Alejandra Vázquez con la pequeña Alexa Sánchez. (Foto: Cortesía)

¿Sabía que durante el embarazo el bebé adquiere inmunidad (protección) contra enfermedades a través de la madre gestante? Esta inmunidad lo protegerá contra algunas enfermedades durante sus primeros meses de vida, aunque disminuye con el paso del tiempo.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, (CDC) tienen directrices para las vacunas que necesita antes, durante y después del embarazo. Algunas vacunas, como la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR, por sus siglas en inglés), deben aplicarse al menos un mes antes de quedar embarazada. La vacuna Tdap (para ayudar a protegerse de la tosferina) debe recibirla durante su embarazo. Otras vacunas, como la vacuna inyectable contra la influenza (gripe), se puede aplicar antes o durante el embarazo, dependiendo de que sea o no la temporada de influenza cuando esté embarazada. Recibir vacunas inmediatamente después de dar a luz es seguro para usted, aun cuando esté amamantando. Antes de vacunarse, asegúrese de conversar con su profesional de atención médica sobre cada vacuna.

Alejandra se embarazó durante la pandemia, y se vacunó contra el COVID en la Ciudad de México. Con siete meses de embarazo y dos hijos adolescentes, una noche mientras su esposo regresaba de viaje, cenó y se fue a descansar. Soñaba con el nacimiento de su bebé, previsto para el 5 de enero, pero la pequeña Alexa, dentro del vientre de su madre, tenía otros planes.

A mitad de la noche de ese 27 de noviembre del 2021, Alejandra sintió húmeda su cama, una mancha roja en las sábanas la hizo levantarse asustada. Sintiendo un fuerte dolor, temerosa de lo peor, valientemente bajó sentada las escaleras. Pidió un taxi y se dirigió al hospital donde su esposo la alcanzó. La madre fue intervenida de urgencia por una fisura en la placenta, pero su bebé no lloró al momento de nacer. “Yo estaba en shock, sentí mucho miedo y sólo hice lo que los médicos me decían”, dijo Alejandra. Afortunadamente, Alexa respondió, pero habiendo nacido sietemesina, estaba débil y muy pequeñita, por lo que se quedó en el hospital por seis largas semanas.

Alexa se contagió de COVID-19 mientras estaba en el hospital después de nacer a los siete meses de gestación. (Foto: Cortesía)

El 6 de enero, Alexa por fin salió del hospital. Alejandra recuerda “El día que llegué al hospital el médico me dijo, ‘señora si usted tarda cinco minutos más en llegar, ninguna de las dos estaría viva’, eso me impactó, y me prometí cuidar muy bien de mi bebé y de mí”, algo que pondría a prueba diez días después. Alejandra observó que su hija sufría de apneas al dormir, no quería comer, lloraba mucho, aunque la notaba “tranquila”, respiraba agitada y estaba muy fría. Sin dudarlo, la llevó al hospital, y tras varios exámenes, los médicos no sabían que le ocurría a la niña, y la internaron nuevamente. Al tercer día, el papá se sintió mal, le costaba trabajo respirar y había perdido el sabor. Alejandra muy angustiada en el hospital recibió la llamada de su esposo “¡Ale, los niños y yo nos hicimos una prueba covid, y salimos positivos!”, ella inmediatamente se lo comunicó a los médicos, quienes realizaron una prueba a Alexa y efectivamente, la bebé tenía COVID-19. Esa tarde, otro bebé, nacido en el mismo lugar y día que Alexa, resultó con COVID-19 también. Lo raro es que Alejandra resultó COVID negativo.

De acuerdo con el reporte médico, Alexa llegó con 70% de oxigenación y con una temperatura de 32°C (89.6°F). Los médicos administraron salbutamol y esperaron a que la niña reaccionara, sin muchas esperanzas de éxito. Alejandra no volvió a ver a su niña hasta cinco días después que los médicos le comunicaron “Alexa es una niña guerrera que no se dejó vencer por el COVID-19”, recuerda emocionada.

Alexa salió en medio de aplausos del hospital; ya está con sus padres y sus hermanos, todos fuera de peligro. Existe la teoría de que el día que Alexa nació fue infectada, al igual que el otro bebé, por una enfermera emergente que había asistido al hospital para recibir la vacuna anti-covid, y que había resultado con COVID-19 días después. Y la bebé era quien había contagiado a su familia. Alejandra, nos mencionó que gracias a los anticuerpos que producen las madres recién paridas le ayudó a elevar su sistema inmune y no contagiarse con el virus.

“Gracias a que fui muy observadora con mi hija supe que algo andaba mal. Me resulta sorprendente cómo diagnosticar COVID-19 en los bebés cuando ellos no son capaces de manifiestan ninguna molestia”, dijo Alejandra, quien finalmente pide a las madres tener constante contacto visual con sus hijos recién nacidos para detectar cualquier anomalía en ellos.

COVID-19 EN RECIÉN NACIDOS

La información sobre el COVID-19 cambia constantemente, sin embargo, hasta la fecha no hay casos documentados de transmisión de este virus al bebé en gestación, pero ¿qué pasa con los bebés recién nacidos infectados después del alumbramiento?

De acuerdo con Clínica Mayo (middlesexhealth.org) los niños menores de un año parecen tener un mayor riesgo de presentar una enfermedad grave por COVID-19 que los niños mayores. Es posible que esto se deba a que su sistema inmunitario todavía es inmaduro, y sus vías respiratorias son pequeñas, lo que puede hacer más probable que presenten problemas para respirar si contraen infecciones virales en las vías respiratorias. Los recién nacidos pueden infectarse con el virus durante el parto o por exposición a cuidadores enfermos después del parto.

Lo que, si se ha demostrado ampliamente, es que el hecho que las madres se hayan vacunado durante su embarazo también protege a sus hijos contra complicaciones mayores, inclusive a través de la lactancia.

EL DATO

Actualmente, las autoridades de salud de la Ciudad de Filadelfia trabajan en la logística para aplicar las vacunas anti-covid en bebés y niños menores de 5 años, ya que sería a través de los pediatras y no en las farmacias como el resto de la población.

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