debemos entender que somos seres distintos y nunca podremos ser iguales.

También está el extremo de las féminas que asumen una actitud servil frente a la figura masculina, como si fueran esclavas, por el simple hecho de que este lleva dinero a la casa y cree ser dueño de esa mujer por los recursos que puede darle. Mi llamado es al equilibrio como mujeres dominicanas, emprendedoras, entusiastas. Sabemos nuestro valor y no podemos ser relegadas a un plano inferior, ni tampoco querer asumir roles que no nos corresponden. Veamos lo que nos toca y asumamos el ser mujer con orgullo, cabeza en alto y digna conciencia.

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