Dando testimonio en la Alcaldía/José Hernández

“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles” Bertolt Brecht.

Filadelfia, PA – María Serna fue la primera en organizar y encabezar un grupo para la lucha por licencias de conducir para residentes indocumentados en Pensilvania.

En 2009, María recibió una carta de PennDOT (el Departamento de Transporte de Pensilvania), la misma que recibieron cerca de 500,000 inmigrante en este estado. “Dicha carta decía que tenía que entregar mi licencia de conducir. Sin saber qué hacer, muchos miembros de la comunidad empezamos a organizar reuniones en el Noreste de Filadelfia. Después de varias reuniones, decidimos llevar a la corte al Estado de Pensilvania, demostrando que el estado violó nuestro derecho al debido proceso. Ganamos el caso y ahora puedo mostrar mi licencia de conducir”, afirma María.

Sin embargo, ese no fue el caso para miles y miles de inmigrantes que carecen de un documento de identidad y sin el privilegio de poder conducir. “Cuando se cruza en su camino la policía, muchos indocumentados en realidad comienzan un proceso de deportación. Estas deportaciones han separado familias y han dejado a niños y jóvenes sin uno o los dos padres que los cuiden”, precisa la activista.

Ni una Deportación Más/Cortesía

Como miembro de JUNTOS, la organización no lucrativa que lucha por los derechos humanos de los inmigrantes, María ha peleado durante años con otros activistas para dar fin a las regulaciones que separan a las familias en Filadelfia y para que se reestablezca la confianza de la comunidad inmigrante en la policía y en las autoridades reguladoras de la inmigración.

Su participación en las luchas por la justicia social no se ha limitado solo a los asuntos de inmigrantes de Filadelfia, María fue parte de la primera protesta en esta ciudad por la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa en México y recientemente estuvo en una marcha en el Parque del Amor para pedir justicia en el caso de la soldado Vanessa Guillén asesinada el 22 de abril de 2020 en la base militar de Fort Hood, TX.

María ha estado presente en manifestaciones, marchas, protestas y visitas a legisladores en Filadelfia, York, Allentown, Washington, D.C. entre otros lugares, ya sea para parar deportaciones o para exigir mejores condiciones de vida para los inmigrantes.

Javier Flores García saliendo de Santuario/Cortesía

Quizás una de las acciones más intrépidas en su historial de activista, fue cuando tomada de la mano de su hijo, Miguel Esteban Andrade, bloquearon junto con otros miembros de Juntos, la salida de vehículos de la Oficina de Inmigración y Aduanas de Filadelfia el 11 de diciembre de 2013.

Tener voz, siempre ha sido importante para María. Fue parte del grupo de comentaristas de Radio Unidad cuyos programas se transmitían en la estación WPEB, 88.1 FM y luego tuvo su programa Juntos con la Comunidad en Philatinos Radio en el sur de Filadelfia. Junto con otros siete estudiantes, participó en el Programa Piloto de PhillyCAM de los primeros productores latinos de esa organización sin fines de lucro.

Desde hace algunos años, la bandera Colombiana es izada en el city hall philadelphia, el dia de la independencia de colombia. . Grupo de Colombianos izando la bandera. – Foto Cortesía Santiago Oliveros

20 años para adquirir su ciudadanía

María llegó a Filadelfia, procedente de su natal Colombia, con su esposo y dos hijos a finales de los 90s.  En ese entonces, ya vivían más de una docena de miembros de su familia en la ciudad.

En su país tenía una carrera en dibujo de bocetos de edificios en una empresa de arquitectos. Con limitado uso del idioma inglés, encontrar un trabajo similar sería difícil.

Cuando su familia llegó a Filadelfia tenían visas de turista. Tenía la intención de obtener una residencia permanente, sin embargo, María no calificaba para ello.

Al igual que muchos inmigrantes indocumentados, la limpieza de casas fue una opción para ganar un ingreso.

Pasaron 15 años y tras investigar, María encontró una cláusula en la legislación llamada “Life Act” (Legal Immigration Family Equity Act) que le ayudaría para su estatus migratorio. Esta legislación fue aprobada por el Congreso y firmada por el presidente Bill Clinton en 2000. Esta ley expandió la elegibilidad de visas temporales para parientes cercanos de residentes permanentes y ciudadanos de Estados Unidos. Así, María pudo obtener su visa permanente, la “tarjeta verde” y poder solicitar la ciudadanía.

Por su determinación, su voluntariado en Juntos, su activismo incansable y su lucha por la justicia social y los derechos de los inmigrantes, María P. Serna es una Colombiana de Impacto.

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