Maurilio de Miguel. EFE/Maurilio de Miguel/SOLO USO EDITORIAL NO VENTAS

Miami, (EFE News). – La «coherencia entre vida y obra» es la clave de la incombustible vigencia de Joaquín Sabina, dice a Efe Maurilio de Miguel, autor de la primera biografía «autorizada» del cantautor español, que ha sido rescatada para el público hispanohablante de Estados Unidos 34 años después de publicada.

Además, subraya, «Sabina ha sabido ponerle banda sonora a la intensidad vital, a los sentimientos encontrados y a ciertas ensoñaciones inconfesables que anidan en el inconsciente colectivo».

Como el biografiado dice en una entrevista realizada con De Miguel e incluida en «Joaquín Sabina» (La Pereza Ediciones, Miami 2020), esta es una obra de «casi la prehistoria» de su vida artística, pues termina antes de sus primeras ventas «apreciables» de discos, de los grandes escenarios y las giras latinoamericanas.

«Sabina tiene muchísimos fans en toda Latinoamérica y aquí en USA. Estamos convencidos que muchos estarán contentos por esta publicación», subraya a Efe Dago Sasiga, uno de los responsables de La Pereza, una editorial miamense que este año publicó también el poemario de Sabina «Ciento volando de catorce» (2001).

PIEL Y CERCANÍA

Esta edición de «Joaquín Sabina», con prólogo del autor, incluye la novedad de la entrevista y fotografías y letras de los grandes éxitos del cantautor nacido en Úbeda (sur de España) el 12 de febrero de 1949 y recientemente casado con la peruana Jimena Coronado, su pareja desde hace más de dos décadas.

«Lo escrito, escrito está y a mí me gusta», le dijo Sabina a su compatriota De Miguel en la entrevista sobre su primera biografía.

En los años 80, al final de la llamada «Movida madrileña», un movimiento cultural y artístico que hizo vibrar a la capital de España, De Miguel, que tenía 24 años y como el propio Sabina amaba la vida bohemia y había vivido en el extranjero como músico callejero, logró que el cantautor le confiara su vida para un libro.

Sabina incluso le hizo a De Miguel «un guión en términos de telegrama, con los sucesos clave» de lo que hasta entonces había sido su vida, según señala el biógrafo.

El libro fue publicado en 1986 por la editorial Júcar dentro de una serie sobre «Juglares», en la que habían aparecido otros dedicados a Joan Manuel Serrat, Daniel Viglietti, Leonard Cohen, George Brassens, Bob Dylan y otros.

De Miguel está orgulloso de que «Joaquín Sabina» sea el más antiguo de la treintena de libros en torno al autor de canciones como «Calle Melancolía», «Princesa» o «Pongamos que hablo de Madrid».

«Si mi libro transmite piel y cercanía es porque nació del contacto directo entre biógrafo y biografiado (…) fruto de nuestras charlas interminables y camaradería», señala De Miguel.

Según dice a Efe, le sorprendió «de mucho a muchísimo» la llamada de La Pereza, pero aceptó encantado y contactó a Sabina para hablar de aquel libro reverdecido en EE.UU.

En la entrevista Sabina recordó a su biógrafo que su «primera vocación» era «escribir, nunca cantar», y manifestó que los problemas de salud que padeció le dejaron «algo bueno».

UN SUEÑO DE ADOLESCENTE SE HACE REALIDAD

Maurilio de Miguel. EFE/Maurilio de Miguel/SOLO USO EDITORIAL NO VENTAS

«Al quitarme las ganas de escribir canciones y marcarme con agorafobia hacia el público, la calle, las miradas y la prensa, al menos me dejó refugiarme en las rimas. Y luego tuve la suerte de que mis libros funcionaron y me contrataron en la revista Interviú para publicar coplas satíricas. Eso me permitió vivir la vida que había soñado siendo adolescente», dice Sabina.

Sobre la vigencia de Sabina y su capacidad para cautivar a públicos de diferentes países y edades, De Miguel opina que «la coherencia entre vida y obra, incluso por encima de la exigencia literaria de sus textos, que ya es mucha», es la clave.

Pero también destaca que «sobre el escenario es un gran comunicador» y «la textura de su voz en una grabación».

«Además, sostiene aún la vieja bandera de la bohemia artística, en las antípodas del cantante prefabricado que tanto abunda ahora, tuneado en los estudios de grabación y flanqueado en escena por aparatos orquestales que funcionan con la precisión de un reloj. Eso cuando hablamos de estrellas del pop o rock, más preocupadas de ofrecer espectáculo que de cantarle al oído al público».

Preguntado por Efe si en sus planes está actualizar esta biografía autorizada, De Miguel responde afirmativamente.

«Sí, he pensado en escribir sobre su vejez, al otro lado de la fama y el vértigo de la profesionalidad, ahora que ha tomado distancia frente a ella. Me tienta escribir el último libro sobre su trayectoria, tras haber escrito el primero».

«Bueno, el penúltimo (…) Sabina es un experto a la hora de reinventarse y resurgir por donde menos espera uno», precisa.

Cuando se le pregunta si el cantautor ha cambiado mucho de 1986 a ahora, De Miguel responde: «Sí y no. Sigue siendo irreverente y políticamente incorrecto, aunque con el oficio aprendió mucho acerca de actitudes públicas y, sobre todo, a la hora de administrar su energía, sobre el escenario y cuando se baja de él».

«Mantiene su sentido del humor intacto y, lo que es más importante, la autoexigencia de siempre a la hora de escribir. En la medida de lo posible intenta no repetirse a sí mismo», subraya,

De Miguel mantiene solo «contacto esporádico» con Sabina, pero está seguro de que volverán a coincidir cuando menos lo piensen y en el lugar más insospechado. «Así ocurrió cuando nos conocimos, tal como cuento en el prólogo del libro», dice este periodista y autor.

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