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Joe Biden, tercer intento por llegar a la Casa Blanca

El exvicepresidente y candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, durante un acto de campaña celebrado en Dunmore, Pensilvania, el pasado 9 de julio de 2020.

Sirvió seis mandatos como legislador. Tras su segundo intento frustrado de alzarse con la presidencia, en 2007, Barack Obama le pidió que fuera su mano derecha. Ahora, a los 78 años, aspira a convertirse en el presidente de mayor edad en la historia del país.

WASHINGTON, D.C. – El exvicepresidente Joe Biden, el demócrata llamado a enfrentarse con el presidente Donald Trump en las elecciones del 3 de noviembre, protagoniza su tercer intento de acceder a la Casa Blanca, aunque es la primera ocasión en que tiene básicamente asegurada la nominación de su partido.

Si gana los comicios y toma posesión del cargo en enero del año próximo, Biden se erigirá como el 46º comandante en Jefe del país. Para entonces, tendría 78 años, lo que le convertiría en el presidente de mayor edad en la historia de EE.UU., sobrepasando al propio Trump, que se hizo con la presidencia a los 70 años de edad.

Biden ha dicho a lo largo de meses de campaña, que está tratando de poner fin a la “aberrante” administración Trump.

“Estamos en una batalla por el alma de Estados Unidos”, dice Biden en la página web de su campaña. “Es hora de recordar quiénes somos. Somos estadounidenses: fuertes, resistentes, siempre llenos de esperanza. Es hora de tratarnos el uno al otro con dignidad. De construir una clase media que funcione para todos. De luchar contra los increíbles abusos de poder que estamos viendo. Es hora de escarbar profundo y recordar que nuestros mejores tiempos están aún por venir”.

Biden ha caracterizado a Trump como un líder inadecuado para el mundo libre, diciendo que “es hora para un liderazgo respetado en el escenario mundial, y de un liderazgo digno en casa”.

Debido a las restricciones impuestas por la pandemia, ha realizado su campaña principalmente desde su hogar, en el estado de Delaware, con ocasionales visitas a Wilmington, la ciudad más grande del estado, y a la cercana Filadelfia, en Pensilvania, para hacer discursos y participar en discusiones de políticas con pequeños grupos de personas.

El exsenador solo ha realizado una conferencia de prensa durante tres meses y ha evitado las grandes concentraciones políticas por miedo a contraer o a contribuir al avance del coronavirus..

Logros y vida personal

Tras graduarse de la Universidad de Delaware y la Facultad de Derecho de Syracuse, Biden, a la edad de 29 años, se convirtió en 1972 en uno de los legisladores más jóvenes en ser elegido para el Senado estadounidense. Pero semanas después de la elección, una tragedia personal golpeó su vida. Su esposa, Neilia, y su hija de un año, Naomi, murieron en un accidente de tránsito mientras hacían compras de navidad.

A Biden se le cruzó por la mente la idea de renunciar a su recién logrado escaño en el Senado para cuidar de sus otros dos hijos, ambos varones; pero en cambio, empezó a realizar un recorrido de 90 minutos en tren para llegar a Washington y luego regresar a casa del mismo modo todos los días, una práctica que conservó durante seis períodos, 36 años en total, en el Senado.

Años después de la muerte de su primera esposa, Biden conoció y luego se casó con Jill Jacobs Tracy, una aspirante a profesora escolar, con quien tuvo una hija, nacida en 1981.

Biden aspiró a la presidencia en 1987 y 2007, pero en ambas ocasiones no logró obtener un apoyo suficiente por parte de los votantes como para superar las primarias. Tras retirarse de la campaña en el 2007, el entonces candidato Barack Obama le pidió que se uniera a su proyecto. Los dos ganaron la elección del 2008 y la reelección en el 2012. Biden fue el vicepresidente de Obama durante sus ocho años de mandato.

Política exterior

Mientras estuvo en la Cámara Alta, Biden fue miembro de la influyente Comisión de Relaciones Exteriores y en dos ocasiones fue el presidente de dicha comisión. Se opuso a la Guerra del Golfo Pérsico en 1991, pero votó autorizando la invasión de Irak, en el 2003. Abogó por la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Bosnia, en 1994.

Mientras era vicepresidente con Obama, ayudó a formular la política estadounidense hacia Irak, incluyendo la retirada de las tropas en el 2011. También apoyó la intervención militar en Libia, encabezada por la OTAN en 2011.

Visión para Latinoamérica

Al igual que la administración Trump y más de cincuenta países, Biden reconoce a Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela, no a Nicolás Maduro. Sin embargo, el exvicepresidente se ha mostrado interesado en encontrar un balance entre la política de presión del actual gobierno, que se plasma en la imposición de sanciones, y  el empoderamiento de los venezolanos.

Respecto a Cuba, cabe señalar que fue la administración Obama la que puso en marcha una reapertura diplomática y económica con respecto a la isla. Ya ha expresado que, en caso de alzarse con la victoria en los comicios de noviembre, retomaría esta política, a la que puso fin el presidente Trump en 2017.

En cuanto a la cuestión migratoria, Biden se ha comprometido a poner fin a los recientes acuerdos alcanzados por la Casa Blanca con Honduras, Guatemala, El Salvador y México, como el Protocolo de Protección de Inmigrantes, por considerar que su objetivo es cerrar las puertas a aquellos hispanos que buscan una nueva vida en Estados Unidos. 

Su trayectoria

Biden jugó otros papeles importantes durante sus años en el Senado, especialmente en la elaboración de leyes contra el crimen, como una prohibición federal sobre el uso de armas de asalto que estuvo vigente por diez años, hasta el 2004, pero que no fue renovada. Respaldó severas sentencias para los criminales convictos, una postura que ha modificado en su campaña a la presidencia en el 2020. Ahora sostiene que “demasiadas personas están encarceladas en Estados Unidos y demasiadas de ellas son negras o marrón”, que es como se identifica en EE.UU. a las personas de ascendencia hispana.

El exvicepresidente ha dicho que considera la Ley Sobre Violencia Contra las Mujeres, “la más importante legislación” que el promovió en el Congreso durante sus tiempos de senador.

Pero fue su manejo de los testimonios en la confirmación de la nominación del jurista afroamericano Clarence Thomas, un conservador propuesto para la Corte Suprema por el entonces presidente George H.W. Bush , lo que durante años ha incomodado a los rivales de Biden dentro de su propio partido.

Anita Hill, una abogada y compañera de trabajo de Thomas, acusó al magistrado de acoso sexual y testificó en su contra, una denuncia que el juez siempre rechazó. Pero Biden, por aquel entonces presidente de la Comisión Judicial del Senado, no permitió la participación de más testigos para corroborar el testimonio de Hill. Grupos de mujeres y activistas legales liberales criticaron enérgicamente a Biden por su manejo de las audiencias.

Finalmente el Senado confirmó por un escaso margen la nominación de Thomas, quien aún a día de hoy sigue sentado en la Corte Suprema de Justicia. En abril del 2019, Biden llamó a Hill para expresarle su arrepentimiento por la manera en que condujo aquellas audiencias, sin embargo, ella ha manifestado que aún sigue molesta con su proceder.

Plataforma

Una potencial presidencia de Biden podría ser un reflejo de los ocho años de Obama en la Casa Blanca, con políticas que promoverían causas progresistas para la igualdad racial y los derechos de las mujeres en Estados Unidos, así como acuerdos internacionales.

Mientras Trump ha sacado a Estados Unidos de acuerdos multinacionales de comercio, control nuclear y defensa del medio ambiente que consideraba no representaban los mejores intereses del país, casi con total seguridad Biden intentaría restaurar el papel de Estados Unidos en el extranjero.

En el plano doméstico, Biden a lo largo de años ha tenido una reputación de cruzar las líneas partidistas para trabajar con legisladores republicanos. Pero durante la prolongada lucha por la nominación presidencial demócrata, Biden ha rechazado las críticas de que él no es lo suficientemente liberal para el Partido Demócrata actual, llegando a asegurar en marzo: “yo tengo el récord más progresista de todos los candidatos en esta contienda”.

Biden enfatizó el historial de la administración Obama, incluyendo la expansión de los servicios de salud, el respaldo a los esfuerzos por legalizar los matrimonios de homosexuales, y abogando por el rescate gubernamental de la industria automovilística.

Biden afirma que Trump ha abandonado la lucha contra la pandemia del coronavirus, agregando que él “detendría la pantomima política y la deliberada desinformación que ha aumentado la confusión y la discriminación”. Además, se ha comprometido a que «las decisiones sobre salud pública sean tomadas por profesionales y no por políticos”.

Mientras los berrinches y las burlas por Twitter han sido una de las insignias de la Casa Blanca de Trump, las meteduras de pata verbales de Biden le han dado al actual presidente la oportunidad de asegurar que el candidato demócrata ha perdido sus capacidades mentales con la edad. En semanas recientes Biden dijo que estaba postulándose para el Senado, en lugar de la presidencia, y en otra ocasión dijo que 120 millones de estadounidenses han muerto por el coronavirus, en lugar de 120.000.

“Si yo alguna vez dijera algo tan mortificantemente estúpido, los medios de noticias falsas caerían sobre mí con toda su venganza. Esto va más allá de un error normal”, dijo Trump a través de Twitter.

Pero Biden, al preguntársele si su capacidad mental ha menguado, replicó: “Mira, todo lo que tienes que hacer es observarme y no puedo esperar para comparar mi capacidad intelectual con la capacidad intelectual del hombre contra el que estoy compitiendo”.

Los dos candidatos planean enfrentarse en tres debates en septiembre y octubre.

(Con la colaboración de Megan Duzor y Rafael Salido)

Biden pide salvar «el alma» de EEUU y Trump agita el nacionalismo más hostil

Horas antes de que abran los colegios electorales en EE.UU., el candidato demócrata a la Presidencia, Joe Biden, urgió a los votantes a salvar «el alma de la nación», mientras que su rival, Donald Trump, se aferró a su nacionalismo más hostil y se perfiló como la opción antisistema.

Los dos aspirantes celebran este lunes mítines en el puñado de estados que decidirán el resultado de los comicios.

Biden comenzó la jornada en Ohio, donde Trump ganó por ocho puntos porcentuales hace cuatro años y donde el ex vicepresidente argumentó que las elecciones representan una «batalla por el alma de la nación», el mismo mensaje que ha abanderado desde el incio.

Además, el ex vicepresidente definió las elecciones como un referéndum sobre la moral de EE.UU. y sobre el liderazgo de Trump, al que acusó de «azuzar las llamadas del odio».

«Cuando EE.UU. vota, su voz será escuchada. Cuando EE.UU. es escuchado creo que el mensaje se va a oír alto y claro, es hora de que Donald Trump haga las maletas y se vaya a casa. Ya hemos tenido bastante caos, ya hemos tenido bastantes tuits, ya hemos tenido bastante rabia, ya hemos tenido bastante irresponsabilidad. ¡Tenemos mucho trabajo por hacer!», gritó.

BIDEN, UN LÍDER SENSIBLE Y MODERADO

Una de las grandes fortalezas de Biden es su capacidad para empatizar con los estadounidenses, que le ven como alguien cercano, un líder de centro con raíces de familia trabajadora, por lo que podría entender la ansiedad de quienes sufren con las consecuencias sanitarias y económicas de la pandemia.

Biden aprovechó esa imagen que EE.UU. tiene de él y, en un momento del mitin en Ohio, se inclinó sobre el atril e hizo una confesión aparentemente ensayada.

«Os voy a decir una cosa -dijo- lo que más me ha molestado de todo esto, lo que emocionalmente más me ha molestado, es la forma en la que (Trump) ha hablado de quienes se han vestido el uniforme militar, el que les llamara perdedores y fracasados».

Recordó entonces a su hijo, Beau, fallecido de cáncer en 2015, y que siendo el fiscal general de Delaware decidió irse de voluntario a la guerra de Irak durante un año.

«¡Mi hijo no era un perdedor, mi hijo no era un fracasado, mi hijo era un patriota, como todos los hijos e hijas, padres y abuelos que han servido al país en el Ejército!», clamó Biden, que estuvo acompañado por cuatro de sus nietos.

PENSILVANIA, ESTADO CLAVE PARA BIDEN

Este lunes, Biden y su esposa, Jill, también celebran actos de campaña en la parte oeste de Pensilvania y juntos cerrarán la campaña en Pittsburgh, emblema de la industria de EE.UU., y donde actuará la cantante Lady Gaga.

Mientras tanto, la aspirante demócrata a la Vicepresidencia, Kamala Harris, está haciendo campaña en el este de Pensilvania y cerrará el día en Filadelfia, donde compartirá escenario con John Legend.

La campaña de Biden está concentrando sus últimos esfuerzos en Pensilvania por su gran peso en el Colegio Electoral y porque la batalla allí está especialmente reñida: Trump ganó en 2016 por menos de un punto porcentual y, ahora, las encuestas dan a Biden una ventaja de entre 4 y 5 puntos, que es significativa pero podría caer dentro del margen de error de algunos sondeos.

Pensilvania, además, tiene un significado especial para Biden, ya que su campaña tuvo su sede en Filadelfia hasta el comienzo de la pandemia y él nació hace 77 años en la localidad de Scranton, en el noreste del estado.

US President Barack Obama (L) and US Vice President Joe Biden (R) shake hands at the signing of the 21st Century Cures Act in the Eisenhower Executive Office Building in Washington, DC, USA, on 13 December 2016. EPA-EFE/MICHAEL REYNOLDS

TRUMP, PERPETUO CANDIDATO ANTISISTEMA

En un movimiento provocador, Trump dio su segundo mitin electoral del día en Avoca, a solo 15 minutos en coche de Scranton, y donde fue recibido con los aplausos de una marea de seguidores con gorras rojas y banderas de EE.UU., y entre los que se encontraba el británico Nigel Farage, uno de los cabecillas por el Brexit.

«En 2016, Pensilvania votó por sacar a este corrupto aparato de Washington y elegisteis a alguien ajeno a ese aparto y que, finalmente, está poniendo a EE.UU. primero. Si no sueno como un político tradicional de Washington es porque no soy un político», manifestó.

«Si no sigo las reglas de Washington o del aparato político de Washington -añadió- es porque fui elegido para luchar por vosotros, para luchar más fuerte que nadie antes».

Trump repitió ese mismo mensaje en su primer mitin del día, en Carolina del Norte, y en lo que representa un intento para perfilarse como el candidato antisistema pese a ser el actual presidente, pero como contraste a Biden, cuya carrera política se extiende a casi cinco décadas.

Después de sus actos en Carolina del Norte y Pensilvania, Trump se dirigirá a Traverse City (Michigan), Kenosha (Wisconsin) y Grand Rapids, también en Michigan y de gran contenido simbólico para el mandatario porque allí cerró la campaña hace cuatro años.

En la imagen un registro del presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, en la Casa Blanca, en Washington DC (EE.UU.). EFE/Stefani Reynolds/Archivo

DEFIENDE LA AGRESIÓN A LA CAMPAÑA DE BIDEN

En sus mitines de hoy, Trump promovió sus políticas nacionalistas contra el libre comercio, prometió promover la industria del petróleo y el gas para que EE.UU. sea «autosuficiente» y arremetió contra el «adoctrinamiento» de la izquierda en las escuelas; pero, evitó salirse del guión.

Fue en Twittter donde defendió a un grupo de sus seguidores que, montados en decenas de vehículos, obligaron a un vehículo oficial de la campaña de Biden a echarse a un lado en una carretera de Texas el viernes, algo que el FBI confirmó está investigando.

«¡Esa historia es FALSA. No hicieron nada malo!», cargó Trump en Twitter.

La jornada electoral de EE.UU. comenzará oficialmente el martes por la mañana, cuando empiecen a abrir los colegios electorales de la costa este.

Sin embargo, 97 millones de estadounidenses ya han acudido a las urnas de manera adelantada, lo que representa más de dos tercios del total de los votos de 2016, de acuerdo a los datos recopilados por U.S. Elections Project de la Universidad de Florida.

Puerto Rico reporta aumentos en hospitalizados y en intensivo por la covid-19

 El informe del Departamento de Salud de Puerto Rico reportó este lunes siete muertes por la covid; mientras, se registraron 859 casos confirmados positivos y 622 casos probables adicionales y los hospitalizados alcanzan los 443, aumentando también aquellos conectados a un respirador y en intensivo por el virus.

Los decesos reportados fueron catalogados como confirmados.

Se trata de personas de entre 43 y 85 años de la zona metropolitana y Bayamón.

Con estos fallecimientos adicionales, las muertes confirmadas suman 639 y las probables son 200, por lo que el total de decesos es de 839.

El número de hospitalizados es de 443 (429, este domingo), los adultos en intensivo son 68 (61) y ya no hay menores en vigilancia intensiva por el virus.

Los adultos conectados a un respirador son 51 (43) y ya no hay menores en la misma situación.

De otra parte, el total de los resultados de casos confirmados de la covid-19 es de 35.405 de los cuales 19.050 son mujeres y 16.355 son hombres.

El total de casos confirmados fue ajustado tras sumar 13 casos con fecha de toma de muestra del 18 de junio al 14 de octubre; además, se restaron ocho casos duplicados.

Como parte del reporte, se registraron 622 casos probables adicionales, con fecha de toma de muestra que comprende del 19 al 30 de octubre.

En este apartado, el total es de 32.767 tras ser ajustado, al restar 55 casos que tuvieron una prueba molecular positiva, posteriormente, y se sumaron a los casos registrados como parte de este informe; además, se sumaron 81 casos con fecha de toma de muestra del 3 de junio al 17 de octubre y se restó un caso duplicado.

Los casos probables se dividen en 18.300 mujeres y 14.467 hombres.

La capital, San Juan, con 6.716 (sábado, 6.592), es la localidad con más casos de toda la isla que tiene una población de 3,2 millones de personas.

Latinos se movilizan a pocas horas de la elección presidencial en EE.UU.

Esta combinación de imágenes creadas el 1 de noviembre de 2020 muestra a los partidarios del presidente de EE.UU., Donald Trump, y del candidato presidencial demócrata Joe Biden, durante varios mítines de campaña en estados clave a fines de octubre [AFP]

MIAMI, FLORIDA – En menos de 24 horas abren los centros de votación para dar inicio a unas elecciones cuyos pronósticos dan unos resultados muy ajustados. El candidato republicano y su contrincante demócrata apuran para visitar aquellos estados indecisos, donde las encuestas no han podido definir claramente un ganador.

El objetivo es cautivar el voto de los indecisos, especialmente de la comunidad latina que puede acabar decidiendo quién ocupará la Casa Blanca durante los próximos cuatro años.

Este domingo Donald Trump visitó cinco estados: Michigan, Iowa, Carolina del Norte, Georgia y Florida, mientras que Joe Biden se centró en Pensilvania tratando de asegurar los 20 votos electorales.

Gloria Cabrera es una nicaragüense que lleva casi dos décadas en Miami, Florida. Ella apoya la candidatura republicana porque considera que el actual mandatario es “la esperanza para la libertad de los pueblos”.

El miedo por la posible llegada de Joe Biden a la Casa Blanca ha incrementado entre los simpatizantes hispanos de Donald Trump, cuyo discurso de que su contrincante está respaldado por la izquierda más radical de Cuba, Nicaragua y Venezuela ha calado entre su electorado.

“Él (Donald Trump) ha hecho grandes cosas para evitar que se expanda el socialismo en América. Tenemos la desconfianza porque los hemos visto (a los demócratas) muy amistosos con eso”, dijo la mujer, que ya ha votado anticipadamente en estas elecciones.

Una simpatizante de Donald Trump en el evento de campaña en el aeropuerto de Opa-Locka, Florida, este domingo 1 de noviembre de 2020.

Andrea Cristina Mercado, directora ejecutiva de la Nueva Mayoría de la Florida, un grupo que apoya abiertamente a Joe Biden, rechaza el discurso adoptado por Trump sobre una hipotética implantación del comunismo en Estados Unidos en caso de que la candidatura demócrata acabe saliendo victorioso de los comicios.

“No me sorprende que diga eso porque él ha estado mintiendo desde el principio por años, él también ha estado mintiendo usando a los inmigrantes como chivos expiatorios con esta retórica de miedo y de división, y yo creo que la mayoría de personas en este país están hartas de tanta división y odio y quieren un cambio”, subraya la portavoz de esa organización en declaraciones a la Voz de América.

La campaña se ha celebrado en unas condiciones atípicas: en medio de una pandemia y con la preocupación de una grave crisis económica por el impacto que ha supuesto el cierre de muchas industrias y negocios en el país.

“La economía, la salud y la seguridad del país es lo que más nos preocupa”, comentaron Alicia y Osvaldo Cabrera, un matrimonio cubanoamericano que acudió al mitin de Donald Trump a última hora de este domingo en el aeropuerto de Opa-Locka, aledaño a la ciudad de Miami.

Aymée Delgado también acudió al acto de campaña del presidente porque “necesitaba apoyarlo en su reelección”. Ella no confía en las encuestas, que están dando ganador a Biden con una ligera diferencia de siete u ocho puntos porcentuales, y sostiene que a los eventos de la campaña demócrata “han ido muy pocas personas”, a pesar de que el partido de Joe Biden ha extremado todas las precauciones y ha evitado celebrar actos multitudinarios.

El voto latino de Florida está dividido entre Trump y Biden

Por su parte, Carlos Naranjo, un activista demócrata, siente que “va a haber una revancha” y espera que “la justicia y la dignidad que nos merecemos se cumpla”. “No puede ser que el presidente esté en el poder, estamos animando a la gente para que vayan a votar y, por fin, tengamos un nuevo liderazgo”, afirmó.

Una integrante de la campaña de Joe Biden levanta un cartel con el mensaje «Bye Don» (Adiós Don) para pedir la derrota del presidente Donald Trump en las próximas elecciones.

Más de 92 millones de personas ya han ejercido el voto en Estados Unidos. Se espera una gran participación e, incluso, se podrían romper récords con más de 150 millones de votantes.

El mensaje, en un lado y otro, es el mismo: “Hay que ir votar”.

México, ante el dilema de lidiar con Trump o comenzar de cero con Biden

EFE/EPA/KAMIL KRZACZYNSKI

México. – Las elecciones en Estados Unidos han puesto a México ante el dilema de lidiar cuatro años más con Donald Trump, con quien Andrés Manuel López Obrador ha tejido una relación cordial pese a sus exabruptos, o iniciar de cero una incierta relación con Joe Biden en la Casa Blanca.

Oficialmente, el Gobierno de México «no tiene preferencia» entre Trump y Biden, y asegura que quiere «fortalecer las relaciones» con el mandatario que elijan los estadounidenses.

«Trabajaremos con el próximo presidente y con el Congreso para asegurar el bienestar de nuestros connacionales, que son parte esencial de la economía y la sociedad de Estados Unidos, y para hacer avanzar a nuestros países y a la región», dijo este domingo a Efe un portavoz de la Cancillería mexicana.

Pero a nadie se le escapa que un cambio de color político en Washington puede afectar las relaciones entre estos dos países separados por la frontera más larga del mundo en asuntos clave, y muchas veces espinosos, como la migración, la seguridad y el narcotráfico.

«En pocos países las elecciones en Estados Unidos abren tanta expectativa como lo hacen en México», resumió a Efe Guadalupe González, experta en relaciones internacionales del Colegio de México.

LA AMISTAD ENTRE LÓPEZ OBRADOR Y TRUMP

Aunque López Obrador había prometido enfrentarse a Trump por su política migratoria, cuando el mexicano asumió el poder en 2018 ambos exhibieron cierta sintonía por su manera de ser y por representar proyectos políticos opuestos a los anteriores gobiernos.

«A todo el mundo le ha costado lidiar con Trump, pero con López Obrador ha habido cierto entendimiento político basado en la empatía entre los dos, y no tanto entre los Gobiernos, que ha permitido a México sortear algunas amenazas», explicó González.

La escenificación máxima de esta amistad fue la visita el pasado julio a la Casa Blanca por parte de López Obrador, quien no ha salido de México por ningún otro motivo.

Según la experta del Colegio de México, esa visita en plena campaña electoral generó «molestia» en el equipo de campaña de Biden porque «no hubo ningún intento de acercarse al candidato demócrata».

«Si llega Biden este entendimiento ya no va a existir y el presidente López Obrador tendrá que reordenar la relación con un Gobierno demócrata», opinó la experta, aunque auguró una relación «más institucional» que con el impredecible Trump.

LA MIGRACIÓN SEGUIRÁ EN EL CENTRO

Gane quien gane, el complejo tema migratorio seguirá estando en la mesa de ambos Gobiernos.

Las caravanas de migrantes centroamericanos que durante los últimos años han cruzado México para llegar a Estados Unidos provocaron en 2019 una crisis de alto nivel cuando Trump amenazó con imponer aranceles a todas las exportaciones mexicanas.

El Gobierno de López Obrador, que prometía una visión humanitaria de las migraciones, cedió y desplegó cuerpos de seguridad en su frontera con Guatemala para frenar las caravanas y calmar los ánimos de Trump.

«Con Biden también insistirían en frenar las caravanas pero con un tono más amable», opinó la experta del Tecnológico de Monterrey Gaby De la Paz, quien advirtió que si los demócratas impulsan un reforma migratoria «no será al gusto de México sino de Estados Unidos».

El candidato demócrata ha prometido una hoja de ruta para 11 millones de indocumentados (muchos de ellos mexicanos) y poner fin al programa «Permanece en México», mediante el cual los solicitantes de asilo en Estados Unidos tienen que esperar en territorio mexicano hasta resolverse su caso, muchos de ellos hacinados en campamentos y albergues.

En ese sentido, González opinó que Biden aportaría una visión «más humanitaria», si bien su alcance dependerá de la mayoría que tengan los demócratas en el Congreso.

POSTURAS ENCONADAS EN SEGURIDAD

La detención en California del exsecretario mexicano de Defensa Salvador Cienfuegos por presuntos nexos con el narcotráfico ha generado un profundo malestar en el Gobierno de López Obrador porque no fueron avisados de la investigación.

Algunos han rememorado cuando la agencia estadounidense antidrogas (DEA) hacía y deshacía a sus anchas en territorio mexicano a finales de los 80.

«Esta captura deja de manifiesto que se ha perdido la comunicación entre los dos países y que hay que arreglar muchos cabos sueltos», expresó la experta del Tecnológico de Monterrey.

A pesar del entendimiento entre Trump y López Obrador, ambos no han logrado acercar sus posturas en materia de seguridad.

Mientras Estados Unidos ha insistido en que México debe frenar el tráfico de drogas, México ha puesto sobre la mesa el tráfico de armas estadounidenses que acaban en manos de los narcotraficantes.

En este sentido, la investigadora del Colegio de México ve una posible «cooperación» con Biden a diferencia de con Trump, con quien «es imposible hablar» del tema de las armas.

En cambio, De la Paz tiene sus dudas porque, según dijo, el lobby de Asociación Nacional del Rifle «reparte dinero por igual entre demócratas y republicanos».

LA APLICACIÓN DEL T-MEC

El acuerdo más exitoso entre ambas administraciones ha sido la entrada en vigor el 1 de julio del nuevo acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), a pesar de que Trump había prometido en 2016 acabar con el libre comercio de la región.

No obstante, su aprobación no fue fácil, pues el Partido Demócrata la bloqueó durante meses en el Congreso exigiendo a México mayores estándares laborales y medioambientales.

«Si ganan los demócratas la aplicación de este acuerdo va a ser un poco más dura», opinó González, quien advirtió que Biden y López Obrador «están a las antípodas en política energética», pues el mexicano está apostando a los hidrocarburos por delante de las energías renovables.

Si bien México no ha tenido la presencia que tuvo en la campaña electoral de 2016, cuando Trump prometió el famoso muro fronterizo, los analistas no descartan nuevos episodios de tensión.

«A México le convendría más que ganara Biden. Si Trump se reelige va a ser un año de muchas venganzas contra mucha gente y podríamos salir perjudicados porque siempre azuza a México cuando le conviene», concluyó De la Paz.

El voto latino, más numeroso y crucial que nunca

Por décadas el así llamado "voto latino" tuvo tres rostros de origen y una distribución geográfica definidos: cubanos en Florida, puertorriqueños en Nueva York y mexicanos en el sudoeste. EFE / Giorgio Viera/Archivo

Washington. – Los latinos serán por primera vez la minoría más numerosa del electorado de Estados Unidos y se espera que al menos 14,6 millones de hispanos voten en estas elecciones, un aumento del 15 % en relación a las presidenciales de 2016 en un crecimiento que ha traído una diversidad sin precedentes al país.

“(El voto latino) Es fundamental pero no es monolítico”, dijo a Efe Frank Mora, profesor de política en la Universidad Internacional de Florida.

“Según las encuestas el candidato presidencial demócrata Joe Biden tiene el 65 % del voto latino y el presidente Donald Trump tiene un 28 %”, añadió Mora. “La diferencia en relación con la elección de 2016 es que este año los latinos salen a votar en gran número, algo no visto hace cuatro años”.

Según el Centro Pew, en las elecciones de este martes los latinos son el 13,3 % de los ciudadanos habilitados para votar, superando a los afroamericanos que son el 12,5 %, y a los asiáticos que son el 4,7 %. La mayoría blanca ha disminuido de un 76,4 % en 2000 a un 66,7 % este año.

PESO CRECIENTE

La influencia latina ha ido creciendo tras cada paso por las urnas, si en 2008 votaron 9,7 millones, en 2012 fueron 11,1 y cuatro años más tarde esa cifra aumentó a 12,6 millones, y cuando se cierren los centros de votación este martes se calcula que 14,6 millones de hispanos habrán ejercido su derecho al voto.

Sin embargo, la participación de los latinos ha ido cayendo, al pasar del 49,9 % en 2008 al 48 % en 2012 y al 47,6 % en las pasadas elecciones presidenciales, cuando la demócrata, Hillary Clinton, no logró conectar con este electorado y perdió ante el actual presidente, Donald Trump, según datos de Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Nombrados (NALEO).

Pero este año puede ser diferente, pues en las pasadas elecciones de medio término, celebradas en 2018, la participación latina aumentó en 13 y 9 puntos porcentuales respecto a las de 2014 y 2010, en un hecho que, según analistas, supuso un reflejo del rechazo a las políticas de Trump.

TRES ROSTROS

Por décadas el así llamado «voto latino» tuvo tres rostros de origen y una distribución geográfica definidos: cubanos en Florida, puertorriqueños en Nueva York y mexicanos en el sudoeste.

Pero los orígenes de esta minoría se han diversificado en casi dos décadas de inmigración desde Venezuela, Colombia, Nicaragua, República Dominicana, Guatemala, El Salvador y Honduras, con contingentes menores de Argentina, Brasil, Perú, Bolivia y Ecuador.

El 61,9 % de los latinos son mexicanos, el 9,7 % son puertorriqueños, los cubanos son el 4 %, y los salvadoreños son el 3,9 %, con el resto de procedencia del resto de América Latina y el Caribe.

“Hay una gran diferencia entre el voto cubano estadounidense y el voto puertorriqueño”, señaló Mora, quien fuera subsecretario adjunto de Defensa para el Hemisferio Occidental entre 2009 y 2013. “O entre el voto principalmente mexicanoestadounidense del sudoeste y el voto de los venezolanos o los centroamericanos”.

“Pero, a pesar de ello, hay temas fundamentales para los latinos”, añadió. “El seguro médico, la pandemia, la desigualdad en el acceso a la vivienda son los asuntos que más preocupan a los votantes de esta comunidad”.

La propaganda de la campaña de Trump dirigida a los votantes latinos “se sustenta en una manipulación de las emociones, sembrando miedo al ‘comunismo’ lo cual puede tener resonancia para los cubanos, venezolanos y nicaragüenses que han salido de su país escapando de dictaduras”, señaló Mora.

VOTO CRUCIAL

Teniendo en cuenta que la elección presidencial no se decide por el voto directo de los ciudadanos, sino en un Colegio Electoral compuesto por representaciones de los estados, el voto latino puede resultar decisivo en algunos de los estados que aparecen como más disputados en esta campaña, especialmente en Florida, Arizona y Pennsylvania.

“El voto latino es crucial en estados donde las elecciones son reñidas y se deciden por un punto porcentual o menos”, señaló Mora.

Cinco estados albergan a la mayoría de los votantes latinos: California (7,9 millones), Texas (5,6), Florida (3,1), Nueva York (2,0) y Arizona (1,2), y aproximadamente 1 de cada 10 personas elegibles para votar son inmigrantes, según el Centro Pew.

Estas cifras llevan a que los latinos sea más del 25 % de los ciudadanos habilitados para votar en California, Nuevo México, Texas, Florida y Nueva Jersey, y representan entre el 15 % y el 25 % de posibles votantes en Nevada, Arizona, Colorado, Illinois y Nueva York.

Y también son del 10 % al 15 % del electorado en Washington, Oregón, Idaho, Utah, Wyoming, Nebraska, Kansas, Oklahoma, Georgia, Virginia, Maryland, Pennsylvania, Connecticut y Massachusetts, según Pew.

Pero las cifras de población no se traducen exactamente en el número de votantes: millones de esos latinos son inmigrantes indocumentados o residentes legales que no han obtenido la ciudadanía. Los partidos han tenido que lidiar con la realidad de que la presencia de latinos en tal o cual región no promete, automáticamente, una cosecha rica de votantes.

Los portavoces y dirigentes comunitarios latinos citan, constantemente, la cifra de 32 millones de hispanos habilitados para votar, aunque no queda claro a quiénes consideran como tales dentro de una población en la que hay millones de inmigrantes recientes y otros millones que son estadounidenses de segunda o tercera generación.

Por décadas, la mayoría de los votantes calificados como latinos ha dado su respaldo al Partido Demócrata, pero los candidatos presidenciales republicanos han obtenido, de manera sostenida, entre un 28 % y un 33 % del voto latino.

Y un incremento o caída de un punto porcentual puede ser vital en unas elecciones que se pueden decidir por unos pocos miles de votos en un puñado de estados, expectativa que impulsó a las campañas de Biden y de Trump a intensificar sus esfuerzos por atraer votantes latinos.

¿Cuáles son los retos de la prensa hispana para los comicios de 2020?

Un periodista trabaja en una historia dentro de un círculo que marca la distancia social, después de que el candidato presidencial demócrata Joe Biden hablara en un evento de campaña en Warren, Michigan, septiembre 2020.

SAN FRANCISCO – Para Eduardo Gamarra, profesor del Departamento de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de Florida (FIU), la importancia de las elecciones del 3 de noviembre reside en su impacto, que va más allá de Estados Unidos y las circunstancias tan particulares que vive este país y el mundo “con una pandemia, crisis económica profunda y con una situación en América Latina extraordinariamente compleja”.

Gamarra, quien participó como ponente y moderador de un seminario organizado conjuntamente por FIU y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), debatió junto a un grupo de periodistas de los principales medios de noticias en español en Estados Unidos, ¿cuáles son los retos de la prensa hispana para los comicios de 2020?

Cynthia Hudson, vicepresidente senior y gerente general de CNN español, explica que en el caso de la cadena para la cual trabaja, uno de los desafíos es compaginar el contenido, por ser una cadena que está las 24 horas cubriendo noticias, entonces tienen que balancear “la noticia de cada minuto” con lo que son las historias de la franja estelar.

En especial en este momento, los últimos días previo a las elecciones presidenciales, deben dar cobertura a los momentos más importantes de los diferentes discursos, mientras cada uno de los candidatos están en sus diferentes giras para convencer a los que aún pueden, y a la misma vez dar un espacio a esas historias que están afectando el voto.

¿Cuáles son las historias?

Las historias de interés y las que no se pueden perder de vista son las que tienen relación con la pandemia del COVID-19, “sabemos que la pandemia está al frente de muchas decisiones” en términos electorales. Ella también explica que el tema puede ser decisivo a la hora de tomar la decisión por quién votar para muchos.

Además, otro tema de interés es que en el caso de los hispanos que viven en EE. UU. se está en un momento histórico “por primera vez hay elegibles 32 millones de latinos “.

Hudson es clara en decir que “no van a votar todos”, y toma como base la trayectoria de los latinos en otras elecciones estadounidenses, “tenemos una historia muy mala en términos de votar en las elecciones generales” pero si se rompe el esquema será, “la primera vez que los latinos seríamos la mayoría entre las minorías”. Entonces ésa noticia es impactante, ya que hay muchas historias en relación con ello y hay que encontrar el balance. 

Según Hudson, dar balance a “las noticias del día con las [noticias] impactantes” es un proceso de continuas llamadas, reuniones y planificación diaria.

De acuerdo al Centro PEW este año, se espera que los latinos se conviertan por primera vez en la minoría racial o étnica más grande del país en una elección presidencial de Estados Unidos, con un récord proyectado de 32 millones de personas elegibles para votar. Representarán el 13,3% de todos los votantes elegibles. Sin embargo, la cantidad de votantes latinos elegibles todavía está muy por debajo de los 60 millones de latinos que viven en el país. 

Lourdes Torres, vicepresidente senior de coberturas políticas de la cadena de noticias Univisión, coincidió con Hudson en cuanto a la relevancia que cobra el tema del nuevo coronavirus en este momento; además agregó lo que eso significa para los medios. En especial, en un año electoral, donde la prensa se vio limitada en cuanto a movilidad y las relaciones o entrevistas que se podrían realizar con candidatos o miembros de las campañas, “y eso es mucho más difícil realizarlo virtualmente”.

Para Torres hubo un regreso al pasado en términos de rastreo y pesquisas de una historia “nosotros nos regimos mucho por donde están las noticias y afortunadamente estamos basados en la Florida, donde sabemos que la elección (…) para los candidatos empieza y termina”, explica.

Univisión tiene sus recursos en el estado de la Florida, lo que es una ventaja. Sin embargo, no descarta el lado positivo de los eventos virtuales, a los cuales se puede acceder desde cualquier lugar.

Por su parte Luis Fernández, vicepresidente ejecutivo de la cadena Telemundo opina que otro de los retos al final del día en la cobertura electoral es “separar el trigo de la paja” o mejor dicho “lo que es información y lo que es propaganda”.

El comunicador también agregó que en el caso de los medios dirigidos a los hispanos trabajan con el componente del servicio a la comunidad “y nuestra comunidad en Estados Unidos son los latinos, son a los que les hablamos y nos entienden en español”.

¿Cuáles son los desafíos al acercarse a los candidatos?

La representante de CNN menciona sin tapujos que el presidente Donald Trump no está de acuerdo con la forma de trabajo de la cadena, ella afirma que la actitud del mandatario hacia los medios “no ha sido positiva, imagínate hacia los hispanos que pedimos tener acceso [a él]”, sin embargo, eso no los ha detenido en la búsqueda de dar balance a la información.

Hudson afirma que siempre piden tener representantes tanto republicanos como demócratas en la pantalla, “esa es la política de CNN”, pero no siempre se logra, al menos por parte del presidente “el vicepresidente en alguna ocasión nos ha contestado alguna pregunta. El esfuerzo se hace” pero es un muy difícil, explica.

“Nuestro trabajo es preguntar, nosotros consideramos que ese es el papel del periodismo, no solo en EE. UU., en el mundo. Somos la voz del pueblo”, afirma Hudson.

“Creo que los candidatos al ver que los republicanos hacen eso, los demócratas sienten que tienen menos necesidad u obligación de corresponderles a los medios hispanos”, cita Torres, como representante de Univisión.

Todos los panelistas concuerdan que ambos candidatos no dieron la suficiente atención a los medios hispanos. Hudson asevera que eso es porque «aún no entienden a la comunidad hispana y piensan que el único tema de interés es inmigración y no es así”, finaliza.

La Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), publicó un estudio que muestra que dentro de los temas prioritarios que preocupan e interesan a los latinos en EE.UU., están los de salud y económicos, el tema migratorio ocupa un tercer lugar.

La investigación realizada en estados como Arizona, Florida, Nevada y Texas reflejó que los latinos ganan menos que los blancos, incluso si tienen los mismos estudios. En cuanto a salud, la investigación deja al descubierto que, los latinos tienden a no estar asegurados en mayor proporción que otros grupos, no obstante, son los que más participan en trabajos esenciales en tiempos de la pandemia.

Pensilvania, Michigan y Texas, el termómetro del nuevo EE.UU.

Filadelfia.- La demografía de Estados Unidos cambia y, a la vez, irrumpen en la lista de estados claves, aquellos que decidirán las elecciones, algunos que hasta hace poco eran considerados territorios seguros:Pensilvania, Michigan e, incluso, Texas podrían abandonar a los republicanos.

En 2016, el entonces candidato republicano, Donald Trump, ganó Michigan y Pensilvania por un estrecho margen y rompió así el tradicional muro azul (demócrata) instalado en el «cinturón de óxido» del Medio Oeste, y con ello logró la llave de la Casa Blanca.

Este año, ambos estados vuelven a estar en disputa como lo demuestran las paradas en medio de los frenéticos viajes de Trump y su rival demócrata, Joe Biden.

Trump cerrará su campaña esta noche en Grand Rapids (Michigan), el mismo lugar donde terminó en 2016, algo que algunos atribuyen a su superstición; mientras que Biden lo hará en Pittsburgh (Pennsylvania), con la cantante Lady Gaga como estrella invitada.

Pensilvania, LA LLAVE

Pensilvania, con sus 20 votos electorales, puede ser el estado donde se decida la Presidencia.

En 2016, menos de 45.000 votos dieron la victoria a Donald Trump y este año las zonas suburbanas de Filadelfia, Pittsburgh, Scranton o Erie son la clave para que Joe Biden, que está dedicando sus últimas 48 horas de campaña a este estado, pueda imponerse al presidente republicano, algo que auguran las encuestas.

Biden cerró este domingo con dos actos en Filadelfia, el primero de ellos con feligreses y pastores negros, en un intento por movilizar al electorado negro, tradicionalmente demócrata y que según la consultora de analítica electoral Catalist aún no ha ejercido el voto en un 75 %.

El sonido de los cláxones, el equivalente a los aplausos en los mítines demócratas «drive-in» de esta pandemia, acompañaron a Biden en un evento centrado en pedir a la población negra que salga a votar.

«Pensilvania es fundamental en estas elecciones», aseguró Biden, quien recordó el poco margen que dio el estado a Trump en 2016. «El poder de cambiar este país está literalmente en sus manos», añadió.

Biden atacó a Trump donde más daño puede hacer: en su gestión de la pandemia de la covid-19, que aseguró que ha sido «casi criminal».

«El presidente Trump está aterrado de lo que pase en Pensilvania», aseguró Biden en otro de sus actos.

Biden y su compañera de fórmula, Kamala Harris, pasarán este lunes en diferentes condados de Pensilvania y cerrarán en sendos eventos en Pittsburgh y Filadelfia, los dos fortines demócratas en el estado, una campaña enmarcada en el lema «Batalla por el Alma de la Nación».

A Biden/Harris campaign banner flies over the historic Florida Brewing Company building in Tampa, Florida, USA, 31 October, 2020. EFE/EPA/PETER FOLEY

MICHIGAN, EL CORAZÓN AUTOMOTRIZ

A orillas de los grandes lagos, con Canadá a la vista y la «ciudad del motor», Detroit como símbolo, el estado tradicionalmente ha votado por los demócratas.

Fue el corazón de la industria automotriz del país, y con ello uno de los pesos pesados del poder de los sindicatos en EE.UU.

Las tres grandes empresas del sector, Ford, General Motors y Chrysler, aún tienen su sede en el estado, aunque su influencia ha disminuido notablemente.

Y en 2016 Trump dio la sorpresa al imponerse a su rival demócrata, Hillary Clinton, por un estrecho margen de menos de 11.000 votos.

«Si no hubiéramos ganado Michigan no estaría aquí. Vamos a ganar de nuevo, y regresar a ese maravilloso lugar, la Casa Blanca», dijo Trump durante un acto este domingo bajo una fría lluvia en Washington (Michigan).

Michigan cuenta con casi 10 millones de habitantes, de los cuales un 5 % son latinos, y tiene 16 votos electorales.

El estado ha sido escenario, además, de uno de los episodios más extraños de la campaña y reflejo de la extrema polarización política que vive el país.

A comienzos de octubre, el FBI anunció la detención de varias personas vinculadas a una milicia de extrema derecha acusadas de planear el secuestro y posible asesinato de la gobernadora del estado, la demócrata Gretchen Whitmer.

Según la fiscal general de Michigan, Dana Nessel, los acusados pertenecían a la milicia Wolverine Watchman y tenían la intención de instigar una guerra civil en el país.

Whitmer ha sido el objeto de críticas por parte de grupos conservadores, así como del propio Trump desde que decidió imponer el cierre de la actividad comercial y las aglomeraciones en el estado como medidas de contención de la pandemia de la covid-19.

BIDEN QUIERE EMULAR A CARTER EN TEXAS

Dos mil kilómetros al sur, en la frontera con México, Texas ha sido durante mucho tiempo un bastión republicano.

De hecho, el último candidato demócrata en ganar la contienda en ese estado sureño fue el expresidente Jimmy Carter (1977-1981), hace casi medio siglo.

Pero el récord de más de 9,6 millones de votantes tempranos apunta a que esta tendencia podría cambiar este 3 de noviembre. En 2016, cuando Trump venció por 9 puntos porcentuales, la participación total en Texas fue del 59,4 %, mientras que con los datos de votación actuales, el estado ya ha alcanzado el 57 % de participación.

Eso da cuenta de lo reñida que estará la batalla por uno de los estados que da más votos electorales (38) para llegar a los deseados 270 que otorgan la Presidencia.

La media ponderada de Real Clear Politics para las últimas encuestas dan como vencedor a Trump por una distancia de 2,3 puntos, por lo que perder ese estado sería, sin duda, un golpe letal para las aspiraciones del actual presidente para continuar en la Casa Blanca.

Y gran parte del poder de decisión caerá en manos de la población latina, ya que supone el 30 % del censo electoral de Texas, según datos del centro de investigación Pew.

A ese colectivo ha estado apelando en las últimas semanas la campaña de Biden, con aparición incluida de su mujer, Jill Biden, en la fronteriza El Paso, mayoritariamente hispana.

Otros grupos demográficos cruciales para los comicios presidenciales en Texas serán la gente joven, los universitarios graduados y las mujeres de los suburbios de Houston, Dallas, San Antonio y Austin, las grandes ciudades.

Elecciones de Impacto Verde

Mañana es el día de las elecciones y los latinos, como el resto del país, están votando en cifras históricas. Más de la mitad de los votantes latinos registrados han reconocido que están extremadamente motivados para votar en esta elección. El clima es una gran parte de ese entusiasmo, mientras Biden hace de los trabajos de energía limpia una pieza clave de su argumento final y Trump se duplica con los ataques falsos al fracking.

Las elecciones de 2020 marcaron un cambio histórico en la política climática, y los votantes de todo el país exigieron una acción climática audaz. Un récord de 32 millones de latinos son elegibles para votar en esta elección, lo que representa el 13% de todos los votantes elegibles de EE. UU. y el bloque de votantes minoritarios más grande del país, quienes están inclinando la balanza hacia Biden.

Si estás cubriendo esto, aquí hay algunas de las últimas encuestas que muestran que los votantes, especialmente los latinos, están cada vez más preocupados por la crisis climática y quieren que los funcionarios electos tomen medidas climáticas audaces.

  • Una encuesta de Economist / YouGov encontró que el clima es el tema número tres entre todos los votantes y es el tema número dos para los demócratas y los votantes jóvenes de 18 a 29 años.
  • El 79% de los votantes, incluido el 89% de los demócratas y el 69% de los republicanos, apoyan el aumento del uso de energías renovables. (Consulta matutina / Politico)
  • El 55% de los republicanos dijeron que apoyan la transición de Estados Unidos del uso de combustibles fósiles a energías renovables, junto con el 83% de los demócratas y el 68% de los independientes. (Consulta matutina / Politico)
  • En una encuesta de Climate Power realizada en julio de 2020, un abrumador 77% de los votantes latinos apoya la acción para combatir la crisis climática.
  • Encuestas recientes muestran que el 48% de los encuestados latinos creen que la injusticia ambiental es un problema importante en los EE. UU., Frente al 33% de los encuestados adultos blancos.
  • La semana pasada, una coalición de activistas hispanos y líderes comunitarios pidió a los votantes que elijan candidatos que actuarán para contrarrestar el cambio climático, un tema que afecta de manera desproporcionada a los latinos.

El voto femenino en EEUU cumple un siglo un día antes de elección histórica

Fotografía cedida por la Universidad del Sur de California (USC) donde aparece María Guadalupe Evangelina López (número 42) cuyo nombre ha quedado marcado en el movimiento sufragista al ser parte activa del "Votes for Women Club de Los Ángeles". EFE/University of Southern California /SOLO USO EDITORIAL /NO VENTAS

Los Ángeles. – El 2 de noviembre de 1920, hace hoy justo un siglo, las mujeres en EE.UU. tuvieron por primera vez el derecho constitucional de votar para escoger un presidente, logro en el que participaron un buen número de latinas y cuya conmemoración se da justo un día antes de unas elecciones en las que el sufragio femenino puede inclinar la balanza.

“Cien años de sufragio femenino en los Estados Unidos es un momento de celebración de lo lejos que han llegado las mujeres”, destaca a Efe la profesora de ciencias políticas de la Universidad del Sur de California (USC), Christian Phillips.

Y es que el proceso para lograr este derecho no fue nada fácil, las activistas y reformadoras tardaron casi 100 años en ganarlo en agosto de 1920, cuando se aprobó la Decimonovena Enmienda a la Constitución, que declara que el derecho al voto no puede negarse por motivos de sexo del votante.

Casi tres meses después, el 2 de noviembre de 1920 cerca de 10 millones de mujeres en Estados Unidos votaron en unas elecciones en las que ganó el republicano Warren G. Harding, y muchas de ellas acudieron a las urnas por primera vez en aquellos comicios.

Antes de esta enmienda, varios estados no permitían el sufragio femenino. Inclusive, Mississippi y Georgia cerraron el registro de nuevos votantes antes de que se ratificara la declaración bloqueando así el derecho al voto en 1920 para todas las mujeres de estos dos estados.

En este sentido, la profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Nuevo México Lonna Atkeson explicó a Efe que la aprobación de la décimo novena enmienda también otorgó a las mujeres el derecho a votar en todas las elecciones estatales, abriéndoles el camino en varios estados que no lo permitían.

La campaña usada por las mujeres en el movimiento se centró en gran medida en argumentar que con la participación femenina “se iba va a limpiar la política”, advierte Atkeson.

“Se iban a solucionar problemas, problemas del gobierno… en última instancia impactaría la política positivamente al reducir la corrupción, y creaba importantes agendas políticas que antes no estaban disponibles”, ahonda la catedrática.

HISPANAS PRESENTES EN LA LUCHA

El movimiento sufragista contó con una gran participación de las latinas, especialmente en Nuevo México, recalca Cathleen Cahill, profesora de historia del Universidad Peen State.

La historiadora pone de ejemplo una tarde de octubre de 1915, en el que cerca de 150 sufragistas de Santa Fe salieron a las calles para realizar un acto público a favor del sufragio femenino en la que participaron anglosajonas e hispanas.

Trinidad Cabeza de Baca, cuya familia era propietaria de uno de los primeros autos de la ciudad, prestó el suyo a la causa. A ella se unieron Dolores «Lola» Armijo, Aurora Lucero, Arabella Romero y su hija, Marie, entre otras.

Fotografía de Bain News Collection cedida por la Biblioteca del Congreso donde aparece Adelina “Nina” Otero-Warren, educadora y con fuertes conexiones políticas en el Partido Republicano en Nuevo México, que usó esas influencias en su lucha por el sufragio y también jugó un papel clave para asegurar que la legislatura estatal ratificara la décimo novena enmienda. EFE/Bain News Collection/Library of Congress /SOLO USO EDITORIAL /NO VENTAS

“En un momento en que los derechos territoriales, la religión y el idioma de los hispanos estaban bajo ataque, las hispanas afirmaron que el movimiento sufragista necesitaba incluirlas a ellas y sus preocupaciones”, resalta Cahill.

ADELINA “NINA” OTERO-WARREN

Entre los nombres de las sufragistas hispanas resalta el de Adelina “Nina” Otero-Warren, educadora y con fuertes conexiones políticas en el Partido Republicano en Nuevo México, la hispana usó esas influencias en su lucha por el sufragio y también jugó un papel clave para asegurar que la legislatura estatal ratificara la décimo novena enmienda.

Su notoriedad llevó al Partido Republicano a nominarla como su candidata al Congreso en 1922.

Cahill subraya que la participación de las latinas en Nuevo México dio grandes resultados, ya que el estado tiene una larga tradición en la elección de mujeres hispanas, incluidas las dos primeras gobernadoras latinas: la republicana Susana Martínez (2011-2019) y la demócrata Michelle Lujan Grisham (titular).

MARÍA GUADALUPE EVANGELINA LÓPEZ.

Recorte de una fotografía cedida por la Universidad del Sur de California (USC) donde aparece María Guadalupe Evangelina López cuyo nombre ha quedado marcado en el movimiento sufragista al ser parte activa del «Votes for Women Club de Los Ángeles». EFE/University of Southern California /SOLO USO EDITORIAL /NO VENTAS

En Los Ángeles el nombre de María Guadalupe Evangelina López ha quedado marcado en el movimiento sufragista al ser parte activa del “Votes for Women Club de Los Ángeles”.

López organizó manifestaciones y viajó por el estado, hablando tanto en español como en inglés sobre el derecho al voto de las mujeres, que en California se ganó el 10 de octubre de 1911.

En 1913, López fue elegida para ser un representante de California para ir a Washington, D.C. a marchar en el desfile por el sufragio de las mujeres organizado por Alice Paul, una de las líderes del movimiento nacional.

EL VOTO DE LAS MUJERES MARCARÍA LA DIFERENCIA

Cien años después de que los votos femeninos comenzaran a contar en las presidenciales a nivel nacional, las votantes pueden inclinar la balanza.

La participación de las mujeres en las elecciones ha ido incrementando desde 1980. Según un análisis realizado por el Centro Pew, en 2016, el 63 % de las mujeres que tenía derecho a votar dijo haberlo hecho, en comparación con el 59 % de los hombres.

Esa brecha de género de 4 puntos porcentuales, es todavía mayor entre los latinos, y las hispanas superaron en votos a los latinos en aproximadamente 5 puntos en 2016 (50% frente a 45%).

En 2020, las encuestas aseguran que el presidente Donald Trump podría perder su reelección debido a un menor apoyo entre las mujeres.

El candidato demócrata, Joe Biden, aventaja en 20 puntos porcentuales (56 % para Biden, 36 % para Trump) en intención de voto entre las mujeres, según una encuesta reciente del Centro para las Mujeres y la Política Estadounidense de la Universidad de Rutgers.

A esto se suma que por primera vez la formula electoral del demócrata tiene a una mujer de las minorías, Kamala Harris, para la Vicepresidencia.

UN CAMINO DE ALTIBAJOS PARA LAS MINORÍAS

A pesar de estos logros, Phillips, autora del libro “Nowhere to Run: Race, Gender and Immigration in American Elections”, señala que las políticas de exclusión vinculadas a la raza y la inmigración han limitado la participación de las minorías, incluso en las actuales elecciones.

“Las estrategias de supresión de votantes continúan hoy en día, lo que dificulta que las comunidades que no son predominantemente blancas accedan a las urnas, las boletas y el voto en condiciones razonables”.

Estas políticas han incluido la eliminación de fondos para los lugares de votación y los trabajadores, procedimientos arcanos para votar por correo o en ausencia durante la pandemia, y la reubicación o eliminación total de los lugares de votación, indica.

“Esta celebración de los cien años también es un momento de reflexión, sobre cuánto trabajo tenemos que hacer para asegurar de que todas las mujeres puedan realizar este logro (el de votar)”, advirtió Phillips.