Filadelfia, PA- En la comodidad de nuestra casa hemos probado lo que es el encierro durante algunos meses, aunque podemos salir a dar una caminata, y a comprar alimentos, ha sido una dura prueba para muchos de nosotros que finalmente vemos que pasaremos de la fase amarilla a la verde, pero hay familias vecinas que vienen viviendo un encierro extremo.
Este 20 de junio se celebra el Dia de los refugiados, la familia Artillero esta buscando resolver su situación migratoria buscando el estatus de refugiados por una triste historia de violencia y muerte de la que vienen huyendo, por la que varias organizaciones, y abogados la han apoyado creyendo que merece ganar el caso.
Carmela Apolonio Hernández lleva viviendo en Santuario dos años y medio con sus cuatro hijos Fidel, Keyri, Joselyn y Edwin en esta ciudad. Debido al coronavirus, sus hijos no pueden ir a la escuela y están sumamente estresados. Actualmente se encuentran en Santuario en “Germantown Mennonite Church”, en Germantown.
Esta es la petición de ayuda de Carmela, en sus propias palabras:
“Yo les voy a hablar con la verdad. Mis hijos están bien estresados ya que no tienen clases. Las tenían aquí en la iglesia, pero ya terminaron. Así que para ellos los días son más eternos y difíciles, se estresan mucho y tengo miedo a que ya no quieran seguir aquí o el estrés los lleve a otra cosa, ¿verdad? Entonces yo les pido a ustedes que por favor me apoyen más de lo que han estado apoyando a que compartan con sus amigos y familiares la información incluida en este volante. Pídanles que por favor hablen a sus congresistas y así puedan luchar con nosotros porque realmente que de verdad los necesitamos urgentemente… No es lo mismo como estar en una casa como vivir en la iglesia; en verdad es bien difícil. ¡Es bien estresante saber que no tienes tu libertad, que no puedes salir, que tienes que estar constantemente las 24 horas en una iglesia, es bien difícil!
Solamente las personas que estamos viviendo en Santuario sabemos lo que se siente y lo que duele saber que tus hijos están contigo y que están perdiendo la fuerza para seguir luchando.
Edwin (mi hijo menor) me preguntó, ¿cuándo vamos a salir de Santuario? Es algo bien difícil y para mí tan duro no contestar esa pregunta.
Yo dije que ya no iba a llorar, pero es imposible, no puedo hacerlo. Me duele mucho porque él tiene miedo también de salir al patio de la iglesia y enfermarse. Yo le he dicho que salga ahí al patio, pero no quiere salir y dice que se va a enfermar. Ya no sé qué voy a hacer con ellos para desestresarlos ya que no hay muchas cosas qué hacer aquí en la iglesia para que ellos puedan seguir luchando.
Entonces yo les pido a ustedes que como comunidad han luchado por mi familia, pero necesitamos más llamadas para los congresistas para que ellos pongan más empeño en nuestro caso. De verdad que sería una gran victoria que llamen a sus congresistas y quiero darles las gracias de corazón que compartan el volante y nos ayuden, porque solamente ustedes pueden hacerlo”.
