El restaurante es el resultado de determinación y conocimiento práctico. (Foto: Leticia Roa Nixon)

Karina Sánchez Arellano, es parte del comité organizador de Taco Fiesta 2023, un evento de la Asociación de Empresarios Mexicanos de Filadelfia con motivo del Mes de la Herencia Hispana, que se realizará por segundo año consecutivo el 28 de septiembre al sur de Filadelfia.

Esta Asociación es un grupo de comerciantes inmigrantes cuya misión es apoyar a las empresas mexicanas para que adquieran herramientas, habilidades, representación, y promuevan el desarrollo económico continuo dentro de la comunidad y la ciudad de Filadelfia.

Aunque la asociación ha existido en forma flexible durante casi veinte años, se consolidó y reformó a su forma actual al comienzo de la pandemia de COVID-19 en 2020.

En Impacto estaremos presentando una serie de historias de los restauranteros participantes.

Nacida en el área de San Nicolás de los Ranchos del estado mexicano de Puebla, Karina, conoció a su esposo Ángel Jiménez Hernández, oriundo de San Mateo Ozolco un pueblo vecino, cuando fue su chambelán al cumplir 18 años. Con el paso del tiempo, se enamoraron y se casaron en 2005.

Angel Jiménez, su esposa Karina Sánchez Arellano y su hija. (Foto: Leticia Roa Nixon)

“Mi esposo se vino a Filadelfia en diciembre de 2006 y yo llegué en enero. Le dije o me mandas a traer o me regreso a mi casa porque de lejos no funcionan las relaciones”.

Ángel ya había estado en esta ciudad antes donde estuvo un año y se regresó a México.

Angel empezó trabajando en varios restaurantes. (Foto: Leticia Roa Nixon)

A Karina, ahora de 38 años, al principio no le gusto Filadelfia sobre todo cuando llegó en el invierno y en ese entonces su esposo no tenía nada que darle ya que había llegado solo un mes antes que ella.

Por fortuna, la familia de su esposo ya vivía en el sur de la ciudad “y nos dieron un techo cuando llegamos”. Fue super difícil para Karina por el frío al que no estaba acostumbrada y a la barrera del idioma. “Jamás me imaginé estar en esa situación”.

La ahora empresaria, al principio fue ama de casa, pero luego buscó trabajo. “Como todos los esposos a veces no quieren que trabajemos, pero a mí siempre me  gustó buscar mis medios y empecé haciendo limpieza en un club de baile, después de ahí en unas casas y así me fueron recomendado poco a poco. Tenía un trabajo de medio tiempo”.

Duró dos años antes de que la recomendaran para limpieza de una sola casa donde duró 8 años.

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“Mi esposo siempre ha trabajado en restaurantes en la ciudad y pues él ya tenía mucha noción y conocimiento de cocina y también éramos trabajadores de restaurantes y quisimos abrir nuestro propio negocio como todos los empresarios”.

Karina también trabajó en restaurantes donde aprendió un poco de todo. “Trabajé en Trattoria Giuseppe en Media, y ahí aprendí a trabajar rápido y bien, ya que el dueño era muy exigente. También trabajé una heladería llamada Capogiro que ya la cerraron”.

Su esposo siempre ha trabajado en el sur, en Tinto y en varios lugares propiedad del famoso chef José Garcés para quien trabajó muchos años.

Karina y Ángel rentan el apartamento arriba de lo que ahora es su restaurante. El dueño intentó abrir un restaurante que estuvo funcionando por unos meses. “Una vez vimos el letrero de Se Renta y sin pensarla luego luego le dije a mi esposo, vamos a decirle al dueño a ver si nos lo renta. Al principio no quería porque sabía que es un trabajo esclavizante y porque teníamos a los niños. Le dije a mi esposo que esa era nuestra oportunidad y lo convencí. Tuvimos que renunciar a nuestro trabajo y abrimos el restaurante en el 2016; de la noche a la mañana, prácticamente”.

El nombre del restaurante es honor a su primera hija, que falleció en México y de sus tres hijos. (Foto Leticia Roa Nixon)

En ese entonces no había mucha competencia de restaurantes de comida mexicana en el área donde está el restaurante, pero de recién han abierto varios lugares alrededor, y ella, que se ha distinguido por ser una persona generosa, dice: “Pienso que no es competencia sino apoyo entre comerciantes”.

Además, en su opinión, la comida mexicana no solamente es para mexicanos sino para todas las naciones.

En su restaurante preparan platillos típicos de puebla, como varios tipos de mole elaborados por ellos, y los tradicionales chiles en nogada.

Mucha gente les ayudó al principio para mantener el negocio, sobre todo su familia cercana.

Durante la pandemia pensaron que ya iban a cerrar el restaurante, pues también Karina estaba embarazada de su niña que ahora tiene tres años. “La pandemia me ayudó en lo personal para que siguiera mi embarazo sin hacer tanto trabajo. Pero todos estaban encerrados, ‘fue difícil’, pero no imposible”.

Hubo muchos programas de la Ciudad y Karina aprovechó la oportunidad de participar para preparar comida para los hospitales. Aunque la comida era barata, se vendía mucho y eso les ayudó a salir adelante.

Karina y Ángel entregaban comida a varios hospitales en el centro, norte y sur de la ciudad

“En un día hacíamos 200 burritos y hasta 300 nos llegaron a pedir”. Tienen tres varones grandecitos, su hijo mayor de casi 16 años les ayuda de mesero, una niña de 3 y la menor de dos meses.

Ella cree que sus cualidades de tener determinación y claridad en sus metas son heredadas del buen ejemplo de sus padres que han trabajado mucho toda su vida.

Su mensaje para los inmigrantes que llegan a la ciudad, es que ellos mismos pregunten e investiguen acerca de las oportunidades que hay aquí.

Aquí puedes adquirir los boletos.

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