Formación en valores de camaradería, respeto, inclusión y equidad, YMCA Perú. Cortesía

Filadelfia, PA – En estos meses de pandemia hemos aprendido a comunicarnos con familia y amigos de forma virtual y, en algunos casos, nos hemos acercado con algunos a quienes les habíamos perdido el rastro. El concepto del “mejor amigo” y todo lo que ello implica lo solemos aprender alrededor de los 6 años; ello influye en nuestro desarrollo socio emocional y nuestra salud mental al darnos bienestar. Con los amigos aprendemos a compartir, a desarrollar nuestra empatía, a participar en un grupo, a establecer acuerdos y resolver conflictos; a expresar nuestras emociones y a confiar en el otro; ello fortalece nuestra autoestima y la confianza en nosotros mismos. Experimentamos y entendemos lo que son las relaciones con los demás, fuera de nuestro ámbito familiar, sentando las bases de las relaciones interpersonales que podrían marcar el resto de nuestra vida.

La mayoría de los niños tienen amigos, pero ¿qué pasa con quienes tienen dificultades para hacerse de ellos o para mantenerlos? ¿Qué sentimientos desarrollan? Quienes me conocen, saben que soy amiguera y disfruto de estar con la gente, pero les confieso algo, eso no siempre fue así; de niña solo en familia me sentía segura, protegida y acogida. Tuve la suerte de tener dos hermanos, una hermana y muchos primos; con ellos aprendí a relacionarme. De la escuela primaria guardo recuerdos nada gratos de rechazo y aislamiento; fue solo a finales de mi adolescencia cuando empecé a hacer amigos.

La invitación a formar parte de la YMCA Perú o la “Guay”, cómo solíamos llamarla entonces, hizo que mi vida cambiara de manera drástica. El ambiente que allí se respiraba era muy distinto al que había experimentado tratando de pertenecer a otros grupos. La camaradería, el respeto, la inclusión y la equidad son valores que responden a la misión: “para que todos sean uno” (Juan 17,21). Existía una “cultura institucional de unidad” que se aprendía por imitación de unos a otros, como un “debe ser natural”; algo poco practicado en esos momentos, si tenemos en cuenta que era el inicio de los años 80.

Grupo de líderes voluntarios de la YMCA Perú, generación de los 80. (Cortesía)

Esa sensación de pertenencia al grupo por una acogida inmediata me permitió pasar de ser alguien solitaria a formar parte de la “familia Guayana”. Podía ser yo misma sin miedo al qué dirán o al rechazo social. Aprendí que era posible confiar en otros, que los amigos son de cualquier edad, color, condición social, género o país de nacimiento. Organizando campamentos y reflexiones, contemplando puestas de sol, participando en actividades recreativas y de servicio social y capacitándome como líder comunitaria entendí lo que es “servir sin esperar nada a cambio”. La búsqueda del bien común se convirtió en mi estilo de vida, y lo que más valoro son las amistades que logré y que a pesar de los años y las distancias sigo conservando.  

A todos aquellos que, quizás sin saberlo, me ayudaron a ser quien he llegado a ser, ¡gracias infinitas, porque su amistad sincera salvó mi vida!

petymarcet@gmail.com 

1 COMENTARIO

  1. Cebiche es lo común y era lo común. Hoy día están aceptados también Sebiche , Seviche y Ceviche. Entiendo que la preparación inicialmente tenía ligeras variantes y Cebiche es el de la preparación original, me parece pescado en trozos, limón, cebolla roja , ají y quizá un poco de sal. Otros elementos adicionales son gustos personales y quizá alguna variante escrita de otra forma. Hoy día para el mismo plato se aceptan todas las formas de escritura. Siempre es conveniente – es mi idea personal – es agradable acompañar el plato con un vaso de cerveza bien helada. SALUD !!!

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