Alexa Salas: leyes por un futuro más justo

Alexa Salas es la cofundadora, junto con Yaneli Arismendi y Camilo Toro, del programa “Lanzando Líderes”, de Puentes de Salud, en el sur de la ciudad. El objetivo de este programa es desarrollar las habilidades de liderazgo de los jóvenes, en su tiempo después de clases.

Alexa nació en California, de padres inmigrantes mexicanos. Realizó sus estudios de primaria y secundaria en Phoenix, Arizona. Tuvo su primera experiencia en política a nivel electoral en esa ciudad en 2012, cuando fue voluntaria en la campaña electoral del demócrata Andrei Cherny para representar al Distrito congresual número 9 de Arizona. Aunque Cherny no ganó, allí conoció a un amigo que le habló de la “University of Pennsylvania”. Entonces decidió enviar su solicitud y fue aceptada.

“Ahora que reflexiono, fue muy significativo en mi vida, ya que fui la primera de mi familia en estudiar en Estados Unidos y, además, en salir de mi estado. Empaqué mis maletas y me mudé a Filadelfia”, recuerda. Sus padres la apoyaron y así comenzó sus estudios universitarios en esta ciudad, con la intención de cursar la carrera de ciencias políticas. Sin embargo, durante el primer semestre tuvo una clase acerca de estudios urbanos y decidió cambiarse a esa carrera; “me dio la oportunidad de conocer la ciudad y a sus comunidades más a fondo”, explicó.

El triunfo electoral de Joseph Biden hará una diferencia para los “Soñadores”. Cortesía

Alexa fue voluntaria en Puentes de Salud, cuya misión es promover la salud y el bienestar en la creciente comunidad inmigrante de Filadelfia mediante el cuidado médico, programas educativos y desarrollo del sentido comunitario. Esa misión resonó con la joven estudiante, “como primera generación mexicoamericana, crecí en una familia inmigrante, y disfruté mucho estar en un ambiente en el que podía conectar con partes de mi identidad, al mismo tiempo que hacía servicio comunitario”.

Alexandra Wolkoff, directora de educación, le dio la oportunidad de participar en el programa con inmigrantes para después de clases, que abarcaba hasta el sexto grado. Con el fin de expandir el programa, Alexa envió su solicitud a “President ‘s Engagement Prizes”, de su universidad. Dicho premio permite a los estudiantes del último año de carrera desarrollar programas de servicio en una comunidad, en el primer año después de su graduación.

Gracias a ese premio, el programa “Lanzando Líderes” se extendió hasta el nivel intermedio en la escuela Southwark. Se ofreció apoyo educativo a los estudiantes de preescolar a los estudios superiores, apoyo a los padres y consejería a las familias en general. El programa también ayuda a la misión de Puentes de Salud de abordar los factores decisivos de salud que afectan a la comunidad latina del sur de Filadelfia, apuntando a sanar las sistémicas inequidades sociales que frenan el desarrollo y dificultan la educación al liderazgo.

Terminó una carrera en Estudios Urbanos. Cortesía.

Tras dirigir el programa “Lanzando Líderes” por tres años, Alexa decidió ser abogada. En agosto comenzó sus estudios de Derecho en la Universidad de Pensilvania; por esos días publicó en su página de FB, “con la gran inestabilidad que se encuentra en nuestras comunidades y en nuestro mundo hoy en día, nuestro sistema legal, a pesar de sus fallas, me ha brindado la esperanza de que un futuro más justo es posible”. Ahora más que nunca se siente agradecida por la oportunidad de estudiar leyes y adquirir herramientas eficaces para luchar por la justicia, la reforma del sistema y una sociedad más equitativa.

Gran parte de su pasión por la justicia social se debe a que creció con padres inmigrantes, y cuando tenía 15 años se enteró de que eran indocumentados. “Ese evento fue lo que me impulsó a trabajar por un cambio en mi comunidad en Phoenix”. En 2010, el senado de Arizona aprobó la propuesta legislativa SB-1070, que reforzaba “el respeto a la ley y vecindarios seguros”, pero que era en realidad la medida más radical en contra de los inmigrantes indocumentados en la historia de los Estados Unidos, atrayendo incluso atención internacional.

Sus padres le inculcaron el trabajo arduo desde niña. Cortesía

Esta ley requería que los extranjeros mayores de 18 años llevaran siempre consigo un certificado de registro, y el incumplimiento de este requisito era un delito federal, aunque menor. Además, si un extranjero no llevaba los documentos requeridos en el estado, incluso una infracción de tráfico menor le daba autoridad a la policía de preguntarle por su estatus migratorio.

Hoy en día, sus padres ya son residentes legales. Por ser un ejemplo para los jóvenes con padres indocumentados, por su trabajo de voluntariado y por hacer la diferencia para su comunidad, Alexa es una Joven Vida de Impacto.

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